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Narcomenudeo
en Colombia:
una transformación
de la economía
criminal
Departamento Nacional de Planeación
Dirección de Justicia, Seguridad y Gobierno (DJSG)
Dirección de Estudios Económicos (DEE)
Dirección de Desarrollo Empresarial (DDE)
Policía Nacional de Colombia
Dirección de Antinarcóticos (DIRAN)
Dirección de Investigación Criminal e Interpol (DIJIN)
Dirección de Inteligencia Policial (DIPOL)
Narcomenudeo
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criminal
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una transformación
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DEPARTAMENTO NACIONAL DE PLANEACIÓN
Director General,
Luis Fernando Mejía Alzate
Subdirección General Sectorial,
Alejandra Corchuelo Marmolejo
Subdirección General Territorial y de Inversión
Pública, Juan Felipe Quintero Villa
Secretaría General
Édgar Antonio Gómez Álvarez
Dirección de Justicia, Seguridad y Gobierno
Director, Gabriel Cifuentes Ghidini
Subdirector de Seguridad y Defensa,
Omar Julián Salas
John Anzola Morales
Manuel Moscoso Rojas
Dirección de Estudios Económicos
Director, Gabriel Piraquive
Subdirector de Estudios Macroeconómicos,
Néstor González
Mariana Matamoros Cárdenas
Dirección de Desarrollo Empresarial
Director, Santiago Matallana
Subdirector Política Industrial y Comercial,
Juan Sebastián Robledo
John Rodríguez
POLICÍA NACIONAL DE COLOMBIA
Director General Policía Nacional,
General Jorge Hernando Nieto Rojas
Director de Antinarcóticos (DIRAN),
MG. José Ángel Mendoza
Centro Internacional de Estudios Estratégicos contra el
Narcotráfico (CIENA),
MY. Liz Cuadros Veloza
Analista Grupo Inteligencia DIRAN,
CT. Julio Torres Ramírez
Director de Investigación Criminal e Interpol (DIJIN),
BG. Jorge Luis Vargas
Centro Nacional de Análisis Criminal (CENAC),
MY. Diego Fernando León
Jefe Observatorio del Delito,
CT. Juan Aparicio Barrera
Director de Inteligencia Policial (DIPOL),
CR. Jesús Barrera Peña
Analista Seguridad Ciudadana (DIPOL),
CT. Julio Rojas Donado
Dirección Antinarcóticos (DIRAN)
Aeropuerto El Dorado entrada 6 CATAM
Teléfono: (57-1) 5159750
Bogotá, Colombia
Dirección de Investigación Criminal e Interpol (DIJIN)
Avenida El Dorado Núm. 75-25
Teléfono: (57-1) 5159700
Bogotá, Colombia
Dirección de Inteligencia Policial (DIPOL)
Avenida Boyacá Núm. 142A-55
Teléfono: (57-1) 2190269
Bogotá, Colombia
Narcomenudeo en Colombia: una transformación de la economía criminal
Versión impresa
ISBN: 978-958-5422-08-7
Grupo de Comunicaciones y Relaciones Públicas
Coordinador, Luis Segundo Gámez Daza
Corrección de estilo, diagramación y diseño, Carmen Elisa Villamizar Camargo
Diagramación y diseño, Carlos Arturo Chaparro Olaya
Imágenes: www.pixabay.com, Dirección Antinarcóticos Policía Nacional, archivo DNP
© Departamento Nacional de Planeación, 2017
Dirección de Justicia, Seguridad y Gobierno
Calle 26 N.° 13-19, piso 6
Conmutador: (57-1) 3815000
www.dnp.gov.co
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Narcomenudeo en Colombia:
una transformación de la economía criminal
7
Contenido
Resumen 11
1. Introducción 17
2. Metodología 25
3. Marco conceptual. Caracterización de la evolución del
narcotráfico en Colombia desde una perspectiva
empresarial 35
4. Análisis de los resultados 39
Sección 1. Contexto 41
1. El Problema Mundial de las Drogas: Consumo 42
2. El Problema Mundial de las Drogas: Producción 43
3. El Problema Mundial de las Drogas: Incautaciones 44
4. Producción e incautación de Cocaína en Colombia 45
Sección 2 Narcotráfico en Colombia: transformación del
fenómeno
y de su modelo de negocios 47
1. Cadena del Narcotráfico (1977-1993) 48
2. Aumento de los costos del narcotráfico como resultado de la
acción estatal 58
3. Acción Estatal y Plan Colombia 61
4. Ciclo de vida criminal 64
5. Transformación del narcotráfico en Colombia (1993-2008) 65
Sección 2.1. Narcotráfico en la actualidad: cocaína hacia
mercados internacionales 71
1. Principales mercados para cocaína y marihuana 72
2. Potencial de cocaína comercializada desde Colombia 74
Departamento Nacional de Planeación
Policía Nacional de Colombia
8
3. Costos de producción de la cocaína en Colombia 75
4. Distribución de cocaína desde Colombia hacia el exterior 77
5. Narcotráfico en Colombia: sistema criminal (2008-2015) 79
Sección 2.2. Narcotráfico en la actualidad: mercado interno de
drogas ilegales 81
1. Mercado interno de drogas: costos de producción 82
2. Distribución y comercialización de cocaína en el mercado interno
de drogas 83
3. Distribución y comercialización de marihuana en el mercado
interno de drogas 84
4. Distribución y comercialización de bazuco en el mercado interno
de drogas 86
5. Cambio en la rentabilidad del narcotráfico 87
6. Precios de la droga en Colombia: cocaína, marihuana
y bazuco 89
7. Consumo de cocaína en Colombia 91
8. Prevalencia departamental de consumo de cocaína 93
9. Consumo de marihuana en Colombia 95
10. Prevalencia departamental de consumo de marihuana 96
11. Consumo de bazuco en Colombia 98
12. Consumo de éxtasis en Colombia 100
13. Consumo de drogas ilegales en Colombia según ruralidad 103
Sección 3. Estimación económica del narcomenudeo
en Colombia (2015) 107
1. Incautación de drogas ilegales en Colombia 108
2. Incautación de drogas ilegales en Colombia (artículo 376 del
Código Penal) 110
3. Incautación de drogas ilegales en Colombia según ruralidad 111
4. Estructura y costos de una organización de Narcomenudeo 112
5. Estimación del mercado de drogas ilegales
en Colombia (2015) 115
Narcomenudeo en Colombia:
una transformación de la economía criminal
9
6. Estimación del mercado de drogas ilegales en Colombia
(2015): Departamentos y Capitales 116
7. Costos y utilidades del mercado de drogas ilegales
en Colombia (2015) 120
8. Mercado estimado de drogas ilegales como porcentaje del PIB123
Sección 4. Impactos sociales del narcomenudeo 125
1. Capturas por tráfico, fabricación y porte de estupefacientes
(artículo 376 del Código Penal Colombiano) 127
2. Población Privada de la Libertad por tráfico, fabricación
y porte de estupefacientes (artículo 376 del Código Penal
Colombiano) 130
3. Población del Sistema de Responsabilidad Penal para
Adolescentes (SRPA) 132
4. Abuso y dependencia de drogas ilegales en población
del SRPA 133
5. Impactos del consumo de drogas ilegales sobre la salud
humana 133
5. Recomendaciones de política pública 135
Referencias bibliográficas 139
Resumen
Departamento Nacional de Planeación
Policía Nacional de Colombia
12
Este documento presenta los resultados del estudio exploratorio-descriptivo ela-
borado por el Departamento Nacional de Planeación (DNP) —con la coope-
ración de la Policía Nacional— sobre la transformación de la economía
criminal del narcotráfico en Colombia. El estudio abarca desde los orígenes
del comercio de sustancias estupefacientes a gran escala en los años 70 hasta
la actualidad, en el que el fenómeno del narcomenudeo1
se ha erigido como
uno de los principales problemas sociales que afectan el país.
Este análisis contiene: 1) la caracterización del narcotráfico desde una pers-
pectiva económica, en esta se incorporan elementos teóricos del análisis de
organizaciones aplicados específicamente a la actividad de empresas delin-
cuenciales y narcotraficantes; 2) una revisión documental de información sobre
el Problema Mundial de las Drogas y sus manifestaciones en Colombia; y, 3)
una estimación del mercado interno de drogas ilegales en el país durante el
año 2015.
La producción y el tráfico de drogas ilegales desde Colombia con destino a
mercados extranjeros empiezan en los años 70. Entonces, la amplia propaga-
ción del cultivo de marihuana y el uso de rutas establecidas tradicionalmente
para el contrabando de bienes, permitieron el florecimiento de la denominada
bonanza marimbera. Sin embargo, al finalizar la década, ese tráfico entró en
un proceso de declive mientras que, en simultáneo, surgieron nuevas estructuras
criminales dedicadas a la producción y comercialización de una sustancia aún
más rentable: la cocaína. Las recién conformadas organizaciones —que luego
se transformarían en poderosos carteles de la droga— serían las responsables
de que el país, entre los años 80 y los 90, se convirtiera en el primer productor
y comercializador mundial de esa sustancia ilegal.
Durante ese lapso los carteles colombianos tuvieron control hegemónico sobre
el mercado ilegal de la cocaína, el cual iniciaba en el cultivo de la hoja y la
producción de base de coca en Bolivia y Perú, hasta su comercialización en
las calles de las ciudades más importantes de los Estados Unidos como Nueva
1 El narcomenudeo es un neologismo que refiere los fenómenos del tráfico y la venta de pequeñas cantidades
de estupefacientes con destino al mercado interno. De acuerdo con la Policía Nacional de Colombia (2011,
p. 61), este concepto denota los hechos concretos, perceptibles y verificables que se desarrollan durante la
venta de estupefacientes —estimulantes, alucinógenos, narcóticos y sustitutos—. Dado que el uso de drogas
afecta la percepción de los ciudadanos en lugares públicos, abiertos al público y privados —cuando tras-
cienden a lo público—, se considera como un problema público que tiene interdependencia con los conflic-
tos sociales, la violencia y la criminalidad.
Narcomenudeo en Colombia:
una transformación de la economía criminal
13
York, Los Ángeles y Miami.2
Para el año 1988, tal dominio absoluto les permi-
tió obtener rentabilidades estimadas entre 1.588 % y 2.790 %, por cada kilo-
gramo de cocaína distribuido en suelo norteamericano. No obstante, esas
ganancias no perdurarían por mucho tiempo.
Desde aquella época, el narcotráfico ha experimentado drásticos cambios que
terminaron por afectar la rentabilidad de la producción y comercialización del
clorhidrato de cocaína. Al respecto deben mencionarse dos aspectos funda-
mentales. Por un lado, el desmesurado incremento en su oferta durante los años
80 trajo consigo una disminución de sus precios en los Estados Unidos —a
pesar del elevadísimo nivel de la pureza del producto—. (Executive Office of
the President of the United States, 2004). También durante esa década, la
lucha contra el narcotráfico se fortaleció a escala mundial, lo que posibilitó
asestar golpes certeros en contra de las estructuras dedicadas a esta actividad
criminal.
Como segunda medida, en la década de los noventa la lucha antinarcóticos
—enmarcada en un trabajo conjunto entre autoridades nacionales y extranje-
ras— conseguiría la desarticulación de los grandes carteles. El éxito de las
operaciones contra el narcotráfico trajo consigo dos resultados fundamentales:
la estabilización de los precios y la pureza de la cocaína en las calles de
Estados Unidos, unidas a un cambio en los actores involucrados.
La desestructuración de los carteles colombianos impuso una dinámica de trán-
sito de los grandes centros ilegales del poder narcotraficante hacia México que
trajo consigo la ampliación del espectro de actores y ciertas modificaciones de
las estructuras criminales en Colombia hacia lógicas y organizaciones de dis-
tinta naturaleza y menos homogéneas. Dicho de otro modo, el sistema del nar-
cotráfico en el hemisferio —compuesto por actores, estructura, proceso y
reglas— entraba en una etapa de transición expansiva.
En este sentido, los narcotraficantes nacionales dejaron de ser el único actor en
el negocio: las pandillas estadounidenses pasaron a manejar la distribución y
comercialización de cocaína dentro de ese país, al mismo tiempo que los car-
teles mexicanos empezaron a controlar su transporte desde Colombia hasta
2 Pablo Escobar, Jorge Luis Ochoa, José Santacruz Londoño y Gilberto Rodríguez Orejuela conocieron en el
propio territorio de los Estados Unidos lo que podría ser la profesión más lucrativa del mundo y de la época.
Testigos de las actividades adelantadas por Griselda Blanco —la primera dama del tráfico ilegal de ma-
rihuana y drogas en Estados Unidos a principios de los años 70—, comprendieron que la cocaína sería el
producto del futuro, por la diferencia abismal del precio de su venta en Estados Unidos con el de su compra
en Colombia y Sudamérica. El asunto era llevarla de un país a otro, y a ello podrían dedicarse con esmero
(Atehortúa Cruz y Rojas Rivera 2008; pp. 169-205).
Departamento Nacional de Planeación
Policía Nacional de Colombia
14
suelo norteamericano, a través de rutas que cruzan primordialmente por Cen-
troamérica.
El nuevo escenario forzó a las organizaciones narcotraficantes colombianas a
conformar alianzas con las mexicanas, con el objetivo de continuar vendiendo
cocaína en los Estados Unidos y otros mercados internacionales. Esa asocia-
ción les permitiría seguir obteniendo rentabilidades estimadas para el año
2000 de entre 344 % y 814 % por cada kilogramo traficado.
En la actualidad se podría afirmar que el narcotráfico en Colombia está cen-
trado en dos frentes. El primero de ellos lo forma el cultivo de hoja de coca y
su transformación en base de coca, o bien, en clorhidrato de cocaína, cuyo
destino principal son los carteles mexicanos, los cuales se encargan ahora de
su distribución final hacia Estados Unidos y Europa. Según los cálculos elabo-
rados por el DNP, dicha actividad a los narcotraficantes colombianos puede
representarles rentabilidades entre el 82 % y el 260 % por cada kilogramo de
cocaína vendido a organizaciones criminales extranjeras.
El segundo frente es el mercado interno. Los resultados del análisis realizado
por el DNP sobre el tráfico de drogas en pequeñas cantidades destinadas para
el consumo dentro de Colombia reflejan, en el caso de la cocaína, que la
rentabilidad de su venta al por mayor (red narcotraficante)3
puede llegar al
110 % por kilogramo. Por su parte, las redes encargadas de la distribución
interna (estructuras delincuenciales)4
pueden obtener de cada kilo una rentabi-
lidad de hasta el 1.407 %, como resultado de su transformación en pequeñas
3 En la actualidad existen 2 formas de redes narcotraficantes: 1) Estructuras lineales de múltiple asociación,
organizadas por la especialización de roles y la complementariedad narcotraficante, pero cada una toma
sus decisiones de forma independiente y unilateral; 2) aún existen pocas organizaciones narcotraficantes en
las cuales la sucesión del liderazgo o mando delictivo se realiza por línea de sangre, es decir, de padres
a hijos o hermanos y los cargos de responsabilidad son ocupados por la ascendencia, como el “Clan del
Golfo”, y demás estructuras de crimen organizado Tipo A como lo son “Los Puntilleros” y “Los Pelusos”
(organizaciones herederas de las disidencias paramilitares que no se acogieron al proceso de desmoviliza-
ción que tuvo lugar entre 2003-2006). 2) Estructuras con modelo federado, por causa de la fortaleza actual
de las instituciones del Estado para afrontar a las organizaciones narcotraficantes parte de ellas se han
transformado en pequeñas células, que no cuentan con cabecilla único, y se asocian según su conveniencia
para facilitarse entre sí el desarrollo de las actividades narcotraficantes, dando paso a una especie de “junta
directiva” en la cual varias cabezas visibles o no, toman las decisiones trascendentales sobre la estructura
como relevos, nuevas asociaciones y/o confrontaciones. Es ejemplo de esta clase de red la extinta “Oficina
de Envigado” (Grupo de Inteligencia de la Dirección de Antinarcóticos de la Policía Nacional, 2016).
4 Dentro de las estructuras delincuenciales pueden identificarse, a manera de ejemplo, organizaciones como
las que operaban en el antiguo “Bronx” y las encargadas del manejo de las “ollas” de venta de estupefa-
cientes en las ciudades. Tales redes someten las drogas ilegales a un primer proceso de corte/adulteración
para rebajar su pureza con sustancias utilizadas para tratamientos veterinarios y cardiacos, así como con
antihistamínicos, desinflamatorios y analgésicos, entre otros. Así mismo, generalmente están involucradas en
la comisión de otros delitos como la extorsión, el hurto en todas sus modalidades y el control sobre otro tipo
de economías ilegales, como el contrabando, la adulteración de licores, la piratería, la apropiación de
espacio público, entre otras (DIPOL, 2016).
Narcomenudeo en Colombia:
una transformación de la economía criminal
15
dosis de menor pureza. Por último, la venta al detal (expendio al consumidor)5
puede generar rentabilidades que oscilan entre el 55 % y el 169 %, depen-
diendo del grado de pureza que tenga la cocaína en el momento de comer-
cializarla entre los consumidores.
No obstante, y entendiendo que este mercado ilegal no se concentra solo en
el tráfico de cocaína, el presente análisis también se efectuó para otras dos de
las sustancias ilegales más consumidas en el país: marihuana y bazuco. En el
caso de la primera, se estimó que la rentabilidad de un kilogramo podría llegar
a ser de hasta del 146 % para la red narcotraficante, del 291 % para las es-
tructuras delincuenciales, y de entre el 55 % y el 137 % para el expendio al
consumidor, en función de su grado de pureza.
Para el bazuco, las rentabilidades pueden ascender hasta el 625 % para la
red narcotraficante, al 48 % para las estructuras delincuenciales, y de entre el
55 % y el 160 % para el expendio al consumidor, también dependiendo de la
pureza que tenga la droga cuando sea vendida al usuario final.
En virtud de lo expuesto, es posible aseverar que el negocio del narcotráfico
pudo haber encontrado en el consumo interno un mercado atractivo hacia el
cual desplazar y fortalecer su operación. Ello se debe a que pese a tener un
potencial de consumidores mucho menor que en el extranjero, las rentabilida-
des obtenidas compensan suficientemente los riesgos (capturas, extradición, in-
cautaciones, etc.) que las organizaciones narcotraficantes asumen al enviar
droga —en especial cocaína— hacia mercados internacionales.
A lo anterior se suma que esa transformación ha traído consigo retos para el
Estado colombiano en materia de seguridad —delitos conexos—, justicia —
congestión judicial y hacinamiento carcelario— y salud pública —aumento del
consumo y consecuencias del abuso de drogas—, frente a los cuales se requie-
ren estrategias nuevas para enfrentarla de manera satisfactoria.
5 En este eslabón —el más débil del sistema criminal del narcotráfico— se encuentran los llamados “jíbaros” o
“dealers”, quienes se encargan de vender pequeñas cantidades de droga a los consumidores finales. Su
forma de operación consiste en la compra de cantidades no muy grandes de drogas en las “ollas” contro-
ladas por las estructuras delincuenciales, las cuales someten a un proceso de corte. Al rebajar la pureza de
la droga y venderla al menudeo, encuentran su mayor rentabilidad. Fuente: DIPOL (2016).
1. Introducción
Departamento Nacional de Planeación
Policía Nacional de Colombia
18
Las drogas ilegales son sustancias psicoactivas demandadas para un uso dis-
tinto al médico o terapéutico. Junto al tabaco y el alcohol, las drogas hacen
parte del conjunto de sustancias producidas para usos recreativos. Su empleo
es de larga data en la historia de la humanidad, en algunos casos tiene pro-
fundas raíces culturales y por mucho tiempo, además del rechazo social que
pudiese generar, no enfrentó restricciones o prohibiciones legales. La situación
empezó a cambiar desde finales del siglo XIX debido a los efectos asociados
al uso de ciertas sustancias, en especial por la dependencia y los impactos
sobre la salud que podrían ocasionar en sus consumidores habituales.
Si bien existe en la clandestinidad una amplia oferta de drogas ilegales, desde
sus inicios la lucha mundial contra estos mercados tuvo como punto de lanza a
tres de ellas: la marihuana, el opio (incluido su derivado, la heroína), y la co-
caína. Las dos últimas, además de considerárselas como las más problemáticas,
comparten algunas características en el origen de su oferta. Ambas se producen
en zonas deprimidas de países en desarrollo y un reducido grupo de ellos con-
centra el grueso de la producción de su materia prima (opio y coca). Lo cierto es
que el 66 % de la heroína se origina en Afganistán, mientras que entre el 54 % y
el 75 % de la cocaína comercializada en el mundo sale de Colombia.1
El narcotráfico es un negocio extraordinariamente rentable. De acuerdo con la
organización Global Financial Integrity (GFI), el valor anual estimado del co-
mercio generado por esta actividad ilegal a escala global podría estar alrede-
dor de los 320.000 millones de dólares. Tales rentas superan ampliamente a
las de los demás mercados ilícitos, en donde solo el volumen total de falsifica-
ción de bienes llega a movilizar flujos de capital comparables.
Tabla 1. Estimación del valor del tráfico ilícito según mercado
Millones de dólares
Mercado
Valor estimado del comercio
ilícito internacional
Drogas ilegales 320.000
Falsificación de productos (total) 250.000
Farmacéuticos 35.000 a 40.000
Electrónica 50.000
1 En el caso de la cocaína, a partir de los Informes de monitoreo de territorios afectados por cultivos ilícitos 2015
realizados por UNODC para Colombia, Perú y Bolivia, se estableció que el año pasado se cultivaron un
total de 156.500 hectáreas con coca en los tres países (96.000 ha en Colombia), de las cuales pueden
llegar a extraerse entre 935 y 1.125 toneladas de clorhidrato de cocaína —de las que, entre 505 tm y
787 tm se producirían en el país—.
Narcomenudeo en Colombia:
una transformación de la economía criminal
19
Mercado
Valor estimado del comercio
ilícito internacional
Cigarrillos 2.600
Personas 31.600
Vida silvestre 7.800 a 10.000
Petróleo 10.800
Madera 7.000
Pesca 4.200 a 9.500
Propiedad artística y cultural 3.400 a 6.300
Oro 2.300
Órganos humanos 614 a 1.200
Diamantes y piedras preciosas 860
Armas pequeñas y ligeras 300 a 1.000
Total 639.000 a 651.000
Fuente: Haken (2011)
En el caso colombiano, aunque a través del tiempo se han identificado numerosas
organizaciones dedicadas al tráfico de cocaína, dos de ellas se convirtieron en
puntos focales alrededor de los cuales giraba una proporción significativa del
negocio. Se trata de los llamados “carteles” de Medellín y Cali, los cuales, como
se ha dicho, jugaron un papel clave en el desarrollo del negocio durante las
décadas de 1980 y 1990. Sin embargo, otras organizaciones importantes gra-
vitaron alrededor o paralelamente a ellos, aunque no todas alcanzaron el mismo
éxito comercial o la visibilidad de estas dos organizaciones.
Según von Lampe (2016), los carteles colombianos que dominaron el comercio
global de cocaína en esas décadas pueden ser caracterizados como grupos
de tamaño medio. En sus trabajos sobre las manifestaciones empíricas del cri-
men organizado, dicho autor señala que eran estructuras narcotraficantes for-
madas por un puñado de organizaciones, cada una con cerca de 100 a 200
trabajadores vinculados a tiempo completo, las cuales gestionaban el grueso
del procesamiento de cocaína en laboratorios clandestinos, así como su con-
trabando desde América Latina hacia los mercados de Estados Unidos y
Europa, principalmente.
Algunas de estas organizaciones lograron establecer “células” dentro de los
mercados destino, como los Estados Unidos, para hacerse cargo también de
la distribución minorista de cocaína. Bajo el liderazgo de notables cabecillas
como Pablo Escobar en Medellín y los hermanos Rodríguez Orejuela en Cali,
los carteles conformaron sofisticadas estructuras internas con ramas indepen-
dientes para la ejecución de tareas especializadas —aparte de las funciones
Departamento Nacional de Planeación
Policía Nacional de Colombia
20
esenciales del tráfico de drogas—, incluidas las de seguridad, contrainteligen-
cia frente a los esfuerzos estatales antidrogas y el lavado de los lucros obtenidos
de manera ilícita. Adicionalmente, en varias ocasiones las grandes organiza-
ciones traficantes recurrían a pequeños grupos o freelancers de forma regular
o ad hoc para el transporte de precursores químicos y drogas, lavado de dinero
o para la ejecución de asesinatos mediante sicarios a sueldo.
A pesar de ello, la lucha sostenida durante cuatro décadas contra el narcotrá-
fico generó cambios estructurales en el funcionamiento criminal de estas orga-
nizaciones, principalmente como resultado de la neutralización de los grandes
capos y la desarticulación de los carteles de Medellín y Cali. Posteriormente,
como consecuencia de su caída, se presentó una dispersión de organizaciones
emergentes con características y modus operandi distintos a los de los grandes
carteles,2
hasta el punto en que puede afirmarse que, a partir de ese momento,
el fenómeno del narcotráfico inició un proceso de “transformación criminal” por
medio del afianzamiento de redes con influencia regional; es decir, se produjo
la glocalización 3
del fenómeno.
Ahora bien, el narcomenudeo difiere del microtráfico con el cual puede confun-
dirse. Durante varios años las autoridades, la sociedad civil y los medios de
comunicación denominaron microtráfico al fenómeno de la comercialización y
el consumo de sustancias estupefacientes, el cual se asoció a las diferentes
manifestaciones de inseguridad urbana —como homicidio, hurto, confrontación
entre pandillas— que aún se vive en algunas ciudades. No obstante, luego de
un análisis conceptual se estableció que el microtráfico es una “modalidad de
transporte de productos básicos del narcotráfico (alijos inferiores a 5 kilogra-
mos)”, conocida desde finales de los años noventa y que no es pertinente aso-
ciarlo con el “fenómeno urbano de comercialización y consumo de sustancias
estupefacientes”, al cual se denomina narcomenudeo. Fuente: (Policía Nacional
- Dirección de Inteligencia Policial, 2012).
Antes de plantear el supuesto general de referencia, cabe definir y señalar las
principales características del narcomenudeo.
2 Después de la caída de los carteles de Medellín y Cali, la Dirección de Inteligencia Policial (DIPOL) llegó a
identificar 126 organizaciones de menor capacidad dispersas por todo el país.
3 Glocalización es un término desarrollado en Japón durante la década de 1980, que surgió de la fusión entre
globalización y localización. Desde el punto de vista económico, denota “la persona, grupo, división,
unidad, organización o comunidad que está dispuesta y es capaz de ‘pensar globalmente y actuar local-
mente’. El concepto implica que la empresa se adapte a las peculiaridades de cada entorno, diferenciando
sus producciones en función de las demandas locales”. En http://derecho-sociologia-
brisa.blogspot.com.co/2012/07/glocalizacion.html
Narcomenudeo en Colombia:
una transformación de la economía criminal
21
El narcomenudeo es un neologismo que refiere los fenómenos del tráfico y la
venta de pequeñas cantidades de estupefacientes con destino al mercado in-
terno. De acuerdo con la Policía Nacional de Colombia (2011, p. 61), este
concepto denota los hechos concretos, perceptibles y verificables que se desa-
rrollan durante la venta de estupefacientes —estimulantes, alucinógenos, narcó-
ticos y sustitutos—. Dado que el uso de drogas afecta la percepción de los
ciudadanos en lugares públicos (ej.: una calle), abiertos al público (ej.: una
discoteca) y privados, cuando trascienden a lo público (ej.: un club social
donde se desarrolla una fiesta con venta de boletas), se considera como un
problema público que tiene interdependencia con los conflictos sociales, la vio-
lencia y la criminalidad
Según la Policía Nacional Dirección de Investigación Criminal e Interpol (DIJIN,
2011), entre las principales características del narcomenudeo pueden encon-
trarse las siguientes:
1. Punto de venta: es cualquier lugar de uso público, abierto al público o
privado, donde se desarrolla la transacción comercial de pequeñas
cantidades de sustancias estupefacientes al menudeo entre el vendedor
(derivado del actor ilegal) y el comprador.
2. Monetización: es el momento en el que se intercambian los productos
estupefacientes por el dinero —que puede ser de origen ilegal, legal o
ilícito—, o de manera excepcional por algunos bienes y servicios. Esta
actividad tiene relación efectiva y directa con la categoría de coloca-
ción del subsistema de lavado de activos del narcotráfico.
3. Consumo: es la actividad interdependiente con el sistema del narcotrá-
fico mediante el componente de demanda, por lo general perceptible,
que se desarrolla en espacios de uso público, abiertos y privados —
cuando trascienden a lo público—. El propósito es darle utilidad al
“producto comprado”, del cual los usuarios esperan un efecto estupefa-
ciente para satisfacer una necesidad según su estado de adicción o
dependencia.
La situación descrita permite presentar la hipótesis de este documento: frente a
la dificultad para traficar estupefacientes al exterior, las organizaciones crimi-
nales empezaron a destinar una parte de su producción hacia el mercado in-
terno, que incide en el incremento del consumo de estupefacientes en el país y
en la proliferación de estructuras dedicadas al narcomenudeo; lo cual se tra-
duce en un aumento de la criminalidad conexa —homicidios selectivos, lesio-
nes personales, hurtos y atracos callejeros, entornos y focos del crimen, y
aumento de la percepción negativa de seguridad—. En otras palabras, esa
Departamento Nacional de Planeación
Policía Nacional de Colombia
22
mutación criminal puede ser una de las causas para entender cómo el narco-
tráfico pasa de ser exclusivamente una amenaza para la seguridad nacional a
convertirse también en una amenaza interna de seguridad y convivencia ciuda-
dana.
Al considerar que Colombia dejó de ser un país dedicado solo a la producción
de drogas para convertirse también en consumidor, el Plan Nacional de Desa-
rrollo 2014-2018: Todos por un nuevo país, incluyó como uno de los objetivos
del capítulo VIII: Seguridad, Justicia y Democracia para la Construcción de Paz,
el de “enfrentar el problema de las drogas desde una perspectiva integral y
equilibrada”. Para ello, se formuló la estrategia de control del fenómeno de
microtráfico desde un enfoque de intervención social y control de los territorios,4
para lo cual el Gobierno nacional “desarrollará e implementará estrategias
coordinadas frente al microtráfico con los diferentes entes del Estado encarga-
dos de dar respuesta a la reducción de la oferta de drogas”, las cuales requie-
ren delos siguientes elementos:
♦ Caracterización del fenómeno con enfoque territorial urbano para eva-
luar las dinámicas y tendencias en cuanto a estructuras criminales, zonas
emergentes y sustancias psicoactivas que se ofrecen en el mercado.
♦ Procesos de inclusión social que contribuyan a mejorar la calidad de
vida de la población afectada, mediante controles de los territorios afec-
tados y prevención del microtráfico desde un enfoque de intervención
social, control al expendio y consumo de sustancias.
♦ Monitoreo de los procesos de innovación de las organizaciones crimina-
les dedicadas al microtráfico y su expansión a otras ciudades o países.
Igualmente, se monitorean los cambios en los tipos de drogas o compo-
nentes activos que están siendo consumidos.
♦ Análisis de la cadena de valor criminal con el propósito de aumentar la
probabilidad de condena de los eslabones fuertes de la cadena delin-
cuencial. La intervención en sitios de expendio considerados como
“áreas de impunidad” debe contar con planeación entre las autoridades
de control y del orden social.
En ese mismo orden de ideas, la Dirección de Justicia, Seguridad y Gobierno
(DJSG) del Departamento Nacional de Planeación (DNP) definió la elaboración
de un estudio exploratorio-descriptivo que permitiese la caracterización del nar-
4 Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018: Todos por un nuevo país. Departamento Nacional de Planeación
(DNP); p. 516.
Narcomenudeo en Colombia:
una transformación de la economía criminal
23
comenudeo en Colombia. No obstante, ante la complejidad de la problemá-
tica, fue necesario analizarlo desde una perspectiva de racionalidad econó-
mica de los actores involucrados en el mercado de las drogas ilegales, la cual
posibilitó comprender el narcomenudeo como una transformación de la econo-
mía criminal del narcotráfico en el país.
El análisis del fenómeno planteó importantes retos de tipo conceptual y meto-
dológico, los cuales no se circunscriben exclusivamente al presente trabajo
investigativo. De hecho, luego de la revisión bibliográfica y documental de
ejercicios similares llevados a cabo en otras regiones del mundo, se evidenció
la dificultad de establecer un modelo estandarizado para la medición del ta-
maño del mercado interno de drogas en un país determinado; especialmente
por la disparidad —en términos de cantidad y calidad— de la información
disponible; así como de los métodos utilizados para su estudio.
Los resultados que se exponen en estas páginas buscan tres fines;1) ampliar el
conocimiento que se tiene tanto del narcotráfico como del fenómeno del narco-
menudeo, desde un análisis basado en la perspectiva de la empresa criminal;
2) aportar elementos para la formulación de políticas públicas basadas en evi-
dencia, encaminadas hacia la implementación de estrategias integrales en con-
tra del tráfico de sustancias estupefacientes en pequeñas cantidades, y, por
último, 3) propiciar la articulación de entidades estatales, el sector privado y
las demás organizaciones de la sociedad civil que desarrollen acciones para
enfrentar esta problemática.
Así, el presente documento consta de cuatro apartados. En el primero de ellos
se presenta la metodología aplicada en la investigación; en el segundo, se
encuentra una síntesis de la caracterización de la evolución del narcotráfico en
Colombia desde una perspectiva empresarial; en el tercero, se detallan los
principales hallazgos obtenidos a partir del análisis de la información recopi-
lada. Por último, el cuarto apartado contiene información complementaria con-
cerniente a los impactos sociales producto del narcomenudeo en el país.
2. Metodología
Departamento Nacional de Planeación
Policía Nacional de Colombia
26
El presente estudio de carácter exploratorio-descriptivo tiene como propósito ge-
nerar conocimiento basado en evidencia sobre la transformación de la economía
criminal del narcotráfico en Colombia, profundizando en el análisis del fenómeno
del narcomenudeo, como insumo para la formulación de políticas públicas orien-
tadas hacia la prevención, investigación y tratamiento del tráfico de sustancias
estupefacientes en pequeñas cantidades.
Para alcanzar este objetivo se definieron tres componentes metodológicos. En el
primero se expone una caracterización exploratoria de la evolución de las organi-
zaciones narcotraficantes colombianas desde una perspectiva empresarial, efec-
tuada con base en la consulta de fuentes bibliográficas de dos vertientes
principales: 1) de la teoría de la organización industrial clásica, la economía de
organizaciones (enfoque institucional) y el análisis organizacional aplicado a em-
presas delincuenciales; y 2) la literatura documental del desarrollo de la economía
ilegal y el narcotráfico en Colombia. Ello con la intención de resaltar los elementos
que, desde la toma de decisiones racionales, posibilitan la comprensión de la ló-
gica de los empresarios criminales, así como de su adaptación a las situaciones
cambiantes de su entorno y de los mercados en los que se desenvuelven.
La caracterización establece un marco teórico y conceptual para el análisis del
narcotráfico en Colombia entendiéndolo como una organización empresarial. En
tal sentido, el estudio busca aportar al conocimiento de esa problemática exami-
nando la transformación del fenómeno y de su modelo de negocios, a través de
la recolección e interpretación de información que facilite dilucidar algunos de
los factores que le han permitido a esta actividad criminal adaptarse y persistir
en el país durante los últimos 40 años.
Como complemento, se determinó un segundo componente metodológico que
consiste en la indagación sobre el Problema Mundial de las Drogas y sus reper-
cusiones en Colombia, la cual se desarrolló a partir no solo de la revisión de
documentos e investigaciones sobre el tema, sino también por medio de mesas
de trabajo y entrevistas con expertos. En lo concerniente a la revisión documental,
fue posible obtener datos provenientes, entre otros, del Informe mundial sobre las
drogas (2016) y del Informe de monitoreo de territorios afectados por cultivos
ilícitos (2015). Colombia, elaborados por la Oficina de Naciones Unidas contra
la Droga y el Delito (UNODC); así como del informe sobre El Problema de las
Drogas en las Américas (2013) de la CICAD-OEA;5
y del Reporte de drogas de
5 Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD) de la Organización de Estados Ame-
ricanos (OEA).
Narcomenudeo en Colombia:
una transformación de la economía criminal
27
Colombia (2015) realizado por el Observatorio de Drogas de Colombia del
Ministerio de Justicia y del Derecho.
En cuanto a las mesas de trabajo y las entrevistas con expertos —en las que
participaron entidades nacionales, organizaciones internacionales, embajadas,
organizaciones no gubernamentales y centros de pensamiento—, se logró obte-
ner una valiosa retroalimentación. Debe destacarse, en especial, el papel desem-
peñado por la Policía Nacional, que se convirtió en un aliado fundamental para
la validación metodológica de la presente investigación, al igual que para la
recolección de los datos, el análisis de la información, la discusión de los resul-
tados y la formulación de las recomendaciones de política pública; todo esto
gracias a un trabajo articulado con la Dirección de Investigación Criminal e In-
terpol (DIJIN), la Dirección Antinarcóticos (DIRAN) y la Dirección de Inteligencia
Policial (DIPOL).
En la caracterización sobre la evolución del narcotráfico en Colombia desde una
perspectiva empresarial —primer componente de la metodología—, se plantea
que parte del éxito alcanzado por las organizaciones criminales dedicadas a
esta práctica ilegal, ha sido el resultado de su habilidad para desarrollar nuevas
formas de asociación por medio de “redes con esquemas de operación planos
y flexibles”. Por otro lado, el procesamiento de la información obtenida mediante
el segundo componente metodológico permitió establecer que, después de per-
der el control hegemónico del negocio, los narcotraficantes colombianos se es-
pecializaron en la producción y distribución de cocaína con destino hacia otras
organizaciones criminales internacionales (especialmente para carteles mexica-
nos), y en ampliar el mercado interno de consumo de estupefacientes.
Según esas reflexiones, se consideró pertinente profundizar en el análisis del nar-
comenudeo, entendiéndolo como una nueva expresión de las capacidades que
tienen las organizaciones narcotraficantes para adaptarse a las condiciones cam-
biantes del negocio.6
Para ello, se definió el tercer componente metodológico:
una exploración de fuentes de información que brindará elementos para estimar
el tamaño del mercado interno de drogas.
Aunque se trata de un campo del conocimiento más bien reciente, importantes
publicaciones han aportado al estado del arte tanto su descripción conceptual
como dado orientaciones al diseño de políticas públicas para enfrentarlo. Se
destacan las dos investigaciones llevadas a cabo por el Centro de Inteligencia
Prospectiva de la Dirección de Inteligencia Policial: la primera, Narcomenudeo:
6 La DIPOL (2015) señala que el narcomenudeo “entendido como el mercado ilegal de sustancias estupefacientes
que se manifiesta en el punto de venta, se constituye en un fenómeno que tiene relación con el conflicto
social, la violencia y la criminalidad”.
Departamento Nacional de Planeación
Policía Nacional de Colombia
28
un reto estratégico en seguridad ciudadana (2011); y la segunda, Narcomenu-
deo: entramado social por la institucionalización de una actividad económica
criminal (2012), las cuales, desde un enfoque analítico de carácter fenomenoló-
gico, buscan caracterizar la comercialización de sustancias estupefacientes en
pequeñas cantidades y los conflictos sociales que de ella resultan, hasta conver-
tirla también en una amenaza para la seguridad ciudadana.
Otro referente trascendental es la investigación Microtráfico y comercialización
de sustancias psicoactivas en pequeñas cantidades en contextos urbanos (2015)
elaborado por el Observatorio de Drogas de Colombia del Ministerio de Justicia
y del Derecho;7
la cual apunta principalmente a dos objetivos: 1) “proponer un
marco conceptual que permita comprender el funcionamiento del microtráfico y
comercialización de sustancias psicoactivas ilegales en territorio urbano”; y 2)
“presentar un método de recolección de datos (…) que permita describir el pro-
blema de las drogas en territorios específicos de las ciudades”.
En el contexto latinoamericano se encontraron ejercicios académicos orientados
hacia la estimación de mercados internos de drogas en México y Argentina. Uno
de ellos es el ensayo titulado Los mercados de drogas ilícitas de la Ciudad de
México (2013), en el cual se presenta un análisis estadístico y cualitativo de las
dinámicas y características del mercado de drogas ilegales y de sus usuarios en
el Distrito Federal. Por su parte, el Observatorio Argentino de Drogas (2008) en
su documento El mercado de drogas ilícitas: magnitud y precio. Argentina 2006,
analizó la magnitud del mercado argentino de sustancias ilegales —para ma-
rihuana, cocaína y pasta base (paco)— en términos monetarios; es decir, la can-
tidad de dinero circulante en el país con relación al consumo de drogas.
Adicionalmente, se consultaron investigaciones sobre el tamaño del mercado de
drogas ilegales en Estados Unidos y Europa. Para el caso norteamericano, se
destaca el documento What America's users spend on illegal drugs: 2000-2010,
el cual fue preparado por la Corporación RAND (2014) para la Oficina de la
Política Nacional para el Control de Drogas (Office of National Drug Control
Policy) y la Oficina de Investigación y Análisis de Datos (Office of Research and
Data Analysis), pertenecientes al gobierno estadounidense. En cuanto al conti-
nente europeo, sobresale el Informe sobre los mercados de drogas en la UE
(2016), producido de forma conjunta entre el Observatorio Europeo de las Dro-
gas y las Toxicomanías (OEDT) y Europol.
7 Esta publicación hace parte de los productos de los convenios de asociación suscritos entre el Ministerio de
Justicia y del Derecho, y la Fundación Ideas para la Paz (FIP).
Narcomenudeo en Colombia:
una transformación de la economía criminal
29
Por último, también se consultaron documentos británicos como el artículo deno-
minado Estimating the size of the UK illicit drug market  8
publicado por el Minis-
terio del Interior del Reino Unido (Home Office) en su reporte Measuring different
aspects of problem drug use: methodological developments (2006); y el informe
titulado Changes to National Accounts: Inclusion of Illegal Drugs and Prostitution
in the UK National Accounts (2014) publicado por la Oficina Nacional de Esta-
dística (Office for National Statistics) de este mismo país.
Después de esta amplia revisión documental, se identificaron dos aproximaciones
metodológicas fundamentales para intentar estimar el tamaño de los mercados
internos de drogas. La primera de ellas es a través del estudio de la demanda de
drogas (demand-side) en un determinado país o ciudad. Este tipo de análisis, —
el más extendido dentro de la literatura internacional—, se basa en la recolección
de información relacionada con el número de consumidores y su gasto en drogas,
la cual puede obtenerse a través de encuestas aplicadas a la población en ge-
neral o a diversas poblaciones específicas como estudiantes, habitantes de calle,
privados de la libertad y adictos en tratamiento. Otras variables que también se
utilizan en algunas de estas investigaciones son, por ejemplo, los datos acerca
de la pureza de las sustancias ilegales que se consumen, el tamaño de las incau-
taciones de droga realizadas por las autoridades, la cantidad de droga em-
pleada por los consumidores y la frecuencia de consumo.
Sin embargo, dicha aproximación metodológica presenta algunas limitaciones.
En este aspecto, debe señalarse que las diferencias existentes entre los distintos
métodos de recolección y análisis de información, en ocasiones impide que los
resultados de tales investigaciones sean estrictamente comparables con otras de
su tipo. Así mismo, se ha identificado que las personas que participan en las
encuestas como fuente de información primaria, no siempre responden con ho-
nestidad a las preguntas; situación que en parte se debe a los prejuicios existentes
alrededor del consumo de drogas; pero que termina por incidir en los resultados
del ejercicio investigativo. De igual modo, en el momento de aplicar los cuestio-
narios a la población en general, ocurre con frecuencia que no se dispone de
las herramientas suficientes para recoger información de personas que simple-
mente no quieren hablar sobre su consumo o de aquellas poblaciones específicas
en donde se han identificado grupos con consumo problemático.9
8 Elaborado para el Instituto para la Investigación Social y Económica de la Universidad de Essex, por Stephen
Pudney, Celia Badillo, Mark Bryan, Jon Burton, Gabriella Conti y Maria Iacovou.
9 Entre estos pueden encontrarse grupos poblacionales como adictos bajo tratamiento, población privada de
la libertad y habitantes de calle.
Departamento Nacional de Planeación
Policía Nacional de Colombia
30
En el caso colombiano, la Encuesta Nacional de Consumo de Sustancias Psi-
coactivas (2013) es uno de los insumos más importantes para abordar el pro-
blema del consumo de estupefacientes en el país,10
aunque “es claro que (el
estudio) tiene limitaciones que son reconocidas en el mundo, como el hecho de
no llegar a poblaciones institucionalizadas, o no detectar con suficiencia consu-
mos de drogas que suelen darse en grupos especiales”.11
A esto debe agregarse
que es insuficiente la información para establecer la frecuencia y la cantidad de
droga utilizada por los consumidores colombianos.12
La segunda aproximación metodológica identificada se basa en la oferta de dro-
gas (supply-side). Entre los análisis de la literatura internacional consultada dirigi-
dos desde este punto de vista se destaca el documento titulado Developing a
methodology for measuring illegal activity for the UK national accounts (1998),
editado por la Oficina Nacional de Estadísticas del Reino Unido y citado por la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en su
publicación Measuring the Non-Observed Economy. A Handbook (2002); el
cual se toma como referente en el campo de la estimación del tamaño de los
mercados internos de drogas por ser uno de los primeros ejercicios académicos
sobre esta temática en particular.
Las investigaciones desde la oferta tienen en cuenta, principalmente, factores re-
lacionados con la cantidad de droga incautada por las autoridades y sus precios
en el mercado. No obstante, ese enfoque tampoco se encuentra exento de limi-
tantes. Una de las más relevantes es la imposibilidad para establecer, con grado
absoluto de certeza, la tasa de incautaciones de droga en un país, pues para
ello también debe contarse con el dato exacto de la cantidad de sustancias es-
tupefacientes producidas. Por este motivo, se requiere definir rangos hipotéticos
10 Junto a esta investigación, existen otros ejercicios similares elaborados por entidades del orden nacional y
local, los cuales han tenido por objetivo indagar sobre el consumo de drogas en poblaciones de jóvenes,
estudiantes universitarios y habitantes de calle.
11 El autor de este estudio, realizado por primera vez en el año 2008, es el Gobierno Nacional de la República
de Colombia, a través del Ministerio de Justicia y del Derecho - Observatorio de Drogas de Colombia y el
Ministerio de Salud y Protección Social, con el apoyo de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga
y el Delito (UNODC), la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD) de la
Organización de los Estados Americanos (OEA), y la Embajada de los Estados Unidos en Colombia (INL).
12 Al respecto, debe resaltarse el trabajo de la Corporación Acción Técnica Social (ATS) y su proyecto “Échele
cabeza cuando se de en la cabeza”. Esta organización de la sociedad civil ha venido adelantando impor-
tantes esfuerzos orientados hacia el conocimiento del mercado interno de drogas en términos de la calidad
y de los efectos que tiene sobe la salud el consumo de estas sustancias en el país. De hecho, la Corporación
ATS estuvo a cargo de la aplicación para Colombia de la Encuesta Global de Drogas (Global Drug Survey
2016). Sin embargo, esta encuesta no es una muestra representativa a nivel nacional, aunque sus hallazgos
se constituyen en una interesante fotografía de la forma como se están usando las drogas en el país y los
impactos que estas tienen en la vida de la población colombiana.
Narcomenudeo en Colombia:
una transformación de la economía criminal
31
para las tasas de incautación de drogas efectuadas por las autoridades de un
país determinado.
En Colombia está complejidad aumenta debido a su condición de primer pro-
ductor mundial de cocaína; lo que termina incidiendo en la dificultad para distin-
guir entre las incautaciones de droga cuyo destino son los mercados
internacionales y las que corresponden a la mercancía que se queda para el
consumo interno.
Así, contar con la totalidad de la información necesaria para estimar el tamaño
del mercado colombiano de drogas es una labor que atraviesa grandes obstácu-
los; tanto para las aproximaciones desde el lado de la demanda como desde la
oferta. A pesar de esto, el presente estudio asume los principios metodológicos
establecidos en los enfoques desde la oferta, primordialmente por dos razones:
la primera de ellas, la ausencia de datos consolidados y confiables sobre la
cantidad y la frecuencia del uso de drogas en los consumidores colombianos,
que genera vacíos de información que no pueden subsanarse satisfactoriamente
para hacer una estimación desde la demanda.
Y la segunda, se fundamenta en que la cantidad y calidad de los datos sobre
incautaciones y precios disponibles, generados por las autoridades nacionales
—Policía Nacional, Ministerio de Justicia y Ministerio de Defensa, entre otras
instituciones—, posibilitan adelantar una aproximación desde la oferta de una
manera más adecuada.
Con base en lo anterior, para estimar el tamaño del mercado interno de drogas
ilegales en Colombia se seleccionaron como sustancias por estudiar la cocaína,
la marihuana y el bazuco, por ser estos los estupefacientes más consumidos en
el país (MinJusticia y MinSalud, 2013);13
además, se analizaron las incautacio-
nes que efectuadas en Colombia durante el año 2015 para cada una de ellas.
La información, aportada por la Dirección de Investigación Criminal e Interpol
(DIJIN), se obtuvo discriminada por lugar y cantidad de la incautación (gramos).
De igual forma, con los datos recolectados por la Dirección Antinarcóticos de la
Policía Nacional (DIRAN) fue posible establecer el precio promedio por gramo y
dosis) que tienen en el mercado nacional cada una de las sustancias psicoactivas
escogidas.14
13 Encuesta Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas (2013).
14 La Policía Nacional estima que de cada kilogramo de cocaína se pueden llegar a obtener hasta 9.090 dosis
con un peso de 0,11 g cada una. En el caso de la marihuana, la relación sería de 455 dosis de 2,2 g por
kg; y por cada kilogramo de bazuco se podrían producir 3.333 dosis con un peso unitario de 0,33 g.
Departamento Nacional de Planeación
Policía Nacional de Colombia
32
La exploración inicial de estos datos evidenció que, en el caso de la cocaína,
era necesario definir un criterio para diferenciar entre las incautaciones cuyo des-
tino final era el mercado internacional y la que se quedaba para abastecer el
consumo interno. Para ello, se usaron los rangos contemplados por el artículo
376 del Código Penal Colombiano referido al tráfico, fabricación o porte de
estupefacientes, en donde se establecen las condenas a las que se puede llegar
a enfrentar una persona, en caso si es hallada culpable de este delito, según la
cantidad de droga que tenga al momento de su detención.15
A través de este cruce de variables se identificó que el 96,5 % de los reportes de
incautación de cocaína perpetrada por las autoridades colombianas en el año
anterior, obedecían a cantidades que no superaban los 2.000 g —el 90,3 %
fueron incautaciones por debajo de los 100 g—. Así mismo, el 98,8 % de los
reportes de marihuana incautada daban cuenta de cantidades iguales o inferio-
res a los 10.000 g. Por último, el 99,8 % de los reportes de incautación de ba-
zuco correspondieron a cuantías que no excedían los 2.000 g.
De conformidad con tales hallazgos, en este documento se postula que la co-
caína que se incauta en Colombia por debajo de los 2.000 gramos establecidos
por el Código Penal tiene como propósito surtir el mercado interno. No obstante,
para la marihuana y el bazuco se tuvo en cuenta la premisa de la DIRAN
—expuesta en varios de los encuentros sostenidos entre la DJSG del DNP con
esa dependencia policial en el marco del desarrollo de la investigación—, en
donde se afirma que prácticamente la totalidad de la producción de ambas dro-
gas se queda en el país para abastecer los distintos mercados locales.16
15 Artículo 376 del Código Penal Colombiano. Tráfico, fabricación o porte de estupefacientes. El que sin
permiso de autoridad competente, introduzca al país, así sea en tránsito o saque de él, transporte, lleve
consigo, almacene, conserve, elabore, venda, ofrezca, adquiera, financie o suministre a cualquier título
sustancia estupefaciente, sicotrópica o drogas sintéticas que se encuentren contempladas en los cuadros
uno, dos, tres y cuatro del Convenio de las Naciones Unidas sobre Sustancias Sicotrópicas, incurrirá en
prisión de ciento veintiocho (128) a trescientos sesenta (360) meses y multa de mil trescientos treinta y cuatro
(1.334) a cincuenta mil (50.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes.
Si la cantidad de droga no excede de mil (1.000) gramos de marihuana, doscientos (200) gramos de
hachís, cien (100) gramos de cocaína o de sustancia estupefaciente a base de cocaína o veinte (20) gramos
de derivados de la amapola, doscientos (200) gramos de droga sintética, sesenta (60) gramos de nitrato
de amilo, sesenta (60) gramos de ketamina y GHB, la pena será de sesenta y cuatro (64) a ciento ocho
(108) meses de prisión y multa de dos (2) a ciento cincuenta (150) salarios mínimos legales mensuales
vigentes.
Si la cantidad de droga excede los límites máximos previstos en el inciso anterior sin pasar de diez mil
(10.000) gramos de marihuana, tres mil (3.000) gramos de hachís, dos mil (2.000) gramos de cocaína o
de sustancia estupefaciente a base de cocaína o sesenta (60) gramos de derivados de la amapola, cuatro
mil (4.000) gramos de droga sintética, quinientos (500) gramos de nitrato de amilo, quinientos (500) gramos
de ketamina y GHB, la pena será de noventa y seis (96) a ciento cuarenta y cuatro (144) meses de prisión
y multa de ciento veinte y cuatro (124) a mil quinientos (1.500) salarios mínimos legales mensuales vigentes.
16 Para el período 2009-2015, el total de marihuana incautada en aguas internacionales o altamar fue de 6.147
kilogramos, de los cuales 1.346 kg (1,3 toneladas) fueron incautados en el último año (DIRAN, 2016).
Narcomenudeo en Colombia:
una transformación de la economía criminal
33
La información sobre incautaciones permitió establecer la cantidad de droga que
efectivamente decomisan las autoridades y que, por ende, no llegó a manos de
sus usuarios finales. Sin embargo, dicho cálculo únicamente refiere una porción
de los estupefacientes disponibles en las calles para el consumo interno.
Por otro lado, como se mencionó, es imposible conocer con exactitud el total de
la producción de sustancias psicoactivas en el país. Esto hace que el dato sobre
incautaciones tampoco pueda asumirse, por sí solo, como un indicador preciso
del porcentaje de la droga que realmente confiscada con respecto a la totalidad
de la producida; motivo por el cual fue necesario incorporar un segundo postu-
lado que posibilitase estimar el tamaño completo del mercado interno de drogas.
Para tal fin se procedió a definir un rango hipotético en donde las incautaciones
que tuvieron lugar en Colombia durante el año 2015 podrían llegar a representar
entre el 5 % y el 10 % del total de la oferta de drogas disponible para el consumo
interno. La determinación del rango resulta de la indagación llevada a cabo
durante la investigación, por medio de la cual se hallaron varios documentos
académicos en los que tales porcentajes eran, con frecuencia, los más consen-
suados y validados.17
En razón de lo expuesto, se estableció la siguiente fórmula:
𝑶𝑶𝒓𝒓 = 𝑿𝑿𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈 ∗ (
𝟏𝟏𝟏𝟏𝟏𝟏 
𝑹𝑹𝑹𝑹𝑹𝑹𝑹𝑹𝑹𝑹
)
Donde:
𝑶𝑶𝒓𝒓 = Oferta potencial en el departamento r
𝑿𝑿𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈 = Incautaciones en el departamento r
𝑹𝑹𝑹𝑹𝑹𝑹𝑹𝑹𝑹𝑹 = Porcentaje de incautación estimado (entre el 5 % y el 10 %)
Con base en lo anterior, se aplicó la siguiente fórmula para encontrar el tamaño
estimado del mercado para cada departamento y para cada una de sus ciuda-
des capitales:
𝑴𝑴𝑴𝑴𝑴𝑴𝑴𝑴𝑴𝑴𝑴𝑴𝒐𝒐𝒓𝒓 = 𝑸𝑸𝒓𝒓 ∗ 𝑷𝑷𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈
Donde:
17 Entre los múltiples estudios consultados se pueden encontrar, entre otros, a Groom et al. (1998), quienes realizaron
un estimado del mercado en el Reino Unido desde el lado de la oferta, asumiendo una tasa de incautaciones
del 10 %. Así mismo, Hakkarainen et al. (2008) afirman que el tamaño de las incautaciones en el mundo se
encuentra entre el 5 % y el 10 %. Por otro lado, el Ministerio de Justicia y del Derecho y la Fundación Ideas para
la Paz (2015), estimaron un rango de incautaciones de entre el 1 % y el 5 % como parte del ejercicio académico
que desarrollaron sobre el microtráfico y la comercialización de drogas en el país.
Departamento Nacional de Planeación
Policía Nacional de Colombia
34
r = Departamento o ciudad capital
𝑸𝑸𝒓𝒓 = Oferta potencial de droga en el departamento o ciudad capital r
𝑷𝑷𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈 = Precio promedio nacional del gramo de la sustancia psicoactiva
𝑴𝑴𝑴𝑴𝑴𝑴𝑴𝑴𝑴𝑴𝑴𝑴𝒐𝒐𝒓𝒓 = Valor del mercado de la sustancia psicoactiva en el departa-
mento r
La agregación de los resultados obtenidos por departamento permitió estimar
el tamaño del mercado interno de drogas (cocaína, marihuana y bazuco) en
Colombia para el año 2015. Estos, a su vez, se complementan con informa-
ción concerniente a algunos de los impactos que el narcomenudeo produce en
el país, particularmente en materia de justicia y salud pública. De la misma
manera, se sugiere una serie de recomendaciones de política pública, cuyo
objetivo es fortalecer el diseño y formulación de las estrategias estatales enfo-
cadas hacia la lucha contra este fenómeno.
Entender la racionalidad económica del narcotráfico, así como las afectaciones
ocasionadas por el narcomenudeo, son dos de las claves para estructurar una
respuesta institucional adecuada al problema. En esa dirección, los hallazgos
del estudio Narcomenudeo en Colombia: una transformación de la economía
criminal, buscan contribuir al debate sobre el enfoque y direccionamiento de la
actual lucha contra el narcotráfico e incentivar la generación de conocimiento
acerca del mercado interno de drogas.
Con esa finalidad, el Departamento Nacional de Planeación (DNP) extiende
una invitación a todas las entidades, universidades, centros de pensamiento,
grupos de investigación y demás instituciones interesadas en los temas aborda-
dos en el presente documento, a ampliar la comprensión del narcomenudeo a
través de análisis basados no solo en aproximaciones metodológicas desde la
oferta, como es el caso de la presente publicación, sino también a partir del
estudio de la demanda de estupefacientes en Colombia; de forma tal que se
puedan conciliar los resultados obtenidos desde ambos enfoques, siempre en
aras de optimizar la acción integral del Estado frente a este flagelo.
3. Marco conceptual.
Caracterización de la evolución
del narcotráfico en Colombia
desde una perspectiva
empresarial
Departamento Nacional de Planeación
Policía Nacional de Colombia
36
La implicación de Colombia como país clave en la producción y tráfico inter-
nacional de drogas ilegales se remonta a la década de 1970. Entonces se
vivió el auge del cultivo de marihuana en la costa norte del país que tenía como
destino principal los Estados Unidos. Sin embargo, tras los esfuerzos de erradi-
cación y otras políticas complementarias, al finalizar la década de 1980 el
volumen de cannabis (hierba) enviado al exterior se redujo a un nivel marginal.
Muy distinta es la historia de la cocaína. Siguiendo los pasos de la marihuana,
la producción y comercialización de esta droga prosperó en el país en parte
como resultado de condiciones como la informalidad, el contrabando y el es-
tablecimiento de rutas de salida hacia el exterior. Confluyeron también condi-
ciones habilitantes como la aptitud de climas y suelos, junto con la ubicación
de Colombia, justo en medio de las principales zonas tradicionales de produc-
ción de su materia base (Bolivia, Perú) y el principal mercado destino (EE. UU.).
Como cualquier otra actividad económica, el narcotráfico resulta de la acción
de agentes racionales movidos por la obtención de lucros. Las empresas nar-
cotraficantes, al igual que las empresas legales, responden a señales de mer-
cado, a oportunidades y a riesgos de su entorno; su principal diferencia con
sus contrapartes legales se basa en la estricta prohibición que recae sobre el
bien producido y transado: las drogas ilegales. Por el constante asedio de las
autoridades policiales, estas empresas operan en un entorno hostil, lo que a su
vez implica formas de organizar la producción: su capacidad de expansión y
obtención de economías de escala es mucho menor que en el caso de las
empresas que operan en mercados legales. De ahí que desde la teoría econó-
mica existan elementos para predecir que la actividad de empresas narcotrafi-
cantes tienda a ser localizada, fragmentada, efímera y poco diversificada
(Reuter, 1985).
Sin embargo, este no fue el caso de las organizaciones criminales dedicadas
al tráfico de drogas aparecidas en Colombia desde la década de 1970; antes
bien, el notable crecimiento de sus negocios se vio favorecido por una lenta
reacción del Estado colombiano para su control. Así, los nuevos empresarios
narcotraficantes aprovecharon la débil presencia institucional en zonas aparta-
das del país para establecer laboratorios clandestinos de manufactura de clor-
hidrato de cocaína y crear unidades productivas a gran escala.
Como suele suceder en el caso de industrias nacientes, esto implicó el surgi-
miento de empresas ilegales integradas de manera vertical que en desarrollo
del mercado cubrían las fases agrícolas, manufacturera y de comercialización
Narcomenudeo en Colombia:
una transformación de la economía criminal
37
al por mayor. Como opción económicamente racional, esa integración permitió
al inicio a la industria: 1) generar eficiencias técnicas, como ahorro en costos
y coordinación de la producción; y, 2) economías en costos de transacción,
como los asociados a la incertidumbre en relaciones con otros agentes o a la
especificidad de inversiones en activos o destrezas y capacidades específicas
del recurso humano.
Luego, a comienzos de la década de 1980, con el propósito de capturar los
(mayores) márgenes asociados a la comercialización al por menor, la delin-
cuencia colombiana logró apoderarse del negocio de la distribución en las
calles de las principales ciudades estadounidenses, con lo que lograron conso-
lidar su control sobre el total de la cadena del negocio. Esta situación se tradujo
en que tales organizaciones prosperaran en el país amparadas en el desarrollo
de una inusitada capacidad de corrupción e intimidación, al punto de alcanzar
un grado de sofisticación tal que dio lugar al desarrollo de complejos como
Tranquilandia, un conglomerado en las selvas de Caquetá que contaba con
siete laboratorios y varias pistas de aterrizaje clandestinas.
La magnitud en la producción y el desarrollo de la logística de transporte y
distribución hacen posible caracterizar a las organizaciones colombianas de
entonces como dueñas absolutas del mercado mundial. Se trataba de un nu-
meroso grupo de agentes y organizaciones, algunas especializadas en seg-
mentos específicos, entre las cuales lograron notoriedad las señaladas por
concentrar una porción significativa del mercado, como son los denominados
“carteles”, haciendo alusión a dos poderosos consorcios asociados con las
ciudades de Cali y Medellín.
Esa situación cambiaría a comienzos de la década de 1990. Durante esos
años tuvieron lugar movimientos empresariales hacia una menor integración del
narcotráfico colombiano como como respuesta a una serie de factores internos
y externos que implicaron el ajuste de su dinámica y estructura económica.
Como resultado, la industria pasó de exhibir el modelo fuertemente integrado
surgido por la necesidad de constituir una capacidad de producción (industria
naciente), hacia la consolidación de un tejido empresarial fragmentado y más
especializado.
Esa considerable capacidad de adaptación del negocio amerita un análisis
desde una perspectiva que trasciende la capacidad explicativa del estudio
económico tradicional. Si bien en un comienzo parecieron jugar un papel pre-
ponderante ciertas características tecnológicas o de dotación de factores, está
claro que se han visto significativamente desplazadas por aspectos asociados
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38
a la vertiente económica institucional, la sociología organizacional o la teoría
de redes.
En este sentido es importante tener en cuenta que el narcotráfico es una actividad
predominantemente de servicios. Como en el caso de otros bienes y servicios
ilegales, la mayoría de los costos de producción de narcóticos corresponden a
la remuneración al trabajo requerida para compensar no solo el tiempo, sino más
importante aún, la asunción de riesgos. De ahí que la integración vertical en este
contexto se puede entender en términos de la elección entre emplear más gente
(internalización) o entablar relaciones de mercado (contratar externamente). Al
integrarse de modo vertical, el empresario incrementa el rango de capacidades
de su empresa a través de la contratación de un mayor número de empleados y
no a través de bienes de capital (Reuter, 1985).
La dependencia del factor y comportamiento humano en el negocio del narcotrá-
fico señala la pertinencia de centrarse en los determinantes no tecnológicos de
la organización de la producción en sus distintas etapas. Estos factores se rela-
cionan con la dificultad de coordinación de actividades colectivas, la cual tiene
una gran influencia en el recurso a las formas permanentes de asociación como
las redes altamente funcionales existentes en la industria del narcotráfico y que
explican tanto su sostenibilidad como su capacidad de supervivencia frente a los
cambios enfrentados y la presión de la lucha estatal. De ahí que el análisis con-
tenido en este estudio tome en cuenta los fundamentos provenientes no solo de
la teoría de la organización industrial, sino también algunos más inscritos en la
nueva economía institucional (economía organizacional) para explicar la evolu-
ción del negocio del narcotráfico desde la perspectiva empresarial.
4. Análisis
de los resultados
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40
En los siguientes apartados se describen los resultados de los cálculos efectua-
dos durante el proceso de caracterización de la evolución y transformación de
la economía criminal del narcotráfico en Colombia, y de la estimación del
tamaño del mercado interno de drogas ilegales en el país. La presentación de
los análisis realizados se agrupa en cuatro secciones:
♦ Sección 1: Contexto
♦ Sección 2: Narcotráfico en Colombia: Transformación del fenómeno y
de su modelo de negocios
- Sección 2.1: Narcotráfico en la actualidad: cocaína hacia merca-
dos internacionales
- Sección 2.2: Narcotráfico en la actualidad: mercado interno de
drogas ilegales
♦ Sección 3: Estimación económica del narcomenudeo en Colombia
(2015)
♦ Sección 4: Impactos sociales del narcomenudeo
Sección 1. Contexto
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42
En esta parte del documento se presenta parte de las principales cifras relacio-
nadas con el Problema Mundial de las Drogas, las cuales permiten contextuali-
zar la magnitud del fenómeno del tráfico internacional de estupefacientes. En
ese orden de ideas, se presentan a continuación datos concernientes al con-
sumo, la producción y la incautación de drogas a escala mundial en 2014,
así como los estimados de producción de hoja de coca e incautación de co-
caína en Colombia para el año 2015.
1. El Problema Mundial de las Drogas: consumo
En el Informe mundial sobre las drogas 2016, elaborado por la Oficina de
Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), se afirma que la pre-
valencia mundial de consumo de drogas en 2014 fue del 5,2 %;18
nivel que
se ha mantenido estable desde 2011. Esto significa que, al menos 1 de cada
20 adultos en el planeta —cerca de 247 millones de personas—, consumió
alguna droga ilegal durante ese año.
Gráfico 1. Consumo mundial de drogas 2014, por sustancia ilegal
Fuente: UNODC (2016)
Al analizarse por droga ilegal se estimó que, para 2014, aproximadamente
182,5 millones de personas consumieron marihuana, 33 millones usaron opioides
—17,4 millones opio y heroína—,19
19,4 millones consumieron éxtasis y 18,3
millones cocaína. De toda esa población, 29 millones tienen problemas asociados
al consumo de drogas (abuso/dependencia), pero de ellos tan sólo 1 de cada 6
recibía tratamiento.
Las cifras enunciadas permiten dimensionar el tamaño del mercado mundial de
drogas y la alta demanda existente para las sustancias estupefacientes. De
18 Adultos entre los 15 y los 64 años que han consumido alguna droga ilegal en el último año (2014).
19 Opioides incluye el uso no médico de fármacos para el dolor, mientras que opiáceos se refiere al opio y la
heroína.
Narcomenudeo en Colombia:
una transformación de la economía criminal
43
igual manera, a pesar de que la prevalencia de consumo se mantuvo estable
durante el período 2011-2014, el Informe señala que se ha presentado un
desplazamiento de consumidores desde la cocaína hacia las sustancias sintéti-
cas, cuyo uso es cada vez mayor.
2. El Problema Mundial de las Drogas: producción
De acuerdo con UNODC (por sus siglas en inglés, que en español se tra-
ducen en Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito), los
opiáceos, la cocaína, la marihuana y las sustancias sintéticas son las sus-
tancias estupefacientes más traficadas en el planeta. Para el año 2015 se
estableció que en el mundo se cultivaron 281.000 hectáreas con amapola,
de donde se obtuvo una producción cercana a las 4.770 toneladas de
opio. De estas, se estima que 1.360 toneladas fueron para ser consumidas
directamente y las restantes 3.410 fueron procesadas y transformadas en
327 toneladas de heroína pura (UNODC, 2016, p. 27).
En el caso de la cocaína, a partir de los cálculos de esta organización20
sobre
el número de hectáreas cultivadas con coca en Colombia (96.000 ha), Perú
(40.300 ha) y Bolivia (20.200 ha),21
se pudo estimar que en 2015 el área
neta global con cultivos de coca fue de 156.500 ha, para una producción
potencial de cocaína de entre 935 y 1.125 tm.
Gráfico 2. Superficie cultivada con coca, por país (Colombia, Perú y Bolivia), 1990-2015
Fuente: UNODC, Sistema Integral de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (2016).
20 Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (SIMCI).
21 Cifras tomadas de los Informes de monitoreo de territorios afectados por cultivos ilícitos 2015 para Colombia,
Perú y Bolivia.
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44
Al analizar el área cultivada con coca en los tres países entre 1990 y
2015, es posible identificar que Colombia tenía menor presencia de estos
cultivos a principios de la década de 1990. Sin embargo, la reconfigura-
ción del mercado del tráfico de cocaína como resultado del desmantela-
miento de los carteles de Medellín y Cali, propició el ingreso de nuevos
actores ilegales (guerrillas y paramilitares) en el cultivo y producción de
cocaína, factor que también repercutió en el pronunciado incremento del
área cultivada con coca en Colombia desde la segunda mitad de esa dé-
cada, al igual que incidió en el recrudecimiento del conflicto armado interno
debido a que los grupos armados ilegales encontraron en el narcotráfico
una de sus principales fuentes de financiación.
3. El Problema Mundial de las Drogas: incautaciones
En el año 2014, las incautaciones mundiales de cocaína ascendieron a
655 tm. En ese mismo año se decomisaron 526 toneladas de opio, además
de 102 toneladas de sus principales derivados: la heroína (81 toneladas)
y la morfina (21 toneladas). En cuanto a la marihuana, su cultivo fue repor-
tado en el territorio de 129 países para el período 2009-2014. No obs-
tante, la extensión y las tendencias en su cultivo son difíciles de calcular
ante la ausencia de mediciones sistémicas. Una situación similar se presenta
con las drogas sintéticas, debido a la limitada información disponible sobre
su complejo proceso de producción.
Gráfico 3. Incautación mundial de drogas, por sustancia ilegal, 2014
Fuente: UNODC (2016)
Narcomenudeo en Colombia:
una transformación de la economía criminal
45
A pesar de las dificultades para establecer el potencial de producción para los
estupefacientes en análisis, debe mencionarse que en el año 2014 se incauta-
ron 7.267 toneladas de marihuana, de las cuales 5.834 eran hierba y 1.433
resina. De igual forma, fueron incautadas 108 toneladas de metanfetamina,
46 de anfetamina y 9 de éxtasis.
Por su parte, los Informes de monitoreo de territorios afectados por cultivos ilíci-
tos 2015 hechos por UNODC para Colombia, Perú y Bolivia establecen que,
para ese año, en los tres países se cultivaron un total de 156.500 ha con coca,
de las cuales pudieron llegar a extraerse entre 935 tm y 1.125 tm de clorhi-
drato de cocaína.22
La información sobre incautaciones de cocaína en 2015
se reportará en el informe mundial sobre las drogas del próximo año. Pese a
ellos, proyecciones realizadas por la Dirección de Justicia, Seguridad y Go-
bierno (DJSG) del DNP estiman que, para 2015, la cocaína incautada en el
mundo pudo haber estado por el orden de las 804 tm.23
Dado el potencial de producción y la proyección de incautaciones de cocaína
para el año 2015, el mercado potencial mundial para esa droga pudo estar
en un rango de entre 131 y 321 toneladas de cocaína pura.24
Sin embargo,
el proceso de corte al que es sometida esta sustancia —mediante su mezcla
con otros productos—, podría llegar a multiplicar hasta por cuatro veces su
cantidad, en caso de que se rebaje su pureza hasta el 21 %. Tal hecho posibi-
litaría la obtención de entre 524 tm y 1.284 tm de cocaína de menor pureza
para ser distribuida a los consumidores finales.
4. Producción e incautación de cocaína
en Colombia
El Informe de monitoreo de territorios afectados por cultivos ilícitos 2015 - Colom-
bia de UNODC,25
estimó que el área con cultivos de coca en el país era alre-
dedor de 96.000 hectáreas, equivalentes al 61 % del total del área cultivada
con coca en el mundo (156.500 ha). De igual manera, el rendimiento promedio
de clorhidrato de cocaína por hectárea cosechada es 6,8 kg, lo que permite
estimar que la producción potencial de esta droga en Colombia en el año 2015
22 Proyecciones de la Dirección de Justicia, Seguridad y Gobierno (DJSG) del DNP.
23 Proyecciones de la Dirección de Justicia, Seguridad y Gobierno (DJSG) del DNP teniendo como fuente los
registros mundiales de incautaciones, producción y cultivos de coca para el período 2011-2014.
24 Según la Policía Antinarcóticos de Colombia, un kilo de clorhidrato de cocaína producido en Colombia con
destino al exterior tiene en promedio un 82 % de pureza.
25 Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (SIMCI).
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46
fue de 646 tm —rango26
de 505 tm a 787 tm, equivalente a entre el 54 % y el
70 % de la producción mundial—.
Gráfico 4. Producción potencial de cocaína, por países (Colombia, Perú y Bolivia), 1990-2015)
Fuente: UNODC - Sistema Integral de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (2016).
Adicionalmente, el Observatorio de Drogas de Colombia (ODC) del Ministerio
de Justicia y del Derecho reportó que 253,6 tm de clorhidrato de cocaína fue-
ron incautadas en el país durante 2015.27
Al considerar la producción poten-
cial de este estupefaciente para el mismo año, puede estimarse que las
autoridades colombianas decomisaron aproximadamente el 39 % del total de
la cocaína producida en el país,28
cifra que a su vez podría llegar a representar
hasta el 31,5 % del total de las incautaciones mundiales de cocaína en
2015.29
26 Estimaciones mínimas y máximas de producción potencial en los diferentes eslabones de la cadena de pro-
ducción, asociados a la varianza de las hectáreas cultivadas reportados en los censos de coca. (UNODC,
2016; p. 11).
27 Información preliminar, sujeta a variación. El ODC tiene como fuente al Ministerio de Defensa Nacional
(Policía Nacional - Dirección Antinarcóticos, Ejército, Armada y Fuerza Aérea). En los resultados de las
incautaciones se incluyen las resultantes de acciones de las autoridades de control dentro del territorio na-
cional, así como resultados de operaciones de carácter internacional o Acuerdos Marítimos vigentes.
28 Atendiendo a los rangos de producción de cocaína contemplados en el informe, el porcentaje de incautación
mínimo es de 32 % y máximo de 50 %.
29 A partir de las proyecciones realizadas para el año por la DJSG, en las que se estima que las incautaciones
mundiales de cocaína pueden estar alrededor de 804 toneladas.
Sección 2. Narcotráfico en
Colombia: transformación
del fenómeno y de su
modelo de negocios
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48
En la sección que se presenta a continuación se encuentra información que per-
mite la descripción de la evolución del fenómeno del narcotráfico y de cómo este
ha cambiado en el tiempo, pasando de ser un negocio controlado por actores
hegemónicos como lo eran los carteles de la droga (cadena del narcotráfico) a
ser un sistema criminal en el cual intervienen distintas estructuras especializadas.
Para tal fin, se identificaron variables que, desde la teoría de la empresa, han
incidido en la transformación de la economía criminal del tráfico de drogas,
como el fortalecimiento de las capacidades estatales para la lucha contra el
narcotráfico y el desplazamiento operacional de esas empresas criminales ha-
cia segmentos específicos del negocio donde encuentran mayores márgenes
de utilidad. Con base en esto, pueden establecerse las dinámicas, los costos y
las rentabilidades que genera el tráfico de drogas ilícitas en la actualidad, tanto
en lo relacionado con la exportación de cocaína hacia mercados internacio-
nales como para el mercado interno de drogas.
1. Cadena del narcotráfico (1977-1993)
Durante sus inicios y apogeo, la organización de la cadena del narcotráfico
estuvo a cargo de una red de organizaciones que operaban a escala nacional
y entre las que se destacaron los llamados “carteles” de Medellín y Cali. Se
trata de un periodo que comprende desde la década de 1970 hasta comien-
zos de la década de 1990. En ese entonces la actividad de los empresarios
narcotraficantes colombianos se transformó radicalmente, de una implicación
que hasta entonces se había limitado a un ámbito local, hasta convertirse en
jugadores globales como abastecedores supremos del mercado mundial de
cocaína.
La escala de operaciones alcanzada por el negocio poco se asemeja al nivel
que en un periodo más limitado tuvo el cultivo de marihuana en la zona norte
del país. En este último cultivo prevalecieron otros factores internos —la erradi-
cación de cultivos— y externos —el aumento de oferta interna en EE. UU.—
que causaron, tras el auge de la bonanza marimbera, que esa actividad dejara
de ser un negocio rentable de exportación en el país, en el cual la implicación
de empresarios colombianos se limitaba, por lo general, al cultivo y despacho
desde el país.
La cocaína, por lo contrario, encontró una serie de factores institucionales, con-
diciones habilitantes y dotación de factores iniciales que confluyeron para llevar
el negocio a dimensiones inéditas. Como punto de partida del análisis que en
esta sección se presenta de ese conjunto de aspectos, entre ellos cabe señalar
la lentitud de la reacción al desafío de un problema cuyas dimensiones no se
Narcomenudeo en Colombia:
una transformación de la economía criminal
49
vislumbraron con suficiente claridad. De otra parte, si bien económicamente las
características de la industria se han visto determinadas por un complejo arreglo
de elementos relacionados con el uso de factores productivos, su tecnología y
mercados, el factor institucional ha jugado un papel determinante en este pro-
ceso.
El ejemplo más claro es la relativa alta permisibilidad con que operaron dichas
empresas Colombia. Esto hizo que, al principio, en apariencia el modelo predi-
cho por la economía del delito y el tráfico ilegal no se vieran plenamente refleja-
dos en la realidad. Es decir, en ausencia de empresas efímeras, pequeñas y no
integradas, surgió un conjunto de empresas cuya expansión mostró una inusitada
capacidad de permanencia y expansión, que en términos de integración vertical
pareció reflejar con más nitidez la hipótesis de Stigler, en la etapa inicial de
crecimiento de una nueva industria.30
En la siguiente sección se presenta una
reseña de los factores identificados como críticos en dicha expansión.
a. Condiciones habilitantes
Desde comienzos de la década de 1970 se dio en Colombia la conjunción de
factores institucionales y dotación inicial de factores, entre los que se destacan:
♦ El cultivo y uso ancestral de la hoja de coca por parte de poblaciones
indígenas de zonas andinas y amazónicas de Suramérica. La coca es
una planta tropical que crece entre los 0 y 1.700 metros sobre el nivel
del mar; proviene de la zona de confluencia andina-amazónica de Amé-
rica del Sur. Allí, la planta encuentra las condiciones óptimas de suelo y
lluvias para su crecimiento. El arbusto de la Erythroxylum coca se cultiva
en las laderas de montañas o terrazas de mesetas de clima tropical o
semitropical, bajo condiciones especiales, no aptas para muchos otros
cultivos. Las condiciones óptimas para el desarrollo de las plantas son
tierras con mantillo de arcilla, ricas en humus y hierro, situadas en valles
de meseta protegidas, donde se mantienen unas condiciones de hume-
dad y lluvia constantes.
♦ El arraigo del contrabando en la costa norte colombiana —problema
con amplias raíces históricas y culturales y que se remonta incluso al
pasado colonial de Colombia—31
, hizo que no fuera extraño que las
30 El análisis del economista George Stigler (1951) contiene lo que se conoce como la principal elaboración
de una teoría dinámica de la integración (y desintegración) vertical a través del ciclo de vida de una indus-
tria. Según su argumentación, en las industrias nacientes las empresas estarán integradas verticalmente en
cuanto el nivel de producción de cada una de ellas es demasiado pequeño para dar cabida a empresas
especializadas y mercados de bienes intermedios.
31 Es así como González-Plazas, (2008; 24-29) señala que el modelo de relación entre indígenas y extranjeros
era ya un problema relevante para la corona española desde el siglo XVIII. Desde ese entonces, en las
Departamento Nacional de Planeación
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50
rutas, redes, y contactos que parte de los contrabandistas “tradiciona-
les”32
manejaban tanto en el interior como en el exterior, así como el
capital social generado en torno a esa actividad proporcionaran “el
clima perfecto para que el comercio emergente de cocaína de los
ochenta y el de la heroína en los noventa se afianzara en la región”
(González-Plazas, 2008).
♦ Una serie de factores estructurales e institucionales hicieron particular-
mente vulnerable a la sociedad colombiana y potenciaron su capacidad
de respuesta a los incrementos internacionales en la demanda de ma-
rihuana en la década de 1970 y de cocaína en la de 1980 (Thoumi,
2014). A través de su historia ha existido una dificultad estructural de
Colombia para establecer el gobierno de la ley en su territorio. Tal situa-
ción se remonta a los orígenes de la vida republicana del país, cuando
el surgimiento como Estado-nación de Colombia se dio a partir de la
reunión de un conjunto de regiones aisladas con pocas comunicaciones
o lazos comerciales o de otro tipo entre ellas. Aun en la actualidad es
un problema la débil presencia del Estado en muchas regiones, e incluso
su ausencia ha llegado a ser total en áreas de colonización. A lo descrito
se unen el problema de la violencia que, a raíz de la incertidumbre y la
inestabilidad, incentivaron la creación de bandas criminales y guerrillas
locales que han impartido su ley. Todo ello sin contar la elevada infor-
malidad que ha caracterizado a la economía del país como caldo de
cultivo para el desarrollo de actividades ilícitas y el lavado de sus rentas
asociadas.
♦ Existían ya antecedentes significativos de un desarrollo de representativa
capacidad de producción colombiana de alcaloides y opiáceos en Me-
dellín en la década de 1960, en la época cuando el punto focal y de
transbordo se trasladó de Cuba a Estados Unidos y en particular a Miami,
tras la llegada al poder de Fidel Castro. De acuerdo con un reporte del
Gobierno de los Estados Unidos “para 1965 los colombianos abastecían
casi el 100 por ciento de la cocaína que se movía a través de redes
cubanas. Los colombianos refinaban la droga y los cubanos la traficaban
Antillas holandesas y francesas floreció un nutrido comercio de productos de contrabando con la costa norte
del virreinato de Nueva Granada a través de Cartagena, Santa Marta, Riohacha y otros puertos naturales
de la península de La Guajira. Al respecto citan observaciones del historiador Grahn quien proporciona un
dato que da cuenta de la magnitud de la práctica, en cuanto para inicios del siglo XVIII: “los consejeros del
rey calculaban que el contrabando que entraba por estos puertos ascendía a seis millones de pesos, cuando
el comercio legal no superaba los dos millones” (Lance Raymond, 1985, citado por González-Plazas, 2008,
p. 25).
32 Tal es el caso de Santander López Sierra, mejor conocido como el “Hombre Marlboro”, quien se inició
tempranamente en el contrabando de cigarrillos, de ahí pasó al contrabando de marihuana y terminó de
lleno trabajando para organizaciones dedicadas al tráfico de cocaína.
Narcomenudeo en Colombia:
una transformación de la economía criminal
51
y distribuían en los Estados Unidos” (United States Congress, 1980).33
Sobre este tema en particular, Camacho y López (2007) citan evidencia
de hallazgos de laboratorios en Antioquía desde la década de 1950.
Incluso se ha señalado que “Los datos disponibles sugieren que para 1976
existían organizaciones traficantes importantes que generaban rentas sus-
tanciales” (Thoumi, 2014); en la década de 1980 se contaban entre las
más prominentes, según su origen o centros de operación. En su investiga-
ción de 1987, el periodista Fabio Castillo (1987) informa con amplitud
una lista de 252 narcotraficantes identificados por el Grupo de Inteligencia
Antinarcóticos de la Policía Nacional, seccional Santa Marta.
♦ Una gran migración de colombianos a los Estados Unidos en la
década de 1960, lo cual facilitó el posterior desarrollo de redes de
distribución.
b. Industria naciente
En el caso de sectores incipientes la integración vertical se presenta como una
necesidad para el desarrollo de las nuevas empresas. No existen proveedores
especializados o canales de distribución adecuados a necesidades particulares
por lo que se requiere de su creación (hipótesis de Stigler). Una muestra es el
caso de la industria del automóvil, la cual, empezó casi enteramente integrada,
desde la producción de acero hasta la venta al usuario, en la época del modelo
fordista de producción. Hoy en día este sector ha avanzado hacia la desinte-
gración a través de la convivencia de múltiples segmentos en su interior.
Tal parece ser el caso de la industria del narcotráfico en Colombia. La realiza-
ción del proceso de manufactura en Colombia a finales de la década de 1970
implicó en su momento establecer de novo una capacidad de producción en
el país. La cocaína es el producto final de la transformación de pasta base de
coca en clorhidrato de cocaína. Además del cultivo de la materia prima, el
proceso requiere infraestructura especializada para su transformación química,
si bien su grado de complejidad no es alto.
c. Especificidad de activos
El caso de la producción de cocaína —durante la fase en la que la base de
coca se transforma en clorhidrato de cocaína— es donde se inician los grandes
flujos económicos propios del negocio de producción. En este eslabón la ren-
tabilidad del proceso se incrementa tanto en los márgenes por kilogramo pro-
cesado como en los volúmenes de procesamiento. Técnicamente esta etapa se
caracteriza por grandes costos fijos de producción, como el montaje de un
33 Citado por Camacho y López (2007).
Departamento Nacional de Planeación
Policía Nacional de Colombia
52
centro de procesamiento de cocaína (cristalizadero), el cual muchas veces im-
plica una inversión superior a un millón de dólares (Mejía y Rico, 2010).
El “cartel” de Cali es un ejemplo de integración vertical en respuesta a la espe-
cificidad de activos. Los laboratorios de procesamiento de drogas unidos a los
esquemas de contrabando tenían considerables inversiones de establecimiento
para logar un flujo continuo de cocaína a los clientes. Aquí la integración del
proceso de la cocaína, la introducción a los mercados destino y la venta al por
mayor en una organización pueden interpretarse como una estrategia para
proteger estas inversiones (von Lampe, 2016).
d. Frecuencia de transacciones
La frecuencia de las transacciones es factor trascendental que facilita el estable-
cimiento de relaciones comerciales cualitativas distintas a simples relaciones de
mercado en un entorno de empresas ilegales. La confianza entre delincuentes se
construye y refuerza en el tiempo: con cada emprendimiento común exitoso, se
incrementa el interés por mantener la colaboración continua. Esto lleva a la con-
solidación de formas permanentes de organización que proporcionan un marco
eficiente para enfrentar las circunstancias imprevistas en relación con los acuerdos
de mercado hechos para tener lugar una sola vez.
De igual forma juega un papel importante la imposibilidad de usar contratos
detallados para atander la complejidad de las transacciones, lo cual reduce
las ventajas del mercado sobre la estructura integrada. A este respecto valga
la ilustración de von Lampe (2016) a través del ejemplo de un hipotético em-
barque de drogas escondido en un contenedor ultramarino demorado por
causa de mal tiempo. Cuando una organización traficante verticalmente inte-
grada lleva a cabo tanto la introducción ilegal al país y la distribución mayo-
rista, esto sería un problema interno.
En contraste, si los contrabandistas y los comercializadores fueran partes inde-
pendientes (abastecedor y consumidor) en un acuerdo contractual, tal situación
podría llevar a un conflicto que fácilmente podría llegar a mayores. Si el abas-
tecedor y el consumidor no han acordado previamente sobre cómo lidiar con
un retraso en la entrega debida a mal tiempo, tendrían que negociar después
de que esto suceda cuáles serían sus consecuencias. Este tipo de complicacio-
nes añadía un atractivo adicional a la integración vertical.
e. Captura de dobles márgenes
Narcomenudeo en Colombia:
una transformación de la economía criminal
53
En el caso de las empresas narcotraficantes, la elusión de los dobles márgenes
hace atractiva la integración vertical. Aquí aplica el análisis económico están-
dar, según el cual—desde el punto de vista de la competencia—, se considera
que en tales situaciones la integración de actividades o productos complemen-
tarios en una sola empresa puede ser beneficiosa y producir eficiencias signifi-
cativas (Comisión Europea, 2008). En este tipo de relaciones verticales, una
disminución de los márgenes descendentes —en sentido aguas abajo—, da
lugar también a una mayor demanda en sentido ascendente —en sentido
aguas arriba—. Una fracción del beneficio del incremento de la demanda re-
vertirá a los proveedores ascendentes, por lo tanto, una empresa integrada
capitalizará esos beneficios. Así, la integración vertical ofrecía entonces un in-
centivo mayor para intentar disminuir los precios y aumentar la producción por-
que la empresa integrada obtenía así una fracción mayor de los beneficios
(márgenes dobles internalizados).
f. Tamaño y capacidad de corrupción
Al considerar los efectos provocados por el crecimiento de una empresa cri-
minal en el desarrollo de sus capacidades también hay que considerar los
efectos que puede tener en su capacidad de neutralizar la presión de autori-
dades y agentes del orden. En el caso de sociedades carentes de instituciones
fuertes, prácticas como el cabildeo y la corrupción también se benefician de
economías de escala. Al actuar independiente o de manera desintegrada,34
los delincuentes si bien podrían asumir los costos de corromper a un único
funcionario público del área policial, muy seguramente estará fuera de su
alcance cultivar la misma relación con agentes más altos en jerarquía, como
con funcionarios públicos de alto nivel.
En contraste, las organizaciones más grandes —a menudo como consecuen-
cia de la integración— pueden establecer intercambios corruptos con actores
políticos mayores tanto en la política como la Administración pública basados
en la reciprocidad: como organizaciones armadas pueden proteger los inter-
cambios corruptos entre políticos y empresarios tanto en mercados electorales
y Administración pública a cambio de dinero e indulgencia en la aplicación
de las leyes (Sberna, 2014). Ese fue el caso de Colombia en la década de
1980, cuando el narcotráfico logró una elaborada infiltración del Estado a
alto nivel. Para finales de la década de 1990 y tras el debilitamiento de las
principales organizaciones el poder corruptor del narcotráfico empezó a dis-
minuir lentamente.
34 Es decir, sin la fortaleza derivada de la captura para sí de los márgenes que la integración permitía.
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54
g. Centralización administrativa
Un elemento importante en la gestión de una empresa vinculada a más de un
segmento dentro de la cadena de producción es la centralización. Un ejemplo
de una empresa altamente centralizada es el llamado “Cartel de Cali”, liderado
por los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela y su amigo de infancia,
José Santacruz Londoño. Mientras el mayor de los dos hermanos, Gilberto, se
decía que era el responsable de la planeación estratégica, Miguel microgeren-
ciaba el negocio del tráfico de drogas ilegales.
Sobre ellos se afirma que todas las decisiones importantes eran efectivamente
tomadas por los líderes en Cali y luego las respectivas instrucciones se transmi-
tían ´por vía telefónica a los operativos en campo. En particular, Miguel Rodrí-
guez coordinaba las operaciones de introducción y distribución de la droga
dentro de los Estados Unidos y enviaba supervisores para monitorear el desem-
peño de los operativos del cartel en ese país (von Lampe, 2016).
Si bien la organización tenía varias divisiones especializadas que se encarga-
ban de la logística y del tráfico de drogas, lavado de dinero, seguridad y
corrupción, esas subunidades no tenían autoridad para tomar sus propias
decisiones y, a lo sumo, se les permitía hacer recomendaciones a los líderes
del cartel (Kenney, 2007). Ese modelo gerencial requería de un nivel de comu-
nicaciones y tenencia de registros que hacían a la organización vulnerable a
la intervención de las fuerzas de la ley. Una conversación telefónica intercep-
tada, en la que se hablaba de un cargamento de una tonelada de cocaína,
llevó al enjuiciamiento de los dos hermanos Rodríguez-Orejuela, tanto en los
Estados Unidos como en Colombia, y a la confiscación de un extenso acervo
probatorio de registros escritos y electrónicos que proporcionaron evidencia
adicional.
h. Obtención y ejercicio de posición dominante
En el caso de las organizaciones narcotraficantes, el ejercicio de su posición
dominante en los mercados tiene lugar frecuentemente a través del uso de la
violencia. La violencia es un recurso de mercados ilegales para crear control,
aunque este no suele ser un caso universal. La rentabilidad de establecerse
como monopolio se da con el tiempo, en cuanto el líder de una organización
despliega sus recursos y reputación como factor disuasivo para neutralizar la
competencia (Reuter, 1985).
Con todo, la violencia no deja de ser un recurso costoso para las organiza-
ciones criminales puesto que los delincuentes no son agentes adversos al
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Narcomenudeo en Colombia: transformación de la economía criminal

  • 2.
  • 3. Departamento Nacional de Planeación Dirección de Justicia, Seguridad y Gobierno (DJSG) Dirección de Estudios Económicos (DEE) Dirección de Desarrollo Empresarial (DDE) Policía Nacional de Colombia Dirección de Antinarcóticos (DIRAN) Dirección de Investigación Criminal e Interpol (DIJIN) Dirección de Inteligencia Policial (DIPOL) Narcomenudeo en Colombia: una transformación de la economía criminal
  • 4.
  • 6. DEPARTAMENTO NACIONAL DE PLANEACIÓN Director General, Luis Fernando Mejía Alzate Subdirección General Sectorial, Alejandra Corchuelo Marmolejo Subdirección General Territorial y de Inversión Pública, Juan Felipe Quintero Villa Secretaría General Édgar Antonio Gómez Álvarez Dirección de Justicia, Seguridad y Gobierno Director, Gabriel Cifuentes Ghidini Subdirector de Seguridad y Defensa, Omar Julián Salas John Anzola Morales Manuel Moscoso Rojas Dirección de Estudios Económicos Director, Gabriel Piraquive Subdirector de Estudios Macroeconómicos, Néstor González Mariana Matamoros Cárdenas Dirección de Desarrollo Empresarial Director, Santiago Matallana Subdirector Política Industrial y Comercial, Juan Sebastián Robledo John Rodríguez POLICÍA NACIONAL DE COLOMBIA Director General Policía Nacional, General Jorge Hernando Nieto Rojas Director de Antinarcóticos (DIRAN), MG. José Ángel Mendoza Centro Internacional de Estudios Estratégicos contra el Narcotráfico (CIENA), MY. Liz Cuadros Veloza Analista Grupo Inteligencia DIRAN, CT. Julio Torres Ramírez Director de Investigación Criminal e Interpol (DIJIN), BG. Jorge Luis Vargas Centro Nacional de Análisis Criminal (CENAC), MY. Diego Fernando León Jefe Observatorio del Delito, CT. Juan Aparicio Barrera Director de Inteligencia Policial (DIPOL), CR. Jesús Barrera Peña Analista Seguridad Ciudadana (DIPOL), CT. Julio Rojas Donado Dirección Antinarcóticos (DIRAN) Aeropuerto El Dorado entrada 6 CATAM Teléfono: (57-1) 5159750 Bogotá, Colombia Dirección de Investigación Criminal e Interpol (DIJIN) Avenida El Dorado Núm. 75-25 Teléfono: (57-1) 5159700 Bogotá, Colombia Dirección de Inteligencia Policial (DIPOL) Avenida Boyacá Núm. 142A-55 Teléfono: (57-1) 2190269 Bogotá, Colombia Narcomenudeo en Colombia: una transformación de la economía criminal Versión impresa ISBN: 978-958-5422-08-7 Grupo de Comunicaciones y Relaciones Públicas Coordinador, Luis Segundo Gámez Daza Corrección de estilo, diagramación y diseño, Carmen Elisa Villamizar Camargo Diagramación y diseño, Carlos Arturo Chaparro Olaya Imágenes: www.pixabay.com, Dirección Antinarcóticos Policía Nacional, archivo DNP © Departamento Nacional de Planeación, 2017 Dirección de Justicia, Seguridad y Gobierno Calle 26 N.° 13-19, piso 6 Conmutador: (57-1) 3815000 www.dnp.gov.co Bogotá, Colombia
  • 7. Narcomenudeo en Colombia: una transformación de la economía criminal 7 Contenido Resumen 11 1. Introducción 17 2. Metodología 25 3. Marco conceptual. Caracterización de la evolución del narcotráfico en Colombia desde una perspectiva empresarial 35 4. Análisis de los resultados 39 Sección 1. Contexto 41 1. El Problema Mundial de las Drogas: Consumo 42 2. El Problema Mundial de las Drogas: Producción 43 3. El Problema Mundial de las Drogas: Incautaciones 44 4. Producción e incautación de Cocaína en Colombia 45 Sección 2 Narcotráfico en Colombia: transformación del fenómeno y de su modelo de negocios 47 1. Cadena del Narcotráfico (1977-1993) 48 2. Aumento de los costos del narcotráfico como resultado de la acción estatal 58 3. Acción Estatal y Plan Colombia 61 4. Ciclo de vida criminal 64 5. Transformación del narcotráfico en Colombia (1993-2008) 65 Sección 2.1. Narcotráfico en la actualidad: cocaína hacia mercados internacionales 71 1. Principales mercados para cocaína y marihuana 72 2. Potencial de cocaína comercializada desde Colombia 74
  • 8. Departamento Nacional de Planeación Policía Nacional de Colombia 8 3. Costos de producción de la cocaína en Colombia 75 4. Distribución de cocaína desde Colombia hacia el exterior 77 5. Narcotráfico en Colombia: sistema criminal (2008-2015) 79 Sección 2.2. Narcotráfico en la actualidad: mercado interno de drogas ilegales 81 1. Mercado interno de drogas: costos de producción 82 2. Distribución y comercialización de cocaína en el mercado interno de drogas 83 3. Distribución y comercialización de marihuana en el mercado interno de drogas 84 4. Distribución y comercialización de bazuco en el mercado interno de drogas 86 5. Cambio en la rentabilidad del narcotráfico 87 6. Precios de la droga en Colombia: cocaína, marihuana y bazuco 89 7. Consumo de cocaína en Colombia 91 8. Prevalencia departamental de consumo de cocaína 93 9. Consumo de marihuana en Colombia 95 10. Prevalencia departamental de consumo de marihuana 96 11. Consumo de bazuco en Colombia 98 12. Consumo de éxtasis en Colombia 100 13. Consumo de drogas ilegales en Colombia según ruralidad 103 Sección 3. Estimación económica del narcomenudeo en Colombia (2015) 107 1. Incautación de drogas ilegales en Colombia 108 2. Incautación de drogas ilegales en Colombia (artículo 376 del Código Penal) 110 3. Incautación de drogas ilegales en Colombia según ruralidad 111 4. Estructura y costos de una organización de Narcomenudeo 112 5. Estimación del mercado de drogas ilegales en Colombia (2015) 115
  • 9. Narcomenudeo en Colombia: una transformación de la economía criminal 9 6. Estimación del mercado de drogas ilegales en Colombia (2015): Departamentos y Capitales 116 7. Costos y utilidades del mercado de drogas ilegales en Colombia (2015) 120 8. Mercado estimado de drogas ilegales como porcentaje del PIB123 Sección 4. Impactos sociales del narcomenudeo 125 1. Capturas por tráfico, fabricación y porte de estupefacientes (artículo 376 del Código Penal Colombiano) 127 2. Población Privada de la Libertad por tráfico, fabricación y porte de estupefacientes (artículo 376 del Código Penal Colombiano) 130 3. Población del Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes (SRPA) 132 4. Abuso y dependencia de drogas ilegales en población del SRPA 133 5. Impactos del consumo de drogas ilegales sobre la salud humana 133 5. Recomendaciones de política pública 135 Referencias bibliográficas 139
  • 10.
  • 12. Departamento Nacional de Planeación Policía Nacional de Colombia 12 Este documento presenta los resultados del estudio exploratorio-descriptivo ela- borado por el Departamento Nacional de Planeación (DNP) —con la coope- ración de la Policía Nacional— sobre la transformación de la economía criminal del narcotráfico en Colombia. El estudio abarca desde los orígenes del comercio de sustancias estupefacientes a gran escala en los años 70 hasta la actualidad, en el que el fenómeno del narcomenudeo1 se ha erigido como uno de los principales problemas sociales que afectan el país. Este análisis contiene: 1) la caracterización del narcotráfico desde una pers- pectiva económica, en esta se incorporan elementos teóricos del análisis de organizaciones aplicados específicamente a la actividad de empresas delin- cuenciales y narcotraficantes; 2) una revisión documental de información sobre el Problema Mundial de las Drogas y sus manifestaciones en Colombia; y, 3) una estimación del mercado interno de drogas ilegales en el país durante el año 2015. La producción y el tráfico de drogas ilegales desde Colombia con destino a mercados extranjeros empiezan en los años 70. Entonces, la amplia propaga- ción del cultivo de marihuana y el uso de rutas establecidas tradicionalmente para el contrabando de bienes, permitieron el florecimiento de la denominada bonanza marimbera. Sin embargo, al finalizar la década, ese tráfico entró en un proceso de declive mientras que, en simultáneo, surgieron nuevas estructuras criminales dedicadas a la producción y comercialización de una sustancia aún más rentable: la cocaína. Las recién conformadas organizaciones —que luego se transformarían en poderosos carteles de la droga— serían las responsables de que el país, entre los años 80 y los 90, se convirtiera en el primer productor y comercializador mundial de esa sustancia ilegal. Durante ese lapso los carteles colombianos tuvieron control hegemónico sobre el mercado ilegal de la cocaína, el cual iniciaba en el cultivo de la hoja y la producción de base de coca en Bolivia y Perú, hasta su comercialización en las calles de las ciudades más importantes de los Estados Unidos como Nueva 1 El narcomenudeo es un neologismo que refiere los fenómenos del tráfico y la venta de pequeñas cantidades de estupefacientes con destino al mercado interno. De acuerdo con la Policía Nacional de Colombia (2011, p. 61), este concepto denota los hechos concretos, perceptibles y verificables que se desarrollan durante la venta de estupefacientes —estimulantes, alucinógenos, narcóticos y sustitutos—. Dado que el uso de drogas afecta la percepción de los ciudadanos en lugares públicos, abiertos al público y privados —cuando tras- cienden a lo público—, se considera como un problema público que tiene interdependencia con los conflic- tos sociales, la violencia y la criminalidad.
  • 13. Narcomenudeo en Colombia: una transformación de la economía criminal 13 York, Los Ángeles y Miami.2 Para el año 1988, tal dominio absoluto les permi- tió obtener rentabilidades estimadas entre 1.588 % y 2.790 %, por cada kilo- gramo de cocaína distribuido en suelo norteamericano. No obstante, esas ganancias no perdurarían por mucho tiempo. Desde aquella época, el narcotráfico ha experimentado drásticos cambios que terminaron por afectar la rentabilidad de la producción y comercialización del clorhidrato de cocaína. Al respecto deben mencionarse dos aspectos funda- mentales. Por un lado, el desmesurado incremento en su oferta durante los años 80 trajo consigo una disminución de sus precios en los Estados Unidos —a pesar del elevadísimo nivel de la pureza del producto—. (Executive Office of the President of the United States, 2004). También durante esa década, la lucha contra el narcotráfico se fortaleció a escala mundial, lo que posibilitó asestar golpes certeros en contra de las estructuras dedicadas a esta actividad criminal. Como segunda medida, en la década de los noventa la lucha antinarcóticos —enmarcada en un trabajo conjunto entre autoridades nacionales y extranje- ras— conseguiría la desarticulación de los grandes carteles. El éxito de las operaciones contra el narcotráfico trajo consigo dos resultados fundamentales: la estabilización de los precios y la pureza de la cocaína en las calles de Estados Unidos, unidas a un cambio en los actores involucrados. La desestructuración de los carteles colombianos impuso una dinámica de trán- sito de los grandes centros ilegales del poder narcotraficante hacia México que trajo consigo la ampliación del espectro de actores y ciertas modificaciones de las estructuras criminales en Colombia hacia lógicas y organizaciones de dis- tinta naturaleza y menos homogéneas. Dicho de otro modo, el sistema del nar- cotráfico en el hemisferio —compuesto por actores, estructura, proceso y reglas— entraba en una etapa de transición expansiva. En este sentido, los narcotraficantes nacionales dejaron de ser el único actor en el negocio: las pandillas estadounidenses pasaron a manejar la distribución y comercialización de cocaína dentro de ese país, al mismo tiempo que los car- teles mexicanos empezaron a controlar su transporte desde Colombia hasta 2 Pablo Escobar, Jorge Luis Ochoa, José Santacruz Londoño y Gilberto Rodríguez Orejuela conocieron en el propio territorio de los Estados Unidos lo que podría ser la profesión más lucrativa del mundo y de la época. Testigos de las actividades adelantadas por Griselda Blanco —la primera dama del tráfico ilegal de ma- rihuana y drogas en Estados Unidos a principios de los años 70—, comprendieron que la cocaína sería el producto del futuro, por la diferencia abismal del precio de su venta en Estados Unidos con el de su compra en Colombia y Sudamérica. El asunto era llevarla de un país a otro, y a ello podrían dedicarse con esmero (Atehortúa Cruz y Rojas Rivera 2008; pp. 169-205).
  • 14. Departamento Nacional de Planeación Policía Nacional de Colombia 14 suelo norteamericano, a través de rutas que cruzan primordialmente por Cen- troamérica. El nuevo escenario forzó a las organizaciones narcotraficantes colombianas a conformar alianzas con las mexicanas, con el objetivo de continuar vendiendo cocaína en los Estados Unidos y otros mercados internacionales. Esa asocia- ción les permitiría seguir obteniendo rentabilidades estimadas para el año 2000 de entre 344 % y 814 % por cada kilogramo traficado. En la actualidad se podría afirmar que el narcotráfico en Colombia está cen- trado en dos frentes. El primero de ellos lo forma el cultivo de hoja de coca y su transformación en base de coca, o bien, en clorhidrato de cocaína, cuyo destino principal son los carteles mexicanos, los cuales se encargan ahora de su distribución final hacia Estados Unidos y Europa. Según los cálculos elabo- rados por el DNP, dicha actividad a los narcotraficantes colombianos puede representarles rentabilidades entre el 82 % y el 260 % por cada kilogramo de cocaína vendido a organizaciones criminales extranjeras. El segundo frente es el mercado interno. Los resultados del análisis realizado por el DNP sobre el tráfico de drogas en pequeñas cantidades destinadas para el consumo dentro de Colombia reflejan, en el caso de la cocaína, que la rentabilidad de su venta al por mayor (red narcotraficante)3 puede llegar al 110 % por kilogramo. Por su parte, las redes encargadas de la distribución interna (estructuras delincuenciales)4 pueden obtener de cada kilo una rentabi- lidad de hasta el 1.407 %, como resultado de su transformación en pequeñas 3 En la actualidad existen 2 formas de redes narcotraficantes: 1) Estructuras lineales de múltiple asociación, organizadas por la especialización de roles y la complementariedad narcotraficante, pero cada una toma sus decisiones de forma independiente y unilateral; 2) aún existen pocas organizaciones narcotraficantes en las cuales la sucesión del liderazgo o mando delictivo se realiza por línea de sangre, es decir, de padres a hijos o hermanos y los cargos de responsabilidad son ocupados por la ascendencia, como el “Clan del Golfo”, y demás estructuras de crimen organizado Tipo A como lo son “Los Puntilleros” y “Los Pelusos” (organizaciones herederas de las disidencias paramilitares que no se acogieron al proceso de desmoviliza- ción que tuvo lugar entre 2003-2006). 2) Estructuras con modelo federado, por causa de la fortaleza actual de las instituciones del Estado para afrontar a las organizaciones narcotraficantes parte de ellas se han transformado en pequeñas células, que no cuentan con cabecilla único, y se asocian según su conveniencia para facilitarse entre sí el desarrollo de las actividades narcotraficantes, dando paso a una especie de “junta directiva” en la cual varias cabezas visibles o no, toman las decisiones trascendentales sobre la estructura como relevos, nuevas asociaciones y/o confrontaciones. Es ejemplo de esta clase de red la extinta “Oficina de Envigado” (Grupo de Inteligencia de la Dirección de Antinarcóticos de la Policía Nacional, 2016). 4 Dentro de las estructuras delincuenciales pueden identificarse, a manera de ejemplo, organizaciones como las que operaban en el antiguo “Bronx” y las encargadas del manejo de las “ollas” de venta de estupefa- cientes en las ciudades. Tales redes someten las drogas ilegales a un primer proceso de corte/adulteración para rebajar su pureza con sustancias utilizadas para tratamientos veterinarios y cardiacos, así como con antihistamínicos, desinflamatorios y analgésicos, entre otros. Así mismo, generalmente están involucradas en la comisión de otros delitos como la extorsión, el hurto en todas sus modalidades y el control sobre otro tipo de economías ilegales, como el contrabando, la adulteración de licores, la piratería, la apropiación de espacio público, entre otras (DIPOL, 2016).
  • 15. Narcomenudeo en Colombia: una transformación de la economía criminal 15 dosis de menor pureza. Por último, la venta al detal (expendio al consumidor)5 puede generar rentabilidades que oscilan entre el 55 % y el 169 %, depen- diendo del grado de pureza que tenga la cocaína en el momento de comer- cializarla entre los consumidores. No obstante, y entendiendo que este mercado ilegal no se concentra solo en el tráfico de cocaína, el presente análisis también se efectuó para otras dos de las sustancias ilegales más consumidas en el país: marihuana y bazuco. En el caso de la primera, se estimó que la rentabilidad de un kilogramo podría llegar a ser de hasta del 146 % para la red narcotraficante, del 291 % para las es- tructuras delincuenciales, y de entre el 55 % y el 137 % para el expendio al consumidor, en función de su grado de pureza. Para el bazuco, las rentabilidades pueden ascender hasta el 625 % para la red narcotraficante, al 48 % para las estructuras delincuenciales, y de entre el 55 % y el 160 % para el expendio al consumidor, también dependiendo de la pureza que tenga la droga cuando sea vendida al usuario final. En virtud de lo expuesto, es posible aseverar que el negocio del narcotráfico pudo haber encontrado en el consumo interno un mercado atractivo hacia el cual desplazar y fortalecer su operación. Ello se debe a que pese a tener un potencial de consumidores mucho menor que en el extranjero, las rentabilida- des obtenidas compensan suficientemente los riesgos (capturas, extradición, in- cautaciones, etc.) que las organizaciones narcotraficantes asumen al enviar droga —en especial cocaína— hacia mercados internacionales. A lo anterior se suma que esa transformación ha traído consigo retos para el Estado colombiano en materia de seguridad —delitos conexos—, justicia — congestión judicial y hacinamiento carcelario— y salud pública —aumento del consumo y consecuencias del abuso de drogas—, frente a los cuales se requie- ren estrategias nuevas para enfrentarla de manera satisfactoria. 5 En este eslabón —el más débil del sistema criminal del narcotráfico— se encuentran los llamados “jíbaros” o “dealers”, quienes se encargan de vender pequeñas cantidades de droga a los consumidores finales. Su forma de operación consiste en la compra de cantidades no muy grandes de drogas en las “ollas” contro- ladas por las estructuras delincuenciales, las cuales someten a un proceso de corte. Al rebajar la pureza de la droga y venderla al menudeo, encuentran su mayor rentabilidad. Fuente: DIPOL (2016).
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  • 18. Departamento Nacional de Planeación Policía Nacional de Colombia 18 Las drogas ilegales son sustancias psicoactivas demandadas para un uso dis- tinto al médico o terapéutico. Junto al tabaco y el alcohol, las drogas hacen parte del conjunto de sustancias producidas para usos recreativos. Su empleo es de larga data en la historia de la humanidad, en algunos casos tiene pro- fundas raíces culturales y por mucho tiempo, además del rechazo social que pudiese generar, no enfrentó restricciones o prohibiciones legales. La situación empezó a cambiar desde finales del siglo XIX debido a los efectos asociados al uso de ciertas sustancias, en especial por la dependencia y los impactos sobre la salud que podrían ocasionar en sus consumidores habituales. Si bien existe en la clandestinidad una amplia oferta de drogas ilegales, desde sus inicios la lucha mundial contra estos mercados tuvo como punto de lanza a tres de ellas: la marihuana, el opio (incluido su derivado, la heroína), y la co- caína. Las dos últimas, además de considerárselas como las más problemáticas, comparten algunas características en el origen de su oferta. Ambas se producen en zonas deprimidas de países en desarrollo y un reducido grupo de ellos con- centra el grueso de la producción de su materia prima (opio y coca). Lo cierto es que el 66 % de la heroína se origina en Afganistán, mientras que entre el 54 % y el 75 % de la cocaína comercializada en el mundo sale de Colombia.1 El narcotráfico es un negocio extraordinariamente rentable. De acuerdo con la organización Global Financial Integrity (GFI), el valor anual estimado del co- mercio generado por esta actividad ilegal a escala global podría estar alrede- dor de los 320.000 millones de dólares. Tales rentas superan ampliamente a las de los demás mercados ilícitos, en donde solo el volumen total de falsifica- ción de bienes llega a movilizar flujos de capital comparables. Tabla 1. Estimación del valor del tráfico ilícito según mercado Millones de dólares Mercado Valor estimado del comercio ilícito internacional Drogas ilegales 320.000 Falsificación de productos (total) 250.000 Farmacéuticos 35.000 a 40.000 Electrónica 50.000 1 En el caso de la cocaína, a partir de los Informes de monitoreo de territorios afectados por cultivos ilícitos 2015 realizados por UNODC para Colombia, Perú y Bolivia, se estableció que el año pasado se cultivaron un total de 156.500 hectáreas con coca en los tres países (96.000 ha en Colombia), de las cuales pueden llegar a extraerse entre 935 y 1.125 toneladas de clorhidrato de cocaína —de las que, entre 505 tm y 787 tm se producirían en el país—.
  • 19. Narcomenudeo en Colombia: una transformación de la economía criminal 19 Mercado Valor estimado del comercio ilícito internacional Cigarrillos 2.600 Personas 31.600 Vida silvestre 7.800 a 10.000 Petróleo 10.800 Madera 7.000 Pesca 4.200 a 9.500 Propiedad artística y cultural 3.400 a 6.300 Oro 2.300 Órganos humanos 614 a 1.200 Diamantes y piedras preciosas 860 Armas pequeñas y ligeras 300 a 1.000 Total 639.000 a 651.000 Fuente: Haken (2011) En el caso colombiano, aunque a través del tiempo se han identificado numerosas organizaciones dedicadas al tráfico de cocaína, dos de ellas se convirtieron en puntos focales alrededor de los cuales giraba una proporción significativa del negocio. Se trata de los llamados “carteles” de Medellín y Cali, los cuales, como se ha dicho, jugaron un papel clave en el desarrollo del negocio durante las décadas de 1980 y 1990. Sin embargo, otras organizaciones importantes gra- vitaron alrededor o paralelamente a ellos, aunque no todas alcanzaron el mismo éxito comercial o la visibilidad de estas dos organizaciones. Según von Lampe (2016), los carteles colombianos que dominaron el comercio global de cocaína en esas décadas pueden ser caracterizados como grupos de tamaño medio. En sus trabajos sobre las manifestaciones empíricas del cri- men organizado, dicho autor señala que eran estructuras narcotraficantes for- madas por un puñado de organizaciones, cada una con cerca de 100 a 200 trabajadores vinculados a tiempo completo, las cuales gestionaban el grueso del procesamiento de cocaína en laboratorios clandestinos, así como su con- trabando desde América Latina hacia los mercados de Estados Unidos y Europa, principalmente. Algunas de estas organizaciones lograron establecer “células” dentro de los mercados destino, como los Estados Unidos, para hacerse cargo también de la distribución minorista de cocaína. Bajo el liderazgo de notables cabecillas como Pablo Escobar en Medellín y los hermanos Rodríguez Orejuela en Cali, los carteles conformaron sofisticadas estructuras internas con ramas indepen- dientes para la ejecución de tareas especializadas —aparte de las funciones
  • 20. Departamento Nacional de Planeación Policía Nacional de Colombia 20 esenciales del tráfico de drogas—, incluidas las de seguridad, contrainteligen- cia frente a los esfuerzos estatales antidrogas y el lavado de los lucros obtenidos de manera ilícita. Adicionalmente, en varias ocasiones las grandes organiza- ciones traficantes recurrían a pequeños grupos o freelancers de forma regular o ad hoc para el transporte de precursores químicos y drogas, lavado de dinero o para la ejecución de asesinatos mediante sicarios a sueldo. A pesar de ello, la lucha sostenida durante cuatro décadas contra el narcotrá- fico generó cambios estructurales en el funcionamiento criminal de estas orga- nizaciones, principalmente como resultado de la neutralización de los grandes capos y la desarticulación de los carteles de Medellín y Cali. Posteriormente, como consecuencia de su caída, se presentó una dispersión de organizaciones emergentes con características y modus operandi distintos a los de los grandes carteles,2 hasta el punto en que puede afirmarse que, a partir de ese momento, el fenómeno del narcotráfico inició un proceso de “transformación criminal” por medio del afianzamiento de redes con influencia regional; es decir, se produjo la glocalización 3 del fenómeno. Ahora bien, el narcomenudeo difiere del microtráfico con el cual puede confun- dirse. Durante varios años las autoridades, la sociedad civil y los medios de comunicación denominaron microtráfico al fenómeno de la comercialización y el consumo de sustancias estupefacientes, el cual se asoció a las diferentes manifestaciones de inseguridad urbana —como homicidio, hurto, confrontación entre pandillas— que aún se vive en algunas ciudades. No obstante, luego de un análisis conceptual se estableció que el microtráfico es una “modalidad de transporte de productos básicos del narcotráfico (alijos inferiores a 5 kilogra- mos)”, conocida desde finales de los años noventa y que no es pertinente aso- ciarlo con el “fenómeno urbano de comercialización y consumo de sustancias estupefacientes”, al cual se denomina narcomenudeo. Fuente: (Policía Nacional - Dirección de Inteligencia Policial, 2012). Antes de plantear el supuesto general de referencia, cabe definir y señalar las principales características del narcomenudeo. 2 Después de la caída de los carteles de Medellín y Cali, la Dirección de Inteligencia Policial (DIPOL) llegó a identificar 126 organizaciones de menor capacidad dispersas por todo el país. 3 Glocalización es un término desarrollado en Japón durante la década de 1980, que surgió de la fusión entre globalización y localización. Desde el punto de vista económico, denota “la persona, grupo, división, unidad, organización o comunidad que está dispuesta y es capaz de ‘pensar globalmente y actuar local- mente’. El concepto implica que la empresa se adapte a las peculiaridades de cada entorno, diferenciando sus producciones en función de las demandas locales”. En http://derecho-sociologia- brisa.blogspot.com.co/2012/07/glocalizacion.html
  • 21. Narcomenudeo en Colombia: una transformación de la economía criminal 21 El narcomenudeo es un neologismo que refiere los fenómenos del tráfico y la venta de pequeñas cantidades de estupefacientes con destino al mercado in- terno. De acuerdo con la Policía Nacional de Colombia (2011, p. 61), este concepto denota los hechos concretos, perceptibles y verificables que se desa- rrollan durante la venta de estupefacientes —estimulantes, alucinógenos, narcó- ticos y sustitutos—. Dado que el uso de drogas afecta la percepción de los ciudadanos en lugares públicos (ej.: una calle), abiertos al público (ej.: una discoteca) y privados, cuando trascienden a lo público (ej.: un club social donde se desarrolla una fiesta con venta de boletas), se considera como un problema público que tiene interdependencia con los conflictos sociales, la vio- lencia y la criminalidad Según la Policía Nacional Dirección de Investigación Criminal e Interpol (DIJIN, 2011), entre las principales características del narcomenudeo pueden encon- trarse las siguientes: 1. Punto de venta: es cualquier lugar de uso público, abierto al público o privado, donde se desarrolla la transacción comercial de pequeñas cantidades de sustancias estupefacientes al menudeo entre el vendedor (derivado del actor ilegal) y el comprador. 2. Monetización: es el momento en el que se intercambian los productos estupefacientes por el dinero —que puede ser de origen ilegal, legal o ilícito—, o de manera excepcional por algunos bienes y servicios. Esta actividad tiene relación efectiva y directa con la categoría de coloca- ción del subsistema de lavado de activos del narcotráfico. 3. Consumo: es la actividad interdependiente con el sistema del narcotrá- fico mediante el componente de demanda, por lo general perceptible, que se desarrolla en espacios de uso público, abiertos y privados — cuando trascienden a lo público—. El propósito es darle utilidad al “producto comprado”, del cual los usuarios esperan un efecto estupefa- ciente para satisfacer una necesidad según su estado de adicción o dependencia. La situación descrita permite presentar la hipótesis de este documento: frente a la dificultad para traficar estupefacientes al exterior, las organizaciones crimi- nales empezaron a destinar una parte de su producción hacia el mercado in- terno, que incide en el incremento del consumo de estupefacientes en el país y en la proliferación de estructuras dedicadas al narcomenudeo; lo cual se tra- duce en un aumento de la criminalidad conexa —homicidios selectivos, lesio- nes personales, hurtos y atracos callejeros, entornos y focos del crimen, y aumento de la percepción negativa de seguridad—. En otras palabras, esa
  • 22. Departamento Nacional de Planeación Policía Nacional de Colombia 22 mutación criminal puede ser una de las causas para entender cómo el narco- tráfico pasa de ser exclusivamente una amenaza para la seguridad nacional a convertirse también en una amenaza interna de seguridad y convivencia ciuda- dana. Al considerar que Colombia dejó de ser un país dedicado solo a la producción de drogas para convertirse también en consumidor, el Plan Nacional de Desa- rrollo 2014-2018: Todos por un nuevo país, incluyó como uno de los objetivos del capítulo VIII: Seguridad, Justicia y Democracia para la Construcción de Paz, el de “enfrentar el problema de las drogas desde una perspectiva integral y equilibrada”. Para ello, se formuló la estrategia de control del fenómeno de microtráfico desde un enfoque de intervención social y control de los territorios,4 para lo cual el Gobierno nacional “desarrollará e implementará estrategias coordinadas frente al microtráfico con los diferentes entes del Estado encarga- dos de dar respuesta a la reducción de la oferta de drogas”, las cuales requie- ren delos siguientes elementos: ♦ Caracterización del fenómeno con enfoque territorial urbano para eva- luar las dinámicas y tendencias en cuanto a estructuras criminales, zonas emergentes y sustancias psicoactivas que se ofrecen en el mercado. ♦ Procesos de inclusión social que contribuyan a mejorar la calidad de vida de la población afectada, mediante controles de los territorios afec- tados y prevención del microtráfico desde un enfoque de intervención social, control al expendio y consumo de sustancias. ♦ Monitoreo de los procesos de innovación de las organizaciones crimina- les dedicadas al microtráfico y su expansión a otras ciudades o países. Igualmente, se monitorean los cambios en los tipos de drogas o compo- nentes activos que están siendo consumidos. ♦ Análisis de la cadena de valor criminal con el propósito de aumentar la probabilidad de condena de los eslabones fuertes de la cadena delin- cuencial. La intervención en sitios de expendio considerados como “áreas de impunidad” debe contar con planeación entre las autoridades de control y del orden social. En ese mismo orden de ideas, la Dirección de Justicia, Seguridad y Gobierno (DJSG) del Departamento Nacional de Planeación (DNP) definió la elaboración de un estudio exploratorio-descriptivo que permitiese la caracterización del nar- 4 Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018: Todos por un nuevo país. Departamento Nacional de Planeación (DNP); p. 516.
  • 23. Narcomenudeo en Colombia: una transformación de la economía criminal 23 comenudeo en Colombia. No obstante, ante la complejidad de la problemá- tica, fue necesario analizarlo desde una perspectiva de racionalidad econó- mica de los actores involucrados en el mercado de las drogas ilegales, la cual posibilitó comprender el narcomenudeo como una transformación de la econo- mía criminal del narcotráfico en el país. El análisis del fenómeno planteó importantes retos de tipo conceptual y meto- dológico, los cuales no se circunscriben exclusivamente al presente trabajo investigativo. De hecho, luego de la revisión bibliográfica y documental de ejercicios similares llevados a cabo en otras regiones del mundo, se evidenció la dificultad de establecer un modelo estandarizado para la medición del ta- maño del mercado interno de drogas en un país determinado; especialmente por la disparidad —en términos de cantidad y calidad— de la información disponible; así como de los métodos utilizados para su estudio. Los resultados que se exponen en estas páginas buscan tres fines;1) ampliar el conocimiento que se tiene tanto del narcotráfico como del fenómeno del narco- menudeo, desde un análisis basado en la perspectiva de la empresa criminal; 2) aportar elementos para la formulación de políticas públicas basadas en evi- dencia, encaminadas hacia la implementación de estrategias integrales en con- tra del tráfico de sustancias estupefacientes en pequeñas cantidades, y, por último, 3) propiciar la articulación de entidades estatales, el sector privado y las demás organizaciones de la sociedad civil que desarrollen acciones para enfrentar esta problemática. Así, el presente documento consta de cuatro apartados. En el primero de ellos se presenta la metodología aplicada en la investigación; en el segundo, se encuentra una síntesis de la caracterización de la evolución del narcotráfico en Colombia desde una perspectiva empresarial; en el tercero, se detallan los principales hallazgos obtenidos a partir del análisis de la información recopi- lada. Por último, el cuarto apartado contiene información complementaria con- cerniente a los impactos sociales producto del narcomenudeo en el país.
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  • 26. Departamento Nacional de Planeación Policía Nacional de Colombia 26 El presente estudio de carácter exploratorio-descriptivo tiene como propósito ge- nerar conocimiento basado en evidencia sobre la transformación de la economía criminal del narcotráfico en Colombia, profundizando en el análisis del fenómeno del narcomenudeo, como insumo para la formulación de políticas públicas orien- tadas hacia la prevención, investigación y tratamiento del tráfico de sustancias estupefacientes en pequeñas cantidades. Para alcanzar este objetivo se definieron tres componentes metodológicos. En el primero se expone una caracterización exploratoria de la evolución de las organi- zaciones narcotraficantes colombianas desde una perspectiva empresarial, efec- tuada con base en la consulta de fuentes bibliográficas de dos vertientes principales: 1) de la teoría de la organización industrial clásica, la economía de organizaciones (enfoque institucional) y el análisis organizacional aplicado a em- presas delincuenciales; y 2) la literatura documental del desarrollo de la economía ilegal y el narcotráfico en Colombia. Ello con la intención de resaltar los elementos que, desde la toma de decisiones racionales, posibilitan la comprensión de la ló- gica de los empresarios criminales, así como de su adaptación a las situaciones cambiantes de su entorno y de los mercados en los que se desenvuelven. La caracterización establece un marco teórico y conceptual para el análisis del narcotráfico en Colombia entendiéndolo como una organización empresarial. En tal sentido, el estudio busca aportar al conocimiento de esa problemática exami- nando la transformación del fenómeno y de su modelo de negocios, a través de la recolección e interpretación de información que facilite dilucidar algunos de los factores que le han permitido a esta actividad criminal adaptarse y persistir en el país durante los últimos 40 años. Como complemento, se determinó un segundo componente metodológico que consiste en la indagación sobre el Problema Mundial de las Drogas y sus reper- cusiones en Colombia, la cual se desarrolló a partir no solo de la revisión de documentos e investigaciones sobre el tema, sino también por medio de mesas de trabajo y entrevistas con expertos. En lo concerniente a la revisión documental, fue posible obtener datos provenientes, entre otros, del Informe mundial sobre las drogas (2016) y del Informe de monitoreo de territorios afectados por cultivos ilícitos (2015). Colombia, elaborados por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC); así como del informe sobre El Problema de las Drogas en las Américas (2013) de la CICAD-OEA;5 y del Reporte de drogas de 5 Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD) de la Organización de Estados Ame- ricanos (OEA).
  • 27. Narcomenudeo en Colombia: una transformación de la economía criminal 27 Colombia (2015) realizado por el Observatorio de Drogas de Colombia del Ministerio de Justicia y del Derecho. En cuanto a las mesas de trabajo y las entrevistas con expertos —en las que participaron entidades nacionales, organizaciones internacionales, embajadas, organizaciones no gubernamentales y centros de pensamiento—, se logró obte- ner una valiosa retroalimentación. Debe destacarse, en especial, el papel desem- peñado por la Policía Nacional, que se convirtió en un aliado fundamental para la validación metodológica de la presente investigación, al igual que para la recolección de los datos, el análisis de la información, la discusión de los resul- tados y la formulación de las recomendaciones de política pública; todo esto gracias a un trabajo articulado con la Dirección de Investigación Criminal e In- terpol (DIJIN), la Dirección Antinarcóticos (DIRAN) y la Dirección de Inteligencia Policial (DIPOL). En la caracterización sobre la evolución del narcotráfico en Colombia desde una perspectiva empresarial —primer componente de la metodología—, se plantea que parte del éxito alcanzado por las organizaciones criminales dedicadas a esta práctica ilegal, ha sido el resultado de su habilidad para desarrollar nuevas formas de asociación por medio de “redes con esquemas de operación planos y flexibles”. Por otro lado, el procesamiento de la información obtenida mediante el segundo componente metodológico permitió establecer que, después de per- der el control hegemónico del negocio, los narcotraficantes colombianos se es- pecializaron en la producción y distribución de cocaína con destino hacia otras organizaciones criminales internacionales (especialmente para carteles mexica- nos), y en ampliar el mercado interno de consumo de estupefacientes. Según esas reflexiones, se consideró pertinente profundizar en el análisis del nar- comenudeo, entendiéndolo como una nueva expresión de las capacidades que tienen las organizaciones narcotraficantes para adaptarse a las condiciones cam- biantes del negocio.6 Para ello, se definió el tercer componente metodológico: una exploración de fuentes de información que brindará elementos para estimar el tamaño del mercado interno de drogas. Aunque se trata de un campo del conocimiento más bien reciente, importantes publicaciones han aportado al estado del arte tanto su descripción conceptual como dado orientaciones al diseño de políticas públicas para enfrentarlo. Se destacan las dos investigaciones llevadas a cabo por el Centro de Inteligencia Prospectiva de la Dirección de Inteligencia Policial: la primera, Narcomenudeo: 6 La DIPOL (2015) señala que el narcomenudeo “entendido como el mercado ilegal de sustancias estupefacientes que se manifiesta en el punto de venta, se constituye en un fenómeno que tiene relación con el conflicto social, la violencia y la criminalidad”.
  • 28. Departamento Nacional de Planeación Policía Nacional de Colombia 28 un reto estratégico en seguridad ciudadana (2011); y la segunda, Narcomenu- deo: entramado social por la institucionalización de una actividad económica criminal (2012), las cuales, desde un enfoque analítico de carácter fenomenoló- gico, buscan caracterizar la comercialización de sustancias estupefacientes en pequeñas cantidades y los conflictos sociales que de ella resultan, hasta conver- tirla también en una amenaza para la seguridad ciudadana. Otro referente trascendental es la investigación Microtráfico y comercialización de sustancias psicoactivas en pequeñas cantidades en contextos urbanos (2015) elaborado por el Observatorio de Drogas de Colombia del Ministerio de Justicia y del Derecho;7 la cual apunta principalmente a dos objetivos: 1) “proponer un marco conceptual que permita comprender el funcionamiento del microtráfico y comercialización de sustancias psicoactivas ilegales en territorio urbano”; y 2) “presentar un método de recolección de datos (…) que permita describir el pro- blema de las drogas en territorios específicos de las ciudades”. En el contexto latinoamericano se encontraron ejercicios académicos orientados hacia la estimación de mercados internos de drogas en México y Argentina. Uno de ellos es el ensayo titulado Los mercados de drogas ilícitas de la Ciudad de México (2013), en el cual se presenta un análisis estadístico y cualitativo de las dinámicas y características del mercado de drogas ilegales y de sus usuarios en el Distrito Federal. Por su parte, el Observatorio Argentino de Drogas (2008) en su documento El mercado de drogas ilícitas: magnitud y precio. Argentina 2006, analizó la magnitud del mercado argentino de sustancias ilegales —para ma- rihuana, cocaína y pasta base (paco)— en términos monetarios; es decir, la can- tidad de dinero circulante en el país con relación al consumo de drogas. Adicionalmente, se consultaron investigaciones sobre el tamaño del mercado de drogas ilegales en Estados Unidos y Europa. Para el caso norteamericano, se destaca el documento What America's users spend on illegal drugs: 2000-2010, el cual fue preparado por la Corporación RAND (2014) para la Oficina de la Política Nacional para el Control de Drogas (Office of National Drug Control Policy) y la Oficina de Investigación y Análisis de Datos (Office of Research and Data Analysis), pertenecientes al gobierno estadounidense. En cuanto al conti- nente europeo, sobresale el Informe sobre los mercados de drogas en la UE (2016), producido de forma conjunta entre el Observatorio Europeo de las Dro- gas y las Toxicomanías (OEDT) y Europol. 7 Esta publicación hace parte de los productos de los convenios de asociación suscritos entre el Ministerio de Justicia y del Derecho, y la Fundación Ideas para la Paz (FIP).
  • 29. Narcomenudeo en Colombia: una transformación de la economía criminal 29 Por último, también se consultaron documentos británicos como el artículo deno- minado Estimating the size of the UK illicit drug market  8 publicado por el Minis- terio del Interior del Reino Unido (Home Office) en su reporte Measuring different aspects of problem drug use: methodological developments (2006); y el informe titulado Changes to National Accounts: Inclusion of Illegal Drugs and Prostitution in the UK National Accounts (2014) publicado por la Oficina Nacional de Esta- dística (Office for National Statistics) de este mismo país. Después de esta amplia revisión documental, se identificaron dos aproximaciones metodológicas fundamentales para intentar estimar el tamaño de los mercados internos de drogas. La primera de ellas es a través del estudio de la demanda de drogas (demand-side) en un determinado país o ciudad. Este tipo de análisis, — el más extendido dentro de la literatura internacional—, se basa en la recolección de información relacionada con el número de consumidores y su gasto en drogas, la cual puede obtenerse a través de encuestas aplicadas a la población en ge- neral o a diversas poblaciones específicas como estudiantes, habitantes de calle, privados de la libertad y adictos en tratamiento. Otras variables que también se utilizan en algunas de estas investigaciones son, por ejemplo, los datos acerca de la pureza de las sustancias ilegales que se consumen, el tamaño de las incau- taciones de droga realizadas por las autoridades, la cantidad de droga em- pleada por los consumidores y la frecuencia de consumo. Sin embargo, dicha aproximación metodológica presenta algunas limitaciones. En este aspecto, debe señalarse que las diferencias existentes entre los distintos métodos de recolección y análisis de información, en ocasiones impide que los resultados de tales investigaciones sean estrictamente comparables con otras de su tipo. Así mismo, se ha identificado que las personas que participan en las encuestas como fuente de información primaria, no siempre responden con ho- nestidad a las preguntas; situación que en parte se debe a los prejuicios existentes alrededor del consumo de drogas; pero que termina por incidir en los resultados del ejercicio investigativo. De igual modo, en el momento de aplicar los cuestio- narios a la población en general, ocurre con frecuencia que no se dispone de las herramientas suficientes para recoger información de personas que simple- mente no quieren hablar sobre su consumo o de aquellas poblaciones específicas en donde se han identificado grupos con consumo problemático.9 8 Elaborado para el Instituto para la Investigación Social y Económica de la Universidad de Essex, por Stephen Pudney, Celia Badillo, Mark Bryan, Jon Burton, Gabriella Conti y Maria Iacovou. 9 Entre estos pueden encontrarse grupos poblacionales como adictos bajo tratamiento, población privada de la libertad y habitantes de calle.
  • 30. Departamento Nacional de Planeación Policía Nacional de Colombia 30 En el caso colombiano, la Encuesta Nacional de Consumo de Sustancias Psi- coactivas (2013) es uno de los insumos más importantes para abordar el pro- blema del consumo de estupefacientes en el país,10 aunque “es claro que (el estudio) tiene limitaciones que son reconocidas en el mundo, como el hecho de no llegar a poblaciones institucionalizadas, o no detectar con suficiencia consu- mos de drogas que suelen darse en grupos especiales”.11 A esto debe agregarse que es insuficiente la información para establecer la frecuencia y la cantidad de droga utilizada por los consumidores colombianos.12 La segunda aproximación metodológica identificada se basa en la oferta de dro- gas (supply-side). Entre los análisis de la literatura internacional consultada dirigi- dos desde este punto de vista se destaca el documento titulado Developing a methodology for measuring illegal activity for the UK national accounts (1998), editado por la Oficina Nacional de Estadísticas del Reino Unido y citado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en su publicación Measuring the Non-Observed Economy. A Handbook (2002); el cual se toma como referente en el campo de la estimación del tamaño de los mercados internos de drogas por ser uno de los primeros ejercicios académicos sobre esta temática en particular. Las investigaciones desde la oferta tienen en cuenta, principalmente, factores re- lacionados con la cantidad de droga incautada por las autoridades y sus precios en el mercado. No obstante, ese enfoque tampoco se encuentra exento de limi- tantes. Una de las más relevantes es la imposibilidad para establecer, con grado absoluto de certeza, la tasa de incautaciones de droga en un país, pues para ello también debe contarse con el dato exacto de la cantidad de sustancias es- tupefacientes producidas. Por este motivo, se requiere definir rangos hipotéticos 10 Junto a esta investigación, existen otros ejercicios similares elaborados por entidades del orden nacional y local, los cuales han tenido por objetivo indagar sobre el consumo de drogas en poblaciones de jóvenes, estudiantes universitarios y habitantes de calle. 11 El autor de este estudio, realizado por primera vez en el año 2008, es el Gobierno Nacional de la República de Colombia, a través del Ministerio de Justicia y del Derecho - Observatorio de Drogas de Colombia y el Ministerio de Salud y Protección Social, con el apoyo de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD) de la Organización de los Estados Americanos (OEA), y la Embajada de los Estados Unidos en Colombia (INL). 12 Al respecto, debe resaltarse el trabajo de la Corporación Acción Técnica Social (ATS) y su proyecto “Échele cabeza cuando se de en la cabeza”. Esta organización de la sociedad civil ha venido adelantando impor- tantes esfuerzos orientados hacia el conocimiento del mercado interno de drogas en términos de la calidad y de los efectos que tiene sobe la salud el consumo de estas sustancias en el país. De hecho, la Corporación ATS estuvo a cargo de la aplicación para Colombia de la Encuesta Global de Drogas (Global Drug Survey 2016). Sin embargo, esta encuesta no es una muestra representativa a nivel nacional, aunque sus hallazgos se constituyen en una interesante fotografía de la forma como se están usando las drogas en el país y los impactos que estas tienen en la vida de la población colombiana.
  • 31. Narcomenudeo en Colombia: una transformación de la economía criminal 31 para las tasas de incautación de drogas efectuadas por las autoridades de un país determinado. En Colombia está complejidad aumenta debido a su condición de primer pro- ductor mundial de cocaína; lo que termina incidiendo en la dificultad para distin- guir entre las incautaciones de droga cuyo destino son los mercados internacionales y las que corresponden a la mercancía que se queda para el consumo interno. Así, contar con la totalidad de la información necesaria para estimar el tamaño del mercado colombiano de drogas es una labor que atraviesa grandes obstácu- los; tanto para las aproximaciones desde el lado de la demanda como desde la oferta. A pesar de esto, el presente estudio asume los principios metodológicos establecidos en los enfoques desde la oferta, primordialmente por dos razones: la primera de ellas, la ausencia de datos consolidados y confiables sobre la cantidad y la frecuencia del uso de drogas en los consumidores colombianos, que genera vacíos de información que no pueden subsanarse satisfactoriamente para hacer una estimación desde la demanda. Y la segunda, se fundamenta en que la cantidad y calidad de los datos sobre incautaciones y precios disponibles, generados por las autoridades nacionales —Policía Nacional, Ministerio de Justicia y Ministerio de Defensa, entre otras instituciones—, posibilitan adelantar una aproximación desde la oferta de una manera más adecuada. Con base en lo anterior, para estimar el tamaño del mercado interno de drogas ilegales en Colombia se seleccionaron como sustancias por estudiar la cocaína, la marihuana y el bazuco, por ser estos los estupefacientes más consumidos en el país (MinJusticia y MinSalud, 2013);13 además, se analizaron las incautacio- nes que efectuadas en Colombia durante el año 2015 para cada una de ellas. La información, aportada por la Dirección de Investigación Criminal e Interpol (DIJIN), se obtuvo discriminada por lugar y cantidad de la incautación (gramos). De igual forma, con los datos recolectados por la Dirección Antinarcóticos de la Policía Nacional (DIRAN) fue posible establecer el precio promedio por gramo y dosis) que tienen en el mercado nacional cada una de las sustancias psicoactivas escogidas.14 13 Encuesta Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas (2013). 14 La Policía Nacional estima que de cada kilogramo de cocaína se pueden llegar a obtener hasta 9.090 dosis con un peso de 0,11 g cada una. En el caso de la marihuana, la relación sería de 455 dosis de 2,2 g por kg; y por cada kilogramo de bazuco se podrían producir 3.333 dosis con un peso unitario de 0,33 g.
  • 32. Departamento Nacional de Planeación Policía Nacional de Colombia 32 La exploración inicial de estos datos evidenció que, en el caso de la cocaína, era necesario definir un criterio para diferenciar entre las incautaciones cuyo des- tino final era el mercado internacional y la que se quedaba para abastecer el consumo interno. Para ello, se usaron los rangos contemplados por el artículo 376 del Código Penal Colombiano referido al tráfico, fabricación o porte de estupefacientes, en donde se establecen las condenas a las que se puede llegar a enfrentar una persona, en caso si es hallada culpable de este delito, según la cantidad de droga que tenga al momento de su detención.15 A través de este cruce de variables se identificó que el 96,5 % de los reportes de incautación de cocaína perpetrada por las autoridades colombianas en el año anterior, obedecían a cantidades que no superaban los 2.000 g —el 90,3 % fueron incautaciones por debajo de los 100 g—. Así mismo, el 98,8 % de los reportes de marihuana incautada daban cuenta de cantidades iguales o inferio- res a los 10.000 g. Por último, el 99,8 % de los reportes de incautación de ba- zuco correspondieron a cuantías que no excedían los 2.000 g. De conformidad con tales hallazgos, en este documento se postula que la co- caína que se incauta en Colombia por debajo de los 2.000 gramos establecidos por el Código Penal tiene como propósito surtir el mercado interno. No obstante, para la marihuana y el bazuco se tuvo en cuenta la premisa de la DIRAN —expuesta en varios de los encuentros sostenidos entre la DJSG del DNP con esa dependencia policial en el marco del desarrollo de la investigación—, en donde se afirma que prácticamente la totalidad de la producción de ambas dro- gas se queda en el país para abastecer los distintos mercados locales.16 15 Artículo 376 del Código Penal Colombiano. Tráfico, fabricación o porte de estupefacientes. El que sin permiso de autoridad competente, introduzca al país, así sea en tránsito o saque de él, transporte, lleve consigo, almacene, conserve, elabore, venda, ofrezca, adquiera, financie o suministre a cualquier título sustancia estupefaciente, sicotrópica o drogas sintéticas que se encuentren contempladas en los cuadros uno, dos, tres y cuatro del Convenio de las Naciones Unidas sobre Sustancias Sicotrópicas, incurrirá en prisión de ciento veintiocho (128) a trescientos sesenta (360) meses y multa de mil trescientos treinta y cuatro (1.334) a cincuenta mil (50.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes. Si la cantidad de droga no excede de mil (1.000) gramos de marihuana, doscientos (200) gramos de hachís, cien (100) gramos de cocaína o de sustancia estupefaciente a base de cocaína o veinte (20) gramos de derivados de la amapola, doscientos (200) gramos de droga sintética, sesenta (60) gramos de nitrato de amilo, sesenta (60) gramos de ketamina y GHB, la pena será de sesenta y cuatro (64) a ciento ocho (108) meses de prisión y multa de dos (2) a ciento cincuenta (150) salarios mínimos legales mensuales vigentes. Si la cantidad de droga excede los límites máximos previstos en el inciso anterior sin pasar de diez mil (10.000) gramos de marihuana, tres mil (3.000) gramos de hachís, dos mil (2.000) gramos de cocaína o de sustancia estupefaciente a base de cocaína o sesenta (60) gramos de derivados de la amapola, cuatro mil (4.000) gramos de droga sintética, quinientos (500) gramos de nitrato de amilo, quinientos (500) gramos de ketamina y GHB, la pena será de noventa y seis (96) a ciento cuarenta y cuatro (144) meses de prisión y multa de ciento veinte y cuatro (124) a mil quinientos (1.500) salarios mínimos legales mensuales vigentes. 16 Para el período 2009-2015, el total de marihuana incautada en aguas internacionales o altamar fue de 6.147 kilogramos, de los cuales 1.346 kg (1,3 toneladas) fueron incautados en el último año (DIRAN, 2016).
  • 33. Narcomenudeo en Colombia: una transformación de la economía criminal 33 La información sobre incautaciones permitió establecer la cantidad de droga que efectivamente decomisan las autoridades y que, por ende, no llegó a manos de sus usuarios finales. Sin embargo, dicho cálculo únicamente refiere una porción de los estupefacientes disponibles en las calles para el consumo interno. Por otro lado, como se mencionó, es imposible conocer con exactitud el total de la producción de sustancias psicoactivas en el país. Esto hace que el dato sobre incautaciones tampoco pueda asumirse, por sí solo, como un indicador preciso del porcentaje de la droga que realmente confiscada con respecto a la totalidad de la producida; motivo por el cual fue necesario incorporar un segundo postu- lado que posibilitase estimar el tamaño completo del mercado interno de drogas. Para tal fin se procedió a definir un rango hipotético en donde las incautaciones que tuvieron lugar en Colombia durante el año 2015 podrían llegar a representar entre el 5 % y el 10 % del total de la oferta de drogas disponible para el consumo interno. La determinación del rango resulta de la indagación llevada a cabo durante la investigación, por medio de la cual se hallaron varios documentos académicos en los que tales porcentajes eran, con frecuencia, los más consen- suados y validados.17 En razón de lo expuesto, se estableció la siguiente fórmula: 𝑶𝑶𝒓𝒓 = 𝑿𝑿𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈 ∗ ( 𝟏𝟏𝟏𝟏𝟏𝟏  𝑹𝑹𝑹𝑹𝑹𝑹𝑹𝑹𝑹𝑹 ) Donde: 𝑶𝑶𝒓𝒓 = Oferta potencial en el departamento r 𝑿𝑿𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈 = Incautaciones en el departamento r 𝑹𝑹𝑹𝑹𝑹𝑹𝑹𝑹𝑹𝑹 = Porcentaje de incautación estimado (entre el 5 % y el 10 %) Con base en lo anterior, se aplicó la siguiente fórmula para encontrar el tamaño estimado del mercado para cada departamento y para cada una de sus ciuda- des capitales: 𝑴𝑴𝑴𝑴𝑴𝑴𝑴𝑴𝑴𝑴𝑴𝑴𝒐𝒐𝒓𝒓 = 𝑸𝑸𝒓𝒓 ∗ 𝑷𝑷𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈 Donde: 17 Entre los múltiples estudios consultados se pueden encontrar, entre otros, a Groom et al. (1998), quienes realizaron un estimado del mercado en el Reino Unido desde el lado de la oferta, asumiendo una tasa de incautaciones del 10 %. Así mismo, Hakkarainen et al. (2008) afirman que el tamaño de las incautaciones en el mundo se encuentra entre el 5 % y el 10 %. Por otro lado, el Ministerio de Justicia y del Derecho y la Fundación Ideas para la Paz (2015), estimaron un rango de incautaciones de entre el 1 % y el 5 % como parte del ejercicio académico que desarrollaron sobre el microtráfico y la comercialización de drogas en el país.
  • 34. Departamento Nacional de Planeación Policía Nacional de Colombia 34 r = Departamento o ciudad capital 𝑸𝑸𝒓𝒓 = Oferta potencial de droga en el departamento o ciudad capital r 𝑷𝑷𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈𝒈 = Precio promedio nacional del gramo de la sustancia psicoactiva 𝑴𝑴𝑴𝑴𝑴𝑴𝑴𝑴𝑴𝑴𝑴𝑴𝒐𝒐𝒓𝒓 = Valor del mercado de la sustancia psicoactiva en el departa- mento r La agregación de los resultados obtenidos por departamento permitió estimar el tamaño del mercado interno de drogas (cocaína, marihuana y bazuco) en Colombia para el año 2015. Estos, a su vez, se complementan con informa- ción concerniente a algunos de los impactos que el narcomenudeo produce en el país, particularmente en materia de justicia y salud pública. De la misma manera, se sugiere una serie de recomendaciones de política pública, cuyo objetivo es fortalecer el diseño y formulación de las estrategias estatales enfo- cadas hacia la lucha contra este fenómeno. Entender la racionalidad económica del narcotráfico, así como las afectaciones ocasionadas por el narcomenudeo, son dos de las claves para estructurar una respuesta institucional adecuada al problema. En esa dirección, los hallazgos del estudio Narcomenudeo en Colombia: una transformación de la economía criminal, buscan contribuir al debate sobre el enfoque y direccionamiento de la actual lucha contra el narcotráfico e incentivar la generación de conocimiento acerca del mercado interno de drogas. Con esa finalidad, el Departamento Nacional de Planeación (DNP) extiende una invitación a todas las entidades, universidades, centros de pensamiento, grupos de investigación y demás instituciones interesadas en los temas aborda- dos en el presente documento, a ampliar la comprensión del narcomenudeo a través de análisis basados no solo en aproximaciones metodológicas desde la oferta, como es el caso de la presente publicación, sino también a partir del estudio de la demanda de estupefacientes en Colombia; de forma tal que se puedan conciliar los resultados obtenidos desde ambos enfoques, siempre en aras de optimizar la acción integral del Estado frente a este flagelo.
  • 35. 3. Marco conceptual. Caracterización de la evolución del narcotráfico en Colombia desde una perspectiva empresarial
  • 36. Departamento Nacional de Planeación Policía Nacional de Colombia 36 La implicación de Colombia como país clave en la producción y tráfico inter- nacional de drogas ilegales se remonta a la década de 1970. Entonces se vivió el auge del cultivo de marihuana en la costa norte del país que tenía como destino principal los Estados Unidos. Sin embargo, tras los esfuerzos de erradi- cación y otras políticas complementarias, al finalizar la década de 1980 el volumen de cannabis (hierba) enviado al exterior se redujo a un nivel marginal. Muy distinta es la historia de la cocaína. Siguiendo los pasos de la marihuana, la producción y comercialización de esta droga prosperó en el país en parte como resultado de condiciones como la informalidad, el contrabando y el es- tablecimiento de rutas de salida hacia el exterior. Confluyeron también condi- ciones habilitantes como la aptitud de climas y suelos, junto con la ubicación de Colombia, justo en medio de las principales zonas tradicionales de produc- ción de su materia base (Bolivia, Perú) y el principal mercado destino (EE. UU.). Como cualquier otra actividad económica, el narcotráfico resulta de la acción de agentes racionales movidos por la obtención de lucros. Las empresas nar- cotraficantes, al igual que las empresas legales, responden a señales de mer- cado, a oportunidades y a riesgos de su entorno; su principal diferencia con sus contrapartes legales se basa en la estricta prohibición que recae sobre el bien producido y transado: las drogas ilegales. Por el constante asedio de las autoridades policiales, estas empresas operan en un entorno hostil, lo que a su vez implica formas de organizar la producción: su capacidad de expansión y obtención de economías de escala es mucho menor que en el caso de las empresas que operan en mercados legales. De ahí que desde la teoría econó- mica existan elementos para predecir que la actividad de empresas narcotrafi- cantes tienda a ser localizada, fragmentada, efímera y poco diversificada (Reuter, 1985). Sin embargo, este no fue el caso de las organizaciones criminales dedicadas al tráfico de drogas aparecidas en Colombia desde la década de 1970; antes bien, el notable crecimiento de sus negocios se vio favorecido por una lenta reacción del Estado colombiano para su control. Así, los nuevos empresarios narcotraficantes aprovecharon la débil presencia institucional en zonas aparta- das del país para establecer laboratorios clandestinos de manufactura de clor- hidrato de cocaína y crear unidades productivas a gran escala. Como suele suceder en el caso de industrias nacientes, esto implicó el surgi- miento de empresas ilegales integradas de manera vertical que en desarrollo del mercado cubrían las fases agrícolas, manufacturera y de comercialización
  • 37. Narcomenudeo en Colombia: una transformación de la economía criminal 37 al por mayor. Como opción económicamente racional, esa integración permitió al inicio a la industria: 1) generar eficiencias técnicas, como ahorro en costos y coordinación de la producción; y, 2) economías en costos de transacción, como los asociados a la incertidumbre en relaciones con otros agentes o a la especificidad de inversiones en activos o destrezas y capacidades específicas del recurso humano. Luego, a comienzos de la década de 1980, con el propósito de capturar los (mayores) márgenes asociados a la comercialización al por menor, la delin- cuencia colombiana logró apoderarse del negocio de la distribución en las calles de las principales ciudades estadounidenses, con lo que lograron conso- lidar su control sobre el total de la cadena del negocio. Esta situación se tradujo en que tales organizaciones prosperaran en el país amparadas en el desarrollo de una inusitada capacidad de corrupción e intimidación, al punto de alcanzar un grado de sofisticación tal que dio lugar al desarrollo de complejos como Tranquilandia, un conglomerado en las selvas de Caquetá que contaba con siete laboratorios y varias pistas de aterrizaje clandestinas. La magnitud en la producción y el desarrollo de la logística de transporte y distribución hacen posible caracterizar a las organizaciones colombianas de entonces como dueñas absolutas del mercado mundial. Se trataba de un nu- meroso grupo de agentes y organizaciones, algunas especializadas en seg- mentos específicos, entre las cuales lograron notoriedad las señaladas por concentrar una porción significativa del mercado, como son los denominados “carteles”, haciendo alusión a dos poderosos consorcios asociados con las ciudades de Cali y Medellín. Esa situación cambiaría a comienzos de la década de 1990. Durante esos años tuvieron lugar movimientos empresariales hacia una menor integración del narcotráfico colombiano como como respuesta a una serie de factores internos y externos que implicaron el ajuste de su dinámica y estructura económica. Como resultado, la industria pasó de exhibir el modelo fuertemente integrado surgido por la necesidad de constituir una capacidad de producción (industria naciente), hacia la consolidación de un tejido empresarial fragmentado y más especializado. Esa considerable capacidad de adaptación del negocio amerita un análisis desde una perspectiva que trasciende la capacidad explicativa del estudio económico tradicional. Si bien en un comienzo parecieron jugar un papel pre- ponderante ciertas características tecnológicas o de dotación de factores, está claro que se han visto significativamente desplazadas por aspectos asociados
  • 38. Departamento Nacional de Planeación Policía Nacional de Colombia 38 a la vertiente económica institucional, la sociología organizacional o la teoría de redes. En este sentido es importante tener en cuenta que el narcotráfico es una actividad predominantemente de servicios. Como en el caso de otros bienes y servicios ilegales, la mayoría de los costos de producción de narcóticos corresponden a la remuneración al trabajo requerida para compensar no solo el tiempo, sino más importante aún, la asunción de riesgos. De ahí que la integración vertical en este contexto se puede entender en términos de la elección entre emplear más gente (internalización) o entablar relaciones de mercado (contratar externamente). Al integrarse de modo vertical, el empresario incrementa el rango de capacidades de su empresa a través de la contratación de un mayor número de empleados y no a través de bienes de capital (Reuter, 1985). La dependencia del factor y comportamiento humano en el negocio del narcotrá- fico señala la pertinencia de centrarse en los determinantes no tecnológicos de la organización de la producción en sus distintas etapas. Estos factores se rela- cionan con la dificultad de coordinación de actividades colectivas, la cual tiene una gran influencia en el recurso a las formas permanentes de asociación como las redes altamente funcionales existentes en la industria del narcotráfico y que explican tanto su sostenibilidad como su capacidad de supervivencia frente a los cambios enfrentados y la presión de la lucha estatal. De ahí que el análisis con- tenido en este estudio tome en cuenta los fundamentos provenientes no solo de la teoría de la organización industrial, sino también algunos más inscritos en la nueva economía institucional (economía organizacional) para explicar la evolu- ción del negocio del narcotráfico desde la perspectiva empresarial.
  • 39. 4. Análisis de los resultados
  • 40. Departamento Nacional de Planeación Policía Nacional de Colombia 40 En los siguientes apartados se describen los resultados de los cálculos efectua- dos durante el proceso de caracterización de la evolución y transformación de la economía criminal del narcotráfico en Colombia, y de la estimación del tamaño del mercado interno de drogas ilegales en el país. La presentación de los análisis realizados se agrupa en cuatro secciones: ♦ Sección 1: Contexto ♦ Sección 2: Narcotráfico en Colombia: Transformación del fenómeno y de su modelo de negocios - Sección 2.1: Narcotráfico en la actualidad: cocaína hacia merca- dos internacionales - Sección 2.2: Narcotráfico en la actualidad: mercado interno de drogas ilegales ♦ Sección 3: Estimación económica del narcomenudeo en Colombia (2015) ♦ Sección 4: Impactos sociales del narcomenudeo
  • 42. Departamento Nacional de Planeación Policía Nacional de Colombia 42 En esta parte del documento se presenta parte de las principales cifras relacio- nadas con el Problema Mundial de las Drogas, las cuales permiten contextuali- zar la magnitud del fenómeno del tráfico internacional de estupefacientes. En ese orden de ideas, se presentan a continuación datos concernientes al con- sumo, la producción y la incautación de drogas a escala mundial en 2014, así como los estimados de producción de hoja de coca e incautación de co- caína en Colombia para el año 2015. 1. El Problema Mundial de las Drogas: consumo En el Informe mundial sobre las drogas 2016, elaborado por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), se afirma que la pre- valencia mundial de consumo de drogas en 2014 fue del 5,2 %;18 nivel que se ha mantenido estable desde 2011. Esto significa que, al menos 1 de cada 20 adultos en el planeta —cerca de 247 millones de personas—, consumió alguna droga ilegal durante ese año. Gráfico 1. Consumo mundial de drogas 2014, por sustancia ilegal Fuente: UNODC (2016) Al analizarse por droga ilegal se estimó que, para 2014, aproximadamente 182,5 millones de personas consumieron marihuana, 33 millones usaron opioides —17,4 millones opio y heroína—,19 19,4 millones consumieron éxtasis y 18,3 millones cocaína. De toda esa población, 29 millones tienen problemas asociados al consumo de drogas (abuso/dependencia), pero de ellos tan sólo 1 de cada 6 recibía tratamiento. Las cifras enunciadas permiten dimensionar el tamaño del mercado mundial de drogas y la alta demanda existente para las sustancias estupefacientes. De 18 Adultos entre los 15 y los 64 años que han consumido alguna droga ilegal en el último año (2014). 19 Opioides incluye el uso no médico de fármacos para el dolor, mientras que opiáceos se refiere al opio y la heroína.
  • 43. Narcomenudeo en Colombia: una transformación de la economía criminal 43 igual manera, a pesar de que la prevalencia de consumo se mantuvo estable durante el período 2011-2014, el Informe señala que se ha presentado un desplazamiento de consumidores desde la cocaína hacia las sustancias sintéti- cas, cuyo uso es cada vez mayor. 2. El Problema Mundial de las Drogas: producción De acuerdo con UNODC (por sus siglas en inglés, que en español se tra- ducen en Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito), los opiáceos, la cocaína, la marihuana y las sustancias sintéticas son las sus- tancias estupefacientes más traficadas en el planeta. Para el año 2015 se estableció que en el mundo se cultivaron 281.000 hectáreas con amapola, de donde se obtuvo una producción cercana a las 4.770 toneladas de opio. De estas, se estima que 1.360 toneladas fueron para ser consumidas directamente y las restantes 3.410 fueron procesadas y transformadas en 327 toneladas de heroína pura (UNODC, 2016, p. 27). En el caso de la cocaína, a partir de los cálculos de esta organización20 sobre el número de hectáreas cultivadas con coca en Colombia (96.000 ha), Perú (40.300 ha) y Bolivia (20.200 ha),21 se pudo estimar que en 2015 el área neta global con cultivos de coca fue de 156.500 ha, para una producción potencial de cocaína de entre 935 y 1.125 tm. Gráfico 2. Superficie cultivada con coca, por país (Colombia, Perú y Bolivia), 1990-2015 Fuente: UNODC, Sistema Integral de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (2016). 20 Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (SIMCI). 21 Cifras tomadas de los Informes de monitoreo de territorios afectados por cultivos ilícitos 2015 para Colombia, Perú y Bolivia.
  • 44. Departamento Nacional de Planeación Policía Nacional de Colombia 44 Al analizar el área cultivada con coca en los tres países entre 1990 y 2015, es posible identificar que Colombia tenía menor presencia de estos cultivos a principios de la década de 1990. Sin embargo, la reconfigura- ción del mercado del tráfico de cocaína como resultado del desmantela- miento de los carteles de Medellín y Cali, propició el ingreso de nuevos actores ilegales (guerrillas y paramilitares) en el cultivo y producción de cocaína, factor que también repercutió en el pronunciado incremento del área cultivada con coca en Colombia desde la segunda mitad de esa dé- cada, al igual que incidió en el recrudecimiento del conflicto armado interno debido a que los grupos armados ilegales encontraron en el narcotráfico una de sus principales fuentes de financiación. 3. El Problema Mundial de las Drogas: incautaciones En el año 2014, las incautaciones mundiales de cocaína ascendieron a 655 tm. En ese mismo año se decomisaron 526 toneladas de opio, además de 102 toneladas de sus principales derivados: la heroína (81 toneladas) y la morfina (21 toneladas). En cuanto a la marihuana, su cultivo fue repor- tado en el territorio de 129 países para el período 2009-2014. No obs- tante, la extensión y las tendencias en su cultivo son difíciles de calcular ante la ausencia de mediciones sistémicas. Una situación similar se presenta con las drogas sintéticas, debido a la limitada información disponible sobre su complejo proceso de producción. Gráfico 3. Incautación mundial de drogas, por sustancia ilegal, 2014 Fuente: UNODC (2016)
  • 45. Narcomenudeo en Colombia: una transformación de la economía criminal 45 A pesar de las dificultades para establecer el potencial de producción para los estupefacientes en análisis, debe mencionarse que en el año 2014 se incauta- ron 7.267 toneladas de marihuana, de las cuales 5.834 eran hierba y 1.433 resina. De igual forma, fueron incautadas 108 toneladas de metanfetamina, 46 de anfetamina y 9 de éxtasis. Por su parte, los Informes de monitoreo de territorios afectados por cultivos ilíci- tos 2015 hechos por UNODC para Colombia, Perú y Bolivia establecen que, para ese año, en los tres países se cultivaron un total de 156.500 ha con coca, de las cuales pudieron llegar a extraerse entre 935 tm y 1.125 tm de clorhi- drato de cocaína.22 La información sobre incautaciones de cocaína en 2015 se reportará en el informe mundial sobre las drogas del próximo año. Pese a ellos, proyecciones realizadas por la Dirección de Justicia, Seguridad y Go- bierno (DJSG) del DNP estiman que, para 2015, la cocaína incautada en el mundo pudo haber estado por el orden de las 804 tm.23 Dado el potencial de producción y la proyección de incautaciones de cocaína para el año 2015, el mercado potencial mundial para esa droga pudo estar en un rango de entre 131 y 321 toneladas de cocaína pura.24 Sin embargo, el proceso de corte al que es sometida esta sustancia —mediante su mezcla con otros productos—, podría llegar a multiplicar hasta por cuatro veces su cantidad, en caso de que se rebaje su pureza hasta el 21 %. Tal hecho posibi- litaría la obtención de entre 524 tm y 1.284 tm de cocaína de menor pureza para ser distribuida a los consumidores finales. 4. Producción e incautación de cocaína en Colombia El Informe de monitoreo de territorios afectados por cultivos ilícitos 2015 - Colom- bia de UNODC,25 estimó que el área con cultivos de coca en el país era alre- dedor de 96.000 hectáreas, equivalentes al 61 % del total del área cultivada con coca en el mundo (156.500 ha). De igual manera, el rendimiento promedio de clorhidrato de cocaína por hectárea cosechada es 6,8 kg, lo que permite estimar que la producción potencial de esta droga en Colombia en el año 2015 22 Proyecciones de la Dirección de Justicia, Seguridad y Gobierno (DJSG) del DNP. 23 Proyecciones de la Dirección de Justicia, Seguridad y Gobierno (DJSG) del DNP teniendo como fuente los registros mundiales de incautaciones, producción y cultivos de coca para el período 2011-2014. 24 Según la Policía Antinarcóticos de Colombia, un kilo de clorhidrato de cocaína producido en Colombia con destino al exterior tiene en promedio un 82 % de pureza. 25 Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (SIMCI).
  • 46. Departamento Nacional de Planeación Policía Nacional de Colombia 46 fue de 646 tm —rango26 de 505 tm a 787 tm, equivalente a entre el 54 % y el 70 % de la producción mundial—. Gráfico 4. Producción potencial de cocaína, por países (Colombia, Perú y Bolivia), 1990-2015) Fuente: UNODC - Sistema Integral de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (2016). Adicionalmente, el Observatorio de Drogas de Colombia (ODC) del Ministerio de Justicia y del Derecho reportó que 253,6 tm de clorhidrato de cocaína fue- ron incautadas en el país durante 2015.27 Al considerar la producción poten- cial de este estupefaciente para el mismo año, puede estimarse que las autoridades colombianas decomisaron aproximadamente el 39 % del total de la cocaína producida en el país,28 cifra que a su vez podría llegar a representar hasta el 31,5 % del total de las incautaciones mundiales de cocaína en 2015.29 26 Estimaciones mínimas y máximas de producción potencial en los diferentes eslabones de la cadena de pro- ducción, asociados a la varianza de las hectáreas cultivadas reportados en los censos de coca. (UNODC, 2016; p. 11). 27 Información preliminar, sujeta a variación. El ODC tiene como fuente al Ministerio de Defensa Nacional (Policía Nacional - Dirección Antinarcóticos, Ejército, Armada y Fuerza Aérea). En los resultados de las incautaciones se incluyen las resultantes de acciones de las autoridades de control dentro del territorio na- cional, así como resultados de operaciones de carácter internacional o Acuerdos Marítimos vigentes. 28 Atendiendo a los rangos de producción de cocaína contemplados en el informe, el porcentaje de incautación mínimo es de 32 % y máximo de 50 %. 29 A partir de las proyecciones realizadas para el año por la DJSG, en las que se estima que las incautaciones mundiales de cocaína pueden estar alrededor de 804 toneladas.
  • 47. Sección 2. Narcotráfico en Colombia: transformación del fenómeno y de su modelo de negocios
  • 48. Departamento Nacional de Planeación Policía Nacional de Colombia 48 En la sección que se presenta a continuación se encuentra información que per- mite la descripción de la evolución del fenómeno del narcotráfico y de cómo este ha cambiado en el tiempo, pasando de ser un negocio controlado por actores hegemónicos como lo eran los carteles de la droga (cadena del narcotráfico) a ser un sistema criminal en el cual intervienen distintas estructuras especializadas. Para tal fin, se identificaron variables que, desde la teoría de la empresa, han incidido en la transformación de la economía criminal del tráfico de drogas, como el fortalecimiento de las capacidades estatales para la lucha contra el narcotráfico y el desplazamiento operacional de esas empresas criminales ha- cia segmentos específicos del negocio donde encuentran mayores márgenes de utilidad. Con base en esto, pueden establecerse las dinámicas, los costos y las rentabilidades que genera el tráfico de drogas ilícitas en la actualidad, tanto en lo relacionado con la exportación de cocaína hacia mercados internacio- nales como para el mercado interno de drogas. 1. Cadena del narcotráfico (1977-1993) Durante sus inicios y apogeo, la organización de la cadena del narcotráfico estuvo a cargo de una red de organizaciones que operaban a escala nacional y entre las que se destacaron los llamados “carteles” de Medellín y Cali. Se trata de un periodo que comprende desde la década de 1970 hasta comien- zos de la década de 1990. En ese entonces la actividad de los empresarios narcotraficantes colombianos se transformó radicalmente, de una implicación que hasta entonces se había limitado a un ámbito local, hasta convertirse en jugadores globales como abastecedores supremos del mercado mundial de cocaína. La escala de operaciones alcanzada por el negocio poco se asemeja al nivel que en un periodo más limitado tuvo el cultivo de marihuana en la zona norte del país. En este último cultivo prevalecieron otros factores internos —la erradi- cación de cultivos— y externos —el aumento de oferta interna en EE. UU.— que causaron, tras el auge de la bonanza marimbera, que esa actividad dejara de ser un negocio rentable de exportación en el país, en el cual la implicación de empresarios colombianos se limitaba, por lo general, al cultivo y despacho desde el país. La cocaína, por lo contrario, encontró una serie de factores institucionales, con- diciones habilitantes y dotación de factores iniciales que confluyeron para llevar el negocio a dimensiones inéditas. Como punto de partida del análisis que en esta sección se presenta de ese conjunto de aspectos, entre ellos cabe señalar la lentitud de la reacción al desafío de un problema cuyas dimensiones no se
  • 49. Narcomenudeo en Colombia: una transformación de la economía criminal 49 vislumbraron con suficiente claridad. De otra parte, si bien económicamente las características de la industria se han visto determinadas por un complejo arreglo de elementos relacionados con el uso de factores productivos, su tecnología y mercados, el factor institucional ha jugado un papel determinante en este pro- ceso. El ejemplo más claro es la relativa alta permisibilidad con que operaron dichas empresas Colombia. Esto hizo que, al principio, en apariencia el modelo predi- cho por la economía del delito y el tráfico ilegal no se vieran plenamente refleja- dos en la realidad. Es decir, en ausencia de empresas efímeras, pequeñas y no integradas, surgió un conjunto de empresas cuya expansión mostró una inusitada capacidad de permanencia y expansión, que en términos de integración vertical pareció reflejar con más nitidez la hipótesis de Stigler, en la etapa inicial de crecimiento de una nueva industria.30 En la siguiente sección se presenta una reseña de los factores identificados como críticos en dicha expansión. a. Condiciones habilitantes Desde comienzos de la década de 1970 se dio en Colombia la conjunción de factores institucionales y dotación inicial de factores, entre los que se destacan: ♦ El cultivo y uso ancestral de la hoja de coca por parte de poblaciones indígenas de zonas andinas y amazónicas de Suramérica. La coca es una planta tropical que crece entre los 0 y 1.700 metros sobre el nivel del mar; proviene de la zona de confluencia andina-amazónica de Amé- rica del Sur. Allí, la planta encuentra las condiciones óptimas de suelo y lluvias para su crecimiento. El arbusto de la Erythroxylum coca se cultiva en las laderas de montañas o terrazas de mesetas de clima tropical o semitropical, bajo condiciones especiales, no aptas para muchos otros cultivos. Las condiciones óptimas para el desarrollo de las plantas son tierras con mantillo de arcilla, ricas en humus y hierro, situadas en valles de meseta protegidas, donde se mantienen unas condiciones de hume- dad y lluvia constantes. ♦ El arraigo del contrabando en la costa norte colombiana —problema con amplias raíces históricas y culturales y que se remonta incluso al pasado colonial de Colombia—31 , hizo que no fuera extraño que las 30 El análisis del economista George Stigler (1951) contiene lo que se conoce como la principal elaboración de una teoría dinámica de la integración (y desintegración) vertical a través del ciclo de vida de una indus- tria. Según su argumentación, en las industrias nacientes las empresas estarán integradas verticalmente en cuanto el nivel de producción de cada una de ellas es demasiado pequeño para dar cabida a empresas especializadas y mercados de bienes intermedios. 31 Es así como González-Plazas, (2008; 24-29) señala que el modelo de relación entre indígenas y extranjeros era ya un problema relevante para la corona española desde el siglo XVIII. Desde ese entonces, en las
  • 50. Departamento Nacional de Planeación Policía Nacional de Colombia 50 rutas, redes, y contactos que parte de los contrabandistas “tradiciona- les”32 manejaban tanto en el interior como en el exterior, así como el capital social generado en torno a esa actividad proporcionaran “el clima perfecto para que el comercio emergente de cocaína de los ochenta y el de la heroína en los noventa se afianzara en la región” (González-Plazas, 2008). ♦ Una serie de factores estructurales e institucionales hicieron particular- mente vulnerable a la sociedad colombiana y potenciaron su capacidad de respuesta a los incrementos internacionales en la demanda de ma- rihuana en la década de 1970 y de cocaína en la de 1980 (Thoumi, 2014). A través de su historia ha existido una dificultad estructural de Colombia para establecer el gobierno de la ley en su territorio. Tal situa- ción se remonta a los orígenes de la vida republicana del país, cuando el surgimiento como Estado-nación de Colombia se dio a partir de la reunión de un conjunto de regiones aisladas con pocas comunicaciones o lazos comerciales o de otro tipo entre ellas. Aun en la actualidad es un problema la débil presencia del Estado en muchas regiones, e incluso su ausencia ha llegado a ser total en áreas de colonización. A lo descrito se unen el problema de la violencia que, a raíz de la incertidumbre y la inestabilidad, incentivaron la creación de bandas criminales y guerrillas locales que han impartido su ley. Todo ello sin contar la elevada infor- malidad que ha caracterizado a la economía del país como caldo de cultivo para el desarrollo de actividades ilícitas y el lavado de sus rentas asociadas. ♦ Existían ya antecedentes significativos de un desarrollo de representativa capacidad de producción colombiana de alcaloides y opiáceos en Me- dellín en la década de 1960, en la época cuando el punto focal y de transbordo se trasladó de Cuba a Estados Unidos y en particular a Miami, tras la llegada al poder de Fidel Castro. De acuerdo con un reporte del Gobierno de los Estados Unidos “para 1965 los colombianos abastecían casi el 100 por ciento de la cocaína que se movía a través de redes cubanas. Los colombianos refinaban la droga y los cubanos la traficaban Antillas holandesas y francesas floreció un nutrido comercio de productos de contrabando con la costa norte del virreinato de Nueva Granada a través de Cartagena, Santa Marta, Riohacha y otros puertos naturales de la península de La Guajira. Al respecto citan observaciones del historiador Grahn quien proporciona un dato que da cuenta de la magnitud de la práctica, en cuanto para inicios del siglo XVIII: “los consejeros del rey calculaban que el contrabando que entraba por estos puertos ascendía a seis millones de pesos, cuando el comercio legal no superaba los dos millones” (Lance Raymond, 1985, citado por González-Plazas, 2008, p. 25). 32 Tal es el caso de Santander López Sierra, mejor conocido como el “Hombre Marlboro”, quien se inició tempranamente en el contrabando de cigarrillos, de ahí pasó al contrabando de marihuana y terminó de lleno trabajando para organizaciones dedicadas al tráfico de cocaína.
  • 51. Narcomenudeo en Colombia: una transformación de la economía criminal 51 y distribuían en los Estados Unidos” (United States Congress, 1980).33 Sobre este tema en particular, Camacho y López (2007) citan evidencia de hallazgos de laboratorios en Antioquía desde la década de 1950. Incluso se ha señalado que “Los datos disponibles sugieren que para 1976 existían organizaciones traficantes importantes que generaban rentas sus- tanciales” (Thoumi, 2014); en la década de 1980 se contaban entre las más prominentes, según su origen o centros de operación. En su investiga- ción de 1987, el periodista Fabio Castillo (1987) informa con amplitud una lista de 252 narcotraficantes identificados por el Grupo de Inteligencia Antinarcóticos de la Policía Nacional, seccional Santa Marta. ♦ Una gran migración de colombianos a los Estados Unidos en la década de 1960, lo cual facilitó el posterior desarrollo de redes de distribución. b. Industria naciente En el caso de sectores incipientes la integración vertical se presenta como una necesidad para el desarrollo de las nuevas empresas. No existen proveedores especializados o canales de distribución adecuados a necesidades particulares por lo que se requiere de su creación (hipótesis de Stigler). Una muestra es el caso de la industria del automóvil, la cual, empezó casi enteramente integrada, desde la producción de acero hasta la venta al usuario, en la época del modelo fordista de producción. Hoy en día este sector ha avanzado hacia la desinte- gración a través de la convivencia de múltiples segmentos en su interior. Tal parece ser el caso de la industria del narcotráfico en Colombia. La realiza- ción del proceso de manufactura en Colombia a finales de la década de 1970 implicó en su momento establecer de novo una capacidad de producción en el país. La cocaína es el producto final de la transformación de pasta base de coca en clorhidrato de cocaína. Además del cultivo de la materia prima, el proceso requiere infraestructura especializada para su transformación química, si bien su grado de complejidad no es alto. c. Especificidad de activos El caso de la producción de cocaína —durante la fase en la que la base de coca se transforma en clorhidrato de cocaína— es donde se inician los grandes flujos económicos propios del negocio de producción. En este eslabón la ren- tabilidad del proceso se incrementa tanto en los márgenes por kilogramo pro- cesado como en los volúmenes de procesamiento. Técnicamente esta etapa se caracteriza por grandes costos fijos de producción, como el montaje de un 33 Citado por Camacho y López (2007).
  • 52. Departamento Nacional de Planeación Policía Nacional de Colombia 52 centro de procesamiento de cocaína (cristalizadero), el cual muchas veces im- plica una inversión superior a un millón de dólares (Mejía y Rico, 2010). El “cartel” de Cali es un ejemplo de integración vertical en respuesta a la espe- cificidad de activos. Los laboratorios de procesamiento de drogas unidos a los esquemas de contrabando tenían considerables inversiones de establecimiento para logar un flujo continuo de cocaína a los clientes. Aquí la integración del proceso de la cocaína, la introducción a los mercados destino y la venta al por mayor en una organización pueden interpretarse como una estrategia para proteger estas inversiones (von Lampe, 2016). d. Frecuencia de transacciones La frecuencia de las transacciones es factor trascendental que facilita el estable- cimiento de relaciones comerciales cualitativas distintas a simples relaciones de mercado en un entorno de empresas ilegales. La confianza entre delincuentes se construye y refuerza en el tiempo: con cada emprendimiento común exitoso, se incrementa el interés por mantener la colaboración continua. Esto lleva a la con- solidación de formas permanentes de organización que proporcionan un marco eficiente para enfrentar las circunstancias imprevistas en relación con los acuerdos de mercado hechos para tener lugar una sola vez. De igual forma juega un papel importante la imposibilidad de usar contratos detallados para atander la complejidad de las transacciones, lo cual reduce las ventajas del mercado sobre la estructura integrada. A este respecto valga la ilustración de von Lampe (2016) a través del ejemplo de un hipotético em- barque de drogas escondido en un contenedor ultramarino demorado por causa de mal tiempo. Cuando una organización traficante verticalmente inte- grada lleva a cabo tanto la introducción ilegal al país y la distribución mayo- rista, esto sería un problema interno. En contraste, si los contrabandistas y los comercializadores fueran partes inde- pendientes (abastecedor y consumidor) en un acuerdo contractual, tal situación podría llevar a un conflicto que fácilmente podría llegar a mayores. Si el abas- tecedor y el consumidor no han acordado previamente sobre cómo lidiar con un retraso en la entrega debida a mal tiempo, tendrían que negociar después de que esto suceda cuáles serían sus consecuencias. Este tipo de complicacio- nes añadía un atractivo adicional a la integración vertical. e. Captura de dobles márgenes
  • 53. Narcomenudeo en Colombia: una transformación de la economía criminal 53 En el caso de las empresas narcotraficantes, la elusión de los dobles márgenes hace atractiva la integración vertical. Aquí aplica el análisis económico están- dar, según el cual—desde el punto de vista de la competencia—, se considera que en tales situaciones la integración de actividades o productos complemen- tarios en una sola empresa puede ser beneficiosa y producir eficiencias signifi- cativas (Comisión Europea, 2008). En este tipo de relaciones verticales, una disminución de los márgenes descendentes —en sentido aguas abajo—, da lugar también a una mayor demanda en sentido ascendente —en sentido aguas arriba—. Una fracción del beneficio del incremento de la demanda re- vertirá a los proveedores ascendentes, por lo tanto, una empresa integrada capitalizará esos beneficios. Así, la integración vertical ofrecía entonces un in- centivo mayor para intentar disminuir los precios y aumentar la producción por- que la empresa integrada obtenía así una fracción mayor de los beneficios (márgenes dobles internalizados). f. Tamaño y capacidad de corrupción Al considerar los efectos provocados por el crecimiento de una empresa cri- minal en el desarrollo de sus capacidades también hay que considerar los efectos que puede tener en su capacidad de neutralizar la presión de autori- dades y agentes del orden. En el caso de sociedades carentes de instituciones fuertes, prácticas como el cabildeo y la corrupción también se benefician de economías de escala. Al actuar independiente o de manera desintegrada,34 los delincuentes si bien podrían asumir los costos de corromper a un único funcionario público del área policial, muy seguramente estará fuera de su alcance cultivar la misma relación con agentes más altos en jerarquía, como con funcionarios públicos de alto nivel. En contraste, las organizaciones más grandes —a menudo como consecuen- cia de la integración— pueden establecer intercambios corruptos con actores políticos mayores tanto en la política como la Administración pública basados en la reciprocidad: como organizaciones armadas pueden proteger los inter- cambios corruptos entre políticos y empresarios tanto en mercados electorales y Administración pública a cambio de dinero e indulgencia en la aplicación de las leyes (Sberna, 2014). Ese fue el caso de Colombia en la década de 1980, cuando el narcotráfico logró una elaborada infiltración del Estado a alto nivel. Para finales de la década de 1990 y tras el debilitamiento de las principales organizaciones el poder corruptor del narcotráfico empezó a dis- minuir lentamente. 34 Es decir, sin la fortaleza derivada de la captura para sí de los márgenes que la integración permitía.
  • 54. Departamento Nacional de Planeación Policía Nacional de Colombia 54 g. Centralización administrativa Un elemento importante en la gestión de una empresa vinculada a más de un segmento dentro de la cadena de producción es la centralización. Un ejemplo de una empresa altamente centralizada es el llamado “Cartel de Cali”, liderado por los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela y su amigo de infancia, José Santacruz Londoño. Mientras el mayor de los dos hermanos, Gilberto, se decía que era el responsable de la planeación estratégica, Miguel microgeren- ciaba el negocio del tráfico de drogas ilegales. Sobre ellos se afirma que todas las decisiones importantes eran efectivamente tomadas por los líderes en Cali y luego las respectivas instrucciones se transmi- tían ´por vía telefónica a los operativos en campo. En particular, Miguel Rodrí- guez coordinaba las operaciones de introducción y distribución de la droga dentro de los Estados Unidos y enviaba supervisores para monitorear el desem- peño de los operativos del cartel en ese país (von Lampe, 2016). Si bien la organización tenía varias divisiones especializadas que se encarga- ban de la logística y del tráfico de drogas, lavado de dinero, seguridad y corrupción, esas subunidades no tenían autoridad para tomar sus propias decisiones y, a lo sumo, se les permitía hacer recomendaciones a los líderes del cartel (Kenney, 2007). Ese modelo gerencial requería de un nivel de comu- nicaciones y tenencia de registros que hacían a la organización vulnerable a la intervención de las fuerzas de la ley. Una conversación telefónica intercep- tada, en la que se hablaba de un cargamento de una tonelada de cocaína, llevó al enjuiciamiento de los dos hermanos Rodríguez-Orejuela, tanto en los Estados Unidos como en Colombia, y a la confiscación de un extenso acervo probatorio de registros escritos y electrónicos que proporcionaron evidencia adicional. h. Obtención y ejercicio de posición dominante En el caso de las organizaciones narcotraficantes, el ejercicio de su posición dominante en los mercados tiene lugar frecuentemente a través del uso de la violencia. La violencia es un recurso de mercados ilegales para crear control, aunque este no suele ser un caso universal. La rentabilidad de establecerse como monopolio se da con el tiempo, en cuanto el líder de una organización despliega sus recursos y reputación como factor disuasivo para neutralizar la competencia (Reuter, 1985). Con todo, la violencia no deja de ser un recurso costoso para las organiza- ciones criminales puesto que los delincuentes no son agentes adversos al