El documento discute los peligros de volverse adicto a WhatsApp, señalando que puede usarse como una herramienta de control sobre otras personas y crear adicción en algunos al responder mensajes de forma inmediata y consultar el teléfono constantemente. Un experto advierte que la adicción a WhatsApp deja huellas difíciles de borrar y propone que debería haber controles de tiempo de uso para prevenir la adicción excesiva a la aplicación.