La guitarra eléctrica fue creada a mediados del siglo XX por Les Paul y transforma las vibraciones de las cuerdas en señales eléctricas captadas por las pastillas. Estas señales pasan a un amplificador que las convierte en sonido, usándose a menudo efectos como la distorsión tan popular en el rock. Los amplificadores funcionan con válvulas o transistores, prefiriéndose las válvulas para la distorsión.