La menstruación en la sociedad Wayúu se considera una importante transición de niña a mujer que debe ser guiada por un ritual para liberar impurezas y malos pensamientos. Este ritual tradicional incluye un periodo de encierro de doce lunas donde la niña debe permanecer quieta en su chinchorro, simulando la muerte, hasta la llegada de su primera menstruación, momento en que recibe baños de purificación y enseñanzas sobre sus nuevos quehaceres como mujer, celebrando su paso a la adultez.