El documento analiza los efectos negativos de las redes sociales como Facebook y YouTube. Señala que estas plataformas utilizan algoritmos que fomentan la difusión de contenido indignante e inflamatorio para captar la atención de los usuarios y aumentar las vistas de publicidad. Esto ha llevado a la propagación de desinformación y discurso de odio. Cada vez más personas se están dando cuenta de los efectos dañinos de estar expuestos constantemente a este tipo de contenido en las redes sociales.