Federico García Lorca pronunció un discurso en 1931 inaugurando la biblioteca de su pueblo natal, Fuente Vaqueros. En el discurso, Lorca enfatizó la importancia de los libros y la cultura, no sólo el pan, para el bienestar de los pueblos. Lorca también criticó a quienes sólo hablan de reivindicaciones económicas y no culturales. Citó a Dostoyevski, quien en el exilio sólo pedía libros para calmar su alma, no comida o agua. Lorca concluyó que