Una madre llamada Carmen estaba siempre ocupada y no le prestaba atención a su hija Cecilia. Un día, Cecilia le dijo a su madre que se sentía triste porque Carmen nunca tenía tiempo para ella. Carmen se dio cuenta de que su hija tenía razón y que no había estado siendo una buena madre. Decidió prestarle más atención a Cecilia para hacerla sentir mejor.