2. Bien y lealmente deben los
maestros mostrar sus saberes a
los escolares leyéndoles libros
Las siete partidas (Alfonso X El Sabio)
No existen más que dos reglas
para escribir: tener algo que
decir y decirlo
Óscar Wilde
3. CAPÍTULO 1
Era diciembre y hacía mucho frío,
mucho más frío de lo normal. Era una clase
corriente, en un instituto corriente, y con personas
agradables y normales como en cualquier otro, pero
en este instituto, llamado Saavedra Fajardo, había
una cosa que no era normal, nada normal: los
mutantes, personas con mutaciones, aunque esas
mutaciones no se notaban. En este instituto había
una norma: “Todo aquel que vea un mutante dentro
del centro tendrá que decírselo a la Directora y ese
mutante se enviara a la cárcel”. Había un grupo de
amigos llamados Pablo Gómez, Pablo García,
Cristian, Fabio, Alex, Jaime, Antonio, Sergio, Rubén,
Álvaro, Víctor, Fran y León y cada uno tenía una
mutación distinta: Pablo Gómez tiraba fuego por la
boca, Pablo García se transformaba en un diablo,
Cristian podía mover cualquier cosa con la mente,
Fabio podía hacerse gigante, a Alex le salían pinchos
4. por todo el cuerpo, Jaime podía hacerse
invisible, Antonio tenía alas escondidas en la
espalda, Sergio podía comerse cualquier
cosa, Rubén tenía rayos X, Álvaro se
teletransportaba, Víctor era capaz de leer el
pensamiento de otras personas, Fran podía correr
a 2.000 Km. por hora y León se podía cubrir todo
el cuerpo de acero.
Ellos querían tener los mismos derechos que las
personas normales, y entonces pensaron que
debían actuar hablando con la Directora, pero
sabían que, en cuanto ella oyese la palabra
mutante, pulsaría el botón de alarma y los agentes
especiales los detendrían. Aún así decidieron
utilizar sus mutaciones.
Un día Sergio estornudó y contagió a todas las
chicas de su clase, todas tenían la misma
mutación que él, pero ellas, no sólo se comían
cualquier cosa, sino que además tenían aliento
helado.
Las chicas que fueron contagiadas por el estornudo
de Sergio fueron : Elena , Sarah , Julia , Nuria , Marta
H. , Marta M. , Miriam , Claudia , Alba , Paula , Isa ,
Sofía , Blanca y Bea.
Las mujeres mutantes también adquieren otro poder
no muy reconocido en su planeta :
Sarah: es totalmente flexible; de goma.
Claudia: controla el tiempo.
Elena: posee supe fuerza.
Marta. H: hipnotiza a cualquier persona.
Marta M: podía hacer que una persona pensase
como ella quisiera.
Nuria: cuando mira a un chico lo vuelve en piedra.
Isa: controla la luz.
Julia: controla el clima con su actitud.
Miriam: todos los animales le hacen caso.
Alba: puede volar.
Paula: puede hacer que los chicos la quieran.
Sofía: podía hincharse y deshincharse hasta ser
plana.
5. Blanca: podía transformarse en todos los estados
del agua (líquido, sólido y gaseoso)
Bea: podía controlar los sueños de otras personas y
dormirlas y por unos minutos convertirse en otra
persona.
Era por la noche, los chicos habían salido de juerga y
las chicas estaban en la clase ABFS en una fiesta de
pijamas, donde hacia tiempo que nadie entraba. De
repente sintieron que algo les observaba.
Por un momento todas se callaron y oyeron un ruido
parecido a jijijjjjjjjjj.
Todas se asustaron y se
juntaron, abrazadas, mirando la puerta. Súbitamente
la puerta se abrió de un golpe brutal y … no había
nada.
Las chicas se quedaron intrigadas, hasta que Paula
gritó diciendo: ¡¡¡Alguien me ha dicho….!!!! ( se
quedó callada). Rápidamente apareció Jaime al lado
de Paula, riéndose a carcajadas. Todos los chicos
salieron de improviso de un salto de detrás de la
puerta diciendo : ¡ Buuuuh! ¡Jajajajajajaja!
Chicas:-¡¡¡Achooo!!!
Y todos nos pusimos a jugar a diferentes cosas.
6. CAPÍTULO 2
Después de la fiesta, el
lunes, estábamos súper cansados… y en clase de
Ciencias Naturales casi nos dormíamos. Y ese día
fue cuando cambió todo…
Nadie se lo esperaba… pero el instituto estaba…
¡INFECTADO DE ZOMBIS! Y os preguntaréis
cómo paso.
Bueno, pues a clase vino un científico en
prácticas que decía que estaba experimentando
con un tema muy interesante… y que nos
sorprendería a todos…
Después, el científico nos explicó de lo que
trataba…; nos dijo que era un tema SUUUUPER
delicado y que no podíamos tocar NADA. Pero
Pablo Go. tocó sin querer algo y se desató LA
CATÁSTROFE.
Enseguida nos explicó que estaba trabajando la
manera de revivir muertos y trajo un cadáver
consigo.
De repente ¡EL CADAVER SE EMPEZÓ A MOVER!
Algunas, como Sarah, empezaron a gritar, otros, se
quedaron con la boca abierta y otros empezaron a
retroceder hacia atrás hasta que chocaron con la
pared. El cuerpo inerte ahora era un cuerpo con vida
y empezaba a levantarse de la camilla y a mirar a
todos los niños y niñas de la clase, que se pusieron
muy nerviosos; el problema era que había gente que
al ponerse nerviosa no controlaba sus poderes y
estos salían sin apenas poder controlarlos. Sarah
empezó a doblarse hacia atrás poco a poco, a Alex le
empezaron a salir pinchos por el cuerpo, Jaime
empezó a hacerse invisible poco a poco y Pablo Ga.
empezó a convertirse en diablo.
Todos los afectados le pedían al profesor permiso
para salir al aseo para que supieran que eran
mutantes. Los que se permanecieron en clase se
7. quedaron pasmados al ver que aquel hombre al
que habían revivido no mostraba ningún síntoma de
haber estado muerto anteriormente; al
revés, parecía tan vivo que daba miedo, pero nunca
sería el mismo a no ser que se acordara de todo lo
vivido. Y eso era muy difícil. Por último, el científico
nos dijo que no dijéramos nada del experimento y
se fue con su alumno. Los que habían ido al aseo
por sus mutaciones volvieron tranquilos sabiendo
que nadie les había visto, al menos eso creían ellos.
Los días siguientes al experimento, no paraban de
ver al científico por las clases con su alumno
revivido; se rumoreaba que el científico estaba
experimentando con unos profesores para intentar
hacerlos más astutos y que el experimento estaba
dando buen resultado. Se decía que eran tres
profesores, pero no se sabía quiénes eran. A toda la
clase de mutantes le entró mucha curiosidad por
ese rumor y decidieron investigar, puesto que
sabían que de aquel científico que era capaz hasta
de revivir a un muerto, se podía esperar cualquier
cosa, y más tras saber que ese hombre era …
8. ¡un científico malvado!- que buscaba por todas las
ciudades mutantes. Él le hacia pruebas a todo el
mundo solo para averiguar si eran o no mutantes y así
deshacerse de ellos o utilizarlos para sus propósitos.
El viernes por la mañana, el científico fue al despacho
de la Directora a pedirle permiso para hacerle unas
pruebas de inteligencia a todos los alumnos y
profesores del centro, incluso a ella. En realidad, él no
iba a hacer ninguna prueba, solo quería realizar unos
análisis para saber si daban positivo o negativo en
mutación.
El científico comenzaría sus pruebas el lunes por la
mañana. Ninguno de los alumnos del centro sabía que
el científico iba a realizar estas pruebas hasta que lo
vieron esperando a todos los alumnos y profesores en
Jefatura de Estudios.
Todos los alumnos se realizaron las primeras pruebas
sin ninguna duda ni temor . Pero los alumnos de 1º A
sospechaban algo.
Él revisaría los resultados por la tarde. Todos los
alumnos de 1º A le pidieron a Jaime que se
transformara en invisible y que viera en el
ordenador del científico de que se trataba en
realidad esta prueba.
Jaime, sin dudarlo, lo hizo. Entró sigilosamente en
Jefatura y vio que en la pantalla del ordenador
ponía “ Revisión de mutantes en el centro IES
Saavedra Fajardo” . Jaime, al leerlo, salió como un
rayo del lugar para contárselo a sus compañeros.
Cuando Jaime llegó contó lo que había visto y
empezaron a preocuparse, ya que los análisis
daban positivo.
Tenían que colarse como fuera en el archivo del
científico y cambiar esos resultados. Cada uno dio
una idea, pero todas eran muy arriesgadas Entre
todos se les ocurrió un plan que iban a poner en
marcha, pero iba a ser necesarios todos sus
poderes.
9. Llegó la hora de realizar el plan.
Sofía se hizo tan plana como la hoja de un papel y se
coló por debajo de la puerta y abrió desde dentro.
Cuando estuvieron dentro, Claudia congeló el
tiempo y así nadie sabría que ellos habían estado
allí. Mientras los demás montaban
guardia, Jaime, que era el que más sabia de
informática, cambió los resultados y todos se fueron
a sus casas tranquilamente. A la mañana
siguiente, el instituto estaba lleno de policías
buscando mutantes. Cuando llegaron a la clase, su
tutora, Ana Cárceles, les dijo que si veían a un
mutante debían decírselo inmediatamente a ella o a
cualquier profesor. Sabían que tenían que hacer algo
porque si no actuaban los iban a encerrar.
Con todo este problema algunos decidieron no ir a
clase hasta que todo esto se calmase un poco.
Mientras, las demás personas tuvieron que soportar
todos los controles del malvado científico.
Pasaron dos días y nada cambiaba; entonces
decidieron inyectarse sangre humana, como les
había aconsejado el padre de Blanca, para que no
pudieran sospechar de ellos.
Al día siguiente fueron al instituto un poco
nerviosos. En cuanto vieron las otras pruebas que
tenían que superar se asustaron y se dieron cuenta
de que lo que habían hecho no serviría para nada,
así que fueron a la casa de los abuelos de Marta H,
que eran los mutantes más preparados del mundo.
Lo primero que les dijeron fue que cómo se les había
ocurrido hacer una cosa así, tan arriesgada.
Lo segundo fue que ellos tenían una pócima para
poder convertirse en humanos durante veinticuatro
horas. Todos se pusieron muy contentos al saber que
estaban salvados.
10. Los mutantes se fueron corriendo al instituto; antes
de entrar se tomaron la pócima. Todos contentos
empezaron a hacerse las pruebas y ¡todos dieron
negativo!
La policía había hecho pruebas a todos los alumnos y
como nadie daba positivo se marchó. La profesora se
extrañó al ver que no había ningún mutante, ya que
últimamente había observado cosas muy raras.
Primero: que las clases se pasaban muy rápido.
Segundo: los chicos normales estaban pensando en
otras cosas y había más luz de lo normal.
Tercero: había muchos animales por el patio.
Cuarto: algunas personas les dolía constantemente la
cabeza, como si les estuvieran leyendo el
pensamiento.
Quinto: había plumas de gran tamaño en el patio.
Sexto: casi todo el material escolar estaba roto
debido a que algo o alguien se los comía.
Y todo eso debido a que los mutantes estaban
sufriendo una etapa muy difícil, llamada pubertad,
en la que ellos no podían controlar totalmente sus
poderes. En estas circunstancias podrían
descubrirlos en cualquier momento. Por eso
decidieron ocultarse durante algún tiempo.
Lo que no sabíamos es que ella era también una de
los nuestros y que en realidad quería ayudarnos.
´
11. CAPÍTULO 3
Estábamos ya dos semanas
encerrados en nuestra clase con la calefacción
puesta. Teníamos miedo de que los zombis nos
escucharan y nos atacaran. Los zombis creados por
el científico loco acudían a cualquier ruido extraño.
Comíamos poco para que no se acabaran las
provisiones que teníamos. Las chicas con su aliento
fresco dejaban la comida congelada en las taquillas
para que no se pusiera en mal estado. A Sergio le
teníamos la boca tapada por si le daba por comerse
el calefactor, que era nuestra única fuente de calor.
Cuando nos aburríamos buscábamos películas y
videos en Youtube y montábamos allí fiestas por las
noches, que era el único momento en el que los
zombis no se encontraban por los pasillos ni por el
instituto. Esa misma noche, Rubén, con sus rayos X,
estaba haciendo guardia desde dentro de la clase,
ya que él podía ver todo lo que pasaba a través de
las paredes.
12. Rubén nos comunicó que sigilosamente los
zombis entraban a la clase ABFS y salían unos
hombres con capuchas negras que iban hacia la
puerta de salida. Todos empezamos a pensar en
dónde estarían esos zombis… ¿Metidos en ABFS?
Se nos ocurrió que podríamos ir hasta allí y
destruirlos. Sergio se comió la puerta y Miriam
invocó un caballo para cada uno.
Fuimos a galope escaleras arriba hasta llegar a
ABFS; la puerta estaba cerrada y blindada…
¿Cómo la abriríamos? Cristian cogió un clip y lo
abrió hasta dejarlo tieso, poco a poco lo fue
doblando con la mente hasta que tomó la forma
de una llave y la metió en la cerradura.
Al abrir la puerta nos encontramos unos DISFRACES
DE ZOMBIES tirados en el suelo. Salimos corriendo
confusos porque uno de los caballos se estaba
atragantando con algo que se había encontrado en
el suelo. El brazo de Sarah se estiró y se metió en la
garganta del pobre caballo, que no paraba de toser.
Al final consiguió sacarlo; era un papel en el que
ponía “CONTRATO PARA ACTUAR DE ZOMBIES DÍA
Y NOCHE POR EL IES SAAVEDRA FAJARDO”. Ahora
todo tenía sentido: aquellos zombis no eran más
que hombres y mujeres disfrazados. Entonces el
científico loco no sabía revivir a los muertos, solo
era una tapadera. Ahora teníamos la certeza de que
venía a por nosotros.
Al día siguiente, el científico loco volvió y ya no nos
daban miedo sus zombis Paula lo entretuvo con sus
poderes de enamoramiento y consiguió llevárselo a
la cafetería de Manolo. Luego, como no teníamos
tiempo, Fran a 2.000 km. /h fue corriendo a ABFS
y, examinando minuciosamente el aula, encontró
unos planos de una máquina que funcionaba con
poderes mutantes.
13. Ese era su combustible y por lo que parecía se
diría que era un taladro gigante. Al lado encontró
un croquis de sus planes futuros; al parecer, lo
que quería conseguir era llegar al núcleo de la
Tierra. Con los poderes de Julia bajaría la
temperatura tanto que solo él sobreviviría con su
traje hecho con los poderes de León y de Alex,
ya que mantendría su cuerpo a una temperatura
agradable. Luego tenía unos dibujos de unos
robots a los que daría vida y que él controlaría;
eran una especie de humanos poco
desarrollados. ¡Necesitaba sangre mutante!
¡Necesitaba todos nuestros poderes.
¡QUERÍA DOMINAR EL MUNDO!
14. CAPÍTULO 4
Tras saber lo que quería hacer el
científico, los mutantes idearon un plan: iban a ser
sus esclavos para averiguar cómo quería gobernar el
mundo.
Estuvieron buscándolo durante un buen rato hasta
que lo vieron en el laboratorio de química.
Cuando llegaron le dijeron que le admiraban y que
querían trabajar para él. El científico se quedó un
poco asombrado, pero les dio una
oportunidad, aunque tendrían que pasar una
prueba. El científico les sacaría sangre, así vería si
eran mutantes o humanos y podría inyectarles los
poderes malvados. Después de haberlo
escuchado, todos se fueron a casa de los abuelos de
Marta H para que les dieran sangre humana. Al
llegar, se lo contaron todo, pero estos respondieron
que no tenían suficiente sangre humana para
todos, así que el científico los descubriría. Fueron a
hacerse las pruebas y dieron positivo y aunque el
científico sabía que eran mutantes hizo como si no lo
supiera.
Les inyectó a todos un líquido que hacía que todos
los poderes se convirtieran en malos, aunque los
poderes no eran individuales.
Antonio y León: se convertían en gigantes
Alex y Fabio: lanzaban balas con las manos.
Sofía y Julia: al mirar a alguien muy intensamente les
convertían en piedra.
Elena y Blanca: hipnotizaban a las personas para
mandarles órdenes.
Alba y Nuria: controlaban el agua con la mente.
Pablo Go. y Cristian: tenían aliento helado.
Claudia y Miriam: se tele transportaban a cualquier
lugar.
Bea y Marta H: podían adquirir cualquier forma
humana.
Paula y Sarah: podían controlar a las personas.
Isa y Marta M: podían parar el tiempo.
Víctor, Fran y Rubén: se convertían en cualquier
animal.
Jaime y Sergio: se convertían en invisibles.
Álvaro y Pablo Ga.: podían escupir fuego.
15. Ellos todavía no sabían manejar sus nuevos
poderes, así que tendrían que aprender a
controlarlos. Al día siguiente, en el recreo, le
pidieron las llaves del gimnasio al profesor de
Educación Física y él, extrañado, se las dio. Todos
fueron al gimnasio y comenzaron a entrenar, cada
uno con su nueva mutación. Estuvieron manejando
sus poderes: Víctor, Fran y Rubén se convirtieron en
leones, Álvaro haciendo el graciosillo casi quema la
canasta, Antonio creció hasta llegar al techo, Bea y
Marta. H se convirtieron en la Directora, pero lo que
no sabían era que el científico en ese mismo
momento los observaba desde la puerta del baño
de las chicas, y estaba convencido de que si los
convertía en sus esclavos gobernaría el mundo; pero
tampoco sabían que habían cámaras en las
esquinas. Al día siguiente el científico los citó en el
aula ABFS y fueron todos. Les dijo que sabía que
eran mutantes…¡Pero eso no es lo peor! Tenía el
video que había en el gimnasio mientras
entrenaban, y los chantajeó diciéndoles que si no
eran sus esclavos le
enseñaría el vídeo a la Directora. Lógicamente
eligieron ser sus esclavo antes que ser denunciados
ante las autoridades. Al día siguiente quedaron en
clase para elaborar un plan...
16. CAPÍTULO 5 Cristian helaba las escaleras y Álvaro y Pablo Go. la
calentaban un poco para que se convirtieran en agua
y resbalasen.
Blanca se convirtió en gas y se metió en las
cerradura de las puertas principales para después
convertirse en hielo y evitar que se abrieran.
Pablo Ga. se puso en lo alto de la azotea y se
convirtió en diablo para empezar a asustar a la
gente, y Víctor y Fran se convertían en animales
salvajes para que la gente no se acercara.
El resto intentaba meterse en el ordenador para
buscar información.
Quedaban treinta segundos para y
cuarto, 20, 15, 10, 10, 10... Jaime exclamó: ¡Cómo!
El tiempo se había parado, todos se quedaron
impresionados y miraron alrededor. Claudia había
conseguido parar el tiempo, pero su suerte no iba a
durar mucho...
Por fin, consiguieron la contraseña y entraron en el
ordenador, pero entonces, sonó la sirena y Claudia
entró en clase corriendo. Todos gritaron: ¡NOOOOO!
Pero ya era tarde, la sirena había sonado.
Eran las 8:10 de la mañana y todos
estábamos en clase, no teníamos mucho tiempo.
Estábamos todos casi asfixiados, pegándonos unos a
otros por llegar al ordenador de la profe para buscar
información sobre el científico.
Entre aquel caos de gritos, tirones, patadas,
empujones, Sarah intentaba estirar el brazo para llegar
al ratón, a Alex le salieran pinchos por el cuerpo para
abrirse paso, Rubén intentaba convertirse en ratón
para ver si podía pasar, A Álvaro se le escapó un eructo
y entonces la mesa empezó a arder. Por suerte Pablo
Go. estaba al lado y con su aliento helado pudo
apagar el fuego.
Eran las 8:14. Estaba claro que iban a tardar
demasiado en adivinar la contraseña, así que todos se
pusieron en marcha.
Paula se fue a los pasillos para empezar a distraer a los
chicos y enviarlos por otro camino, pero Nuria iba a su
lado por si alguno se le escapaba convertirlo en piedra
17. Y entonces, cuando entraron, se quedaron
boquiabiertos al ver al científico con una pérfida
sonrisa y a punto de echarse a reír...
El científico dijo:
- Sentaos ahí. Pablo Ga. ven aquí, mientras le
señalaba con el dedo.
En medio del gimnasio había un viejo sillón muy
usado, el científico le dijo a Pablo Ga. que lo
quemara y él se negó con la cabeza.
El científico sacó un mando de una mochila que
tenía al lado de su pierna izquierda y apuntó a Pablo
Ga. Y, de repente, él se giró y sin poder evitarlo de su
boca salió una llamarada; el sillón empezó a arder
-El científico les dijo:
- Os acordáis de los poderes extras que os di, pues
solo yo puedo controlarlos y espero que me ayudéis
porque si no, lo vais a pasar muy mal, ¡jajajajaja!
Al final la clases acabaron, y todos quedaron en el
parque para estudiar la situación.
Desde la clase se oían los pasos y las voces de la
gente andando por los pasillos.
Todos hicieron su trabajo mientras los restantes
intentaban encontrar información sobre el científico.
Ya eran y cuarto y la gente se atascaba en las
puertas. Por alguna razón los chicos estaban todos
en la cantina, las puertas no se abrían y las escaleras
estaban como si hubiera llovido dentro del edificio.
Por fin, encontraron algo de información sobre el
científico: dónde vivía, en qué trabajaba, qué
hacía, aquí y sobre todo algo muy importante: un
plano de un robot que él mismo estaba fabricando.
De repente, Rubén gritó:
-Ana, Ana.
Apagaron el ordenador y todos volvieron a su sitio.
-Buenos días, dijo la profesora
-Buenos días, contestaron todos los alumnos de 1º
A.
Las clases pasaron tranquilas y muy rápido,
hasta que llegó la hora de Educación Física.
18. Al día siguiente estábamos todos en el mismo jardín.
Bea sugirió que Alba podría volar para buscar a
Pablo Go., Víctor y Alex. Y justo cuando Alba iba a
volar , a través de la mente, Víctor nos indicó que
estaban en un tipo de laboratorio antiguo.
Marta H. se sobresaltó y dijo:
¡¡¡¡LA FÁBRICA ABANDONADA!!!!.
Y Claudia contestó: -¿cómo vamos a entrar?
Cuando llegaron a la fábrica vieron a un guardia y
un cartel que prohibía la entrada a gente no
autorizada. A Bea se le ocurrió entonces una gran
idea, la de convertirse en el científico. Bea, mutada
en él, le dijo al guardia que traían más mutantes y
este les dejó pasar.
En el camino se encontraron con muchos guardias y
como la transformación de Bea duraba apenas unos
minutos los descubrieron. Tuvieron que salir
corriendo y buscar un lugar donde ocultarse.
CAPÍTULO 6
Una vez que se acabó la reunión en el
parque nos íbamos a ir cada uno a nuestra
casa, pero Pablo Go., Víctor y Alex se fueron juntos
y, cuando llegaron al punto donde debían
separarse, vieron a un hombre que se le acercaba.
Como era de noche no se le veía la cara y cuando le
alcanzó un rayo de luz de la farola en la cara
descubrieron que era......¡EL CIENTÍFICO LOCO!
El científico dijo:¡¡¡¡¡COGEDLES!!!!! Y, en ese
momento, Víctor nos dijo a cada uno a través de la
mente que les habían atrapado, ya que el científico
llevaba un arma secreta con la que los dejó
inconscientes.
Todos fuimos al jardín y Marta M. dijo que teníamos
que salvarles. Pero Marta H. dijo que sería mejor
que lo dejasen para el día siguiente porque todos
corrían el mismo peligro de ser atrapados.
Quedaron en actuar al día siguiente y todos se
fueron a su casa.
19. Dado que la idea de pasar a la fábrica convirtiéndose
Bea en el científico loco había fracasado, todos
estaban desesperados , excepto Rubén.
Él tenía rayos X en los ojos y podía ver tras las
paredes de la fábrica dónde estaban atrapados
Víctor, Álex y Pablo Go.
Todos fueron tras Rubén recorriendo las paredes
interiores de la fábrica para encontrar a sus
compañeros. Tras un largo rato buscando, al fin los
encontraron, pero no podían traspasar las paredes
para liberarlos. Así que Marta H. hipnotizó a todos
los guardias de la fábrica y todos fueron directos
hacia donde estaban sus compañeros.
Tuvieron que pasar distintos pasillos hasta llegar
hacia ellos, pero les fue fácil al estar los guardias
hipnotizados. Entraron en la sala donde estaban
atrapados y los liberaron a los tres. No había sido
difícil, pero ahora tenían que salir de aquel lugar.
Todo estaba listo para salir huyendo de aquella
abandonada fábrica, pero de pronto Isa gritó:
¡¡EL CIENTÍFICO LOCO!!
Pero antes de que los pudiera atrapar a
todos, como Fran tenía el poder de correr 2.000
km por hora, se hicieron una piña y salieron
impulsados por su fuerza.
20. CAPITULO 7
Al siguiente día… volvimos al instituto.
Algunos no estábamos del todo recuperados de lo
de ayer, sobre todo Fran, que vino con un enorme
moratón.
Nadie podía parar de hablar sobre lo que había
pasado la noche anterior. En el recreo intentamos
no ponernos nerviosos porque la Directora y el
doctor loco estaban paseándose por el patio.
¿Se lo habrá contado? – dijo Jaime.
No creo. – contestó Sergio. No parecía que nos
estuvieran buscando.
Regresamos a clase.
De repente se escuchó.…OOOOEEEEEEAAA……….
….OOOOOOEEEEEAAAA……..
Cada vez era mas fuerte, se estaba acercando.
Pablo Go. les dijo que estuvieran preparados.
Todos contestaron que lo estaban, excepto
Elena, que estaba averiguando qué era ese ruido
y…….
PON,PON,PON,PON.
Es el zombi!!!!! – gritó Elena
QUEEEEEE! - replicaron todos.
El falso zombi tiró la puerta abajo, y no venía solo,
iba acompañado con seis zombis más.
Empezamos a pegarles, caían como moscas, pero
aún subían más por las escaleras. Eran
muchísimos, acabamos con unos cuantos pero ya
no podíamos más.
De repente, sonó la sirena del fin del recreo y los
zombis salieron corriendo escaleras abajo, ¡que
alivio para todos!
21. Nosotros también nos fuimos a clase, pero con
cuidado. Cuando llegamos a la clase nuestras
carteras no estaban, ni la profesora tampoco.
De las paredes salieron unos pequeños tubos, que
soltaban un gas lila, y las puertas se cerraron de
golpe. Empezamos a tener sueño; ya era
demasiado tarde para que activáramos nuestros
poderes. Todos nos dormimos y aparecieron dos
sombras riéndose con máscaras, acercándose
hacia nosotros.
Despertamos a la mañana siguiente y estábamos en
una especie de sala gigante encadenados a las
paredes. Nadie sabía dónde estábamos. De
repente, se escucho un ruido:
'RRRRRRRRRRRRRRRR‘
Pablo Go. dijo que miráramos al cielo.
Enseguida nos dimos cuenta que de techo salía una
pantalla gigante que reproducía un vídeo
explicando quién nos había secuestrado y qué
querían. En seguida nos dimos cuenta de que los
que salían en la pantalla eran ¡EL CIENTÍFICO LOCO
Y LA DIRECTORA! En la grabación decían que
nosotros sabíamos demasiado, que no podían
arriesgarse y que nos iban a borrar la mente. Para
conseguirlo lo único que tenía que hacer el
científico era dispararnos con un rayo que el mismo
había creado.
22. Sergio se comió las cadenas y nos liberó y Fran
hizo un agujero en la pared para poder escapar.
Nos fuimos de allí y todos volvimos a nuestras
casas.
CAPITULO 9
Al día siguiente, en el instituto, la Directora nos
llamó a su despacho; estaba allí con el científico loco
esperándonos. Antonio pensaba que había gato
encerrado y se lo dijo susurrando a Álex, que
también pensaba que era una trampa.
Cuando entramos, nos cayó una red. Como todos
sospechábamos que algo así ocurriría, antes de
entrar, Jaime se hizo invisible y se quedó fuera, por sí
acaso. Así que gritamos su nombre y Jaime
rápidamente fue a avisar a Ana, puesto que era la
Jefa de Estudios y nuestra tutora. Le contamos todo
lo que pasaba. Y ella, sin desvelar su mutación, nos
ayudó y nos dijo que ella haría lo que pudiera para
que la gente viera que el científico era malvado. No
sabemos cómo, pero la red desapareció . ¿Serían los
poderes de Ana los más poderosos…?
23. Jaime volvió a los pocos minutos con otro Jefe de
Estudios, Paco. La Directora y el científico se
quedaron asombrados al ver que nos ayudaban a
nosotros y no les dirigían la palabra a ellos.
La Directora le dijo a Paco que cómo se le había
ocurrido entrar sin mi permiso y Paco le replicó
que ya no tenía autoridad en el instituto.
Rápidamente entraron unos policías al salón y se
llevaron a la Directora consigo, debido a que ella
había estado encubriendo al científico.
Todos aplaudimos y suspiramos aliviados.
- Pero no corramos tan rápido, alguien se nos
escapa, - dijo Julia
León dirigió su mirada hacia la puerta y
seguidamente le hizo una señal a Sarah con los
dedos para que cerrara la puerta antes de que el
científico se escapara.
-No vaya usted tan rápido – dijo Ana
Sergio fue a por él, escupió unos clavos que había
comido y lo colgó en la pared de las mangas de la
camiseta para que no escapara.
Paco dijo, señalando una parte del suelo, que si no
recordaba mal había una trampilla. Ana contestó
que estaba junto la mesa. Todos fuimos a rodear esa
misteriosa mesa. Cristian, Isa, Álvaro y Claudia
fueron los más valientes al abrir esa trampilla.
Nosotros, los alumnos, estábamos un poco
asustados por lo que podríamos llegar a encontrar
allí abajo, sin embargo, Ana y Paco ni se inmutaron.
Parecía como si ya hubieran abierto la trampilla
otras veces.
-Esta trampilla lleva a una especie de cárcel, nadie
sabe sobre esto, así que, por favor, seguid ocultando
este secreto, - dijo Ana
Alba sugirió que en ese lugar podrían encerrar al
científico por un tiempo. Lo dijo en un susurro para
que pudiéramos escucharla solo nosotros.
24. Sergio fue a quitarle los clavos al científico y con
ayuda de Fran lo bajaron a aquella especie de
cárcel; todos los seguimos.
Paco les dio la llave de una de las celdas, Pablo Ga.
la abrió y Blanca metió al científico. Seguidamente
cerramos la celda y subimos arriba. Cerramos la
trampilla y con Ana nos fuimos a nuestra aula.
No estábamos para nada tranquilos, sabíamos que
no estábamos lo suficientemente seguros con el
científico loco ahí abajo…