El gobierno entrante colocó vallas militares y policiales alrededor del Palacio Legislativo de San Lázaro en preparación para la toma de protesta del nuevo presidente Enrique Peña Nieto. Esto provocó el cierre de varias calles importantes y caos vial, así como molestia entre los vecinos que ahora tienen que hacer recorridos más largos. Además, algunos usuarios del metro tuvieron que caminar debido al cierre de estaciones cercanas al palacio.