Este documento contiene una oración de un catequista dirigida a Dios donde pide ser testigo de su enseñanza y amor, tener humildad y confianza para cumplir su misión como catequista de manera gozosa y servicial, guiado por el Espíritu Santo para no caer en la pereza o egoísmo y estar unido a la Iglesia al servicio del mundo, como María.