Este documento discute cómo los medios de comunicación, aunque inicialmente sirven como un servicio indispensable, eventualmente se convierten en un negocio que manipula e influye negativamente a los jóvenes. Los medios provocan cambios de conducta en los jóvenes a través de las redes sociales, excitan las emociones con programas de televisión, y promueven la compra de productos a través de la explotación del sexo y el placer. Los medios de comunicación se han convertido en una fuente de diversión en la que participamos involuntariamente