La guitarra eléctrica convierte las vibraciones de las cuerdas metálicas en señales eléctricas débiles que se amplifican antes de enviarse a un altavoz. Estas señales pueden modificarse con efectos como la reverberación y la distorsión. La guitarra eléctrica surgió en 1931 para amplificar el sonido de los músicos de jazz y desde entonces se ha convertido en un instrumento clave en géneros como el rock and roll gracias a su capacidad para una gran variedad de sonidos y estilos.