N 20151118 dentro de pocos años encontraremos vida fuera de la tierra (x)
N 20120222 molinos del concejo de celis
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N-20120222
Molinos del Concejo de Celis
Por Paulino Díez de Cos - Celucos
Hay un refrán que dice: septiembre seca las fuentes o lleva los puentes. Este año
de 2011 ha sido de los que secan las fuentes. A pesar de que en todo el verano
apena hizo sol aquí en Asturias, el mes de septiembre y octubre han sido de los más
soleados de los últimos años. Esto a su vez me trae a la mente otros meses de
septiembre de mi niñez; concretamente el mes de septiembre de 1939. El día 9 de
este mes y año, el río Nansa registró una de las mayores crecidas que recordamos
los que la conocimos. Pero se dio la casualidad de que coincidía exactamente con
el treinta aniversario de una crecida de iguales proporciones acaecida el nueve se
septiembre de 1909. Así lo manifestaban los que habían conocido aquella avenida.
Don Paulino Díez de Cos y………. ……dónde puede construir un molino
En la Herrería en el año 1939 el agua llegó hasta el primer paso de la escalera de
casa mi abuelo. // Aquella crecida inutilizó los molinos de Bárcenas y La Herrería
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que servían al concejo de Celis. En el molino de Bárcenas fueron sorprendidos por la
crecida el dueño del molino y una hija (1) y se pasaron dos días en el desván del
molino hasta que las aguas bajaron lo suficiente para poder salir. Mi abuelo (el tíu
Cos) (2), que había sido molinero en aquel molino (3), quería entrar nadando para
sacarlos, pero la familia y los vecinos le hicieron desistir de tal idea, pues era
imposible salir de ella con vida, dada la velocidad con que circula el agua en esos
casos. Los componentes de este molino de Bárcenas, vigas molares, piedras y ejes
los aprovechó Ricardo Cos para el molino que construyó en la Molina allá por los
años cuarenta y tantos del siglo pasado. Una de las piedras del molino está en
Cades en la finca “La Sofía”. // Yo conocí el edificio del molino de La Herrería,
estaba enfrente de la casa de Ceferino y la de Genia Cos; como a unos sesenta
metros en dirección del río. El edificio era bastante rudimentario, como casi todos los
que entonces se dedicaban a los molinos. Las paredes de la planta baja eran de
piedra, y la parte alta que daba hacia las casas de Ceferino y Genia, era de zarzo.
Le tengo oído a mi madre que había una molinera que se llamaba tía Lisa, y en Celis
por los años cincuenta del siglo pasado, había una señora que le llamaban Mari
Molino, que vivía en la Llosa, que creo que era hija de tía Lisa.
Los dos molinos de La Molina ( Celis)
La desaparición de estos molinos probablemente la aprovechó el ingeniero D.
Julio Gutiérrez de Celis (4) para construir en Celucos la central de La Molina,
compuesta de un generador eléctrico de 50 KW y dos molinos para moler maíz, que
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comenzaron a funcionar en 1911. (Precisamente estamos en el centenario de
aquellas efemérides). Hay que reconocer que la instalación era modélica en
aquellos tiempos y que muy difícilmente hubiesen podido competir con ella los
antiguos molinos (5). Las turbinas que mueven los molinos y el generador eléctrico
son de tipo Pelton, dado el poco caudal de que dispone y la gran altura del salto de
agua, pues funciona más por la altura que por la cantidad. Los molinos llevan una
gran reducción de velocidad a base de engranajes para adaptar la gran velocidad
de las turbinas a las 110 r. p. m. que necesitan los molinos. La central eléctrica
alimentaba a los pueblos del concejo de Celis y los pueblos de Cabrojo, Obeso,
Pedreo, Puentenansa y Rioseco. No funcionaba nada más que por la noche, o sea,
desde que el molinero consideraba que hacía falta la luz hasta que amanecía al día
siguiente. Algún verano que había mucha sequía, no funcionaba toda la noche,
pues no represaba bastante agua el río de La Molina, a pesar de necesitar una
cantidad muy pequeña Cada abonado tenía una lámpara de 25 W a 125 V. Para los
pueblos del concejo de Celis la corriente salía en baja tensión desde la central y
para los del concejo de Puentenansa se transportaba a 2500 V. La corriente era
monofásica. Los abonados generalmente usaban la lámpara como portátil y la
trasladaban al local de la casa donde se necesitaba. No había contadores y creo
recordar que antes de la guerra de 1936 cada abonado pagaba 0,25 pesetas al
mes por cada lámpara contratada. El molinero, que atendía la central eléctrica y las
líneas de los pueblos, tenía como compensación lo que producían los molinos. En
aquellos tiempos en que la mayoría de las fincas estaban dedicadas al cultivo del
maíz esta compensación era razonable.
El embalse o “depósito” está situado en el sitio más adecuado según la
configuración del terreno y las consideraciones técnicas, pero la central está
situada a media ladera entre el “depósito” y el nivel del río Nansa (6), nivel que sería
el más adecuado para sacar la máxima energía del salto de agua. El situarla donde
está, me parece haber oído decir, que fue a causa de haber adquirido la propiedad
de un antiguo molino que allí había.
Con el tiempo aumentó mucho el consumo de electricidad en aquellos pueblos y
la central de La Molina, evidentemente, era insuficiente. El dueño, el citado D. Julio
Gutiérrez de Celis, que había adquirido el molino y la finca de Rehondillo, a orillas
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de río Nansa, pensó el trasladar la central de La Molina a Rehondillo, doblando así la
altura del salto y aumentando considerablemente la potencia de la misma, pero por
un cúmulo de razones complejas, lo fue demorando y terminó vendiéndolo todo. El
molino de Rehondillo me parece que ya estaba construido. Estaba en el mismo sitio
que está hoy La Central de Celis. Hace unos años, Ceferino Gutiérrez Gutiérrez
(padre), vecino de la Herrería me dijo que el tío Xico, de Riclones, había estado de
molinero en aquel molino y que se había caído un crío del corredor y se había
matado.
De todas formas D. Julio reformó el molino y lo modernizó. Una de las ventajas
con que contó fue el disponer de casi toda el agua del río Nansa, lo que le permitió
contar con una considerable potencia hidráulica. Recuerdo el abundante cauce de
agua que destinaba al funcionamiento del molino con una gran abundancia de
truchas en unas aguas cristalinas maravillosas.
Lo primero que hizo fue sustituir la antigua presa de estacas y maderas con
piedras, por una presa a base de gaviones de alambre rellenos de piedra (7) (8),
limpió y amplió el cause de alimentación del molino; instalando compuertas en la
toma de la presa, en mitad del cauce y en el aliviadero. Instaló una turbina metálica
tipo Girard de admisión total para el accionamiento del molino. Instaló rejillas de
protección en la salida de aguas para el molino. Las piedras del molino no sé si son
las que había o si las cambió. Eran muy grandes, así que el rendimiento era tan
grande como el de los dos molinos de La Molina. Instaló dos compuertas en el
molino, una para la alimentación al molino y otra para la alimentación a la “pisa”.
Esto de la pisa merece consideración aparte, pues era una instalación muy
interesante. No tengo idea de que hubiese “pisa” antes de las reformas hechas por
D. Julio, yo ya conocí la nueva instalación. El canal de desagüe del molino era muy
profundo y en el fondo de este canal de desagüe estaba la rueda hidráulica que
movía la pisa. Esta era una rueda metálica de paletas planas de madera,
alimentada por debajo, de unos 2,30 m de diámetro que cómo digo más arriba se
alimentaba con el agua que alimentaba al molino, cuando funcionaba éste, y
cuando no funcionaba se habría una compuerta para dar paso desde el camarao,
al agua para exclusivo funcionamiento de la pisa. Como digo el canal de desagüe
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era muy profundo y la pisa estaba unos cuatro metros más alta que el fondo del
canal. El movimiento de la rueda se transmitía a las levas de los mazos por medio de
un eje vertical acoplado por sendos juegos de piñones cónicos en sus extremos. Las
levas estaban constituidas por dos bastidores metálicos con un rodillo en cada
extremo, calados sobre un eje horizontal, con un desfase de 90 grados.
La estructura que soportaba los mazos era de madera de roble perfectamente
escuadrada y enlazada y de un tamaño y aspecto imponente. He visto varias pisas
antiguas, verdaderamente chapuceras comparadas con la que nos ocupa (9). El
agua necesaria para remojar la tela que se pisaba procedía de la fuente de
Rehondillo que nace a unos treinta metros de donde estaba la pisa. Esta fuente de
Rehondillo, hay que recordar que cuando se construyó la Central de Celis y la
Cámara de Carga, se secó y estuvo dos o tres años sin manar agua, hasta que
inesperadamente volvió manar con normalidad.
Detrás del molino había un nogal bastante corpulento y de una rama del árbol
había colgado de unos cables de acero un columpio que volaba sobre el canal de
desagüe del molino (10). Creo que inspiraba terror el columpiarse en aquel
artefacto, pues nunca vi a nadie usarle (11).
Es necesario decir algo del “sayal”. El sayal es la tela que se sacaba de la pisa y
era una tela tejida con lana de oveja. Generalmente la lana que se empleaba era
la de las ovejas negras, pues era el que se utilizaba para hacer escarpines y estos
eran negros. Cuando se iba a destinar para el sayal la lana una vez hilada se
mandaba a tejer. Esto se hacía en Bárcenas en casa de tía María; una de las hijas
había aprendido el oficio de tejedora —creo que era Ción—, y tejía todo el sayal del
Valle del Nansa. La elaboración de la lana en aquellos tiempos ocupaba bastante a
las mujeres. Las ovejas se esquilaban dos veces al año, en el mes de mayo y en el
mes de septiembre. Se lavaba con agua caliente (generalmente en el río Nansa) y
después de seca se “escarmenaba”, luego se cardaba con unas cardas de púas
metálicas, se hacían las lluetas y puestas en la rueca se hilaban, “se jilaban”. La
rueca la sujetaban las mujeres metiéndola por el escote entre la chambra y la
camiseta. Las hilanderas eran las mujeres mayores, pues las generaciones
aparecidas después de la guerra de 1936 ya casi ninguna aprendió a hilar. Sin
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embargo casi todas las jóvenes eran diestras tejedoras con agujas y ganchillo.
Confeccionaban con suma destreza calcetines, jerséis, bufandas… Mención aparte
merece Tía Fernandina la de la Herrería, pues sentada en el corredor de su casa
tejió con las agujas miles de pares de calcetines.
En el concejo de Celis abundaron los molinos y hay constancia de otros, además
de los mencionados hasta ahora. El río llamado de La Molina era propicio para
instalar en él artefactos hidráulicos dada su pendiente y constancia relativa de
caudal. Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que los edificios que
contenían a los molinos tenían muy poca entidad arquitectónica y eran poco más
que cobertizos provisionales. Teniendo esto en cuenta voy a mencionar los que
tengo alguna idea de ellos. El primero que se me ocurre y además comenzando por
la desembocadura del río en el Nansa, es el Molino Morea. Éste se encontraba un
poco más arriba del puente que cruza el río y que da paso al camino que pasando
por La Central de Celis se dirige al barrio del Robreo pasando por La Peña el Pollo.
Yo había oído hablar de él pero no tenía noticia muy exacta de dónde se
encontraba: hace unos años un vecino de Celucos encontró allí una de las piedras
del molino y la tienen como mesa en Celucos en el lugar denominado La
Huertezuca.
Siguiendo el curso del río hacia arriba, nos encontramos con El Molino del Cojo
que construyó Ricardo Cos por los años cuarenta y tantos del siglo pasado. No tuvo
mucho éxito el proyecto y hoy está abandonado. Este molino tiene las piedras y las
vigas molares del Molino de Bárcenas, además de algún otro componente
procedente de este molino.
Siguiendo el curso del río, un poco más arriba de donde cruza la carretera se
encontraba El Molino de tíu Fraile (12 ). Yo le conocí intacto, aunque parado. Estaba
muy bien construido, parecía un juguete: el camarao y el cauce eran de piedra de
sillería perfectamente labrada, el edificio del molino era muy pequeño, así que
habían contruido algunos anexos alrededor de él. Fue destruido allá por los años
sesenta del siglo XX para aprovechar la piedra para una cuadra que se hizo en
Celucos.
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Siguiendo río arriba nos encontramos con la central de La Molina que ya
describimos anteriormente. // Me parece el haberle oído a mi madre que un poco
más arriba de la central de La Molina había restos de otro molino, pero la idea que
tengo es tan difusa que apenas la expongo. // La toponimia nos ayuda muchas
veces en la historia, y teniéndolo en cuenta, pienso que en el lugar denominado
“Las Pisas” debió de haber en alguna ocasión algún mecanismo de esta índole.
Una inspección visual de dicha zona quizás nos diese algún dato más concreto
sobre el asunto.
Siguiendo con esta idea de la toponimia; mas arriba del depósito de la central
de La Molina hay un prado que se llama prado de Verde-Molín. Lo de verde es
evidente, pues es un prado húmedo y se mantiene verde en cualquier época del
año, y lo de Molín no puede ser mas evocador. Ahora si: hay que tener en cuenta
que si lo de Molín quiere decir algo, es casi seguro que está relacionado con la
proximidad del barrio de Trespeña, cuya historia sería muy interesante investigar.
Relacionado con el barrio de Trespeña, me han dicho, que un poco más abajo del
Ojurrió (sic) hay restos de un antiguo molino que indudablemente pertenecería a
este barrio. El Ojurrió es el nacimiento del río de La Molina, de donde se suministra
de agua ahora todo el concejo de Celis.
También existieron molinos en el término de Riclones, en el río de Lamasón. Uno
de ellos fue el de Bollano. El fijar la situación de este molino me cuesta trabajo, pues
desconozco el nombre de los lugares que le rodeaban. Lo primero que puedo decir
para aproximarme es que estaba en el vado que se utilizaba para cruzar el río
desde Riclones en dirección a Cades (13) También parece que había una pisa con
el molino, pero no pude comprobar nada.
Restos de otro molino también se encuentran sumergidos bajo el embalse de La
Palombera, casi en la unión del río Nansa y el río Lamasón. Antes de construir el
embalse era perfectamente visible. Para ser preciso en la situación de ambos
molinos voy a recurrir a las coordenadas geográficas. Puede que parezca el
método demasiado rebuscado, pero al fin es el más sencillo y el más preciso.
Cualquiera con un ordenador puede fijar en treinta segundos la situación de ambos
molinos. // La situación del molino de Bollano es 43º 17’ 22,83” N y 4º 27’ 52,90” W y
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la del que había bajo el embalse de La Palombera es 42º 17’ 40,33” N y 4º 27’ 24,98”
W.
Como digo más arriba la toponimia nos indica, o nos recuerda cosas
históricas y teniendo esto en cuenta tenemos que más debajo de La Cotera, en
dirección a Barcelumbrosa, hay una peña que le llaman Castro Molinuco y allí
parece que en tiempos también hubo un pequeño molino.
En el término de Celis está el sitio llamado Las Fuentes y allí parece que
también hay restos de un molino que funcionaba con el agua de dichas fuentes. (X)
Cerca de la cueva de Riconorias también hay un sitio que le llaman Castro
Molinuco y al lado hay un reguero y restos de piedras grandes que parece que allí
también hubo un pequeño molino que funcionaba con el agua que bajaba de las
canales de Ribolastra y Sel del Cuervo. No tengo más datos de él.
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Notas:
1) Leonor Cortines y su padre
2) En tiempos, en aquellos pueblos cuando una persona cumplía cierta edad, se la
denominaba tío fulano o tía mengana.
3) El molino de Bárcenas estaba en la margen derecha del río Nansa, y para que los vecinos
del concejo que vivían en la margen izquierda, pudiesen pasar a moler tenía una barca, que,
cogida a un cable que atravesaba el río, pasaba a los clientes y la molienda al molino. El cable
en el lado de Celucos estaba sujeto a un hierro clavado en una peña y en lado de Celis atado a
un castaño que estaba cerca del molino. Los clientes para avisar al molinero tiraban de una
cuerda que hacía sonar un pequeño cencerro que había en el molino.
Mi madre nació en “la casona de Barcenas”, del mismo barrio, considerada una de las más
antiguas del concejo de Celis.
4) Nacido en Riclones. Sus restos están en el cementerio de San Pedro de Celis en un nicho
anónimo, pues al quedar el panteón familiar abandonado fue vendido y los restos que
contenía los depositaron en un mini- nicho.
5) Los molinos tienen, entre otras muchas perfecciones, una central de engrase que con un
pequeño giro de un volante se engrasan todos los puntos que lo necesitan.
6) Donde desemboca el río de La Molina
7) De esta presa de gaviones tengo un recuerdo muy personal. Entonces; que el río Nansa
circulaba libremente por su cauce, casi todos los años había alguna crecida considerable que
causaba algún daño en la presa. Una de estas veces que estaban reparando una abertura
bastante grande que había abierto una crecida, tenían puesta una madera para cruzar sobre
ella. Debía de tener yo muy poca edad y me gustaba ir con mi padre a cualquier sitio que el
fuese, el caso es que por las tardes, después de comer, me llevaba con él a Rehondillo y
mientras él trabajaba con otros obreros en el mantenimiento de la presa y el molino yo me
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pasaba la tarde jugando a mi aire cerca de donde ellos estaban. Una tarde cuando terminaron
la faena y quitaron la madera que tenía puesta para cruzar la brecha que había abierto el río,
yo me encontraba en la margen derecha y en lugar de pedirle que me pasasen, me puse a
cruzar yo la corriente, pero era tan fuerte que me arrastró y me tiró al suelo. Con el ruido de la
corriente no me oían hasta que se dio cuenta mi tío Pedro y dijo: ¡aquel crío!, y salió corriendo
a sacarme de la corriente. No recuerdo como terminó la cosa, pero creo que seguí yendo con
mi padre hasta que me incorporé a la escuela hacia los seis años.
8) D. Julio vendió toda la propiedad de La Molina y Rehondillo a D. Venancio Díaz, de Rábago,
y este construyó una presa de hormigón en lugar de la de gaviones. La presa la construyó un
constructor de Bielba llamado Paulino.
9) Como ejemplos tenemos las de Ledantes en Liébana, La de grandas de Salime, la de
Teixois en los Oscos
10) Al ser esto una especie de crónica de lo que yo conocí, me permito anotar algunos
detalles, al parecer, sin importancia
11) Alguien me dijo que lo había mandado poner D. Julio para que se columpiase su hija. No lo
comprendo.
12) El nombre de este molino viene del apellido Fraile, muy frecuente en Celucos en épocas
pasadas recientes.
13) Fui a ver este molino el día 29 de junio de 1998. Me encontré con mi amigo Sinforiano
Torre que me indicó en que sitio había estado el molino, pero debido a la mucha vegetación y
los cambios del río no encontré nada que, sin duda, me indicase que eran restos del molino.
Sí vi, y le hice una fotografía, una piedra que parecía preparada para el molino.
Mi amigo “Foriano” me contó alguna historia referente al molino. Parece que allí había un
molinero llamado Eulogio y me contó una historia de una señora de Riclones, que se llamaba
Rosalía, que era viuda y se había casado en segundas nupcias. Era entonces costumbre el
tocar cencerros a las puertas de los viudos que se volvían a casar, y no se libró de ello la
citada Rosalía. Querían los recién casados ir de viaje de novios, y para ello tenían que ir a
coger el autobús…, o la diligencia, —que no hay nada escrito sobre el caso—, al Puente del
Arrudo. Como pudieron, burlaron a los cencerreadores, pero al llegar a Bollano se
encontraron con que el río iba crecido y no podían cruzarlo; recurrieron al tío Eulogio que
pasó a la novia al otro lado del río, pero con la advertencia en forma de copla que decía así:
Rosalía, Rosalía
No te vuelvas a casar,
Que las espaldas de Eulogio
No te vuelven a pasar. (Fin) Paulino Díez Cos.
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(X) En Las Fuentes (Celis), a la salida del manantial, aún se pueden ver perfectamente
dos ruedas de molino; una entera y otra partida, y restos de una construcción del
molino habido allí. Se pueden localizar bajando por el camino romano que salía de
Celis a Celucos. Yendo a Los Araos y bajando hacia el río llegamos al manantial
citado.
10. 10
Trazas para la Historia de Celis
Oviedo. 6 de mayo de 2012
Víctor M. Cortijo Rubín
11. 10
Trazas para la Historia de Celis
Oviedo. 6 de mayo de 2012
Víctor M. Cortijo Rubín