La mujer pierde su hacha en el río y Dios la ayuda recuperándola. Cuando el esposo de la mujer cae al río, Dios lo rescata pero la mujer miente sobre su identidad para evitar la poligamia. Dios perdona a la mujer cuando ella explica su razón para mentir. La moraleja es que las mujeres mienten tan bien que incluso Dios les cree.