Este poema describe el viaje de un alma que marcha sin rumbo ni recuerdos, con los hombros caídos y en silencio. Aunque casi triste, deja solo un viento a su paso, sin dejar rastro de su caminar. Al llegar al poeta, esta alma ya no es solo un alma, sino que se ha convertido en corazón, sentimiento, amor, risa y esperanza. A partir de ahora, sus pisadas guiarán los caminos del poeta.