El documento narra la experiencia de una docente, Fernanda, dictando clases en un penal. Describe los protocolos de seguridad para ingresar, el estado de las instalaciones y las diversas características de los alumnos. A lo largo de las clases, Fernanda reflexiona sobre conceptos pedagógicos y las dificultades de enseñar en ese contexto, donde priman las emociones y la rehabilitación es difícil.
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NARRATIVA PEDAGÓGICA DE EDUCACIÓN PARA ADULTOS EN CONTEXTO DE ENCIERRO
Nina, la mensajera del tiempo
¡ Riiiing!
Uff , las 7 , arriba ….Fernanda , ¡a trabajar!
Allí empieza el trajín , a vestirse, a preparar las cosas . “Fernanda, no te olvides de llevar el
marcador para armar la cartelera de hoy …”
Mientras pongo el agua para los mates miro a Nina, mi estornina, ese pajarito que me traje
del penal . La tengo en un lugar de privilegio, ella me recuerda a diario ese capítulo de mi
historia, ese que me hizo la que soy ahora.
Un caluroso día de marzo nos reunía en esa escuela patagónica a cientos de docentes
pugnando por un cargo que se ofrecía y nadie se animaba a aceptar, docente en el Penal. Ahí
estaba, creyendo que por experimentada era el momento de aceptarlo. Ese era un desafío en mi
carrera que en ese momento quería atravesar.
Antes de ingresar al establecimiento tuve que notificarme de los protocolos obligatorios para
poder trabajar con este tipo de comunidad. Puedo mencionar algunas de las reglas que me llamaron
la atención y que provocaron la primera reacción:
No dar información de mi estado civil ni de con quienes convivo.
No llevar alhajas.
Utilizar uniforme cerrado por completo.
No investigar las causas por las que están allí.
No llevar comida a los alumnos.
Los alumnos no podían usar lápices o elementos punzantes.
Desatender pedidos para oficiar como mensajeros o para recibir o mandar objetos de afuera.
¡Pará ! ¿Estás segura de esto, realmente es lo que querés?
¿Serás capaz de esto?
¿Tendrás la madurez emocional para encararlo?
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Entonces llegó el “Día D”, aquel en el que tendría que ingresar al penal para poder
desempeñar mis funciones. En ese acalorado día de marzo en el que las nubes querían decirme que
iba a llover, tomé mis elementos, me limpié el maquillaje, me recogí el pelo, me quité mis cadenitas
de oro y me dispuse a salir. Ya en la salida, en el momento final decidí tomar una estampita de la
virgen de la cual soy devota, a la que agregué entre mis cosas. Me cerré el guardapolvos blanco
hasta arriba, “Estoy lista “, me dije. Dejé en mi casa a mis dos hijos adolescentes.
Luego de manejar por más de veinte minutos por caminos pedregosos y desiertos, pude
divisar unas torres; ya se veían los guardias en ellas, sus rifles relucientes con el sol. El silencio sólo
se cortaba por algún pájaro aleteando.
Allí estaba yo, comenzando esta aventura. Atravesé el portón, me dirigí a la primera sala,
unos guardias mirando televisión hicieron una pausa en su actividad:
-¿Nombre?
- Fernanda Delgado
-¿Personal docente?
-Sí
- Tiene que seguir ese camino y allí la van a requisar
En esa segunda sala, fui registrada minuciosamente, incluyendo mis pertenencias
personales y mi cartuchera. El proceso era ciertamente intimidatorio.
Se abría un caminito que bordeaba todo el alambrado, lo recorrí, y pasé la nueva puerta,
con otra carcelera que nuevamente preguntaba mis datos. Ella sonrió, me abrió y volvió a cerrar el
portón detrás de mí. Me vino a la memoria una serie de los ochenta, “Maxwell Smart, el Agente 86,
el agente del recontra espionaje “, ya no sabía cuántas puertas más debería atravesar.
Mientras pensaba en él, observé que había una pequeñita jugando en ese patiecito
pedregoso, sucia y a medio vestir, mientras su mamá tomaba mate mirando el infinito. Romina
resultó ser una interna que había desarrollado una conducta adaptativa que le permitía vivir en esa
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casita, separada de los pabellones comunes. La estrategia consistía en quedar embarazada antes
de que se lleven a la niñita para que empiece a convivir con el resto de la gente.
Estaba sofocada, producto del calor y las emociones. Había conducido tan sólo 25 minutos
para llegar allí, a ese lugar en el que todo parecía diferente.
Atravesé el ultimo portón, allí me recibieron en una sala pequeña, muy parecida a aquellas
de las escuelas rurales, había muchas plantas en un rincón, el lugar estaba ordenado, prolijo. Se
veían estantes con libros en una pared, dos armarios con puertas, dos mesas con sillas a su
alrededor y una computadora en su escritorio. Ahí trabajaban Rolando y Matías, coordinador y
preceptor respectivamente, ellos hacían la tarea administrativa. En una salita contigua había dos
penitenciarios.
- Acá está el listado de tus alumnos, llévalo así tomas asistencia. ¡Vamos! dijo Mati.
el aula tuya es aquella.
Un portón más, un guardia más, y allí el aula.
Expectantes sus miradas, ahí estaban mis alumnos.
Me presenté, y les expliqué como íbamos a trabajar. Mientras tomaba asistencia, me sorprendí
ante el hecho de que el aula tenía un baño. Creí que ese sería el motivo por el cual flotaba ese olor
nauseabundo. Las condiciones del lugar no eran agradables, las puertas debían dejarse abiertas
para que el guardia de seguridad pudiese observar la clase.
- Este era el desafío que vos querías, ¿verdad Fernanda?
Entonces, cuando estaba exponiendo, me tragué una mosca en plena explicación:¡”Cartón
lleno!”” pensé. Los alumnos estallaron de risa, y comentaron cuán bizarra se veía la situación.
Allí estaba, dictando clases en la pizarra, sin más elementos que una tiza, a seis grupos en el mismo
horario y recinto. Sus trayectorias eran disímiles, recordé todo lo que había hecho en mi juventud en
las escuelas rurales. Intentaba explicar, pero me interrumpían, querían conversar.
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- Seño, entonces usted va a venir los martes, ¿no Seño?
- Sí, Cortez.
- Bueno, Seño, nosotros la esperamos. Ud. No se preocupe que nos vamos a portar bien
así nos dejan bajar a la escuela.
Me embargaba un sentimiento extraño, estudiantes de más de cincuenta años expresándose
como niños, como en una película de viajes en el tiempo. Allí otro grupo, uno sin tres dedos, otro
sin un ojo, muchos con innumerables tatuajes y cicatrices. Otra vez yo y el cine, allí venían a mi
mente las escenas de los bares en la saga de “Star Wars” en que la diversidad de personajes era
asombrosa.
- Mati, que es ese galpón allá al lado del estacionamiento de adentro. ¡Qué lindas las
esculturas!
- Ah, sí, es el taller. Allí hay un interno, Bravo, él las hace.
- Me encantan, ¿Podré encargarle alguna?
- Creo que sí, preguntále cuando lo veas.
- Ah, pero no es mi alumno.
- Bueno, yo le pregunto y te aviso.
- Dale, Gracias.
Los días se sucedían, los alumnos empezaban a trabajar mejor.
- Bueno, ahora van a hacer un árbol familiar y van a escribir oraciones describiendo a su
familia. Miren, les voy a dar un ejemplo.
My mother is María, she is a housewife. She is 56 years old. I am Juan, I am a student. I am
38 years old “
- No profe, I am a businessman, not a student.
- No, businessman significa hombre de negocios.
- Sí, ya sé, si yo vendo autos , ¿no se acuerda?.
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- Sí, claro .
Recordaba entonces a Ausubel cuando hablaba del aprendizaje significativo (1983) , o a Vigotzky (
Cerezo Huerta , 2006, p.18) cuando se refería al aprendizaje auténtico como el que era capaz de
promover el desarrollo cognitivo.
- Bueno, hoy vamos a trabajar con los verbos de la rutina, a ver los fanáticos de Messi
como yo . Vamos a hablar de la rutina de él. A ver quién se anima a hacer la primera
oración.
- He gets up at 7.00 . He has a shower at 9.00 . He has breakfast. Then , he trains.
- ¡Excelente Pablo, lo hiciste muy bien!
Me presentaron a Bravo, el chico de las esculturas de metal. Le expliqué lo que quería y nos
pusimos rápidamente de acuerdo.
- Sos muy bueno en lo tuyo, cuando aprendas bien inglés vas a poder venderlas en
dólares.
- Es cierto profe.
Aunque a veces conversara con ellos, tenía mucha precaución respecto a tocar temas sensibles,
no quería equivocarme con eso.
El sol de primavera me trajo el pajarito de lata, o Nina, en honor al estornino de Mozart, siempre
me había parecido hermosa esa historia en la que él le enseñaba a cantar sus canciones.
-Nina, te das cuenta cuánto tiempo hemos andado?
A veces me sentía frustrada, en particular cuando algunos alumnos perdían la continuidad. Esto
sucedía debido a que cuando ellos tenían riñas internas no los dejaban luego asistir a clases. Me
contaban historias tales como aquella en la que los regalos que les traían sus familiares eran
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retenidos por los guardias. Las emociones son fundamentales, ya lo dijo Santos Guerra (2021) “Para
aprender es necesario tener un corazón pacificado “
Michel Foucault afirma en su célebre obra “Vigilar y castigar” (2002) que la prisión no puede
dejar de fabricar delincuentes y que el tipo de existencia que llevan los detenidos allí implica no
pensar en la persona en sociedad y crear una existencia inútil y peligrosa. En estos lugares, concluía,
el sentimiento de injusticia experimentado se constituye en una de las causas que tornan más
indomable su carácter, pues allí padecen sufrimientos que la ley no ha pensado ni previsto. Es difícil
que los internos logren rehabilitarse y reinsertarse bajo este sistema.(pp 196-202)
Recuerdo a Freire cuando expresa “Ninguna pedagogía realmente liberadora puede mantenerse
distante de los oprimidos “(Ocampo,2008, p.66)
El ave me observa mientras me pregunto:
¿Cómo es posible cultivar el vínculo con los estudiantes cuidando tanto lo que debo
hablar con ellos?
¿Cómo puedo ser crítica y construir conocimiento en este contexto?
¿Por qué no proponer un cambio en relación a saberes que les permitan a ellos
reformular su proyecto de vida?
¿Cómo hacer para que haya un mejor diálogo entre entidades como la Justicia y la
Educación para mejorar procesos que no optimizan el aprendizaje?
Entonces Nina me susurra: “a través de otros llegamos a ser nosotros mismos “(Vigotzky,
citado por Cerezo Huerta, 2006, p. 17)
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Bibliografía general
AUSUBEL, D, NOVAK, J., y HANESIAN, H. ( 1983) “ Psicología educativa : un punto de vista
cognoscitivo”. 2a. ed. México . Trillas
CEREZO, H. (2006) “Corrientes pedagógicas contemporáneas”. Odiseo, Revista Electrónica de
Pedagogía, año 4, N° 7. http://www.od i seo.com.mx/2006/07/cerezo- corrientes.html
FOUCAULT, MICHEL (2002)“ Vigilar y castigar : nacimiento de la prisión “- 1ra ed.-Buenos Aires -
Siglo XXI Editores Argentina.
MORAL JIMENEZ (2008) “Poder disciplinario y educación”. Athenea Digital.
OCAMPO, L. (2008) “Paulo Freire y la Pedagogía del Oprimido”. Redalyc.
MALAISI, L (2014) “¿Por qué una ley de educación emocional? San Juan.
https://www.youtube.com/watch?v=7JNd4i1hfUA&t=4s
PAZ, LORENA (2021) en “ Dossier - Ficha de cátedra para la asignatura pedagogía “, Santiago del
Estero ,UCSE.
ROBINSON, K. (20218). "Enseñar es un arte". https://www.youtube.com/watch?v=WP8WSK-6Pj0&t=4s
SANTOS GUERRA, MIGUEL ANGEL (2021) .Diario la Capital Digital "La escuela debe ser el reino
de lo afectivo" https://www.lacapital.com.ar/educacion/santos-guerra-la-escuela-debe-ser-el-reino-lo-
afectivo-n2657389.html