Federico García Lorca pronunció un discurso en 1931 inaugurando la biblioteca de su pueblo natal Fuente Vaqueros en Granada, donde defendió que el acceso a la cultura y la educación es tan importante como el acceso a la comida. Lorca argumentó que los libros son esenciales para el desarrollo del espíritu humano y que los pueblos deben exigir tanto pan como libros. Concluyó diciendo que sólo a través de la cultura se pueden resolver los problemas de la sociedad.