La nanotecnología manipula la materia a una escala menor para aplicaciones como el almacenamiento y conversión de energía, la producción agrícola, el tratamiento de aguas y enfermedades, y la monitorización de la salud. Algunos países en desarrollo invierten en nanotecnología, especialmente en nanomedicina. Los beneficios potenciales incluyen la reducción del consumo de agua en agricultura, el control de enfermedades infecciosas y la disminución del impacto ambiental mediante nuevos productos