Las rocas metamórficas se forman a partir de otras rocas debido a altas presiones, temperaturas o fluidos en la corteza terrestre. La temperatura y la profundidad influyen en los cambios de las rocas como la pérdida de agua, la textura y los minerales. Las rocas metamórficas pueden tener texturas foliadas como la pizarra o esquisto, o no foliadas como la cuarcita, dependiendo del grado de metamorfismo y la composición original de la roca.