Los robots podrán sentir gracias a una nueva piel artificial desarrollada por científicos alemanes. La piel consiste en una placa hexagonal con sensores infrarrojos que detectan contacto y sensores de temperatura. Esto permitirá a los robots ser conscientes del calor, el frío y el contacto físico de forma similar a los humanos. El objetivo final es cubrir completamente los robots con esta piel sensible para que puedan interactuar con su entorno.
Piel artificial sensible permite que robots sientan
1. UNIVERSIDAD DE PANAMA
FACULTAD EN EDUCACION
POSGRADO EN DOCENCIA SUPERIOR
TEMA:
“Los robots ya pueden sentir, gracias a
una piel artificial sensible.”
EXPOSITOR: LOURDES COLLADO
31 DE JULIO DE 2011
2. Los Robots camareros, robots domésticos que
ayudan a realizar las tareas del hogar, robots
mascotas, como el robot Aibo de Sony, robots
utilizados en el sector educativo o servicios (por
ejemplo, para llevar a cabo la vigilancia de un
lugar), dedicados a tareas de búsqueda y
rescate, o robots empleados en el ámbito de la
medicina. Éstas son algunas de las múltiples
aplicaciones que desarrollan ya estas máquinas
inteligentes comerciales e industriales.
3. El desarrollo sensorial de estos sistemas
autómatas, en cambio, es uno de los retos en los que
la comunidad científica viene trabajando. En
Alemania, un equipo de científicos de la Universidad
Técnica de Munich (TUM) ha diseñado una piel
artificial para robots, consiguiendo así que estas
máquinas inteligentes tengan su propio sentido del
tacto, publica la TUM en un comunicado.
Gracias a esta piel, los robots podrán sentir la
temperatura exterior y reaccionarán ante el contacto
físico, es decir, serán conscientes del calor y del
frío, de la misma forma que sentirán el roce de una
caricia.
4. La pieza central que conforma esta nueva
cubierta robótica es un tablero de cinco
centímetros cuadrado con una placa
hexagonal integrada. Cada pequeña placa de
circuito consta de cuatro sensores infrarrojos
que reconocen la presencia de cualquier
elemento a menos de un centímetro de
distancia. "De esta manera, detecta cualquier
roce, por ligero que sea", explica
Mittendorfer.
5. Además, la placa contiene seis sensores de
temperatura y un acelerómetro. Esto permite que
la máquina registre con total precisión el
movimiento de miembros individuales, por
ejemplo, de sus brazos, y por lo tanto que sepa
qué partes del cuerpo acaba de mover.
Placa a placa, todas las partes de este sistema de
estructura completamente plana se colocan en
forma de panal. Para que el robot tenga la
capacidad de detección, las señales de los
sensores son procesadas por un ordenador
central.
6. Por el momento, sólo una pequeña porción de piel se encuentra
completa. Está formada por 15 sensores repartidos por los
diferentes puntos del brazo robótico desarrollado.
"Vamos a terminar de crear toda la piel y a generar un prototipo
que esté completamente acabado con estos sensores, y que así
pueda interactuar de nuevo con su entorno", afirma el profesor
Gordon Cheng, supervisor del proyecto, quien añade que ésta
será "una máquina que se dé cuenta de cuando le tocan la
espalda... incluso en la oscuridad".
Los logros sensoriales no son los únicos aspectos pioneros de
este proyecto. “Más allá de estas características, estas máquinas
serán algún día capaces de incorporar nuestras capacidades
neurobiológicas fundamentales y formar su propia impresión del
entorno”, concluyen los investigadores de la TUM.