Los ángeles buenos y malos juegan un papel importante en la relación entre el mundo visible e invisible según la Biblia. Los ángeles buenos como los querubines protegen y guían a los humanos, mientras que los ángeles caídos como Lucifer buscan seducirlos y alejarlos de Dios. Aunque Lucifer era originalmente un ángel honorable, su orgullo y envidia lo llevaron a la rebelión contra Dios y a convertirse en el diablo que ahora busca destruir a la humanidad.