El documento propone que el Ayuntamiento de Málaga reconozca formalmente a la ciudad como un polo tecnológico innovador capaz de atraer inversiones y talento. También propone apoyar la marca "Málaga Valley" y diseñar una nueva estrategia para los próximos 10 años que transforme el ecosistema innovador de la ciudad y lo convierta en uno de dimensión internacional, asignando fondos en el presupuesto de 2016 para su desarrollo.