Mutaciones en moléculas reguladoras de la inflamación pueden causar respuestas inflamatorias excesivas que conducen a enfermedades autoinflamatorias como la fiebre mediterránea familiar, la fiebre hiberiana familiar, la artritis piógena y el síndrome de Muckle-Wells, las cuales se caracterizan por episodios de fiebre, dolor y otras respuestas inflamatorias agudas. Estas enfermedades se deben a mutaciones genéticas que afectan la regulación de la inflamación.