Este poema de Santa Teresa de Ávila ofrece consejos para mantener la paz interior a través de tres ideas principales: 1) No dejar que nada te turbe o asuste porque todo es pasajero excepto Dios. 2) La paciencia lo puede lograr todo y aquel que confía en Dios no le faltará nada. 3) Sólo Dios es suficiente así que no hay que apegarse a los bienes mundanos pasajeros.