Este documento describe los biocombustibles como alternativas más sustentables a los combustibles derivados del petróleo, pero señala que la producción a gran escala de biocombustibles como el etanol podría tener un alto costo social al desplazar la producción de alimentos y requerir millones de hectáreas de tierra agrícola. Además, explica que la producción de biocombustibles en Europa no es suficiente para satisfacer la demanda requerida por el Protocolo de Kyoto, por lo que dependen de importaciones.