1. Atención Psicopedagógica
Karem Llanos Ramírez
Cómo fomentar la perseverancia en tus hijos según
investigadora de Stanford.
Les dejo un excelente estudio sobre la perseverancia en nuestros hijos y cómo fomentarla incentivando el
esfuerzo por sobre los logros.
«Mi hija pequeña luchó para abrochar las correas en su silla. «Casi», murmuró mientras intentaba una y otra vez.
«Casi,» me quedé mirando, tratando de no asomar. Cuando lo consiguió, exclamé, «¡Lo hiciste! Era difícil, pero
seguiste intentando, y lo hiciste. Estoy tan orgullosa de ti.»
Si yo no conociera del tema lo más probable es que hubiese dicho: “A ver, déjame ayudarte con eso.» ¿Qué
hay de malo en hacer eso? La investigadora de Stanford, Carol Dweck ha estado estudiando la motivación y
la perseverancia desde los años 60´s. Y se encontró con que los estudiantes caen en una de dos categorías:
1.- Mentalidad fija: «Si tengo que trabajar duro, no tengo la capacidad.»
Los estudiantes con una mentalidad fija creen que están pegados con la inteligencia con la que uno nace.
Ellos estarían de acuerdo con esta afirmación: «Si tienes que trabajar duro, no tienes la capacidad. Si tienes la
capacidad, las cosas van naturalmente a ti». Cuando fallan, se sienten atrapados. Empiezan a pensar que no
son tan talentosos o inteligentes como todo el mundo les ha dicho. Evitan desafíos, temerosos de que no se
verán inteligentes.
2.- Mentalidad de crecimiento: «Cuanto más me reto a mi mismo, me vuelvo más inteligente ‘
Los jóvenes con una mentalidad de crecimiento creen que la inteligencia puede ser cultivada: Mientras más
aprenden, más inteligente se vuelven. Estos niños entienden que incluso los genios tienen que trabajar duro.
Cuando sufren un revés, ellos creen que pueden mejorar mediante más tiempo y esfuerzo. Ellos valoran más el
aprender a verse inteligente. Ellos perseveran a través de tareas difíciles.
La Investigación
Dweck, en un estudio hecho en alumnos al azar de quinto grado, dividió en dos grupos, y los hizo trabajar en
los problemas de un test de inteligencia. A continuación, elogió el primer grupo: «Wow, esa es una muy buena
puntuación. Ustedes deben ser inteligente en esto.» Elogió el segundo grupo por su esfuerzo: «Wow, esa es una
muy buena puntuación. Ustedes lo deben haber intentado muy duro.»
Los estudiantes elogiados por su esfuerzo tendían a tomar la tarea más difícil, pues saben que pueden aprender
más. Eran más propensos a continuar sintiéndose motivados para aprender y retener su confianza cuando los
problemas llegaron con más fuerza.
2. Atención Psicopedagógica
Karem Llanos Ramírez
Aprendizaje Inteligente
Los estudiantes elogiados por su inteligencia solicitaron la tarea más fácil, sabiendo que había una mayor
probabilidad de éxito. Ellos perdieron su confianza en los problemas y pensaron que eran mucho más
propensos a inflar sus resultados de las pruebas cuando fuese el momento.»
Comparto plenamente estas conclusiones de Carol. El rol fundamental de los padres es supervisar pero DEJAR
HACER, no importando el resultado, debemos priorizar el esfuerzo y la actitud por sobre el resultado correcto.
Si queremos que nuestros hijos desarrollen sus propias habilidades tienen que vivir sus propias experiencias.
Mientras más lo intenten, más los debemos felicitar.