María era una niña descuidada que casi nunca se lavaba las manos. Vivía microbios en sus manos y frutas sin lavar que trataban de enfermarla. Un día, un gusano llamado Guillermo llegó a su estómago a través de una fruta y organizó una reunión con otros gusanos, haciendo que María se enfermara con diarrea y dolor estomacal. María fue al médico y se recuperó, aprendiendo la importancia de lavarse las manos y frutas para evitar enfermedades.