La Malinche nació en una familia azteca real pero fue dada a un mendigo por su madre. Creció creyendo que el mendigo era su padre hasta que murió, momento en el que empezó a trabajar como criada en un palacio. Cuando llegó Hernán Cortés, fue vendida a él para servirle. Más tarde, Cortés se dio cuenta de que La Malinche hablaba varios idiomas y se casó con ella.