Eloy Alfaro, líder del liberalismo ecuatoriano, fue asesinado junto con su hermano y otros por una turba fanática en Quito el 28 de enero de 1912. La división dentro del liberalismo tras el derrocamiento de Alfaro en 1911 facilitó que fuerzas contrarias a sus reformas aprovecharan para incitar violencia. A pesar de un tratado de paz, la guerra civil continuó y Pedro J. Montero, aliado de Alfaro, fue asesinado una semana antes del propio Alfaro en Quito.