La Locura invitó a sus amigos a jugar a las escondidas en su casa. Al contar hasta cien para buscarlos, la Locura encontró a la Curiosidad, la Alegría, la Timidez y los demás, pero no al Amor. Al buscarlo entre los tallos de un rosal, la Locura oyó un grito y encontró al Amor con un ojo pinchado por una espina. La Locura pidió perdón al Amor, quien aceptó y desde entonces se dice "El amor es ciego, y la locura siempre lo acompaña".