Miguel Hernández realizó varios viajes dentro y fuera de España entre los años 1931 y 1940. Dentro de España visitó ciudades como Madrid y Alicante donde recibió reconocimientos. Viajó a la Unión Soviética en varias ocasiones para participar en festivales de teatro y quedó impresionado con el progreso industrial. También visitó París y Portugal, donde presentó nuevos poemas y conoció a poetas amigos.