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ELABORACIÓN
Pbro. Héctor Medina Cortés
Asesor de la Comisión Diocesana de Pastoral Profética
Hna. María Margarita López López HCJC
Coordinación del proyecto:
Hna. Ma. de Jesús Vera Torres HCJC
Gricelda Reyes Campos
Verónica Romo Jiménez
María Inmaculada Romo Jiménez
Rosa María González González
DISEÑO:
Miguel Ángel Ramírez Hernández
REVISIÓN GENERAL:
Pbro. Francisco Escobar Mireles
Catequesis Infantil
Vocalía de
Diócesis de San Juan de los Lagos
Año del
P rimer Milagro
y de la
Reconstrucción
del Tejido Social
1
Introducción
La fiesta de la Pascua (del griego paska, del hebreo pesaj "paso") es la mayor celebración del calendario litúrgico
cristiano y conmemora la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, el evento central de la fe cristiana. Son los momen-
tos más significativos del año y el momento litúrgico y pastoral más intenso en la Iglesia, del Domingo de Ramos hasta el
Domingo de Resurrección. Durante la semana santa, se rememoran esos acontecimientos de Cristo. Celebramos el paso de
Jesús de la muerte a la vida, salvándonos a costa de su propio sufrimiento.
Cada año cambian sus fechas porque el Domingo de Resurrección coincide con el domingo que sigue a la primera
luna llena de la primavera. Ya que la primera Pascua se remonta al año 1215 o 1513 antes de Cristo, cuando el pueblo judío
emprendió su éxodo desde Egipto hacia la Tierra Prometida. Se celebraba cada año, como recordatorio de la liberación del
pueblo hebreo.
Domingo de Ramos: Celebra la gran entrada de Jesús a Jerusalén, donde sus seguidores le esperan con palmas y ramos
para venerarlo como a un rey.
Jueves Santo: Celebra la Última Cena, momento en el que Jesús vio por última vez a todos sus discípulos unidos, nos
deja la Eucaristía y el Sacerdocio para hacer presente su Sacrificio en la comunión del pan y del vino convertidos en su
Cuerpo y su Sangre.
Viernes Santo: Recuerda la Pasión de Cristo. Día en que Jesús fue apresado y golpeado brutalmente hasta ser crucificado
y morir entre burlas coronado de espinas.
Sábado Santo: Hace referencia al sufrimiento de la Virgen María después de ver a su Hijo Jesús en el sepulcro. Día de
pena y recogimiento que invita a la reflexión.
Domingo de Resurrección: Es un día lleno de felicidad y alegría, en que celebramos que Jesús resucita de su sepultura
y entrega su vida a sus fieles convirtiéndose en el salvador de la humanidad. En la Pascua de Resurrección celebramos la
Resurrección de Cristo al tercer día de su crucifixión. Jesús se aparece como nuestro Salvador y nos abre las puertas al
cielo. Es un momento de alegría tras la tristeza de los días de la traición y malos tratos que sufrió.
Estas actividades para niños están pensadas para invitarlos a participar en experiencias comunitarias. Pueden rea-
lizarse lunes, martes y miércoles santo. Su intención es preparar la participación de la comunidad en el Triduo Pascual y
especialmente a la  Vigilia Pascual, para vivir juntos la Resurrección del Señor.
Queremos prepararlos en los siguientes aspectos: Espiritual: que vivan esos días en un ambiente de retiro espiritual.
Comunitario: que caminen juntos como una sola Iglesia en salida para convocar a los que no participan y motivar a los que
participan para que convoquen a otros. En actitud de conversión personal y comunitaria. Asumiendo la religiosidad popular
de la comunidad, sus tradiciones y formas de vivir su fe.
Que Dios nuestro Señor y la Virgen de San Juan bendigan todos nuestros esfuerzos por construir la Iglesia dioce-
sana y nos acompañen en nuestro camino, para que algún día formemos un solo pueblo.
2
Canto – lema:
Poder Ayudar (pablo Morales)
Yo quiero tener un corazón muy grande
grande como el mar (2)
Y al que me necesite poder ayudar (4)
Pues ayudar a los demás y pensar en los
demás eso es la solidaridad. Es ayudar a
los demás y pensar en los demás eso es
la solidaridad. Yo quiero tener
un corazón muy grande
Grande como el de Jesús (2)
grande para compartir.
Y al que me necesite poder ayudar (4)
Pues ayudar a los demás y pensar en los
demás eso es la solidaridad. Es ayudar a
los demás y pensar en los
demás eso es la solidaridad.
Y al que me necesite poder ayudar (4)
3
4
APERTURA
Tema: CRISTO VIVE, Y CON SU AMOR PUEDO
TRANSFORMAR MI COMUNIDAD
Materiales:
• Imágenes de Jesús y de la Virgen María
• Gafetes de colores para cada niño
• Bocina
• Laptop o USB con los cantos sugeridos
• Impresiones o figuras de fomi con herramientas
para reconstruir
• Carteles con los nombres de los equipos
• Marcadores o stikers para registrar la participación
y comportamiento de los
• Instrumentos Musicales (panderos, matracas,
cornetas, tambores, sonajas) para las porras
• Hilaza o estambre
• Pelota de plástico mediana
Notas pedagógicas:
• Antes de iniciar la Pascua los niños y niñas ya estarán acomo-
dados por equipos de 10 a 15 integrantes (según el número de
asistentes); cada equipo será nombrado con valores que nos pue-
dan ayudan a construir buenas relaciones o tejido
social (amor, respeto, paciencia, colaboración, valentía, perdón,
entusiasmo, etc.).
• Elaborar con fomi, cartón o algún otro material, herramientas
con los valores que se proponen con anterioridad.
• Ambientar el lugar con dibujos de herramientas, los valores y
muy importante una imagen de la Virgen y de Jesús.
• Se propone tener en cartulina una tabla con los nombres
de los equipos para que, por día, se registre la participación y
comportamiento de cada uno en el transcurso de la Pascua.
Bienvenida:
¡Queridos niños y niñas!
Con inmensa alegría estamos aquí para vivir juntos nues-
tra Pascua Infantil. Antes de iniciar las actividades de este día,
queremos invitar a alguien muy especial para nosotros los ca-
tólicos, es quien nos acompaña al caminar, ¿saben quién es esa
persona especial y que nos protege como verdadera Madre?
Agradecemos a Dios por estar nuevamente reunidos, de-
seamos acompañar a María a recorrer el camino de la Pascua.
Celebramos su gozo y el nuestro. En ella se manifiesta la ter-
nura entrañable de nuestro Padre Dios, se dibuja la humanidad
nueva inaugurada por Jesús, y se estrena cada día el canto
nuevo del Espíritu. María acoge el dolor y el gozo de nuestro
mundo, alienta todas nuestras esperanzas. María nos hace fa-
milia, nos abre su hogar. Por su maternidad, su historia es la
nuestra, su camino el nuestro, su pascua la nuestra (se puede
hacer una procesión con la imagen de la Virgen María).
¡Recibamos a nuestra hermosa Madre con cantos y po-
rras! Sabemos y comprendemos que no ha sido tan sencillo
recuperar el ritmo de actividades que teníamos antes de la
pandemia, nos estamos enfrentando a una nueva realidad, en la
cual se nos invita a transformar y reconstruir el Reino de Dios
en esta tierra con justicia, caridad, servicio, etc., por ello, en
estos días tendremos un encuentro verdadero con Jesús para
aprender de Él sus cualidades y ponerlas al servicio de los
demás y sobre todo tener presente que como Cordero inmolado
de Dios redime a su pueblo y salva a todo aquel que crea en Él.
Recibamos con alegría y un fuerte aplauso a Jesús, al tiempo
que aplaudimos pidámosle que nos tome de su mano amorosa y
nos lleve por caminos donde ayudaremos a los que lo necesitan
(entra o se descubre la imagen de Jesús)
5
Después de haber recibido con alegría a Jesús y nuestra
Madre María, los invito a ponernos en las manos de Dios para
encomendar todas las actividades que realicemos estos tres
días, pedir por nuestra familia y por nosotros para que, com-
prendamos el mensaje que Dios nos desea transmitir a través
de los y las catequistas; nos ponemos de pie...
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo...
Amado Dios;
Sé que sin ti yo me extraviaría
y por eso hoy rezo esta plegaria en tu nombre.
Te pido que me des fuerza y fe a toda hora
y que me acompañes durante todo el día,
para estar siempre bajo tu túnica protectora.
Hazme un niño feliz, alegre y cariñoso que pueda
aprender los designios de tu palabra.
Aleja el mal de mi presencia,
y haz que el amor renazca en mi interior,
para que pueda yo amar a mis padres como es debido.
Te pido que escuches mis plegarias, de todo corazón.
Amén.
Después de pedir por nuestros papás y por nosotros, les
pido que por equipos formen un círculo y su catequista les en-
tregará un rectángulo de color para que hagan su gafete y lo
traigan puesto durante los días que estaremos viviendo nuestra
Pascua Infantil.
(Mientras los niños realizan esta actividad se sugiere ponerles
música de alabanzas, darles 10 o 15 minutos según el número
de asistentes y equipos).
Con el gafete todos con respeto nos llamaremos por
nuestro nombre.
Actividad:
Dinámica de presentación la telaraña
Esta actividad consiste en formar un círculo para irnos
pasando un ovillo de hilaza o estambre, al tiempo que nos pre-
sentamos, y decimos cosas que nos gusten.
Al compañero que se le lance la hilaza o estambre dirá
él su nombre de su compañero y una cosa que le guste hacer.
Luego, él lanza la hilaza a otro compañero y así sucesivamen-
te.
Cuando todos los equipos hayan formado su telaraña, el
catequista que está dirigiendo la actividad explicará a los niños
y niñas lo importante que somos dentro de la sociedad para
reconstruir el Reino de Dios, pues se necesita de todos los que
habitamos la tierra, sin excepción de ningún ser humano.
¿Cómo podemos construir el Reino de Dios en la tierra?
El Reino de Dios se construye desde el Amor, que se
manifiesta en la capacidad que tiene el hombre de perdonar,
de reconciliarse y de tolerar, respetando y reconociendo la di-
versidad, para poder convivir en paz y armonía (los valores los
podemos representar con una pelota pequeña encima de la te-
laraña).
¿Cómo se manifiesta el Reino de Dios en la actualidad?
Y como entendemos que Dios es el Creador de todas las
cosas, su reino se extiende por todo el mundo. Esto manifiesta
que el reino de Dios está dondequiera que Dios reina, y dado
que Él reina en todas partes, el reino de Dios está en todas
partes.
¿Cómo puedo colaborar con Dios en la construcción de su
Reino?
¿Podemos construir el Reino de Dios en la tierra? ¿Cómo?
Amando al prójimo como a nosotros mismos.
Aplicando los valores morales y cristianos (perdón, caridad, to-
lerancia, empatía, alegría, justicia, verdad, paz, armonía, etc.)
Creer y tener fe solamente en Dios.
Ayudar a los más necesitados.
6
Comprender que el mundo es de todos y por ende debemos vivir
en armonía, sobre todo, en tolerancia.
(Se le pide a uno o dos niños por equipo que suelten su hilo para
que la telaraña se desbarate)
Nos hemos dado cuenta que si alguno de nosotros suelta
el hilo de la telaraña, ésta se desbarata, deja caer la pelota y
ya no hace su función; por eso TODOS somos importantes en la
Reconstrucción del Reino y es necesario sostenerla en la oración
constante, participar de la Eucaristía, cumplir los mandamientos
y tantas acciones más que nos pueden ayudar a cumplir la mi-
sión en la que Dios nos hace partícipes.
Iniciemos pues diciendo juntos nuestro lema “Cristo vive, y con
su amor puedo transformar mi comunidad” y cantando nues-
tro canto – lema:
Yo quiero tener un corazón muy grande
grande como el mar (2)
Y al que me necesite poder ayudar (4)
Pues ayudar a los demás y pensar en los demás eso es la so-
lidaridad. Es ayudar a los demás y pensar en los demás eso es
la solidaridad. Yo quiero tener un corazón muy grande
Grande como el de Jesús (2)
grande para compartir.
Y al que me necesite poder ayudar (4)
Pues ayudar a los demás y pensar en los demás eso es la so-
lidaridad. Es ayudar a los demás y pensar en los demás eso es
la solidaridad.
Y al que me necesite poder ayudar (4)
PREPARANDO EL JUEVES SANTO
1.- Cita generadora
“Dios nos ha manifestado el amor que nos tiene enviando al
mundo a su Hijo único, para que vivamos por él. El amor no
consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él
nos amó a nosotros, y envió a su Hijo como víctima por nues-
tros pecados” (1Jn 4, 9-10).
2.- Fruto:
Que el amor de Dios mueva a los niños al servicio y la caridad
con los hermanos para transformar nuestra comunidad.
3.- Pregunta generadora
¿Has experimentado alguna vez el amor de Dios? ¿Cómo? ¿A
través de quién? ¿De qué manera los niños y adolescentes iden-
tifican el amor de Dios?
4.- Notas pedagógicas
• Traer a la memoria le experiencia del amor de Dios que hemos
tenido y cómo a lo largo de nuestro servicio pastoral en la cate-
quesis manifestamos el amor de Dios a los niños y adolescentes.
• Tratar a los niños con amor es en la catequesis la actitud más
importante que demos.
5.- Materiales
• Reproductor de música
• Plato de unicel hondo
• Papel sanitario o toallitas
• Colores, crayolas o pintura vinil
Reflexión 1: EL AMOR DE DIOS SE MANIFIESTA EN EL
SERVICIO Y LA CARIDAD PARA TRANSFORMAR
MI COMUNIDAD.
7
6.- Bienvenida y ubicación
Sean bienvenidos a nuestro primer día de Pascua Infan-
til, hoy vamos a tener presente que el amor de Dios se ma-
nifiesta: en el servicio y la caridad para transformar nuestra
comunidad, en el orden sacerdotal que lo mantiene vivo en la
comunidad y en la Eucaristía que sustenta la vida de nuestra
comunidad. Cada uno de los momentos irán marcados lo que
estamos invitando a vivir durante este año pastoral, que es “la
reconstrucción del tejido social”.
Prepara tu corazón y tu mente para experimentar el en-
cuentro con Jesús que te ama, y te invita a amar y a contribuir
en el bien común.
Comencemos bailando y cantando el canto – lema de nuestra
Pascua Infantil Poder Ayudar (pablo Morales)
7.- Entramos en oración
Nuestro amor al prójimo se revela en el trato que damos
a las personas con quienes nos relacionamos diariamente. No
olvidemos que amar al prójimo está ligado al amor a Dios. Va-
mos a rezar con afecto por los demás con la siguiente oración
de amor.La oración puede hacerse a dos coros.
Señor de todo amor,
Cuando salgo a la calle, muéstrame a mi prójimo.
Mientras estoy en el recreo, muéstrame a mi prójimo.
Mientras rezo, muéstrame a mi prójimo.
A mi izquierda, a mi derecha, tal vez cuando me piden algo,
muéstrame a mi prójimo.
Donde mis ojos han visto antes y luego se apartan,
muéstrame a mi prójimo.
Donde mis oídos han escuchado gritos que he ignorado,
muéstrame a mi prójimo.
A medida que comparten una historia que es diferente de mi
historia, ayúdame a escuchar como si fuera mía.
muéstrame a mi prójimo.
Y luego déjame amarlos en su alegría y en su angustia,
de modo que su contento sea mío y su dolor sea mío también.
Déjame amarlos tan plena y misericordiosamente como tú me
amas. En verdadera solidaridad cantando nuestras canciones
juntos hasta que surja una nueva canción, déjame amarlos.
Miro hacia arriba ahora, Señor.
muéstrame a mi prójimo.
Amén
Canto:
https:/
/youtu.be/ajoyjrmQRCo
El mandamiento del amor
Jesús, Amigo, los niños te queremos saludar.
Jesús, Maestro, enséñanos a amarnos de verdad. (Estribillo)
Nos diste el Mandamiento del Amor,
sellado con tu muerte en una Cruz,
en ella nos dejaste tu perdón,
camino para hallar la eterna luz.
Jesús, Amigo, los niños te queremos saludar.
Jesús, Maestro, enséñanos a amarnos de verdad. (Estribillo)
8.- Experiencia previa (humana)
Sabemos bien que el gran mandamiento que nos ha dejado
el Señor Jesús es aquel de amar: amar a Dios con todo el co-
razón, con toda el alma y con toda la mente y amar al prójimo
como a nosotros mismos (cf. Mt 22,37-39). Es decir, estamos lla-
mados al amor, a la caridad que se manifiesta en el servicio a los
demás y esta es nuestra vocación más grande, nuestra vocación
por excelencia; y está ligada también a la alegría de la espe-
ranza cristiana. Quien ama tiene la alegría de la esperanza, de
llegar a encontrar el gran amor que es el Señor.
8
En una de sus catequesis el Papa Francisco habló de
la caridad y la alegría y pidió ser auténticos en la vida y hacer
el bien al prójimo.
El amor es una gracia: no consiste en hacer ver lo que
nosotros somos, sino en aquello que el Señor nos dona y que
nosotros libremente acogemos; y no se puede expresar en el en-
cuentro con los demás si antes no es generada en el encuentro
con el rostro humilde y misericordioso de Jesús.
Te invitamos a sentarte derechito para escuchar
el siguiente cuento.
¿Qué es el amor?
Desde que se quedó viudo, Alberto solo vivir para ellas.
Juanita acababa de cumplir cuatro años y Lupita tenía siete.
Todas las mañanas levantaba a las niñas para llevarlas a la es-
cuela, preparaba su desayuno y ayudaba a Juanita a terminar
de vestirse y preparar su mochila. Lupita, como era la mayor, ya
lo hacía sola.
Un día Juanita preguntó a su padre:
- Papá, ¿qué es el amor?
Alberto miró a su hija embobado y la abrazó.
- Esto es amor, Juanita - le contestó después.
- Papá, ¿qué es el amor? - volvió a preguntar Juanita de camino
a la escuela. Alberto la miró y la besó.
- Esto es amor, Juanita - le dijo después.
Un día que Alberto hacía dos trenzas a Lupita, Juanita preguntó
de nuevo.
- Papá, ¿qué es el amor?
Alberto la miró y empezó a desenredarle el pelo también a ella.
- Esto es amor, Juanita - le dijo después.
Pero Juanita, nada convencida con sus respuestas insistía pre-
guntándole cada
día:
- Papá, ¿qué es el amor?
Alberto le dio a probar de las albóndigas que estaba cocinando.
- Esto es amor, Juanita - le dijo después.
- ¡Vamos, papá! ¡No me tomes más el pelo! Cada vez me dices
que el amor es una cosa diferente. ¡Ja, ja, ja, ...!
Alberto tomó su carita entre sus manos y le dijo:
- Mis amores son tú y tu hermana Lupita. ¡No te miento!
Juanita se fue a dormir pensando en las palabras que le
había dicho su padre.
Esa noche tuvo un bonito sueño. Su padre, como siempre,
cuidaba de ella y de su hermana Lupita: las llevaba y recogía
de la escuela, las bañaba, las peinaba, las vestía, cocinaba para
ellas, hacía todo lo posible para que ellas estuvieran bien y
fueran felices, siempre con una sonrisa.
Entonces se dio cuenta de lo que le quería decir su pa-
dre: el amor estaba en cada detalle que tenía con ella y con
Lupita, en cada momento del día, por eso, aun siendo cosas di-
ferentes el amor siempre estaba presente entre ellos. ¡Al fin lo
entendió!
Al otro día cuando Alberto fue a levantarla para ir al
colegio, Juanita le dio un abrazo y le dijo:
- ¡Te quiero, papá!
Actividad Personal:
Después de haber escuchado este bonito cuento respondamos
las siguientes preguntas de nuestro cuadernillo:
1.- ¿Qué le pregunta Juanita constantemente a su papá?
2.- Menciona 3 acciones con las que el papá de Juanita y Lupita
les demostraba su amor:
3.- Escribe 3 acciones con las que tus papás te demuestran su
amor:
4.- ¿Con qué acciones Jesús te demuestra su amor?
5.- ¿Con qué detalles demuestras amor a los demás?
En este día recordamos las acciones concretas con las que Je-
9
sús nos manifestó su amor, una de ellas es el servicio y la ca-
ridad al prójimo.
9.- Conozco más
Jesús dijo: “El que quiera ser importante entre ustedes,
sea su servidor y el que quiera ser el primero, que sea su sier-
vo. De la misma manera que El Hijo del Hombre no ha venido a
ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por todos” (Mt
20; 27-28). Palabra del Señor.
Jesús vino a servir a todas las personas por igual (enfer-
mos, pecadores, y a quien más lo necesitaba).
Este mandato del servicio nos lo deja en el lavatorio de
pies, en el cual Él siendo Hijo de Dios, “se quita su manto y, to-
mando una toalla, se la ciñó. Luego echó agua en una fuente y
se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos” (cf. Jn
13, 4-5).
Actividad 2: Servicio concreto: En el círculo siguiente escribe
¿Qué puedo hacer para
¿Qué puedo hacer para
transformar la realidad
transformar la realidad
que podrías hacer tú para cambiar la situación (de lágrimas, dolor y necesidad)
10
10.- Comprendo más
Con el lavatorio de pies un acto de gran humildad, Jesús
nos enseña cómo debemos ser servidores de los demás y no es-
perar a que los otros me sirvan a mí.
Así que somos enviados por Jesús con esta misión: Ama a
tu prójimo como a ti mismo”
Dime, Señor, ¿en qué puedo ayudar?...
11.- Celebro mi fe
¡Jesús, tú me enseñas con tu vida que hay que amar y
servir a los demás! Tú vida es ejemplo de amor y servicio. Jesús,
tu recorriste los caminos de Palestina para ir al encuentro de los
que sufren, de los necesitados, de los enfermos, de los olvidados,
de los marginados, de los que nadie quiere, tu compartiste el
pan, ayúdame a actuar como Tú, enséñame el camino para servir
a los demás!
¡Concédeme la gracia de tener tus mismos sentimientos y
palabras, tus gestos y tu mirada! ¡Concédeme la gracia, Señor,
¡de ser alguien cercano a los demás! ¡Envíame tu Santo Espíritu,
Señor, para que mi corazón se transforme, para que mi corazón
se abra al amor, al servicio, para vivir pensando siempre en el
otro y no en mí, con alegría, ¡con fraternidad! ¡Te entrego, Señor,
¡mi corazón para que, en mí, ames a todos los que me rodean!
¡Te entrego, Señor, todo mi ser para que Tú crezcas en mí, para
que seas tú, ¡mi Señor, quien viva, trabaje y actúe en mí!
12.- Transformo mi realidad
Así como Jesús lava los pies a sus discípulos, vamos a pintar cada
uno de nosotros nuestras propias huellas, dentro de ellas escri-
bimos el texto bíblico que nos habla acerca de este momento
y también reconocemos algunos beneficios y dones que hemos
recibido de parte de Dios y los has compartido con los demás.
Para ello vamos a necesitar un plato de unicel hondo, un
pedazo de papel o toallitas, colores y crayolas. Mientras reali-
zamos esta actividad escuchamos el siguiente canto:
https:/
/youtu.be/0DV1__teZ2c
El Señor me dio un cuerpo con él puedo ayudar
mis amigos y compañeros conmigo pueden contar (2) Muchos
miembros tienen el cuerpo
pero uno sólo es él, si uno sufre todos sufren
si uno goza, así también.
El Señor me dio ...
11
13.- Asimilo
Que todos somos hijos de Dios y tenemos la misión de amar y
llenar al mundo de su amor.
14.- Frase
¡El que no vive para servir, no sirve para vivir!
15.- Valor o actitud
Amor y Servicio
16.- Acción concreta
Ayudar en casa con alegría a realizar una actividad (tirar la
basura, lavar los trastes, ayudar a cocinar, etc.)
Nexo para el siguiente momento:
Así como el amor nos mueve para hacer el bien, hay personas
que por amor entregan su vida al servicio de Dios, que con su
vocación nos guían y ayudan a conocerlo más, por eso el amor
de Dios se manifiesta:
Reflexión II. EL AMOR DE DIOS SE MANIFIESTA
EN EL ORDEN SACERDOTAL QUE LO MANTIENE
VIVO EN MI COMUNIDAD
1.- Cita generadora
“Tú eres sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec”
(Heb 5,6)
2.- Fruto:
Que los niños y adolescentes reconozcan en la figura del
sacerdote a Jesús vivo entre nosotros, humanos y al servicio de
la humanidad, necesitado de la oración para mantenerse firmes
en su ministerio y en el servicio a la comunidad.
3.- Pregunta generadora
¿Quiénes son y qué hacen los sacerdotes?
¿En qué acciones del sacerdote de tu comunidad puedes ver o
encontrar a Jesús vivo?
4.- Entramos en oración:
En nombre del padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.
Vamos a orar por las vocaciones sacerdotales:
¡Oh, Jesús, Pastor eterno de las almas!
Dígnate mirar con ojos de misericordia
a esta porción de tu grey amada.
Señor, Danos vocaciones, danos
sacerdotes, religiosos y almas consagradas santos.
Te lo pedimos por la inmaculada Virgen María de Guadalupe,
tu dulce y Santa Madre.
¡Oh, Jesús, danos sacerdotes, religiosos
y almas consagradas según tu corazón! Amén.
-Trae a tu mente algún sacerdote que conozcas y pide que Dios
lo fortalezca en su misión:
Padre nuestro y gloria al Padre….
5.- Experiencia previa
Institución del sacerdocio
Jesucristo, durante su vida pública, instituyó un grupo
de doce personas a quienes llamó “apóstoles” y que le seguían
en su vida y predicación itinerante por Galilea y Judea (cf. Mc
3,14-15).
A estos concedió dones especiales para expulsar demo-
nios y curar enfermedades (cf. Mt 10,1) pero su misión principal
era “estar con Él” y predicar el evangelio. Luego, el evangelista
Lucas indica que Jesús escogió también a otros 72 llamados
“discípulos” y los envió con idénticos dones que los de los após-
12
toles (cf. Lc 10,1-2). Los primero doce fueron quienes acompa-
ñaron a Jesús durante la Última Cena.
Actividad 1:
¿Cuántos sacerdotes conoces?
¿Cuántos sacerdotes hay en tu comunidad?
¿Qué actividades realiza un sacerdote?
¿Cómo o de qué manera podemos ayudar a un sacerdote?
6.- Conozco más
Según el relato evangélico, tras entregar el pan y el vino
transformado en su Cuerpo y en su Sangre, Jesucristo dijo:
“haced esto en memoria mía” (cf. 1Co 11,24) Con este texto
comprendemos la voluntad de Jesús de establecer sacer-
dotes que continuaran celebrando esta Cena que llamamos
Eucaristía. Y por eso, hoy cada sacerdote al pronunciar las
mismas palabras de Jesús en la Última Cena, y por la acción
del Espíritu Santo, el pan y el vino quedan convertidos en
el Cuerpo y Sangre de Cristo.
La Iglesia reconoce desde entonces, la institución del
sacramento del Orden Sacerdotal por parte de Cristo.  
Más tarde, el día de la Resurrección, Jesús confirió tam-
bién a los apóstoles la facultad de perdonar los pecados en su
nombre (cf. Jn 20,21-23) y les confió las funciones de gobernar,
enseñar y santificar dentro de su Iglesia (cf. Mt 28,19-20). En
estos dos momentos solemnes, así como en la venida del Espíri-
tu Santo en Pentecostés terminó de fortalecer a los apóstoles
para la misión que habían recibido.
7.- Comprendo más
En este ejercicio conoceremos las actividades y acciones
que realizan los sacerdotes en la comunidad donde prestan su
servicio.
Busca las siguientes palabras:
Llamado, vocación, servicio, ministerio, comunidad,
sacramentos, guía espiritual, bautizar, confesar, ungir,
motivar, perdonar pecados, consagrar.
13
8.- Celebro mi fe
Señor Jesús, presente en el San-
tísimo Sacramento, que quisiste quedarte
entre nosotros por medio de tus sacerdo-
tes, haz que sus palabras sean sólo las tu-
yas, que sus gestos sean los tuyos, que su
vida sea fiel reflejo de la tuya. Que ellos
sean los hombres que hablen a Dios de los
hombres y hablen a los hombres de Dios.
Que no tengan miedo al servicio, sirviendo
a la Iglesia como Ella quiere ser servida.
Que sean hombres, testigos de Jesús en
nuestro tiempo, caminando a través de la
historia con tu mismo paso y haciendo el
bien a todos. Que sean fieles a sus com-
promisos, celosos de su vocación y de su
entrega, claros espejos de la propia iden-
tidad y que vivan con la alegría del don
recibido. Te lo pido por tu Madre Santa
María: Ella que estuvo presente en tu vida
estará siempre presente en la vida de tus
sacerdotes. Amén.
9.- Transformo mi realidad
Al tiempo que escuchamos este
canto, pensemos en el sacerdote amigo de
nuestra comunidad.
Colorea y escribe algunas acciones
que hace el sacerdote en favor de la co-
munidad:
Toma mi sacerdocio
Hace tiempo escuché
una voz que me decía
hijo ven a mí,
toma tu cruz y sígueme.
Muchos me dijeron nooooo
que eso era algo muy difícil.
Todos menos esa voz,
no temas yo estaré contigo.
Toma mi sacerdocio.
Toma mi vocación.
Que tu voz sea mi voz,
que tu luz la lleve yo. (2)
https:/
/www.youtube.com/watch?v=0oYytDJFSic
Muchos me dijeron nooooo,
que eso era algo muy difícil.
Todos menos esa voz,
no temas yo estaré contigo
Toma mi sacerdocio... (2)
Han pasado ya los años
ya ha pasado mi juventud
y sólo quiero decirte
cantando esta canción …
Toma mi sacerdocio... (2)
14
10.- Asimilo
Los sacerdotes son personas como tú y como yo, quie-
nes respondieron al llamado de Dios y que al igual que noso-
tros, están muy necesitados de nuestra oración.
11.- Frase
Los sacerdotes tienen algo de sagrado, a Cristo metido
en sus almas, que nos ve a través de ellos, pero nos bendice y
nos perdona.
12.- Valor o actitud
Entrega y generosidad
13.- Acción concreta
En la siguiente imagen coloca el nombre del sacerdote
que vas a adoptar para orar siempre por él.  
Reflexión III. EL AMOR DE DIOS SE MANIFIESTA
EN LA EUCARISTÍA Y EN ELLA SE SUSTENTA LA
VIDA DE MI COMUNIDAD
1.- Cita generadora
“Mi Carne es verdadera comida y mi Sangre es verdadera be-
bida. El que come mi Carne y bebe mi Sangre vive en mí y yo
en él” (Jn 6, 55-56)
2.- Fruto: Que los niños y adolescentes reconozcan en la Eu-
caristía a Jesús vivo en cuerpo y sangre y estén en comunión
con Él y su prójimo.
3.- Pregunta generadora
¿Qué es la Eucaristía?
¿Cuáles son los frutos de la Eucaristía?
¿Cómo podemos reconocer a Jesús en nuestra comunidad?
4.- Entramos en oración
Canto: Eucaristía
https:/
/youtu.be/V8JQh7H0WgY
Por el trigo y la vid que provienen de ti
hoy Señor queremos darte gracias;
por el vino y el pan que tu mano nos da
hoy Señor queremos darte gracias.
Vino y pan convertirás por amor
en tu Cuerpo y en tu Sangre Señor
Cristo mismo se nos da su presencia viva está
recibimos la santa Comunión.
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Eucaristía la gracia del Señor se derrama
el Pan que es fortaleza del alma
es Cristo en sacramento de amor.
Eucaristía Jesús hoy nos invita a su mesa
quien coma de Él tendrá vida eterna
es Cristo a quien recibimos hoy...Eucaristía.
Hoy podemos creer por amor y por Fe
que tú estás presente en cuerpo y alma
y venimos a ti para poder recibir
el milagro que tú nos regalas.
Vino y pan convertirás...
Te queremos pedir que nos llenes de ti
que tu Espíritu nos guíe siempre
que podamos vivir en tu Gracia sin fin
tu eres el pastor y nos proteges
Vino y pan convertirás...….
Si ya has recibido a Jesús dale gracias en silencio y si no
lo has recibido todavía pídele que venga a tu corazón.
Nota: Si no es posible tener al Santísimo para la Hora Santa se
puede desarrollar el tema completo, en caso de que sí puedan
tener a Jesús Sacramentado pasar a más adelante.
5.- Experiencia previa:
En una ocasión al regresar a mi banca después de co-
mulgar, observé que mi hija pequeña estaba llorando en silencio
y le dije a su hermana mayor ¿Qué le sucede a tu hermana?,
¿por qué llora? Ella volteó a ver a su hermana pequeña y me
preguntó ¿Es qué no te das cuenta? Yo volví a ver a Ángela, tra-
tando de encontrar la causa, pero estaba sorprendida porque no
era capaz de descubrir qué era lo que para Renata parecía tan
evidente. Le volví a decir: no, no entiendo la causa de su llanto.
La respuesta que me dio Renata me dejó deslumbrada: ella llora
porque quiere mucho a Jesús y no puede comulgar porque no ha
hecho su primera comunión.
¡Ángela lloraba porque no podía recibir la Eucaristía!
Cuando en el mundo hay miles de millones de católicos que
pueden recibirla, pero no lo hacen por pereza, por desidia, por
indiferencia. Mi niña amaba a Jesús y sin embargo no podía
acercarse a recibir la comunión.
Trae a la memoria a algún niño pequeño que al ir a co-
mulgar en brazos de su mamá llora por querer comer el Cuerpo
de Cristo.
Si tú ya hiciste la primera Comunión tienes el don y el
privilegio de recibir al Amor de los amores, todos los días en la
Eucaristía ¿lo estás haciendo? ¿permites que el pecado te aleje
de la comunión? La Eucaristía es fuente y cima de toda la vida
cristiana.
6.- Conozco más:
Frutos de la Eucaristía.
Al recibir la Eucaristía:
o Nos unimos íntimamente con Jesús que nos otorga su gracia.
o Nos separa del pecado pues su Cuerpo y Sangre son entre-
gados y derramados para el perdón de los pecados.
o Nos fortalece en la caridad y ésta borra los pecados veniales.
o Nos previene de perder la amistad de Dios por el pecado
mortal.
o Es la comunión que nos renueva, fortifica, profundiza e in-
corpora a la Iglesia.
o Nos compromete a favor de los pobres; pues el recibir el
Cuerpo y la Sangre de Cristo que son la Caridad misma nos
hace caritativos.
o Nos lleva a la caridad concreta.
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7.- Comprendo más
Institución de la Eucaristía  
Jesús la noche de pascua que celebraba todo el pueblo,
decidió invitar a sus amigos a cenar con él por última vez, to-
mando el pan en sus manos les dijo a sus discípulos y amigos
que comieran el pan que es su carne, luego tomó entre sus ma-
nos el vino, que era lo que tomaban en la cena y les dijo a sus
discípulos que beban el vino en su memoria, para que lo recor-
daran siempre. La eucaristía es un regalo de Dios porque es el
mismo Jesús ofreciéndose para ser nuestra comida espiritual, y
estar en una buena relación con Dios.
Te pedimos que veas el siguiente video:
https:/
/youtu.be/NIvM-tblZH0 donde se nos
da una explicación de la importancia de la Eu-
caristía, el gran regalo que Jesús nos deja
para estar aún más cerca de él.
¿Qué te llamó la atención de este video?
¿Cuál es la grandeza de este gran regalo de la Eucaristía?
¿Cómo respondemos al amor que Dios nos manifiesta al quedar-
se en el pan y el vino?
Y para ayudarnos a comprender aún mejor este momen-
to lee el siguiente texto Bíblico y llena los espacios vacíos
17
8.- Celebro mi fe:
Recibiremos a Jesús Eucaristía ya que él está verda-
deramente presente en ella y le adoramos con este canto:
https:/
/youtu.be/hRAYGI70icM
Vive Jesús el Señor (3)
Él vive (3) Vive, vive Jesús el Señor.
Gracias Jesús porque quisiste quedarte con nosotros todos
los días hasta el fin del mundo…
Gracia Jesús porque nos alimentas con tu cuerpo y con tu
sangre…
Dentro del dibujo expresa libremente tu agradecimiento a
Jesús
Canto: https:/
/youtu.be/lQfIxFrfhxY
Jesús nos invita
Hay una cosa que quiero contarte
hay una cosa que tú debes saber (2)
Jesús nos invita a ser sus amigos
Jesús nos invita a comer su pan (2)
El pan que comemos en la Eucaristía
es el pan que nos alimenta de verdad.
Es el pan de la vida, el pan del amor
El pan de la gracia es el pan de la unidad (2)
9.- Transformo mi realidad:
Piensa en un momento qué actitud necesitas cambiar para reci-
bir plenamente a Jesús y para mejorar la armonía de tu hogar.
10.- Asimilo
La Eucaristía es el Cuerpo y Sangre de Jesús, entregado y
derramada por mí y para mi salvación.
11.- Frase
El que come mi Cuerpo y bebe mi Sangre permanece en mí y
yo en él.
12.- Valor o actitud
Amor y reverencia a la Eucaristía.
13.- Acción concreta
Amar y recibir la Eucaristía para unirme a Jesús por medio de
ella.
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Notas para el catequista: Es importante que se prepare un
lugar digno para recibir la presencia de Jesús Eucaristía, ya sea
con flores, espigas, uvas, un mantel blanco, custodia, etc.
Al entrar en este ambiente el niño debe sentir que está
entrando a un lugar especial, a un lugar Santo, por lo tanto, se
puede propiciar el ambiente acogedor con música suave, instru-
mental que ayude a los niños a entrar en contacto con Dios. A
continuación te dejamos el siguiente enlace donde puedes encon-
trar alguna  https:/
/youtu.be/bCojCNQBWjQ.
Antes de exponer el Santísimo, ayudemos a los niños para
que se tranquilicen y relajen, haciendo algún tipo de respira-
ciones y de tomar conciencia frente a quien vamos a estar; los
podemos ayudar para que tomen una postura cómoda, ya sea
sentados en el piso y con las manos sobre sus piernas, evitando
que tengan algo que pueda distraerlos.
Motivación: Ahora niños, tendremos un momento de adoración a
Jesús, que se encuentra presente real y verdaderamente en la
Hostia consagrada, con Él nos vamos a encontrar, él que nos ama
infinitamente, a su lado siempre están los ángeles que lo adoran
y lo pueden ver cara a cara, pero nosotros también tenemos la
posibilidad de estar cara a cara con Él y en este día quiere en-
contrarse contigo, porque desea que seas muy pero muy feliz y
tiene cosas importantes qué decirte. Disponte para platicar con
nuestro amigo Jesús, puedes hacerle preguntas y estar atento
para obtener respuestas a tus inquietudes y también recibas
todas las bendiciones que tiene reservadas para ti.
Nos ponemos de rodillas y recibimos a Jesús Eucaristía can-
tando:
https:/
/youtu.be/2_kFH4JOKVw
MILAGRO DE AMOR TAN INFINITO
Jesús, aquí presente en forma real
te pido un poco más de fe y de humildad
y así poder digno de compartir
contigo el milagro más grande de amor.
CORO: Milagro de amor tan infinito
en que Tú, mi Dios, te has hecho
tan pequeño y tan humilde para entrar en mi
Milagro de amor tan infinito
en que Tú, mi Dios, te olvidas
de tu Gloria y de tu majestad por mí.
Y hoy vengo lleno de alegría
a recibirte en esta Eucaristía.
Te doy gracias por llamarme a esta cena,
porque, aunque no soy digno visitas Tú mi alma.
CORO: Milagro de amor tan infinito
en que Tú, mi Dios, te has hecho
tan pequeño y tan humilde para entrar en mi
Milagro de amor tan infinito
en que Tú, mi Dios, te olvidas
de tu Gloria y de tu majestad por mí.
Catequista o sacerdote: En los cielos y en la tierra sea para
siembre alabado
Todos: El corazón amoroso de Jesús Sacramentado
Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Padre
Catequista: Respondemos después de cada intención: “Jesús,
Jesús, ven a nuestro corazón”.
Hora Santa
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Niño 1: Muchos niños te quieren amar, yo te quiero muchísimo.
Niño 2: Tú has dado la vida por mí, toma ahora la mía.
Niño 3: Tú dijiste: “Tomen y coman, esto es mi Cuerpo”, prepá-
rame para recibirte.
Niño 4: Señor, yo nunca te cerraré la puerta. Jesús, quiero
amarte.
Niño 5: “Señor, te necesito, ven a mi corazón.
Niño 6: Jesús, Tú deseas entrar en mi corazón y yo deseo que
vengas a mí.
Niño 7: Aunque parece vino, es tu Sangre, por eso la recibo,
Señor.
Niño 8: Parece vino, pero es tu Sangre, por eso la recibo, Señor.
Niño 9: Yo quiero recibirte y unirme a Ti.
Niño 10: Yo nunca te dejaré, aunque todos te abandonaron.
Niño 11: “Tú dijiste: “Dejen que los niños vengan a Mí”, y aquí
estoy.
Niño 12: Nadie me quiere como Tú, por eso te abro mi corazón.
Niño 13: Jesús, queremos hacer una oración muy especial porque
te amamos, para decirte que los niños queremos ser tuyos y que
Tú seas nuestro amigo, nuestro mejor amigo. Por eso decimos
todos juntos:
Catequista: Pedimos ayuda a María, ella está aquí adorando a
su Hijo junto con nosotros. Ella nos consuela y nos llena con su
ternura y cariño. A ella también la queremos alabar y honrar por
acudir en nuestra ayuda cada vez que la necesitamos. Por eso
cantamos:
https:/
/youtu.be/bl4GMgtbIew
Virgencita María.
Madre mía del cielo.
Virgencita María.
Tanto, tanto te quiero (Se repite)
Dios Padre te eligió.
Para que fueras Madre de Jesús.
Por tu buen corazón.
Dios Padre te eligió.
Jesús a ti te amó.
Por eso yo te amo también.
La más hermosa flor.
Del jardín del Señor.
Virgencita María...
Catequista: Y le damos gracias por el regalo de su Hijo. Jesús
está presente en la Sagrada Eucaristía, es nuestro Dios escon-
dido. Él nos ama y quiere que nosotros le amemos. Él nos espera
noche y día en la pequeña forma de pan. Él quiere oírnos y
nosotros le adoramos porque Él es Dios.”
Terminada esta parte pedimos a los niños se coloquen frente al
Santísimo Sacramento y presenten al Señor el trabajo que ela-
boraron con las huellas en el momento que reflexionamos sobre
el servicio. Mientras van pasando cantamos nuevamente:
Canto: https:/
/youtu.be/lQfIxFrfhxY
Jesús nos invita
Hay una cosa que quiero contarte
hay una cosa que tú debes saber (2)
Jesús nos invita a ser sus amigos
Jesús nos invita a comer su pan (2)
El pan que comemos en la Eucaristía
es el pan que nos alimenta de verdad.
Es el pan de la vida, el pan del amor
El pan de la gracia es el pan de la unidad (2)
Catequista: Nos despedimos de Jesús Eucaristía y le agradece-
mos este momento y decimos juntos.
2
0
Todos: “A veces, aunque queremos ser buenos
nos olvidamos de Ti.  
Olvidamos que estas presente en nuestros padres, en nuestros
hermanos, en nuestros abuelos, en nuestros tíos y primos;
también estás presente en los vecinos necesitados,
en las personas desvalidas, en las personas que sufren,
en todos aquellos que nos solicitan una limosna
o que no la piden por vergüenza o temor al rechazo.
Te pedimos perdón en el silencio de nuestro corazón,
y te decimos que queremos transformar
nuestra familia y nuestra comunidad,
queremos ser más fraternos y verte en cada
uno de nuestros hermanos y ayudarte.  
Querido Jesús, te queremos dar gracias
porque incluso en el momento de la Cruz
te acordaste de nosotros,
y con amor, nos diste a María como Madre nuestra.
También queremos acordarnos hoy de ella
y ofrecerle nuestro cariño y nuestro amor,
en este año tan especial por el que nuestro pueblo
resurgió después del Primer milagro
que obraste a través de ella,
al resucitar a la pequeña niña,
y también por estos cuatrocientos años de milagros patentes
que prodigas a todos nuestros hermanos mexicanos y extran-
jeros”.
Pedimos a los niños que se pongan de rodillas, cierren sus ojos
y con las manos cerca de su corazón pidan a Jesús que venga y
permanezca para siempre cerca de cada uno de nosotros y nos
disponemos para recibir la bendición.
Catequista: Para despedirnos de Jesús le damos un fuerte
aplauso porque ha querido estar cerca de nosotros durante
toda nuestra vida y hoy estamos de fiesta, por eso lo reconoce-
mos como el mejor de nuestros amigos y también porque quiere
ser nuestro compañero en la vida, por eso cantamos y bailamos
con alegría:
https:/
/youtu.be/KKesrmgKvQg
Jesús es mi Súper-Héroe
Él es el quien hace el sol brillar,
y en el cielo la luna salir.
Él es quien con sus manos hizo las estrellas.
Él es el que me hace cantar,
Él es el que me hace soñar,
y el que me hace sonreír y ser feliz.
Cristo es mi Súper-Héroe, mi amigo el mejor
Cristo es mi Súper-Héroe, mi amigo es el mejor (2)
Yee yee yee yee yee (3)
Cristo es mi Súper-Héroe, mi amigo el mejor
Cristo es mi Súper-Héroe, mi amigo es el mejor (2)
Catequista: Hemos llegado al final de este primer día en el que
hemos profundizado, a partir de los hechos del jueves santo, en
los signos del amor de Dios que se manifiestan:
- En el servicio y la caridad para transformar mi comuni-
dad.
- En el Orden sacerdotal que lo mantiene vivo en mi comu-
nidad y
- En la Eucaristía que sustenta la vida de mi comunidad.
Hay muchos motivos por los cuales agradecerle a Jesús, nues-
tro maestro, todo lo que ha realizado en favor de cada uno de
nosotros.
Nos retiramos ayudando a nuestros catequistas a dejar este
lugar como lo encontramos: ordenado y sin basura y nos despe-
21
dimos diciendo juntos el lema de nuestra Pascua:
CRISTO VIVE, Y CON SU AMOR PUEDO TRANSFORMAR MI
COMUNIDAD
Y cantando nuestro canto – lema:
Canto – lema: Poder Ayudar (pablo Morales)
Yo quiero tener un corazón muy grande
grande como el mar (2)
Y al que me necesite poder ayudar (4)
Pues ayudar a los demás y pensar en los
demás eso es la solidaridad.
Es ayudar a los demás y pensar en los demás
eso es la solidaridad.
Yo quiero tener un corazón muy grande
Grande como el de Jesús (2)
grande para compartir.
Y al que me necesite poder ayudar (4)
Pues ayudar a los demás y pensar en los
demás eso es la solidaridad.
Es ayudar a los demás y pensar en los demás
eso es la solidaridad.
Y al que me necesite poder ayudar (4)
Nota: Se les dan las indicaciones para el siguiente día, y se les
dice si deben traer algo.
Les invitamos a escribirle una cartita a Jesús dándole
gracias por lo que más les haya llamado la atención, para dejarla
en alguna canastita en el monumento del jueves santo, junto con
su alcancía de la caridad con lo que fueron ahorrando en sus
penitencias de la cuaresma, dando gracias al Señor por lo que
hace por nosotros.
Se les exhorta a que participen en la Cena del Señor en
su comunidad, de ser posible con su familia.
Y tengan un momento de adoración, uniéndose así a par-
ticipar con la comunidad de este momento de oración.
2
2
2
3
Reflexión I.
El Viacrucis, camino de la cruz y de nuestra
reconstrucción
Introducción:
Estamos por iniciar nuestro segundo día de la Pas-
cua Infantil, comencemos este día diciendo juntos el lema de
nuestro encuentro: CRISTO VIVE, Y CON SU AMOR PUEDO
TRANSFORMAR MI COMUNIDAD
Y cantemos juntos el canto que ha dado vida a esta
Pascua:
Poder Ayudar (Pablo Morales)
Yo quiero tener un corazón muy grande,
grande como el mar (2),
y al que me necesite poder ayudar (4)
Pues ayudar a los demás y pensar en los demás
eso es la solidaridad (2).
Yo quiero tener un corazón muy grande
Grande como el de Jesús (2)
grande para compartir.
Y al que me necesite poder ayudar (4)
Pues ayudar a los demás...
Y al que me necesite poder ayudar (4)
Hoy es un día muy importante para todos los cristianos,
pues profundizaremos en el amor que Dios tiene por cada uno
de nosotros al dar la vida por nuestra salvación.
Por ello, los invito a que nos dispongamos para vivir nues-
tro encuentro con alegría y gratitud, reflexionando en aquellos
momentos que vivió Jesús en el camino de la cruz y que cada
uno de nosotros conocemos como: Viacrucis, es decir el recorri-
do que realizó hasta llegar al momento culmen de entregar y
ofrendar su vida por amor a la humanidad.
Conforme vayamos recorriendo cada uno de estos mo-
mentos realizamos las actividades que nuestros catequistas nos
vayan indicando y así estemos dispuestos para reflexionar y
agradecer a Dios por todo lo que nos da a través de su Hijo
Jesucristo.
En cada una de las estaciones te presentamos una ilus-
tración del Vía Crucis y así vamos rezando juntos. Recordemos
que esta hermosa práctica católica es una tradición de todos
los viernes de Cuaresma, pero especialmente del Viernes Santo.
Canto: Cristo y su Cruz-Sinaí
Saliendo del pretorio: Marcela de la Garza
(sin imágenes)
https:/
/youtu.be/JHHikTR7cIY
Saliendo del pretorio marcha una procesión,
con rumbo al Calvario, sufriendo va un varón,
la Cruz sobre su espalda, ya dándole están,
¡no puede caminar!
No puede dar un paso y cae por el camino,
recibe un latigazo sobre su cuerpo herido,
no puede avanzar; se escucha sólo un grito:
¡Levántate, maldito!
No, no puede ser maldito aquél que, en su dolor,
exclama con un grito: Perdónales Señor,
perdónales sus faltas, no mires su actuación,
de ellos ten compasión.
24
Sed, sed tengo de un amigo, sed tengo de amor
sed tengo que un humano sienta compresión,
que acepte esta Sangre
que derramando estoy por su salvación.
No puede dar un paso y cae por el camino…
Oración inicial
Jesús, vamos a recorrer contigo las estaciones de tu agonía y
tu Muerte. Vamos a pasar un poco de tiempo contigo, renovan-
do el sacrificio que nos dio la vida. Por ese sacrificio tuyo en la
Cruz somos cristianos, y hemos recibido las gracias de Dios. Por
ese sacrificio tuyo hemos sido salvados. Ayúdanos a compren-
der un poco mejor, a amar un poco más, para que después de
meditar sobre estas quince estaciones de tu vocación salvadora,
nosotros mismos nos decidamos a dar algo de nosotros. Tú que
vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Primera estación: Jesús es
condenado a muerte
Elemento – símbolo: limpiapipas color ma-
rrón o soga para que cada niño ate sus ma-
nos, así como Jesús fue atado.
Catequista: Te adoramos, oh Cristo, y te
bendecimos.
Todos: Que por tu Santa Cruz redimiste al
mundo.
Catequista: La historia de la Pasión y Muerte de
Jesús comienza en el tribunal de Poncio Pilato, que era el pro-
curador Romano… el pueblo, azuzado por los sacerdotes grita
exigiendo la muerte de Cristo, porque había dicho que Él era el
Hijo de Dios. Finalmente, Pilato entrega a Jesús para lo crucifi-
quen; les dice: ¡He aquí el hombre!
Niño (a): Jesús, estás totalmente solo. Ningún amigo te ayuda.
Nadie va a defenderte. Has gastado toda tu vida ayudando a
los demás, haciendo milagros, curando y haciendo favores a
todos. Cuando yo soy acusado, por mis padres o maestros, por
algo que no he hecho, pero yo mismo, en muchas ocasiones, he
juzgado y rechazado a los demás, por ello pediré perdón a Dios.
Ayúdame a recordar la que Tú hiciste por mí, cómo aceptaste
las acusaciones y no te quejaste.
Y como signo de acompañar a Jesús a lo largo de la cruz tomo
la soga o el limpiapipas y lo ato a mis manos (Se ayudan unos
a otros a hacerlo).
Catequista: Jesús siempre dijo la verdad e hizo el bien. “No
juzguen, para no ser juzgados. Porque con el criterio con que
ustedes juzguen se les juzgará, y la medida con que mida se
usará para ustedes” (Mt 7,1-2)
Todos: Jesús, tú aceptaste morir por mí para que yo tenga vida
eterna y me haga hijo de Dios. Enséñame a apreciar siempre tu
sacrificio.  
Segunda Estación: Jesús carga la
cruz sobre sus hombros.
Catequista: Te adoramos, oh Cristo, y te
bendecimos.
Todos: Que por tu Santa Cruz redimiste al
mundo.
Elemento – símbolo: piedra para colocarla
en el zapato de cada niño.  
Catequista: Había la costumbre de dar muer-
te a los bandidos colgándolos de una cruz; y
con esa muerte quisieron los judíos aniquilar a
Jesús. Le cargan la cruz sobre los hombros y entre burlas y
golpes, lo hacen dirigirse al monte Calvario. La cruz son todos
los problemas, y los problemas nadie los quiere. La cruz no es
nada dulce, pero es algo que forma parte de nuestra vida hu-
mana. No creo que te pueda prometer que buscaré la cruz a
25
lo largo de mi vida, pero lo que sí te prometo es que intentaré
llevarla cuando me la envíes Tú.
Niño (a): En el peso de la cruz iban representados todos nues-
tros pecados. Cristo nos salva a todos, y quiere que yo sea su
discípulo y reconstruya con mis actitudes a mi comunidad, por
ello quiero seguirte paso a paso en el camino que has recorrido,
esto lo puedo realizar mediante pequeñas obras, una de ellas
puede ser cargar sin flojera la “cruz” de mis deberes y trabajos.
Catequista: A partir del pecado original el hombre había per-
dido la amistad de Dios y Cristo vino a devolvérnosla. “… pero
donde abundó el pecado, sobre abundó la gracia” (Rom 5,20).
Todos: Jesús, tú has escogido una muerte muy triste en la cruz.
Has pagado un gran precio por mi redención. Haz que siempre
lo recuerde.
Catequista: Como signo de ofrecerte nuestro esfuerzo por
acompañarte en la cruz, queremos ofrecer un pequeño sacrificio
colocando en el zapato una piedra con la cual caminaremos a lo
largo de este viacrucis.
Tercera estación: Jesús cae
por primera vez
Catequista: Te adoramos, oh Cristo, y te ben-
decimos.
Todos: Que por tu Santa Cruz redimiste al
mundo.
Elemento – símbolo: colocar a cada niño una
vendita o curitas  
Catequista: El peso de la cruz es insoportable
para el cuerpo fatigado y herido de Jesús, que
cae por primera vez, dando a entender que los
pecados de la humanidad, significados en la cruz,
eran muy graves.  
Niño (a): Jesús nos salvó haciéndose obediente hasta la muerte
de cruz y resucitando de entre los muertos. Quiso perecer y mo-
rir por amor a nosotros, para reconciliarnos con Dios y llevarnos
al cielo.
Con nuestras mentiras, desobediencias, malas palabras, pleitos
y otros pecados con los que ofendemos a Dios, hacemos más
pesada su Cruz. Pidamos perdón por ello.
Todos: Señor Dios, sé que muchas veces empiezo cosas y luego
me canso de ellas. O bien no las hago bien o intento olvidarme
de ellas. A veces me tienen que regañar en la escuela porque
no pongo atención en lo que estoy haciendo. Ayúdame, oh Dios,
a ser como tu Hijo. Ayúdame a ser constante en las cosas bue-
nas que he empezado y a llevarlas hasta el final lo mejor que
pueda.  
Catequista: Ahora nos colocamos la venda o el curita en el
brazo derecho, como un signo que queremos aliviar el dolor que
sintió Jesús al caer por primera vez y eso solamente lo logra-
remos a través de nuestro buen comportamiento.
Cuarta estación: Jesús se encuentra
con su Santísima Madre
Catequista:Te adoramos, oh Cristo, y te
bendecimos.
Todos: Que por tu Santa Cruz redimiste al
mundo.
Elemento – símbolo: pañuelo.
Catequista: Entre los gritos furiosos de la
turba y los gemidos de las mujeres. Jesús pue-
de sentir los suspiros de su Madre, la Virgen
María, que es testigo de los tormentos de su Hijo.
Niño (a): La Virgen María quería mucho a su Hijo, como todas
las mamás del mundo aman a sus hijos. Por eso sigue a Jesús
en la Pasión. Ella quiere cooperar en la salvación de todos los
hombres. Me pone el ejemplo para tener buen corazón con las
personas necesitadas: los pobres, los tristes y los enfermos.
Catequista: En medio de los gritos y los insultos que te dirigen
tantas personas, finalmente encuentras a alguien que te quiere
bien y que siente dolor por ti. Es tu Madre. Ella no puede hacer
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mucho para detener tu sufrimiento, pero te dirige una mirada
que te muestra que está sufriendo contigo, y eso te ayuda en tu
camino. Alguien te entiende.
Todos:Señor Dios, Tú me diste a mis padres. Nadie más en todo
el mundo es mi padre y mi madre. Gracias por este regalo que
me has hecho. Por muy duras que sean las cosas en la vida, yo
sé que ellos están ahí y que de veras me quieren. Ayúdame a
mostrarles yo también mi amor.
Catequista: La Virgen María tiene un lugar muy importante en la
Iglesia. Ella es modelo, Madre, Maestra y Reina de la humanidad.
Y como es el mejor camino que nos lleva a Jesús, cantamos y
agitamos los pañuelos que tenemos en las manos como signo de
que ella nos acompaña a lo largo de nuestra vida.
https:/
/youtu.be/r3WjHpFpM34
María está pasando por aquí (2)
Y cuando pasa todo se transforma,
la alegría viene y la tristeza va (2)
Quinta estación: Jesús es ayudado
a cargar la cruz
Catequista: Te adoramos, oh Cristo, y te
bendecimos.
Todos:Que por tu Santa Cruz redimiste al
mundo.
Elemento – símbolo: Un corazón, seguritos o
alfileres.
Catequista: Los soldados tienen miedo de
que no seas capaz de llagar hasta el monte,
para la crucifixión. Estás cada vez más débil.
Por eso llaman a un hombre en la multitud, un
hombre llamado Simón de Cirene, el Cirineo, y le obligan a llevar
tu cruz durante un rato. Él no quiere, pero le obligan. A él le
gustaría más bien estar allí, mirando, viendo lo que pasa. Él no
había venido para ayudarte: pero ahora está llevando tu Cruz
Niño (a): Jesús es nuestro hermano porque Él es el Hijo de Dios
y nosotros por el Bautismo también somos hijos de Dios. Cristo
derramó su sangre por todos, para que juntos formemos una
sola familia. Debemos amar a nuestros semejantes, porque son
nuestros hermanos.
Todos: Jesús, Simón te ayudó a llevar la cruz. Por eso hazme
comprender el valor de mis trabajos para que me acerquen más
a ti. Te alabo, Señor, con mis hermanos.
Catequista: Dentro del corazón escribimos el nombre de aque-
llas personas a quienes debería cuidar y ayudar, por ejemplo: a
mis hermanitos pequeños; algún compañero de clase que ayudo
en los estudios; a aquellos a los que presto algún servicio; a mi
mamá cuando le ayudo a preparar los platos de la mesa. Y le
decimos: Señor Jesús, ayúdame a hacer algo más que estar ahí
y contemplar lo que pasa a mí alrededor. Ayúdame a ayudar a
los demás.
Sexta estación. La Verónica limpia
el rostro de Jesús
Catequista: Te adoramos, oh, Cristo, y te
bendecimos.
Todos: Que por tu Santa Cruz redimiste
al mundo.
Elemento – símbolo: Despensa (lo que cada
uno haya podido llevar)
Catequista: De repente se detiene la mar-
cha hacia el Calvario. Una mujer se adelan-
ta. Su nombre es Verónica. Toma un lienzo de
tela y te seca la cara, para quitarte el sudor
y la sangre. Te ofrece un poco de alivio. Y para
premiar su bondad, Tú haces que en la tela quede impreso tu
rostro. A pesar de que estás a punto de morir, sigues haciendo
el bien a todos.
Niño(a): Jesús le agradece a la Verónica su caridad. Cuántas
2
7
personas me ayudan, como mis papás, mis maestros y mis ami-
gos; no seré ingrato y orgulloso con ellos, sino agradecido.
Todos: Jesús, con cuánta generosidad recompensaste a esta
mujer. Cuando yo lucho contra el pecado y ayudo a los más
necesitados. Tú me recompensas viniendo a mi corazón. Jesús,
enséñame a amar a los demás y que se cumpla lo que Tú has
dicho: “Cualquier cosa que hagas con uno de esos pobres, conmi-
go lo haces” (Mt 25,40)
Catequista:Enséñanos a dar un poco de nosotros mismos, so-
bre todo a aquellos que más lo necesitan. Enséñanos a salir de
nuestro propio camino y a ayudarles aun cuando no me lo hayan
pedido. Ya sé que hace falta mucha valentía para ser como la
Verónica: ayudar a los que han caído en desgracia y son objeto
de burlas de la gente. Ayúdanos a ser como ella, o sea, a ser un
buen cristiano. Por ello queremos ofrecer esta despensa para ir
en favor de aquellos que más lo necesitan en nuestra comunidad
y con ello aminorar un poco su sufrimiento y su dolor.
Séptima estación: Jesús cae por
segunda vez
Catequista: Te adoramos, oh, Cristo, y te
bendecimos.
Todos: Que por tu Santa Cruz redimiste al
mundo.
Elemento – símbolo: colocar a cada niño una
vendita o curitas  
Catequista:Es la segunda vez que has caído
en el camino de la Cruz. Esta vez te costará
más levantarte. El peso de esa cruz se te hace
cada vez más pesado. Pero te esfuerzas y pronto estás de nuevo
en pie, para continuar tu marcha, la marcha que te llevará a tu
muerte y a nuestra salvación.
Niño (a): Una y otra vez puedo caer, por egoísmo, soberbia o de-
bilidad, no soy fuerte. Pediré al Señor que me ayude para vencer
las dificultades y no caer.
Todos: Jesús, hago muchos propósitos y caigo, pero Tú me ayu-
das a levantarme para seguirte. Ayúdame, Jesús, robustece mi
voluntad para procurar siempre el bien y evitar el mal.
Catequista: Hay tantas cosas que intentan hundirnos como seres
humanos, por ejemplo la violencia que se vive en cada rincón
de nuestra diócesis, provocando en cada uno de nosotros miedo
e inestabilidad. Ayúdanos a continuar con nuestro camino, así
como lo hizo tu Hijo Jesús.  Por ello, nos colocamos en el brazo
izquierdo una vendita o curita, porque queremos que pare toda
esta violencia que se vive en el mundo y queremos curar las do-
lencias y los sufrimientos de la humanidad.
Octava estación: Jesús se encuentra
con las mujeres
Catequista: Te adoramos, oh, Cristo, y te ben-
decimos.
Todos: Que por tu Santa Cruz redimiste al
mundo.
Elemento – símbolo: Por equipos se tiene pre-
parada una soga o cuerda larga según el nú-
mero de participantes.
Catequista: A lo largo del camino que Tú sigues,
hay un grupo de mujeres que te están contem-
plando. Cuando pasas junto a ellas, te das cuenta
de que están llorando. Te detienes un poco para dirigirles tu
palabra. Quieres darles un poco de alivio para su dolor. Es muy
propio de Ti: están llorando por Ti, por tu dolor y Tú te paras y
quieres ayudarles para que no sufran ellas.
Niño (a): Como Jesús, debo tener tristeza por los pecados de
todo el mundo; yo mismo procuraré hacer sufrir menos a Jesús
evitando el mal. Jesús no tenía pecados, murió por nosotros por
amor, ante ello les dijo a las mujeres que no lloraran por Él, sino
por la gente del mundo, que vivía apartada de Dios.
Todos: Jesús, Tú enseñaste a estas mujeres a llorar más bien por
los pecados que por el dolor físico. Aumenta la fe en mi salvación,
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quiero ayudar a todos con alegría.
Catequista: Señor, cuántas veces me encierro en mí mismo y me
olvido de los demás. Cuántas veces no pienso en nadie más que
en mí mismo. Ayúdame a darme cuenta de que también los de-
más tienen problemas y que necesitan ayuda. Enséñame a darles
toda la ayuda de que yo sea capaz. Por ello, nos colocamos una
soga o cuerda entre todos y caminamos juntos como ese signo
de querernos ayudar entre nosotros.
Novena estación: Jesús cae por
tercera vez
Catequista: Te adoramos, oh, Cristo, y te
bendecimos.
Todos: Que por tu Santa Cruz redimiste al
mundo.
Elemento – símbolo: se quita la soga de la
estación anterior y se unen las manos.
Catequista: Te estás acercando al monte Cal-
vario. Y una vez más caes bajo el peso de la
cruz. La cumbre de esa colina significa el final
de tu vida humana, pero es también el lugar en el que vas a
salvar a la humanidad cumpliendo la voluntad de tu Padre. So-
breponiéndote a la debilidad que ha llenado tu cuerpo, la vista de
esa montaña te da las fuerzas que necesitas para levantarte una
vez más y seguir tu camino. Te levantas. Tomas tu Cruz. Sigues.
Niño (a): En nuestra penas y desalientos Cristo nos dice que se
las encomendemos a Él y Él nos animará: “Vengan a mí todos
los que están afligidos y agobiados y yo los aliviaré” (Mt 11,28).
“Estén prevenidos y oren para no caer en tentación, porque el
espíritu está dispuesto, pero la carne es débil” (Mt 26,41).
Todos:Jesús, yo te veo derribado hasta la tierra sufriendo por
nosotros. Perdónanos, Jesús, por las muchas veces que te he
ofendido. Levántanos por tu gran misericordia. Agradecemos, Se-
ñor, todo lo que sigues haciendo por nosotros.
Catequista: Señor Dios, estas tres caídas son toda una lección
para nosotros. Nos estás diciendo que no importa cuántas veces
podamos caer en desobediencia, en descuidos, en mentiras, en
engaños: lo que necesitamos cada vez es sabernos levantar. Y
si lo intentamos, Tú nos ayudarás. Y cuando trabajamos juntos,
podemos ser el que Tú quieres que seamos. Por ello, nos desa-
tamos de la soga y ya no nos volverá a unir el pecado, sino que
uniremos nuestras manos como signo de la ayuda para levantar-
nos y continuar con el camino que tú nos tienes trazado para
vivir en amor, libertad, justicia y fraternidad, reconstruyendo
con ello nuestro tejido que ha sido tan dañado por el pecado.
Décima estación: Jesús es
despojado de sus vestidos
Catequista: Te adoramos, oh, Cristo, y te
bendecimos.
Todos: Que por tu Santa Cruz redimiste al
mundo.
Elemento – símbolo: toallitas húmedas para
limpiarnos la cara.
Catequista: Los soldados te arrebatan el
manto que te habían puesto después de ha-
berte azotado en casa de Pilato. Las heridas se
te abren de nuevo y todo tu cuerpo está lleno
de sangre y heridas. Algunos entre la gente se burlan de ti y te
insultan. Te dicen que hagas un milagro y que entonces creerán
en ti. Poco saben lo que estás a punto de hacer: el mayor de los
milagros, la salvación de todo el mundo.
Niño (a): No fue fácil para Jesús, como hombre, aceptar su Pa-
sión y Muerte, también sintió angustia y dolor. En la Oración del
Huerto, cuando sudó sangre le pidió al Padre celestial que, de
ser posible, lo salvara de esos tormentos, sin embargo, se sometió
totalmente a su voluntad.
Todos:Jesús, te despojan de tus vestidos. Haz que nos despoje-
mos de todo lo que es malo, para poder seguirte generosamente.
Perdón, Señor, porque he pecado contra Ti.
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Catequista:Ante Jesús que es despojado de sus vestidos, ayú-
danos, Señor, a recordar siempre que mi cuerpo lo tengo que
conservar puro y limpio. Ayúdanos a superar las tentaciones de
este mundo y ser como tu Hijo. Ayúdanos a colaborar con Él, en
la salvación del mundo, siendo valientes para conservar puros
nuestros pensamientos, nuestras palabras y acciones. Usamos
una toallita húmeda para limpiarnos la cara y con ello simbolizar
que queremos conservarnos limpios de cuerpo y de alma, pues
Cristo ya ha pagado el precio de nuestro rescate.
Décima primera estación: Jesús es
clavado en la cruz.
Catequista: Te adoramos, oh, Cristo, y te
bendecimos.
Todos:Que por tu Santa Cruz redimiste al
mundo.
Elemento – símbolo: los tres clavos.  
Catequista: Estás ahora extendido sobre la
cruz y los soldados han empezado a clavarte
los gruesos clavos en tus manos y en tus pies,
atándote al madero. Todos se burlan de ti. Los
soldados se han jugado a los dados tus vestidos.
Todos parecen haberse vuelto locos. Tú no les has dado más que
amor y bondad, y todo lo que te ofrecen ahora son unos clavos
que traspasan tus manos y tus pies.
Niño (a): Yo no puedo hacer nada para defender a Jesús, pero
sí puedo hacer mucho por mis hermanos, por mis compañeros y
vecinos; en todos ellos cuando sufren vuelve a ser crucificado
Jesús. Nunca tendré deseos de venganza, siempre amaré a los
demás, pues así lo quiere Dios.
Todos:Jesús, te clavan en la cruz, por mí ¿cómo podemos quejar-
nos de tus mandatos que son para nosotros la salvación? Jesús,
queremos estar contigo en la cruz. Gracias, Padre, por darnos
a tan gran Redentor. Gracias Jesús por reconciliarnos con Dios.
Catequista: Señor Dios, el hombre parece a veces más un animal
que un ser humano. Nos hacemos daño unos a otros burlándonos
del color de la piel, o de los defectos en el modo de hablar, o
de los vestidos pobres; cosas que no tienen ninguna importancia.
Es así, que llevaré entre nuestras manos tres clavos, pidiéndote
que nunca seamos quien clave un clavo en el cuerpo de otros
con nuestros desprecios o nuestras injusticias. Reconstrúyenos,
Señor.
Duodécima estación: Jesús muere
en la cruz
Catequista:Te adoramos, oh, Cristo, y te
bendecimos.
Todos: Que por tu Santa Cruz redimiste al
mundo.
Elemento – símbolo: cinta para tapar la boca.
Catequista:Una vez clavado en la cruz, Je-
sús es elevado, para agonizar penosamente
y morir de asfixia e infarto a eso de las tres
de la tarde. Sus últimas palabras: “Padre, en tus
manos encomiendo mi espíritu”, hacen vibrar la
tierra, mientras la gente se llena de miedo y las cortinas del
templo se rasgan de arriba hacia abajo. ¡Ha muerto el Hijo de
Dios!
Niño (a): Jesús muere por nosotros porque es el Buen Pastor que
da la vida por defender a sus ovejas del lobo: “Yo soy el buen
pastor. El buen Pastor da su vida por las ovejas” (Jn 10,11). Jesús
vence a la muerte resucitando glorioso, al tercer día, para nunca
más morir.
Todos: Jesús has muerto en la Cruz, y nos enseñas el amor y el
perdón. Por tu Cruz y Resurrección nos has salvado, Señor.
Catequista:Jesús muere. Así cumple la voluntad del Padre eter-
no: darnos a todos la salvación y la vida eterna. La muerte de
Jesús es el camino de la Resurrección y es el camino que yo
debo recorrer: muerto al pecado para resucitar un día en el cie-
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lo. Por eso guardaremos silencio y taparemos nuestra boca con
una cinta, como signo de acompañar a Jesús en estos momentos
en silencio.
Décima tercera estación: La Virgen
María recibe el Cuerpo de su Hijo
Catequista: Te adoramos, oh, Cristo, y te
bendecimos.
Todos: Que por tu Santa Cruz redimiste al
mundo.
Elemento – símbolo: poner las manos abier-
tas.
Catequista: Con qué brutalidad te clavaron en
la cruz, y con qué delicadeza te bajan ahora de
la misma. Te colocan en los brazos de tu Madre
y te limpian de toda tu sangre y suciedad. Te tratan con todo
cariño. Parece que siempre nos sentimos más amables cuando
vemos la muerte, y nos volvemos más favorables a una persona
cuando ya ha muerto. Si aprendiéramos a decir esas cosas ama-
bles cuando las personas están vivas, y ser buenos los unos para
con los otros cuando vivimos: sería mucho más fácil vivir esa vida
nueva que Tú nos has enseñado.
Niño (a): Al ver a la Madre y cerca de ella al discípulo a quien él
amaba, Jesús le dijo: “Mujer, aquí tienes a tu hijo”. Luego dijo
al discípulo: “Aquí tienes a tu Madre”. Y desde aquel momento, el
discípulo la recibió en su casa” (Jn 19, 26-27).
Todos:Jesús, una espada de dolor atravesó el corazón de tu
Santísima Madre cuando fuiste puesto sin vida en sus brazos.
Ayúdame a ser hijo leal de María, mi Madre. Madre llena de
dolores, haz Tú que cuando expiremos, nuestras almas entregue-
mos por tus manos al Señor.
Catequista:Señor Jesús, cada uno de nosotros quizá viviremos
en esta tierra diez, veinte, sesenta o setenta años. Ayúdanos a
hacer felices a todos los que vivan a nuestro lado. Ayúdanos a
ser amables en nuestras palabras y en nuestras acciones para
con ellos, mientras viven. Si les ayudamos a ser felices, también
nosotros seremos felices.
Ponemos nuestras manos abiertas, como signo de que queremos
recibir la vida que Dios nos ofrece a través de la ofrenda de su
Hijo.
Décima cuarta estación: Jesús es
sepultado
Catequista: Te adoramos, oh, Cristo, y te
bendecimos.
Todos: Que por tu Santa Cruz redimiste
al mundo.
Elemento – símbolo: sacar la piedra de
dentro del zapato.  
Catequista: Eres colocado en tu sepulcro.
Echan a rodar la gran piedra en la entrada y
allí quedas tú, en tu tumba. Pero yo sé que en
tres días Tú vas a resucitar. Y vas a dar un nuevo sentido a la
vida, y nos vas a enseñar un nuevo modo de vivirla. Resucitarás
de entre los muertos y así la muerte habrá perdido su poder
sobre la humanidad y nuestros miedos serán superados, porque
Tú has demostrado que eres el Hijo de Dios.
Niño (a): Participamos en la Muerte y Resurrección de Jesucris-
to, apartándonos del pecado y viviendo en gracia para poder un
día resucitar con Él. Para fomentar más mi fe de cristiano debo
creer en la Resurrección y practicar la vida que Jesús nos puso
como ejemplo en sus obras y palabras.
Todos:Jesús, tus enemigos creen que han triunfado al sellar tu
tumba. Pero tu triunfo eterno comenzó la mañana de Pascua.
Ayúdame, Jesús, a confiar en la Resurrección de mi alma. Si
morimos contigo, creemos que resucitaremos contigo. Tú eres
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nuestra salvación y nuestra gloria para siempre.
Catequista:Pienso en mi Bautismo, que es una muerte al pe-
cado. He sido sepultado con Cristo, para resucitar a una nueva
vida con Él. Las molestas piedras que hemos traído en el reco-
rrido del Calvario ahora nos las vamos a sacar de adentro del
zapato y las vamos a juntar en un solo lugar, como signo de que
queremos sepultar nuestro pecado y resucitar junto con Cristo.
Décimo quinta estación: Jesús
resucita al tercer día entre los
muertos
Catequista: Te adoramos, oh, Cristo, y te
bendecimos.
Todos: Que por tu Santa Cruz redimiste
al mundo.
Catequista: Y cumpliendo su promesa, Je-
sús resucitó de entre los muertos al tercer
día ¡Qué alegría más grande! Está vivo, vive
eternamente y su reino no tendrá fin. Hemos
sido salvados por el amor más grande del mundo. ¡Es momento
de celebrar su gloria y sentirnos sus hermanos, su familia, los
hijos de Dios!
Niño (a) ¡Qué alegría poder sentirlo muy cerca de nosotros,
porque verdaderamente ha Resucitado! La Resurrección de Je-
sús es el fundamento de nuestra esperanza en una vida eter-
na. Porque Jesús resucitó de entre los muertos, sabemos que
nosotros también resucitaremos. Jesús nos dio la certeza de
que la muerte no tiene ningún poder sobre nosotros. En su
Resurrección, él venció a la muerte. Y, porque él vive, nosotros
también viviremos.
Todos:Que la alegría de tu Resurrección nos acompañe siempre
Señor. Que, a pesar de las dificultades, siempre llevemos en el
corazón la certeza de un final lleno de la gloria de tu amor.
Catequista:Como la oscuridad de la noche queda vencida por el
resplandor de la aurora, así ha sucedido en ti el milagro de la
Nueva Vida. Al acercarse el brillo del sol, otra Luz llena de ale-
gría a todos: la tumba está vacía y el Dios-Hombre se ha alzado
de la muerte y camina de nuevo en esta tierra. El sufrimiento,
la dureza, las torturas de su vida han quedado sepultadas en
la gloria de su resurrección. Cristo ha resucitado y el mundo
entero, lleno de esperanza grita: ¡Aleluya!
Oremos: Señor Dios, ojalá se me ocurriera más veces detener-
me y mirar a mi propia vida. Yo, por el Bautismo, estoy unido a
Cristo. Mi vida, según tus planes, es un reflejo de su vida. Tam-
bién yo puedo superar todo eso porque esa es mi herencia como
cristiano: levantarme, renovarme, ser cada vez
más perfecto, y gritar con todos los que tienen
esperanza mi gozoso ¡Aleluya, aleluya, aleluya!
Canto: Jesús Resucito canto animación católica.
1.- Cita generadora
Padre en tus manos encomiendo mi Espíritu
2.- Fruto:
Celebrar, conmemorar y hacer actual el sacrificio de Cristo que
ha dado paso a nuestra redención, fortaleciendo la esperanza.
3.- Pregunta generadora
¿La cruz es signo de amor, de esperanza y fuente de salvación?
O ¿la cruz es símbolo de pecado, dolor y sufrimiento?
Reflexión II.
Tema: FORTALEZCO MI ESPERANZA CUANDO
ABRAZO LA CRUZ, FUENTE DE MI SALVACIÓN
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4.- Notas pedagógicas
Recalcar en los niños que estamos invitados a celebrar, conmemo-
rar y hacer actual aquel Sacrificio de Cristo, que ha dado paso
a nuestra redención, a través de su Pasión y Muerte en la Cruz.
Por ello la Cruz más allá de ser signo en el que Jesús asume
los pecados, el dolor y sufrimiento de la humanidad, es también
signo de amor y faro capaz de orientar nuestra vida desde Cristo
Redentor.
5.- Materiales:
• Altar
• Biblia
• Vela o cirio
• Una Cruz grande de preferencia sin Cristo
• Reproductor de música
6.- Bienvenida y ubicación:
Sean todos bienvenidos a nuestro encuentro con Jesús, los
invito a fortalecer su fe y su esperanza contemplando el misterio
de la Cruz del Señor, abrazando la Cruz como fuente de nuestra
salvación, para descubrir que en este tiempo complejo que vivimos
como sociedad y tan valioso como son los cuatrocientos años de
milagros a través de la intercesión de Nuestra Madre Santísima
de San Juan, nuestra vocación esencial es vivir, testimoniar y
anunciar que Jesús es la luz y esperanza del mundo.
7.- Entramos en oración
Señor, como Tú, yo quiero ser fuego que purifica,
luz que ilumina en medio de la oscuridad,
palabra que consuela en medio del sufrimiento.
Tú eres un Dios glorioso, lleno de vida y de esperanzas.
Viniste al mundo para acompañarnos
y realizar un sacrificio perfecto de Amor
y romper así todas nuestras ataduras.
Rey mío, Dios mío. Tú nos has salvado con tu sangre
y preferiste la muerte en la Cruz antes que renunciar al amor.
Bendito y alabado seas, por tu poder
derramado sobre toda la humanidad. Amén
8.- Experiencia previa
Nuestra vida siempre está marcada de búsquedas; di-
versos son los caminos que emprendemos para alcanzar aquello
que nos hace bien o nos hace sentir plenos de felicidad; pero
muchos de estos caminos son difíciles, Jesús emprendió el más
difícil de todos, entregar su vida por nuestra salvación,
9.- Conozco más:
Catequista: Vamos a escuchar con mucho detenimiento lo que
Dios nos quiere decir a través de su Palabra y al finalizar rea-
lizamos la siguiente actividad.
(Si gustan pueden ir leyendo por párrafos y a la vez ir con-
testando cada una de las preguntas del crucigrama o como el
catequista lo crea conveniente)
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
(23, 26-56)
“Cuando llevaban (a Jesús) para crucificarlo, detu-
vieron a un tal Simón de Cirene, que venía del campo, y
le cargaron la cruz para que la llevara detrás de Jesús.
Lo seguía una gran multitud del pueblo y de mujeres, que
se golpeaban el pecho y se lamentaban por él. Jesús se
dirigió a ellas y les dijo: Mujeres de Jerusalén, no lloren
por mí; lloren más bien por ustedes y por sus hijos. Por-
que vendrán días en que se dirá: Dichosas las estériles, los
vientres que no engendraron y los pechos que no amaman-
taron. Entonces de pondrán a decir a las montañas: «Cai-
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3
gan sobre nosotras» y a las colinas: «¡Aplástennos!»
porque si esto hacen con el leño verde, ¿qué harán con
el seco?
Llevaban también con él a otros dos malhecho-
res para ejecutarlos. Cuando llegaron al lugar llamado
La Calavera, crucificaron allí a Jesús y también a los
malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.
Jesús decía: Padre, perdónales, porque no saben lo que
hacen. Después sortearon su ropa y se la repartieron.
El pueblo estaba allí mirando. Las autoridades, por su
parte, se burlaban de Jesús y comentaban: A otros ha
salvado, ¡que se salve a sí mismo, si es el Mesías de
Dios, el elegido!
También los soldados se burlaban. Se acercaban
a él para darle vinagre y decían: Si tú eres el rey de
los judíos, sálvate a ti mismo.
Habían puesto sobre su cabeza una inscripción,
que decía: «Ese es el rey de los judíos». Uno de los
malhechores crucificados lo insultaba diciendo: ¿No
eres tú el Mesías? Pues sálvate a ti mismo y a noso-
tros.
Pero el otro intervino para reprenderlo, diciendo:
¿Ni siquiera temes a Dios tú, que estás en el mismo
suplicio? Lo nuestro es justo, pero estamos recibiendo
lo que merecen nuestros actos, pero éste no ha hecho
nada malo. Y añadió: Jesús, acuérdate de mí cuando
vengas como rey. Jesús le dijo: Te aseguro que hoy
estarás conmigo en el paraíso.
Hacia el mediodía las tinieblas cubrieron toda la
región hasta las tres de la tarde. El sol se oscureció,
y el velo del templo se rasgó por la mitad. Entonces
Jesús lanzó un grito y dijo: Padre, en tus manos en-
comiendo mi espíritu. Y dicho esto, expiró. El oficial
romano, viendo lo sucedido, alababa a Dios diciendo: Verda-
deramente este hombre era justo. Y toda la gente que había
acudido al espectáculo, después de ver lo sucedido, regre-
saba golpeándose el pecho. Todos los que conocían a Jesús,
y también las mujeres que lo había seguido desde Galilea,
estaban allí presenciando todo esto desde lejos.
Había un hombre llamado José, que era bueno y justo.
Era miembro del Consejo de Ancianos, pero no había apro-
bado la decisión y el proceder de los judíos. Era natural de
Arimatea, ciudad de Judea, y esperaba el reino de Dios.
Este José se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús.
Después de bajarlo, lo envolvió en una sábana y lo puso en
un sepulcro excavado en la roca, donde nadie había sido
sepultado todavía. Era el día de la preparación de la pascua
y estaba comenzando el sábado.
Las mujeres que habían acompañado a Jesús desde
Galilea lo iban observando todo de cerca y se fijaron en el
sepulcro y en el modo en que habían colocado el cadáver.
Luego regresaron y prepararon aromas y ungüentos. Y el
sábado descansaron, según el precepto”.
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10.- Comprendo más:
De la carta a los hebreos (4,14-16; 5, 7-9)
Hoy la cruz parece que está desapareciendo de nuestras
casas y hasta del corazón de muchas personas a quienes les
molesta contemplar a un hombre clavado en la cruz.
Unos afirman que es un símbolo maldito; otros que no
hubo tal cruz, sino que era un palo; para muchos el Cristo de la
Cruz es un Cristo impotente, fracasado. La Cruz es símbolo de
humillación, derrota y muerte para todos aquellos que ignoran
el poder de Cristo para cambiar la humillación en exaltación, la
derrota en victoria, la muerte en vida y la cruz en camino hacia
la luz.
Jesús, sabiendo el rechazo que iba a producir la predi-
cación de la Cruz, “comenzó a manifestar a sus discípulos que
Él debía ir a Jerusalén y sufrir mucho… ser matado y resucitar
al tercer día. Pedro le tomó aparte y se puso a reprenderle:
“¡Dios no lo quiera, Señor; no te ocurrirá eso!”. Pero Jesús,
dirigiéndose a Pedro le dijo: ¡huye hacia atrás de mí, Satanás!
Eres para mí un obstáculo, porque no piensas como Dios, sino
como los hombres” (Mt 16, 22-23).
Pedro ignoraba muchas cosas y por eso quiso apartar a
Jesús del camino que lleva a la cruz, pero él les enseña que el
que se opone a la cruz se pone del lado de Satanás. Dios por
el contrario recompensa al que es humilde y obediente y así
transformó la cruz en victoria, ensalzando y dándole a Jesús
un “nombre que está sobre todo nombre” (Flp 2, 8-9)
Algunas personas para confundirnos nos pueden llegar
a decir ¿adorarías el cuchillo con que mataron a tu padre?
¡Por supuesto que no! Pero Dios tiene el poder de convertir
un símbolo de derrota en trofeo de victoria. No fue la Cruz la
que mató a Jesús sino nuestros pecados; la Cruz es signo de
nuestra salvación y nos devuelve la paz.
La historia de Jesús no termina en la muerte. Cuando
recordamos la Cruz de Cristo, nuestra fe y esperanza se cen-
tran en el resucitado. Por eso para San Pablo la cruz es motivo
de gloria (Gá 6, 14)
La cruz, con sus dos maderos, nos enseña quiénes somos
y cuál es nuestra dignidad: el madero horizontal nos muestra
el sentido de nuestro caminar, al que Jesucristo se ha unido
haciéndose igual a nosotros en todo, excepto en el pecado. El
madero que soportó los brazos abiertos del Señor nos enseña a
amar a nuestros hermanos como a nosotros mismos. Y el madero
vertical nos enseña cuál es nuestro destino eterno. No estamos
destinados para este mundo, sino que caminamos hacia la vida
eterna. La Cruz nos enseña cuál es nuestra real identidad.
11.- Celebro mi fe
Se prepara en un lugar alto una cruz, simulando el Monte
Calvario, pero en el momento que sea besada por los niños se
baja y se pone al alcance de los niños.
Cada viernes santo, miramos tu Cruz levantada en lo alto
del monte. En silencio adoramos tu ofrenda al Padre. Tus brazos
extendidos abrazando a todos (as). Tu cabeza inclinada, aban-
donada en las manos del Padre. Tu rostro del Siervo sufriente
ha quedado desfigurado. Tu costado abierto ha regado la tierra
con sangre y agua. Lo has dado todo y te has quedado abierto,
pobre y pequeño. Nos amas sin lógica, sin medida, sin pedir nada
a cambio. Nos amas porque lo tuyo es amor fiel y sin límites.
Al adorar la Cruz de Cristo también nos acercamos a los cruci-
ficados de la humanidad.
Se preparan unos carteles o imágenes donde se presenten
las diferentes realidades y necesidades de la comunidad:
Traemos ante ti, Jesús crucificado:
1) Los relatos de los pobres, que desde la cruz del sufrimiento
cotidiano anhelan vivir en medio de grandes dificultades.
2) Las imágenes de las víctimas, hombres y mujeres asustados
y desprotegidas. Infinidad de rostros de niños atrapados en las
redes de la esclavitud y de la violencia.
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3) Las noticias de los sin voz, multitud de gente huyendo de la guerra y la violencia. Las cifras de los condenados a muerte por
el hambre, las drogas. Los campos de refugiados, las cárceles, los hospitales… y tantos lugares y situaciones de desamor, donde mila-
grosamente brotan semillas de vida, de ayuda gratuita.
Coloca al lado de Jesús alguna
necesidad o realidad por la que
quieras pedir y que forman parte
de los crucificados de hoy.
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En este día el Señor nos dice “vamos, y emprendamos
juntos el camino”. Y nosotros queremos acompañarlo, aunque
sabemos que el camino nos lleva a la cruz.
Dispongamos el corazón para adorar la Cruz del Señor,
a besarla como un gesto del amor de reconocimiento de su
sacrificio por nosotros. Los invitamos a que cada vez que se
acerquen a besar la Cruz puedan hacer una pequeña oración o
acción de gracias mientras la toman entre sus manos.
Oración de Jesús en la Cruz
En este día, Cristo del Calvario,
vine a rogarte por mi carne enferma;
pero, al verte, mis ojos van y vienen
de tu cuerpo a mi cuerpo con vergüenza.
¿Cómo quejarme de mis pies cansados,
cuando veo los tuyos destrozados?
¿Cómo mostrarte mis manos vacías,
cuando las tuyas están llenas de heridas?
¿Cómo explicarte a ti mi soledad,
cuando en la cruz alzado y solo estás?
¿Cómo explicarte que no tengo amor,
cuando tienes rasgado el corazón?
Ahora ya no me acuerdo de nada,
huyeron de mí todas mis dolencias.
El impulso del ruego que traía
se me ahoga en la boca que suplica sin descanso.
Y solo pido no pedirte nada, estar aquí,
junto a tu imagen muerta,
ir aprendiendo que el dolor es solo
la llave santa de tu santa puerta.
Amén.
(Diego Velázquez y Gabriel Mistral
Adoración a la Cruz
Disponer la Cruz para que los niños la besen o la toquen
si prefieren.
https:/
/youtu.be/Edo-aLuOL5o
Atenas – Al contemplarte en la Cruz
Siendo Dios, fuiste tan humilde
Hombre Tú te hiciste, traicionado y rechazado.
Siendo Dios, tomaste mi lugar
cargaste en tus hombros mis heridas y pecados.
Fue por mí, te entregaste
Para darme vida nueva y rescatarme
Al contemplarte en la Cruz,
al contemplar tanto amor,
no puedo más que adorarte,
mi vida entregarte.
Al contemplarte en la Cruz,
al contemplar tanto amor,
no puedo más que adorarte,
mi vida entregarte
Jesús… Jesús
Siendo Dios, tomaste mi lugar,
cargaste en tus hombros mis heridas y pecados
Fue por mí, te entregaste,
para darme vida nueva y rescatarme.
Al contemplarte en la Cruz,
al contemplar tanto amor
no puedo más que adorarte
mi vida entregarte.
Al contemplarte en la Cruz
al contemplar tanto amor
no puedo más que adorarte
mi vida entregarte
Jesús.. Jesús
Al contemplarte en la Cruz
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al contemplar tanto amor
no puedo más que adorarte
mi vida entregarte.
Al contemplarte en la Cruz
al contemplar tanto amor
no puedo más que adorarte
mi vida entregarte
Jesús… Jesús
https:/
/youtu.be/xlOGfuTRWi4
Sinaí - Cristo y su Cruz
CRISTO Y SU CRUZ,
LA SALVACIÓN, TRIUNFAREE - MOS.
Nuestra gloria es la Cruz del Señor
de quien viene nuestra salvación.
Él es Vida y es Resurrección.
“El que quiera venir tras de mí
que se niegue y renuncie a su “yo”
Y me siga abrazado a su Cruz”.
Como el grano en el surco murió
y la espiga es el fruto al segar,
fructifica tu muerte en la cruz.
https:/
/youtu.be/uEM1TdbV1bw
Hermana Martha Isabel
En la cruz, tú te entregaste por mí
en la cruz abriste tu corazón
Oh Jesús
y ahora vivo gracias a ti.
En la cruz quisiera permanecer junto a ti
entrar en tu corazón y ser fiel
En los momentos de oscuridad,
quiero estar contigo aunque todo sea gris
quiero estar contigo firme y no desistir
tomar la cruz y caminar contigo señor
En la cruz es tan difícil poder comprender
Pero tu amor me sostiene en pie
Y aunque te falle tu siempre eres fiel
Igual que tu hoy me dispongo a abrazar mi propia cruz
Esa que bien tú conoces señor
Y que me une a tu pasión
Cuenta conmigo que aquí estoy señor
Cuenta conmigo, con lo poco que soy
Y si mis manos te sirven señor, tuyas son
Tuyas son. Tuyas son.
12.- Transformo mi realidad
La invitación es a seguir contemplando la grandeza del misterio
de un amor que se entrega hasta las últimas consecuencias. Nos
retiramos en silencio y, como María, permanecemos atentos y
vigilantes a la espera de la Resurrección del Señor.
13.- Asimilo
La Cruz en fuente de amor y de esperanza
14.- Frase
Todo está cumplido
15.- Valor o actitud A
mor, Esperanza, Adoración
16.- Acción concreta
Hacer un acto de amor a una persona necesitada y que nuestra
platica siempre sea un reflejo de la esperanza que tenemos.
39
Reflexión III.
Tema: FORTALEZCO MI ESPERANZA CUANDO
ESCUCHO LA VOZ DE MI SALVADOR (SIETE PA-
LABRAS)
1.- Cita generadora:
“- Todo está cumplido. E inclinando la cabeza, entregó el espíri-
tu”.  (Jn 19,30b)
2.- Fruto:
Que las palabras de Jesús fortalezcan mi esperanza y las aplique
en los momentos más importantes de mi vida
3.- Pregunta generadora:
¿Cuáles fueron las últimas palabras de Jesús?
4.- Notas pedagógicas:
Hacer hincapié en la falta o pecado, pero sobre todo en la Reden-
ción, en el perdón de nuestros pecados por medio de la Muerte
en la Cruz.
Las frases de Jesús son enseñanza que nos dejó para ponerlas
en práctica.
La entrega voluntaria de Jesús es un acto de amor y esperanza
para nosotros
5.- Materiales:
• Crucifijo
• Reproductor de música
6.- Bienvenida y ubicación:
Hola niños y adolescentes valoro mucho su presencia en
este encuentro con Jesús, el día de hoy vamos a reflexionar so-
bre las siete palabras (frases) de Jesús, las últimas que él pro-
nunció antes de morir en la cruz, estas palabras deben ser sig-
nificativas para nosotros, ya que Jesús fue condenado a muerte
a pesar de su inocencia. Aquellas palabras, pronunciadas desde
la cátedra de la Cruz, son su definitiva lección magistral, en
ellas se decía a sí mismo, se explicaba a sí mismo, recogía lo más
grande de su doctrina, lo más rico de su experiencia y lo más
importante de su testamento y nos las dejó para que nosotros
también las apliquemos en nuestra vida.
7.- Entramos en oración:
Señor Jesús queremos agradecer en este día los méritos de tu
muerte y la enseñanza que nos diste al pronunciar las 7 pala-
bras
Escuchar el canto
https:/
/youtu.be/yCSpbz2E13U  
Saliendo del pretorio, Marcela de la Garza
8.- Experiencia previa
Jesús había distribuido por los caminos de Galilea y en
los atrios del Templo los dones que había recibido. El don de su
palabra y el don de su Cuerpo y de su Sangre. Pero su tesoro
era inagotable. Desde lo alto de la Cruz tenía aún que entre-
gar a los hombres y mujeres de todos los tiempos y lugares
siete dones como siete estrellas: el don del perdón gratuito y
el del paraíso recobrado; el don de la madre para los hermanos
dispersados por el miedo y el de la confianza en el Padre bien
amado; el don de la sed de los comienzos y el de la esperanza
ya cumplida, el don finalmente de su propia entrega, tan libre y
voluntaria, tan sentida y generosa.
9.- Conozco más:
Las siete palabras que nuestro Señor pronunció en la
Cruz son palabras que hablan de sufrimiento: del sufrimiento de
Dios y del hombre.
40
Si deseamos descubrir el significado del cristianismo, te-
nemos que comprender el concepto del sufrimiento, el sufrimien-
to tiene que ver tanto con el problema, como con la solución de
las dificultades del mundo.
El sufrimiento humano es evidencia del desorden que exis-
te en el mundo, la consecuencia por la separación que el pecado
ha producido entre el hombre y Dios. El sufrimiento de Cristo
es el resultado de la desobediencia del hombre, pues el orden y
las relaciones solo se restablecen cuando alguien está dispuesto
a pagar el precio requerido. Para eso vino Cristo al mundo: para
vivir, sufrir, morir y resucitar por toda la humanidad, a fin de
salvarla.
La salvación del hombre, entonces, se logra por medio del
sufrimiento. La vida del cristiano, a su vez, es el sufrimiento a
favor de otros. Sin el sufrimiento, el mal no puede ser afrontado
ni conquistado. Las siete palabras nos proclaman no solo que por
medio del sufrimiento puede haber comunión entre Dios y el
hombre, sino también entre el hombre y el hombre. Las siete pa-
labras de sufrimiento presentan el Evangelio cristiano con todas
sus implicaciones.
10.- Comprendo más
Hoy conoceremos y meditaremos las siete palabras que
dijo Jesús en la Cruz antes de morir
Jesús al decir estas palabras se encontraba clavado en la
Cruz y para poder respirar y hablar tenía que hacer un esfuerzo
muy grande debido a la postura en que se encontraba.
¿Sabes cuáles fueron esas siete palabras (frases) que pronun-
ció Jesús antes de morir?
PRIMERA PALABRA: “Padre perdónalos porque no saben lo
que hacen”
Niños, Jesús nos dejó esta gran enseñanza con esas palabras
porque Jesús pidió perdón por quienes lo habían acusado. Jesús
dice que debemos perdonar a los que sintamos que son nuestros
enemigos. Y no porque ellos se lo merezcan, sino porque nuestra
alma merece estar en paz.
SEGUNDA PALABRA: “Yo te aseguro que hoy estarás conmi-
go en el paraíso”
Dimas el buen ladrón, en la Cruz reconoció a Jesús como rey,
y Jesús lo recompensó prometiéndole que ese mismo día estaría
con él en el paraíso, por eso nosotros niños debemos reconocer
a nuestro amigo Jesús como Rey, no solo con nuestras palabras,
sino con las acciones de nuestra vida.
TERCERA PALABRA: “Mujer: ahí tienes a tu hijo. Hijo ahí tie-
nes a tu madre”
Niños en este momento Jesús, nuestro amigo proclama a la Vir-
gen María como madre de todos nosotros. María nuestra madre
nos ama y siempre nos está cuidando. Aprendamos a orar más
con la Virgen María y a tenerla más en cuenta en nuestra vida.
CUARTA PALABRA: “Dios mío, Dios mío ¿Por qué me has aban-
donado?
Esta es una oración, un salmo donde el Hijo habla con el Padre,
en estas palabras nos hace pensar en el pecado de los hombres.
Por nuestra causa Jesús hasta se sintió lejos del amor de su pa-
dre Dios. Todo eso fue por amor a nosotros…. Finalmente triunfó
el amor, y Jesús al resucitar se da cuenta de que su Padre nunca
lo abandonó. Nosotros debemos luchar con Jesús en nuestra vida
diaria, y morir al pecado, para que también el Padre nos resucite
para la vida eterna.
QUINTA PALABRA: “Tengo sed”
En esta palabra que pronunció Jesús se refería a que tenía sed
de las almas de los hombres, porque él era el pastor de las ove-
jas y ahora se quedaba sólo y sin sus ovejas. Pero él veía que
muchos hombres despreciaban su amor y eso le dolía a Jesús en
su corazón por lo cual tenía sed del amor de los hombres. Que
nosotros siempre sepamos ser sus amigos.
41
SEXTA PALABRA: “Todo está consumado”
Jesús dijo que ya había cumplido todo lo que su Padre le había
encomendado, y por amor nos dio su vida por nosotros, obede-
ciendo la voluntad de Él. Nosotros también como Jesús debemos
cumplir lo que nuestro Padre Dios quiere de nosotros dejando la
flojera, el orgullo, la envidia y cumpliendo su voluntad,
SÉPTIMA PALABRA: “Padre en tus manos encomiendo mi
espíritu”
Jesús muere con serenidad y paz en las manos de su Padre
Dios.  Por lo cual estas palabras nos hacen pensar que debemos
cuidar nuestra alma y no solo nuestro cuerpo. Niños y Jóvenes
estas fueron las palabras que pronunció Jesús el día de su
muerte cuando se entregó  para la salvación de nuestras almas.
11.- Celebro mi fe
Coro 1
Jesús, nuestro pecado causó tu sufrimiento, pero, tú perdonaste
todos nuestros pecados. Perdónanos por el dolor que te hemos
causado a ti y a los demás. Mediante tu cruz, muéstranos con-
tinuamente la naturaleza de nuestro pecado y la profundidad de
tu perdón.
Coro 2
  Perdónanos por no saber lo que hacemos, pero ayúdanos a
hacer lo que tú haces, perdonando a otros por amor a Ti, quien
con el Padre y el Espíritu Santo eres un solo Dios por los siglos
de los siglos
PRIMERA PALABRA: “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen”
SEGUNDA PALABRA: “Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso”
Coro 1
Jesús, te alabamos porque por tu cruz pusiste fin al sufrimiento.
Y te damos gracias porque por tu sufrimiento has traído salva-
ción a toda la humanidad. Por medio de tu obra renueva nuestra
vida,
Coro 2
y enséñanos a conocer algo de tu experiencia para obtener la
victoria. Concédenos tu comunión, para al final compartir conti-
go el paraíso por la eternidad, tú que con el Padre y el Espíritu
Santo eres Dios por los siglos.   
TERCERA PALABRA: “Mujer ahí tienes a tu hijo. Hijo ahí tienes a tu madre”
Coro 1
Jesús, tú no nos has dejado solos con nuestros sufrimientos, los
has usado como el medio para establecer comunión con nosotros.  
Gracias por darnos a tu mamá como mamá nuestra,
Coro 2
Fortalécenos para que podamos amarla como tú la amas y hon-
rarla por estos cuatrocientos años de milagros en nuestra dió-
cesis, y servirte a ti, que con el Padre y el Espíritu Santo eres
Dios, por los siglos de los siglos.
42
CUARTA PALABRA: “Dios mío, Dios mío ¿Por qué me has abandonado?
Coro 1
Jesucristo, te sentiste desamparado, en la cruz.  Jesús, sea todo
honor y gloria por el desamparo que padeciste por nosotros.
Consérvanos en la seguridad de que jamás seremos desampara-
dos o destruidos.
Coro 2
Ayúdanos a seguir creyendo y confiando en ti. Haz que te in-
voquemos en cualquier angustia de la vida, y líbranos para que
siempre vivamos contigo, quien con el Padre y con el Espíritu
Santo eres Dios por los siglos de los siglos.
QUINTA PALABRA: “Tengo sed”
Coro 1
Jesús, sabemos que tu sed es de amor de los hombres, queremos
amarte como Tu nos amas y queremos llevar a otros niños a Ti.
Coro 2
Enséñanos a amarte para que siempre te demos honra a ti,
quien con el Padre y el Espíritu Santo eres Dios por los siglos
de los siglos.  
SEXTA PALABRA: “Todo está consumado”
Coro 1
Jesús, tú eres el autor y consumador de nuestra fe y de nuestra
vida y te adoramos por tu cruz y carácter decisivo. Tú has des-
truido el poder de lo malo y nos has librado de la muerte eterna.
Coro 2
Concédenos que nuestra vida se ajuste a tu voluntad, mediante
el poder de tu salvación, podamos vencer el pecado y por fin
participar de la victoria final y vivir eternamente contigo, quien
con el Padre y el Espíritu Santo eres Dios por los siglos de los
siglos.
SÉPTIMA PALABRA: “Padre en tus manos encomiendo mi espíritu”
Coro 1
Jesús, al encomendarte al Padre y al Espíritu Santo, el dador de
vida, has consagrado el último momento del creyente. Concede
que siempre tengamos nuestra vida en las manos de ese mismo
Padre y Espíritu para que, aunque perdamos todo, no nos perda-
mos a nosotros mismos.
Coro 2
Fortalécenos durante toda nuestra vida y en el momento de la
muerte para que, mediante   tu amor redentor, por fin seamos
trasladados a la plenitud de la resurrección. Te lo pedimos, oh,
Cristo, por tu infinito amor y tus propios méritos.
43
12.- Transformo mi realidad
Después de conocer, meditar y orar las siete palabras de
Jesús en la Cruz, podemos:
a. Prestarles acogida en nuestro corazón. Recordarlas y meditar-
las, en nuestra vida diaria.
b. Hacer nuestros aquellos sentimientos que embargaban a Jesús
en los últimos momentos de su vida mortal. Estamos llamados a
imitar a Jesús.
c. Luchar para que no se cometan más injusticias en el mundo en
el que vivimos. No podemos permitir que los justos sean injusta-
mente ajusticiados. Que las últimas palabras del Señor nos ayu-
den a recordar aquel pasado y a acordar entre todos un futuro
impregnado por aquellos sentimientos.
13.- Asimilo:
Jesús alienta nuestra esperanza en la salvación
14.- Frase:
Fortalezco mi esperanza cuando escucho la voz de mi salvador
15.- Valor o actitud:
Esperanza, Salvación
16.- Acción concreta:
meditar las palabras de Jesús y hacerlas vida.
- Se pide a los niños que el viernes santo se integren a parti-
cipar con toda la comunidad en el oficio propio del día (celebra-
ción litúrgica de la Muerte del Señor, viacrucis, siete palabras,
adoración de la Cruz).
- Se pondrán de acuerdo para ver cómo se organizó la marcha
del silencio y si pueden unirse iniciando desde sus centros de
catecismo a la parroquia.
Tarea:
Cada niño hace dos banderas blancas con mensaje de Resurrec-
ción una para su familia y la otra para regalar a un niño que no
haya asistido a Pascuas.
Por ejemplo “¡Aleluya, Cristo resucitó!” u otro.
Lema, lugar fecha y hora de la celebración.
Les pediremos que de preferencia vayan vestidos de blanco a la
celebración y todos deberán llevar una vela para participar con
toda la comunidad.
44
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PASCUA INFANTIL 2023 Catequista.pdf

  • 1.
  • 2. ELABORACIÓN Pbro. Héctor Medina Cortés Asesor de la Comisión Diocesana de Pastoral Profética Hna. María Margarita López López HCJC Coordinación del proyecto: Hna. Ma. de Jesús Vera Torres HCJC Gricelda Reyes Campos Verónica Romo Jiménez María Inmaculada Romo Jiménez Rosa María González González DISEÑO: Miguel Ángel Ramírez Hernández REVISIÓN GENERAL: Pbro. Francisco Escobar Mireles Catequesis Infantil Vocalía de Diócesis de San Juan de los Lagos
  • 3.
  • 4. Año del P rimer Milagro y de la Reconstrucción del Tejido Social
  • 5. 1 Introducción La fiesta de la Pascua (del griego paska, del hebreo pesaj "paso") es la mayor celebración del calendario litúrgico cristiano y conmemora la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, el evento central de la fe cristiana. Son los momen- tos más significativos del año y el momento litúrgico y pastoral más intenso en la Iglesia, del Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección. Durante la semana santa, se rememoran esos acontecimientos de Cristo. Celebramos el paso de Jesús de la muerte a la vida, salvándonos a costa de su propio sufrimiento. Cada año cambian sus fechas porque el Domingo de Resurrección coincide con el domingo que sigue a la primera luna llena de la primavera. Ya que la primera Pascua se remonta al año 1215 o 1513 antes de Cristo, cuando el pueblo judío emprendió su éxodo desde Egipto hacia la Tierra Prometida. Se celebraba cada año, como recordatorio de la liberación del pueblo hebreo. Domingo de Ramos: Celebra la gran entrada de Jesús a Jerusalén, donde sus seguidores le esperan con palmas y ramos para venerarlo como a un rey. Jueves Santo: Celebra la Última Cena, momento en el que Jesús vio por última vez a todos sus discípulos unidos, nos deja la Eucaristía y el Sacerdocio para hacer presente su Sacrificio en la comunión del pan y del vino convertidos en su Cuerpo y su Sangre. Viernes Santo: Recuerda la Pasión de Cristo. Día en que Jesús fue apresado y golpeado brutalmente hasta ser crucificado y morir entre burlas coronado de espinas. Sábado Santo: Hace referencia al sufrimiento de la Virgen María después de ver a su Hijo Jesús en el sepulcro. Día de pena y recogimiento que invita a la reflexión. Domingo de Resurrección: Es un día lleno de felicidad y alegría, en que celebramos que Jesús resucita de su sepultura y entrega su vida a sus fieles convirtiéndose en el salvador de la humanidad. En la Pascua de Resurrección celebramos la Resurrección de Cristo al tercer día de su crucifixión. Jesús se aparece como nuestro Salvador y nos abre las puertas al cielo. Es un momento de alegría tras la tristeza de los días de la traición y malos tratos que sufrió. Estas actividades para niños están pensadas para invitarlos a participar en experiencias comunitarias. Pueden rea- lizarse lunes, martes y miércoles santo. Su intención es preparar la participación de la comunidad en el Triduo Pascual y especialmente a la Vigilia Pascual, para vivir juntos la Resurrección del Señor. Queremos prepararlos en los siguientes aspectos: Espiritual: que vivan esos días en un ambiente de retiro espiritual. Comunitario: que caminen juntos como una sola Iglesia en salida para convocar a los que no participan y motivar a los que participan para que convoquen a otros. En actitud de conversión personal y comunitaria. Asumiendo la religiosidad popular de la comunidad, sus tradiciones y formas de vivir su fe. Que Dios nuestro Señor y la Virgen de San Juan bendigan todos nuestros esfuerzos por construir la Iglesia dioce- sana y nos acompañen en nuestro camino, para que algún día formemos un solo pueblo.
  • 6. 2 Canto – lema: Poder Ayudar (pablo Morales) Yo quiero tener un corazón muy grande grande como el mar (2) Y al que me necesite poder ayudar (4) Pues ayudar a los demás y pensar en los demás eso es la solidaridad. Es ayudar a los demás y pensar en los demás eso es la solidaridad. Yo quiero tener un corazón muy grande Grande como el de Jesús (2) grande para compartir. Y al que me necesite poder ayudar (4) Pues ayudar a los demás y pensar en los demás eso es la solidaridad. Es ayudar a los demás y pensar en los demás eso es la solidaridad. Y al que me necesite poder ayudar (4)
  • 7. 3
  • 8. 4 APERTURA Tema: CRISTO VIVE, Y CON SU AMOR PUEDO TRANSFORMAR MI COMUNIDAD Materiales: • Imágenes de Jesús y de la Virgen María • Gafetes de colores para cada niño • Bocina • Laptop o USB con los cantos sugeridos • Impresiones o figuras de fomi con herramientas para reconstruir • Carteles con los nombres de los equipos • Marcadores o stikers para registrar la participación y comportamiento de los • Instrumentos Musicales (panderos, matracas, cornetas, tambores, sonajas) para las porras • Hilaza o estambre • Pelota de plástico mediana Notas pedagógicas: • Antes de iniciar la Pascua los niños y niñas ya estarán acomo- dados por equipos de 10 a 15 integrantes (según el número de asistentes); cada equipo será nombrado con valores que nos pue- dan ayudan a construir buenas relaciones o tejido social (amor, respeto, paciencia, colaboración, valentía, perdón, entusiasmo, etc.). • Elaborar con fomi, cartón o algún otro material, herramientas con los valores que se proponen con anterioridad. • Ambientar el lugar con dibujos de herramientas, los valores y muy importante una imagen de la Virgen y de Jesús. • Se propone tener en cartulina una tabla con los nombres de los equipos para que, por día, se registre la participación y comportamiento de cada uno en el transcurso de la Pascua. Bienvenida: ¡Queridos niños y niñas! Con inmensa alegría estamos aquí para vivir juntos nues- tra Pascua Infantil. Antes de iniciar las actividades de este día, queremos invitar a alguien muy especial para nosotros los ca- tólicos, es quien nos acompaña al caminar, ¿saben quién es esa persona especial y que nos protege como verdadera Madre? Agradecemos a Dios por estar nuevamente reunidos, de- seamos acompañar a María a recorrer el camino de la Pascua. Celebramos su gozo y el nuestro. En ella se manifiesta la ter- nura entrañable de nuestro Padre Dios, se dibuja la humanidad nueva inaugurada por Jesús, y se estrena cada día el canto nuevo del Espíritu. María acoge el dolor y el gozo de nuestro mundo, alienta todas nuestras esperanzas. María nos hace fa- milia, nos abre su hogar. Por su maternidad, su historia es la nuestra, su camino el nuestro, su pascua la nuestra (se puede hacer una procesión con la imagen de la Virgen María). ¡Recibamos a nuestra hermosa Madre con cantos y po- rras! Sabemos y comprendemos que no ha sido tan sencillo recuperar el ritmo de actividades que teníamos antes de la pandemia, nos estamos enfrentando a una nueva realidad, en la cual se nos invita a transformar y reconstruir el Reino de Dios en esta tierra con justicia, caridad, servicio, etc., por ello, en estos días tendremos un encuentro verdadero con Jesús para aprender de Él sus cualidades y ponerlas al servicio de los demás y sobre todo tener presente que como Cordero inmolado de Dios redime a su pueblo y salva a todo aquel que crea en Él. Recibamos con alegría y un fuerte aplauso a Jesús, al tiempo que aplaudimos pidámosle que nos tome de su mano amorosa y nos lleve por caminos donde ayudaremos a los que lo necesitan (entra o se descubre la imagen de Jesús)
  • 9. 5 Después de haber recibido con alegría a Jesús y nuestra Madre María, los invito a ponernos en las manos de Dios para encomendar todas las actividades que realicemos estos tres días, pedir por nuestra familia y por nosotros para que, com- prendamos el mensaje que Dios nos desea transmitir a través de los y las catequistas; nos ponemos de pie... En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo... Amado Dios; Sé que sin ti yo me extraviaría y por eso hoy rezo esta plegaria en tu nombre. Te pido que me des fuerza y fe a toda hora y que me acompañes durante todo el día, para estar siempre bajo tu túnica protectora. Hazme un niño feliz, alegre y cariñoso que pueda aprender los designios de tu palabra. Aleja el mal de mi presencia, y haz que el amor renazca en mi interior, para que pueda yo amar a mis padres como es debido. Te pido que escuches mis plegarias, de todo corazón. Amén. Después de pedir por nuestros papás y por nosotros, les pido que por equipos formen un círculo y su catequista les en- tregará un rectángulo de color para que hagan su gafete y lo traigan puesto durante los días que estaremos viviendo nuestra Pascua Infantil. (Mientras los niños realizan esta actividad se sugiere ponerles música de alabanzas, darles 10 o 15 minutos según el número de asistentes y equipos). Con el gafete todos con respeto nos llamaremos por nuestro nombre. Actividad: Dinámica de presentación la telaraña Esta actividad consiste en formar un círculo para irnos pasando un ovillo de hilaza o estambre, al tiempo que nos pre- sentamos, y decimos cosas que nos gusten. Al compañero que se le lance la hilaza o estambre dirá él su nombre de su compañero y una cosa que le guste hacer. Luego, él lanza la hilaza a otro compañero y así sucesivamen- te. Cuando todos los equipos hayan formado su telaraña, el catequista que está dirigiendo la actividad explicará a los niños y niñas lo importante que somos dentro de la sociedad para reconstruir el Reino de Dios, pues se necesita de todos los que habitamos la tierra, sin excepción de ningún ser humano. ¿Cómo podemos construir el Reino de Dios en la tierra? El Reino de Dios se construye desde el Amor, que se manifiesta en la capacidad que tiene el hombre de perdonar, de reconciliarse y de tolerar, respetando y reconociendo la di- versidad, para poder convivir en paz y armonía (los valores los podemos representar con una pelota pequeña encima de la te- laraña). ¿Cómo se manifiesta el Reino de Dios en la actualidad? Y como entendemos que Dios es el Creador de todas las cosas, su reino se extiende por todo el mundo. Esto manifiesta que el reino de Dios está dondequiera que Dios reina, y dado que Él reina en todas partes, el reino de Dios está en todas partes. ¿Cómo puedo colaborar con Dios en la construcción de su Reino? ¿Podemos construir el Reino de Dios en la tierra? ¿Cómo? Amando al prójimo como a nosotros mismos. Aplicando los valores morales y cristianos (perdón, caridad, to- lerancia, empatía, alegría, justicia, verdad, paz, armonía, etc.) Creer y tener fe solamente en Dios. Ayudar a los más necesitados.
  • 10. 6 Comprender que el mundo es de todos y por ende debemos vivir en armonía, sobre todo, en tolerancia. (Se le pide a uno o dos niños por equipo que suelten su hilo para que la telaraña se desbarate) Nos hemos dado cuenta que si alguno de nosotros suelta el hilo de la telaraña, ésta se desbarata, deja caer la pelota y ya no hace su función; por eso TODOS somos importantes en la Reconstrucción del Reino y es necesario sostenerla en la oración constante, participar de la Eucaristía, cumplir los mandamientos y tantas acciones más que nos pueden ayudar a cumplir la mi- sión en la que Dios nos hace partícipes. Iniciemos pues diciendo juntos nuestro lema “Cristo vive, y con su amor puedo transformar mi comunidad” y cantando nues- tro canto – lema: Yo quiero tener un corazón muy grande grande como el mar (2) Y al que me necesite poder ayudar (4) Pues ayudar a los demás y pensar en los demás eso es la so- lidaridad. Es ayudar a los demás y pensar en los demás eso es la solidaridad. Yo quiero tener un corazón muy grande Grande como el de Jesús (2) grande para compartir. Y al que me necesite poder ayudar (4) Pues ayudar a los demás y pensar en los demás eso es la so- lidaridad. Es ayudar a los demás y pensar en los demás eso es la solidaridad. Y al que me necesite poder ayudar (4) PREPARANDO EL JUEVES SANTO 1.- Cita generadora “Dios nos ha manifestado el amor que nos tiene enviando al mundo a su Hijo único, para que vivamos por él. El amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo como víctima por nues- tros pecados” (1Jn 4, 9-10). 2.- Fruto: Que el amor de Dios mueva a los niños al servicio y la caridad con los hermanos para transformar nuestra comunidad. 3.- Pregunta generadora ¿Has experimentado alguna vez el amor de Dios? ¿Cómo? ¿A través de quién? ¿De qué manera los niños y adolescentes iden- tifican el amor de Dios? 4.- Notas pedagógicas • Traer a la memoria le experiencia del amor de Dios que hemos tenido y cómo a lo largo de nuestro servicio pastoral en la cate- quesis manifestamos el amor de Dios a los niños y adolescentes. • Tratar a los niños con amor es en la catequesis la actitud más importante que demos. 5.- Materiales • Reproductor de música • Plato de unicel hondo • Papel sanitario o toallitas • Colores, crayolas o pintura vinil Reflexión 1: EL AMOR DE DIOS SE MANIFIESTA EN EL SERVICIO Y LA CARIDAD PARA TRANSFORMAR MI COMUNIDAD.
  • 11. 7 6.- Bienvenida y ubicación Sean bienvenidos a nuestro primer día de Pascua Infan- til, hoy vamos a tener presente que el amor de Dios se ma- nifiesta: en el servicio y la caridad para transformar nuestra comunidad, en el orden sacerdotal que lo mantiene vivo en la comunidad y en la Eucaristía que sustenta la vida de nuestra comunidad. Cada uno de los momentos irán marcados lo que estamos invitando a vivir durante este año pastoral, que es “la reconstrucción del tejido social”. Prepara tu corazón y tu mente para experimentar el en- cuentro con Jesús que te ama, y te invita a amar y a contribuir en el bien común. Comencemos bailando y cantando el canto – lema de nuestra Pascua Infantil Poder Ayudar (pablo Morales) 7.- Entramos en oración Nuestro amor al prójimo se revela en el trato que damos a las personas con quienes nos relacionamos diariamente. No olvidemos que amar al prójimo está ligado al amor a Dios. Va- mos a rezar con afecto por los demás con la siguiente oración de amor.La oración puede hacerse a dos coros. Señor de todo amor, Cuando salgo a la calle, muéstrame a mi prójimo. Mientras estoy en el recreo, muéstrame a mi prójimo. Mientras rezo, muéstrame a mi prójimo. A mi izquierda, a mi derecha, tal vez cuando me piden algo, muéstrame a mi prójimo. Donde mis ojos han visto antes y luego se apartan, muéstrame a mi prójimo. Donde mis oídos han escuchado gritos que he ignorado, muéstrame a mi prójimo. A medida que comparten una historia que es diferente de mi historia, ayúdame a escuchar como si fuera mía. muéstrame a mi prójimo. Y luego déjame amarlos en su alegría y en su angustia, de modo que su contento sea mío y su dolor sea mío también. Déjame amarlos tan plena y misericordiosamente como tú me amas. En verdadera solidaridad cantando nuestras canciones juntos hasta que surja una nueva canción, déjame amarlos. Miro hacia arriba ahora, Señor. muéstrame a mi prójimo. Amén Canto: https:/ /youtu.be/ajoyjrmQRCo El mandamiento del amor Jesús, Amigo, los niños te queremos saludar. Jesús, Maestro, enséñanos a amarnos de verdad. (Estribillo) Nos diste el Mandamiento del Amor, sellado con tu muerte en una Cruz, en ella nos dejaste tu perdón, camino para hallar la eterna luz. Jesús, Amigo, los niños te queremos saludar. Jesús, Maestro, enséñanos a amarnos de verdad. (Estribillo) 8.- Experiencia previa (humana) Sabemos bien que el gran mandamiento que nos ha dejado el Señor Jesús es aquel de amar: amar a Dios con todo el co- razón, con toda el alma y con toda la mente y amar al prójimo como a nosotros mismos (cf. Mt 22,37-39). Es decir, estamos lla- mados al amor, a la caridad que se manifiesta en el servicio a los demás y esta es nuestra vocación más grande, nuestra vocación por excelencia; y está ligada también a la alegría de la espe- ranza cristiana. Quien ama tiene la alegría de la esperanza, de llegar a encontrar el gran amor que es el Señor.
  • 12. 8 En una de sus catequesis el Papa Francisco habló de la caridad y la alegría y pidió ser auténticos en la vida y hacer el bien al prójimo. El amor es una gracia: no consiste en hacer ver lo que nosotros somos, sino en aquello que el Señor nos dona y que nosotros libremente acogemos; y no se puede expresar en el en- cuentro con los demás si antes no es generada en el encuentro con el rostro humilde y misericordioso de Jesús. Te invitamos a sentarte derechito para escuchar el siguiente cuento. ¿Qué es el amor? Desde que se quedó viudo, Alberto solo vivir para ellas. Juanita acababa de cumplir cuatro años y Lupita tenía siete. Todas las mañanas levantaba a las niñas para llevarlas a la es- cuela, preparaba su desayuno y ayudaba a Juanita a terminar de vestirse y preparar su mochila. Lupita, como era la mayor, ya lo hacía sola. Un día Juanita preguntó a su padre: - Papá, ¿qué es el amor? Alberto miró a su hija embobado y la abrazó. - Esto es amor, Juanita - le contestó después. - Papá, ¿qué es el amor? - volvió a preguntar Juanita de camino a la escuela. Alberto la miró y la besó. - Esto es amor, Juanita - le dijo después. Un día que Alberto hacía dos trenzas a Lupita, Juanita preguntó de nuevo. - Papá, ¿qué es el amor? Alberto la miró y empezó a desenredarle el pelo también a ella. - Esto es amor, Juanita - le dijo después. Pero Juanita, nada convencida con sus respuestas insistía pre- guntándole cada día: - Papá, ¿qué es el amor? Alberto le dio a probar de las albóndigas que estaba cocinando. - Esto es amor, Juanita - le dijo después. - ¡Vamos, papá! ¡No me tomes más el pelo! Cada vez me dices que el amor es una cosa diferente. ¡Ja, ja, ja, ...! Alberto tomó su carita entre sus manos y le dijo: - Mis amores son tú y tu hermana Lupita. ¡No te miento! Juanita se fue a dormir pensando en las palabras que le había dicho su padre. Esa noche tuvo un bonito sueño. Su padre, como siempre, cuidaba de ella y de su hermana Lupita: las llevaba y recogía de la escuela, las bañaba, las peinaba, las vestía, cocinaba para ellas, hacía todo lo posible para que ellas estuvieran bien y fueran felices, siempre con una sonrisa. Entonces se dio cuenta de lo que le quería decir su pa- dre: el amor estaba en cada detalle que tenía con ella y con Lupita, en cada momento del día, por eso, aun siendo cosas di- ferentes el amor siempre estaba presente entre ellos. ¡Al fin lo entendió! Al otro día cuando Alberto fue a levantarla para ir al colegio, Juanita le dio un abrazo y le dijo: - ¡Te quiero, papá! Actividad Personal: Después de haber escuchado este bonito cuento respondamos las siguientes preguntas de nuestro cuadernillo: 1.- ¿Qué le pregunta Juanita constantemente a su papá? 2.- Menciona 3 acciones con las que el papá de Juanita y Lupita les demostraba su amor: 3.- Escribe 3 acciones con las que tus papás te demuestran su amor: 4.- ¿Con qué acciones Jesús te demuestra su amor? 5.- ¿Con qué detalles demuestras amor a los demás? En este día recordamos las acciones concretas con las que Je-
  • 13. 9 sús nos manifestó su amor, una de ellas es el servicio y la ca- ridad al prójimo. 9.- Conozco más Jesús dijo: “El que quiera ser importante entre ustedes, sea su servidor y el que quiera ser el primero, que sea su sier- vo. De la misma manera que El Hijo del Hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por todos” (Mt 20; 27-28). Palabra del Señor. Jesús vino a servir a todas las personas por igual (enfer- mos, pecadores, y a quien más lo necesitaba). Este mandato del servicio nos lo deja en el lavatorio de pies, en el cual Él siendo Hijo de Dios, “se quita su manto y, to- mando una toalla, se la ciñó. Luego echó agua en una fuente y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos” (cf. Jn 13, 4-5). Actividad 2: Servicio concreto: En el círculo siguiente escribe ¿Qué puedo hacer para ¿Qué puedo hacer para transformar la realidad transformar la realidad que podrías hacer tú para cambiar la situación (de lágrimas, dolor y necesidad)
  • 14. 10 10.- Comprendo más Con el lavatorio de pies un acto de gran humildad, Jesús nos enseña cómo debemos ser servidores de los demás y no es- perar a que los otros me sirvan a mí. Así que somos enviados por Jesús con esta misión: Ama a tu prójimo como a ti mismo” Dime, Señor, ¿en qué puedo ayudar?... 11.- Celebro mi fe ¡Jesús, tú me enseñas con tu vida que hay que amar y servir a los demás! Tú vida es ejemplo de amor y servicio. Jesús, tu recorriste los caminos de Palestina para ir al encuentro de los que sufren, de los necesitados, de los enfermos, de los olvidados, de los marginados, de los que nadie quiere, tu compartiste el pan, ayúdame a actuar como Tú, enséñame el camino para servir a los demás! ¡Concédeme la gracia de tener tus mismos sentimientos y palabras, tus gestos y tu mirada! ¡Concédeme la gracia, Señor, ¡de ser alguien cercano a los demás! ¡Envíame tu Santo Espíritu, Señor, para que mi corazón se transforme, para que mi corazón se abra al amor, al servicio, para vivir pensando siempre en el otro y no en mí, con alegría, ¡con fraternidad! ¡Te entrego, Señor, ¡mi corazón para que, en mí, ames a todos los que me rodean! ¡Te entrego, Señor, todo mi ser para que Tú crezcas en mí, para que seas tú, ¡mi Señor, quien viva, trabaje y actúe en mí! 12.- Transformo mi realidad Así como Jesús lava los pies a sus discípulos, vamos a pintar cada uno de nosotros nuestras propias huellas, dentro de ellas escri- bimos el texto bíblico que nos habla acerca de este momento y también reconocemos algunos beneficios y dones que hemos recibido de parte de Dios y los has compartido con los demás. Para ello vamos a necesitar un plato de unicel hondo, un pedazo de papel o toallitas, colores y crayolas. Mientras reali- zamos esta actividad escuchamos el siguiente canto: https:/ /youtu.be/0DV1__teZ2c El Señor me dio un cuerpo con él puedo ayudar mis amigos y compañeros conmigo pueden contar (2) Muchos miembros tienen el cuerpo pero uno sólo es él, si uno sufre todos sufren si uno goza, así también. El Señor me dio ...
  • 15. 11 13.- Asimilo Que todos somos hijos de Dios y tenemos la misión de amar y llenar al mundo de su amor. 14.- Frase ¡El que no vive para servir, no sirve para vivir! 15.- Valor o actitud Amor y Servicio 16.- Acción concreta Ayudar en casa con alegría a realizar una actividad (tirar la basura, lavar los trastes, ayudar a cocinar, etc.) Nexo para el siguiente momento: Así como el amor nos mueve para hacer el bien, hay personas que por amor entregan su vida al servicio de Dios, que con su vocación nos guían y ayudan a conocerlo más, por eso el amor de Dios se manifiesta: Reflexión II. EL AMOR DE DIOS SE MANIFIESTA EN EL ORDEN SACERDOTAL QUE LO MANTIENE VIVO EN MI COMUNIDAD 1.- Cita generadora “Tú eres sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec” (Heb 5,6) 2.- Fruto: Que los niños y adolescentes reconozcan en la figura del sacerdote a Jesús vivo entre nosotros, humanos y al servicio de la humanidad, necesitado de la oración para mantenerse firmes en su ministerio y en el servicio a la comunidad. 3.- Pregunta generadora ¿Quiénes son y qué hacen los sacerdotes? ¿En qué acciones del sacerdote de tu comunidad puedes ver o encontrar a Jesús vivo? 4.- Entramos en oración: En nombre del padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén. Vamos a orar por las vocaciones sacerdotales: ¡Oh, Jesús, Pastor eterno de las almas! Dígnate mirar con ojos de misericordia a esta porción de tu grey amada. Señor, Danos vocaciones, danos sacerdotes, religiosos y almas consagradas santos. Te lo pedimos por la inmaculada Virgen María de Guadalupe, tu dulce y Santa Madre. ¡Oh, Jesús, danos sacerdotes, religiosos y almas consagradas según tu corazón! Amén. -Trae a tu mente algún sacerdote que conozcas y pide que Dios lo fortalezca en su misión: Padre nuestro y gloria al Padre…. 5.- Experiencia previa Institución del sacerdocio Jesucristo, durante su vida pública, instituyó un grupo de doce personas a quienes llamó “apóstoles” y que le seguían en su vida y predicación itinerante por Galilea y Judea (cf. Mc 3,14-15). A estos concedió dones especiales para expulsar demo- nios y curar enfermedades (cf. Mt 10,1) pero su misión principal era “estar con Él” y predicar el evangelio. Luego, el evangelista Lucas indica que Jesús escogió también a otros 72 llamados “discípulos” y los envió con idénticos dones que los de los após-
  • 16. 12 toles (cf. Lc 10,1-2). Los primero doce fueron quienes acompa- ñaron a Jesús durante la Última Cena. Actividad 1: ¿Cuántos sacerdotes conoces? ¿Cuántos sacerdotes hay en tu comunidad? ¿Qué actividades realiza un sacerdote? ¿Cómo o de qué manera podemos ayudar a un sacerdote? 6.- Conozco más Según el relato evangélico, tras entregar el pan y el vino transformado en su Cuerpo y en su Sangre, Jesucristo dijo: “haced esto en memoria mía” (cf. 1Co 11,24) Con este texto comprendemos la voluntad de Jesús de establecer sacer- dotes que continuaran celebrando esta Cena que llamamos Eucaristía. Y por eso, hoy cada sacerdote al pronunciar las mismas palabras de Jesús en la Última Cena, y por la acción del Espíritu Santo, el pan y el vino quedan convertidos en el Cuerpo y Sangre de Cristo. La Iglesia reconoce desde entonces, la institución del sacramento del Orden Sacerdotal por parte de Cristo. Más tarde, el día de la Resurrección, Jesús confirió tam- bién a los apóstoles la facultad de perdonar los pecados en su nombre (cf. Jn 20,21-23) y les confió las funciones de gobernar, enseñar y santificar dentro de su Iglesia (cf. Mt 28,19-20). En estos dos momentos solemnes, así como en la venida del Espíri- tu Santo en Pentecostés terminó de fortalecer a los apóstoles para la misión que habían recibido. 7.- Comprendo más En este ejercicio conoceremos las actividades y acciones que realizan los sacerdotes en la comunidad donde prestan su servicio. Busca las siguientes palabras: Llamado, vocación, servicio, ministerio, comunidad, sacramentos, guía espiritual, bautizar, confesar, ungir, motivar, perdonar pecados, consagrar.
  • 17. 13 8.- Celebro mi fe Señor Jesús, presente en el San- tísimo Sacramento, que quisiste quedarte entre nosotros por medio de tus sacerdo- tes, haz que sus palabras sean sólo las tu- yas, que sus gestos sean los tuyos, que su vida sea fiel reflejo de la tuya. Que ellos sean los hombres que hablen a Dios de los hombres y hablen a los hombres de Dios. Que no tengan miedo al servicio, sirviendo a la Iglesia como Ella quiere ser servida. Que sean hombres, testigos de Jesús en nuestro tiempo, caminando a través de la historia con tu mismo paso y haciendo el bien a todos. Que sean fieles a sus com- promisos, celosos de su vocación y de su entrega, claros espejos de la propia iden- tidad y que vivan con la alegría del don recibido. Te lo pido por tu Madre Santa María: Ella que estuvo presente en tu vida estará siempre presente en la vida de tus sacerdotes. Amén. 9.- Transformo mi realidad Al tiempo que escuchamos este canto, pensemos en el sacerdote amigo de nuestra comunidad. Colorea y escribe algunas acciones que hace el sacerdote en favor de la co- munidad: Toma mi sacerdocio Hace tiempo escuché una voz que me decía hijo ven a mí, toma tu cruz y sígueme. Muchos me dijeron nooooo que eso era algo muy difícil. Todos menos esa voz, no temas yo estaré contigo. Toma mi sacerdocio. Toma mi vocación. Que tu voz sea mi voz, que tu luz la lleve yo. (2) https:/ /www.youtube.com/watch?v=0oYytDJFSic Muchos me dijeron nooooo, que eso era algo muy difícil. Todos menos esa voz, no temas yo estaré contigo Toma mi sacerdocio... (2) Han pasado ya los años ya ha pasado mi juventud y sólo quiero decirte cantando esta canción … Toma mi sacerdocio... (2)
  • 18. 14 10.- Asimilo Los sacerdotes son personas como tú y como yo, quie- nes respondieron al llamado de Dios y que al igual que noso- tros, están muy necesitados de nuestra oración. 11.- Frase Los sacerdotes tienen algo de sagrado, a Cristo metido en sus almas, que nos ve a través de ellos, pero nos bendice y nos perdona. 12.- Valor o actitud Entrega y generosidad 13.- Acción concreta En la siguiente imagen coloca el nombre del sacerdote que vas a adoptar para orar siempre por él. Reflexión III. EL AMOR DE DIOS SE MANIFIESTA EN LA EUCARISTÍA Y EN ELLA SE SUSTENTA LA VIDA DE MI COMUNIDAD 1.- Cita generadora “Mi Carne es verdadera comida y mi Sangre es verdadera be- bida. El que come mi Carne y bebe mi Sangre vive en mí y yo en él” (Jn 6, 55-56) 2.- Fruto: Que los niños y adolescentes reconozcan en la Eu- caristía a Jesús vivo en cuerpo y sangre y estén en comunión con Él y su prójimo. 3.- Pregunta generadora ¿Qué es la Eucaristía? ¿Cuáles son los frutos de la Eucaristía? ¿Cómo podemos reconocer a Jesús en nuestra comunidad? 4.- Entramos en oración Canto: Eucaristía https:/ /youtu.be/V8JQh7H0WgY Por el trigo y la vid que provienen de ti hoy Señor queremos darte gracias; por el vino y el pan que tu mano nos da hoy Señor queremos darte gracias. Vino y pan convertirás por amor en tu Cuerpo y en tu Sangre Señor Cristo mismo se nos da su presencia viva está recibimos la santa Comunión.
  • 19. 15 Eucaristía la gracia del Señor se derrama el Pan que es fortaleza del alma es Cristo en sacramento de amor. Eucaristía Jesús hoy nos invita a su mesa quien coma de Él tendrá vida eterna es Cristo a quien recibimos hoy...Eucaristía. Hoy podemos creer por amor y por Fe que tú estás presente en cuerpo y alma y venimos a ti para poder recibir el milagro que tú nos regalas. Vino y pan convertirás... Te queremos pedir que nos llenes de ti que tu Espíritu nos guíe siempre que podamos vivir en tu Gracia sin fin tu eres el pastor y nos proteges Vino y pan convertirás...…. Si ya has recibido a Jesús dale gracias en silencio y si no lo has recibido todavía pídele que venga a tu corazón. Nota: Si no es posible tener al Santísimo para la Hora Santa se puede desarrollar el tema completo, en caso de que sí puedan tener a Jesús Sacramentado pasar a más adelante. 5.- Experiencia previa: En una ocasión al regresar a mi banca después de co- mulgar, observé que mi hija pequeña estaba llorando en silencio y le dije a su hermana mayor ¿Qué le sucede a tu hermana?, ¿por qué llora? Ella volteó a ver a su hermana pequeña y me preguntó ¿Es qué no te das cuenta? Yo volví a ver a Ángela, tra- tando de encontrar la causa, pero estaba sorprendida porque no era capaz de descubrir qué era lo que para Renata parecía tan evidente. Le volví a decir: no, no entiendo la causa de su llanto. La respuesta que me dio Renata me dejó deslumbrada: ella llora porque quiere mucho a Jesús y no puede comulgar porque no ha hecho su primera comunión. ¡Ángela lloraba porque no podía recibir la Eucaristía! Cuando en el mundo hay miles de millones de católicos que pueden recibirla, pero no lo hacen por pereza, por desidia, por indiferencia. Mi niña amaba a Jesús y sin embargo no podía acercarse a recibir la comunión. Trae a la memoria a algún niño pequeño que al ir a co- mulgar en brazos de su mamá llora por querer comer el Cuerpo de Cristo. Si tú ya hiciste la primera Comunión tienes el don y el privilegio de recibir al Amor de los amores, todos los días en la Eucaristía ¿lo estás haciendo? ¿permites que el pecado te aleje de la comunión? La Eucaristía es fuente y cima de toda la vida cristiana. 6.- Conozco más: Frutos de la Eucaristía. Al recibir la Eucaristía: o Nos unimos íntimamente con Jesús que nos otorga su gracia. o Nos separa del pecado pues su Cuerpo y Sangre son entre- gados y derramados para el perdón de los pecados. o Nos fortalece en la caridad y ésta borra los pecados veniales. o Nos previene de perder la amistad de Dios por el pecado mortal. o Es la comunión que nos renueva, fortifica, profundiza e in- corpora a la Iglesia. o Nos compromete a favor de los pobres; pues el recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo que son la Caridad misma nos hace caritativos. o Nos lleva a la caridad concreta.
  • 20. 16 7.- Comprendo más Institución de la Eucaristía Jesús la noche de pascua que celebraba todo el pueblo, decidió invitar a sus amigos a cenar con él por última vez, to- mando el pan en sus manos les dijo a sus discípulos y amigos que comieran el pan que es su carne, luego tomó entre sus ma- nos el vino, que era lo que tomaban en la cena y les dijo a sus discípulos que beban el vino en su memoria, para que lo recor- daran siempre. La eucaristía es un regalo de Dios porque es el mismo Jesús ofreciéndose para ser nuestra comida espiritual, y estar en una buena relación con Dios. Te pedimos que veas el siguiente video: https:/ /youtu.be/NIvM-tblZH0 donde se nos da una explicación de la importancia de la Eu- caristía, el gran regalo que Jesús nos deja para estar aún más cerca de él. ¿Qué te llamó la atención de este video? ¿Cuál es la grandeza de este gran regalo de la Eucaristía? ¿Cómo respondemos al amor que Dios nos manifiesta al quedar- se en el pan y el vino? Y para ayudarnos a comprender aún mejor este momen- to lee el siguiente texto Bíblico y llena los espacios vacíos
  • 21. 17 8.- Celebro mi fe: Recibiremos a Jesús Eucaristía ya que él está verda- deramente presente en ella y le adoramos con este canto: https:/ /youtu.be/hRAYGI70icM Vive Jesús el Señor (3) Él vive (3) Vive, vive Jesús el Señor. Gracias Jesús porque quisiste quedarte con nosotros todos los días hasta el fin del mundo… Gracia Jesús porque nos alimentas con tu cuerpo y con tu sangre… Dentro del dibujo expresa libremente tu agradecimiento a Jesús Canto: https:/ /youtu.be/lQfIxFrfhxY Jesús nos invita Hay una cosa que quiero contarte hay una cosa que tú debes saber (2) Jesús nos invita a ser sus amigos Jesús nos invita a comer su pan (2) El pan que comemos en la Eucaristía es el pan que nos alimenta de verdad. Es el pan de la vida, el pan del amor El pan de la gracia es el pan de la unidad (2) 9.- Transformo mi realidad: Piensa en un momento qué actitud necesitas cambiar para reci- bir plenamente a Jesús y para mejorar la armonía de tu hogar. 10.- Asimilo La Eucaristía es el Cuerpo y Sangre de Jesús, entregado y derramada por mí y para mi salvación. 11.- Frase El que come mi Cuerpo y bebe mi Sangre permanece en mí y yo en él. 12.- Valor o actitud Amor y reverencia a la Eucaristía. 13.- Acción concreta Amar y recibir la Eucaristía para unirme a Jesús por medio de ella.
  • 22. 18 Notas para el catequista: Es importante que se prepare un lugar digno para recibir la presencia de Jesús Eucaristía, ya sea con flores, espigas, uvas, un mantel blanco, custodia, etc. Al entrar en este ambiente el niño debe sentir que está entrando a un lugar especial, a un lugar Santo, por lo tanto, se puede propiciar el ambiente acogedor con música suave, instru- mental que ayude a los niños a entrar en contacto con Dios. A continuación te dejamos el siguiente enlace donde puedes encon- trar alguna https:/ /youtu.be/bCojCNQBWjQ. Antes de exponer el Santísimo, ayudemos a los niños para que se tranquilicen y relajen, haciendo algún tipo de respira- ciones y de tomar conciencia frente a quien vamos a estar; los podemos ayudar para que tomen una postura cómoda, ya sea sentados en el piso y con las manos sobre sus piernas, evitando que tengan algo que pueda distraerlos. Motivación: Ahora niños, tendremos un momento de adoración a Jesús, que se encuentra presente real y verdaderamente en la Hostia consagrada, con Él nos vamos a encontrar, él que nos ama infinitamente, a su lado siempre están los ángeles que lo adoran y lo pueden ver cara a cara, pero nosotros también tenemos la posibilidad de estar cara a cara con Él y en este día quiere en- contrarse contigo, porque desea que seas muy pero muy feliz y tiene cosas importantes qué decirte. Disponte para platicar con nuestro amigo Jesús, puedes hacerle preguntas y estar atento para obtener respuestas a tus inquietudes y también recibas todas las bendiciones que tiene reservadas para ti. Nos ponemos de rodillas y recibimos a Jesús Eucaristía can- tando: https:/ /youtu.be/2_kFH4JOKVw MILAGRO DE AMOR TAN INFINITO Jesús, aquí presente en forma real te pido un poco más de fe y de humildad y así poder digno de compartir contigo el milagro más grande de amor. CORO: Milagro de amor tan infinito en que Tú, mi Dios, te has hecho tan pequeño y tan humilde para entrar en mi Milagro de amor tan infinito en que Tú, mi Dios, te olvidas de tu Gloria y de tu majestad por mí. Y hoy vengo lleno de alegría a recibirte en esta Eucaristía. Te doy gracias por llamarme a esta cena, porque, aunque no soy digno visitas Tú mi alma. CORO: Milagro de amor tan infinito en que Tú, mi Dios, te has hecho tan pequeño y tan humilde para entrar en mi Milagro de amor tan infinito en que Tú, mi Dios, te olvidas de tu Gloria y de tu majestad por mí. Catequista o sacerdote: En los cielos y en la tierra sea para siembre alabado Todos: El corazón amoroso de Jesús Sacramentado Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Padre Catequista: Respondemos después de cada intención: “Jesús, Jesús, ven a nuestro corazón”. Hora Santa
  • 23. 19 Niño 1: Muchos niños te quieren amar, yo te quiero muchísimo. Niño 2: Tú has dado la vida por mí, toma ahora la mía. Niño 3: Tú dijiste: “Tomen y coman, esto es mi Cuerpo”, prepá- rame para recibirte. Niño 4: Señor, yo nunca te cerraré la puerta. Jesús, quiero amarte. Niño 5: “Señor, te necesito, ven a mi corazón. Niño 6: Jesús, Tú deseas entrar en mi corazón y yo deseo que vengas a mí. Niño 7: Aunque parece vino, es tu Sangre, por eso la recibo, Señor. Niño 8: Parece vino, pero es tu Sangre, por eso la recibo, Señor. Niño 9: Yo quiero recibirte y unirme a Ti. Niño 10: Yo nunca te dejaré, aunque todos te abandonaron. Niño 11: “Tú dijiste: “Dejen que los niños vengan a Mí”, y aquí estoy. Niño 12: Nadie me quiere como Tú, por eso te abro mi corazón. Niño 13: Jesús, queremos hacer una oración muy especial porque te amamos, para decirte que los niños queremos ser tuyos y que Tú seas nuestro amigo, nuestro mejor amigo. Por eso decimos todos juntos: Catequista: Pedimos ayuda a María, ella está aquí adorando a su Hijo junto con nosotros. Ella nos consuela y nos llena con su ternura y cariño. A ella también la queremos alabar y honrar por acudir en nuestra ayuda cada vez que la necesitamos. Por eso cantamos: https:/ /youtu.be/bl4GMgtbIew Virgencita María. Madre mía del cielo. Virgencita María. Tanto, tanto te quiero (Se repite) Dios Padre te eligió. Para que fueras Madre de Jesús. Por tu buen corazón. Dios Padre te eligió. Jesús a ti te amó. Por eso yo te amo también. La más hermosa flor. Del jardín del Señor. Virgencita María... Catequista: Y le damos gracias por el regalo de su Hijo. Jesús está presente en la Sagrada Eucaristía, es nuestro Dios escon- dido. Él nos ama y quiere que nosotros le amemos. Él nos espera noche y día en la pequeña forma de pan. Él quiere oírnos y nosotros le adoramos porque Él es Dios.” Terminada esta parte pedimos a los niños se coloquen frente al Santísimo Sacramento y presenten al Señor el trabajo que ela- boraron con las huellas en el momento que reflexionamos sobre el servicio. Mientras van pasando cantamos nuevamente: Canto: https:/ /youtu.be/lQfIxFrfhxY Jesús nos invita Hay una cosa que quiero contarte hay una cosa que tú debes saber (2) Jesús nos invita a ser sus amigos Jesús nos invita a comer su pan (2) El pan que comemos en la Eucaristía es el pan que nos alimenta de verdad. Es el pan de la vida, el pan del amor El pan de la gracia es el pan de la unidad (2) Catequista: Nos despedimos de Jesús Eucaristía y le agradece- mos este momento y decimos juntos.
  • 24. 2 0 Todos: “A veces, aunque queremos ser buenos nos olvidamos de Ti. Olvidamos que estas presente en nuestros padres, en nuestros hermanos, en nuestros abuelos, en nuestros tíos y primos; también estás presente en los vecinos necesitados, en las personas desvalidas, en las personas que sufren, en todos aquellos que nos solicitan una limosna o que no la piden por vergüenza o temor al rechazo. Te pedimos perdón en el silencio de nuestro corazón, y te decimos que queremos transformar nuestra familia y nuestra comunidad, queremos ser más fraternos y verte en cada uno de nuestros hermanos y ayudarte. Querido Jesús, te queremos dar gracias porque incluso en el momento de la Cruz te acordaste de nosotros, y con amor, nos diste a María como Madre nuestra. También queremos acordarnos hoy de ella y ofrecerle nuestro cariño y nuestro amor, en este año tan especial por el que nuestro pueblo resurgió después del Primer milagro que obraste a través de ella, al resucitar a la pequeña niña, y también por estos cuatrocientos años de milagros patentes que prodigas a todos nuestros hermanos mexicanos y extran- jeros”. Pedimos a los niños que se pongan de rodillas, cierren sus ojos y con las manos cerca de su corazón pidan a Jesús que venga y permanezca para siempre cerca de cada uno de nosotros y nos disponemos para recibir la bendición. Catequista: Para despedirnos de Jesús le damos un fuerte aplauso porque ha querido estar cerca de nosotros durante toda nuestra vida y hoy estamos de fiesta, por eso lo reconoce- mos como el mejor de nuestros amigos y también porque quiere ser nuestro compañero en la vida, por eso cantamos y bailamos con alegría: https:/ /youtu.be/KKesrmgKvQg Jesús es mi Súper-Héroe Él es el quien hace el sol brillar, y en el cielo la luna salir. Él es quien con sus manos hizo las estrellas. Él es el que me hace cantar, Él es el que me hace soñar, y el que me hace sonreír y ser feliz. Cristo es mi Súper-Héroe, mi amigo el mejor Cristo es mi Súper-Héroe, mi amigo es el mejor (2) Yee yee yee yee yee (3) Cristo es mi Súper-Héroe, mi amigo el mejor Cristo es mi Súper-Héroe, mi amigo es el mejor (2) Catequista: Hemos llegado al final de este primer día en el que hemos profundizado, a partir de los hechos del jueves santo, en los signos del amor de Dios que se manifiestan: - En el servicio y la caridad para transformar mi comuni- dad. - En el Orden sacerdotal que lo mantiene vivo en mi comu- nidad y - En la Eucaristía que sustenta la vida de mi comunidad. Hay muchos motivos por los cuales agradecerle a Jesús, nues- tro maestro, todo lo que ha realizado en favor de cada uno de nosotros. Nos retiramos ayudando a nuestros catequistas a dejar este lugar como lo encontramos: ordenado y sin basura y nos despe-
  • 25. 21 dimos diciendo juntos el lema de nuestra Pascua: CRISTO VIVE, Y CON SU AMOR PUEDO TRANSFORMAR MI COMUNIDAD Y cantando nuestro canto – lema: Canto – lema: Poder Ayudar (pablo Morales) Yo quiero tener un corazón muy grande grande como el mar (2) Y al que me necesite poder ayudar (4) Pues ayudar a los demás y pensar en los demás eso es la solidaridad. Es ayudar a los demás y pensar en los demás eso es la solidaridad. Yo quiero tener un corazón muy grande Grande como el de Jesús (2) grande para compartir. Y al que me necesite poder ayudar (4) Pues ayudar a los demás y pensar en los demás eso es la solidaridad. Es ayudar a los demás y pensar en los demás eso es la solidaridad. Y al que me necesite poder ayudar (4) Nota: Se les dan las indicaciones para el siguiente día, y se les dice si deben traer algo. Les invitamos a escribirle una cartita a Jesús dándole gracias por lo que más les haya llamado la atención, para dejarla en alguna canastita en el monumento del jueves santo, junto con su alcancía de la caridad con lo que fueron ahorrando en sus penitencias de la cuaresma, dando gracias al Señor por lo que hace por nosotros. Se les exhorta a que participen en la Cena del Señor en su comunidad, de ser posible con su familia. Y tengan un momento de adoración, uniéndose así a par- ticipar con la comunidad de este momento de oración.
  • 26. 2 2
  • 27. 2 3 Reflexión I. El Viacrucis, camino de la cruz y de nuestra reconstrucción Introducción: Estamos por iniciar nuestro segundo día de la Pas- cua Infantil, comencemos este día diciendo juntos el lema de nuestro encuentro: CRISTO VIVE, Y CON SU AMOR PUEDO TRANSFORMAR MI COMUNIDAD Y cantemos juntos el canto que ha dado vida a esta Pascua: Poder Ayudar (Pablo Morales) Yo quiero tener un corazón muy grande, grande como el mar (2), y al que me necesite poder ayudar (4) Pues ayudar a los demás y pensar en los demás eso es la solidaridad (2). Yo quiero tener un corazón muy grande Grande como el de Jesús (2) grande para compartir. Y al que me necesite poder ayudar (4) Pues ayudar a los demás... Y al que me necesite poder ayudar (4) Hoy es un día muy importante para todos los cristianos, pues profundizaremos en el amor que Dios tiene por cada uno de nosotros al dar la vida por nuestra salvación. Por ello, los invito a que nos dispongamos para vivir nues- tro encuentro con alegría y gratitud, reflexionando en aquellos momentos que vivió Jesús en el camino de la cruz y que cada uno de nosotros conocemos como: Viacrucis, es decir el recorri- do que realizó hasta llegar al momento culmen de entregar y ofrendar su vida por amor a la humanidad. Conforme vayamos recorriendo cada uno de estos mo- mentos realizamos las actividades que nuestros catequistas nos vayan indicando y así estemos dispuestos para reflexionar y agradecer a Dios por todo lo que nos da a través de su Hijo Jesucristo. En cada una de las estaciones te presentamos una ilus- tración del Vía Crucis y así vamos rezando juntos. Recordemos que esta hermosa práctica católica es una tradición de todos los viernes de Cuaresma, pero especialmente del Viernes Santo. Canto: Cristo y su Cruz-Sinaí Saliendo del pretorio: Marcela de la Garza (sin imágenes) https:/ /youtu.be/JHHikTR7cIY Saliendo del pretorio marcha una procesión, con rumbo al Calvario, sufriendo va un varón, la Cruz sobre su espalda, ya dándole están, ¡no puede caminar! No puede dar un paso y cae por el camino, recibe un latigazo sobre su cuerpo herido, no puede avanzar; se escucha sólo un grito: ¡Levántate, maldito! No, no puede ser maldito aquél que, en su dolor, exclama con un grito: Perdónales Señor, perdónales sus faltas, no mires su actuación, de ellos ten compasión.
  • 28. 24 Sed, sed tengo de un amigo, sed tengo de amor sed tengo que un humano sienta compresión, que acepte esta Sangre que derramando estoy por su salvación. No puede dar un paso y cae por el camino… Oración inicial Jesús, vamos a recorrer contigo las estaciones de tu agonía y tu Muerte. Vamos a pasar un poco de tiempo contigo, renovan- do el sacrificio que nos dio la vida. Por ese sacrificio tuyo en la Cruz somos cristianos, y hemos recibido las gracias de Dios. Por ese sacrificio tuyo hemos sido salvados. Ayúdanos a compren- der un poco mejor, a amar un poco más, para que después de meditar sobre estas quince estaciones de tu vocación salvadora, nosotros mismos nos decidamos a dar algo de nosotros. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. Primera estación: Jesús es condenado a muerte Elemento – símbolo: limpiapipas color ma- rrón o soga para que cada niño ate sus ma- nos, así como Jesús fue atado. Catequista: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. Todos: Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo. Catequista: La historia de la Pasión y Muerte de Jesús comienza en el tribunal de Poncio Pilato, que era el pro- curador Romano… el pueblo, azuzado por los sacerdotes grita exigiendo la muerte de Cristo, porque había dicho que Él era el Hijo de Dios. Finalmente, Pilato entrega a Jesús para lo crucifi- quen; les dice: ¡He aquí el hombre! Niño (a): Jesús, estás totalmente solo. Ningún amigo te ayuda. Nadie va a defenderte. Has gastado toda tu vida ayudando a los demás, haciendo milagros, curando y haciendo favores a todos. Cuando yo soy acusado, por mis padres o maestros, por algo que no he hecho, pero yo mismo, en muchas ocasiones, he juzgado y rechazado a los demás, por ello pediré perdón a Dios. Ayúdame a recordar la que Tú hiciste por mí, cómo aceptaste las acusaciones y no te quejaste. Y como signo de acompañar a Jesús a lo largo de la cruz tomo la soga o el limpiapipas y lo ato a mis manos (Se ayudan unos a otros a hacerlo). Catequista: Jesús siempre dijo la verdad e hizo el bien. “No juzguen, para no ser juzgados. Porque con el criterio con que ustedes juzguen se les juzgará, y la medida con que mida se usará para ustedes” (Mt 7,1-2) Todos: Jesús, tú aceptaste morir por mí para que yo tenga vida eterna y me haga hijo de Dios. Enséñame a apreciar siempre tu sacrificio. Segunda Estación: Jesús carga la cruz sobre sus hombros. Catequista: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. Todos: Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo. Elemento – símbolo: piedra para colocarla en el zapato de cada niño. Catequista: Había la costumbre de dar muer- te a los bandidos colgándolos de una cruz; y con esa muerte quisieron los judíos aniquilar a Jesús. Le cargan la cruz sobre los hombros y entre burlas y golpes, lo hacen dirigirse al monte Calvario. La cruz son todos los problemas, y los problemas nadie los quiere. La cruz no es nada dulce, pero es algo que forma parte de nuestra vida hu- mana. No creo que te pueda prometer que buscaré la cruz a
  • 29. 25 lo largo de mi vida, pero lo que sí te prometo es que intentaré llevarla cuando me la envíes Tú. Niño (a): En el peso de la cruz iban representados todos nues- tros pecados. Cristo nos salva a todos, y quiere que yo sea su discípulo y reconstruya con mis actitudes a mi comunidad, por ello quiero seguirte paso a paso en el camino que has recorrido, esto lo puedo realizar mediante pequeñas obras, una de ellas puede ser cargar sin flojera la “cruz” de mis deberes y trabajos. Catequista: A partir del pecado original el hombre había per- dido la amistad de Dios y Cristo vino a devolvérnosla. “… pero donde abundó el pecado, sobre abundó la gracia” (Rom 5,20). Todos: Jesús, tú has escogido una muerte muy triste en la cruz. Has pagado un gran precio por mi redención. Haz que siempre lo recuerde. Catequista: Como signo de ofrecerte nuestro esfuerzo por acompañarte en la cruz, queremos ofrecer un pequeño sacrificio colocando en el zapato una piedra con la cual caminaremos a lo largo de este viacrucis. Tercera estación: Jesús cae por primera vez Catequista: Te adoramos, oh Cristo, y te ben- decimos. Todos: Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo. Elemento – símbolo: colocar a cada niño una vendita o curitas Catequista: El peso de la cruz es insoportable para el cuerpo fatigado y herido de Jesús, que cae por primera vez, dando a entender que los pecados de la humanidad, significados en la cruz, eran muy graves. Niño (a): Jesús nos salvó haciéndose obediente hasta la muerte de cruz y resucitando de entre los muertos. Quiso perecer y mo- rir por amor a nosotros, para reconciliarnos con Dios y llevarnos al cielo. Con nuestras mentiras, desobediencias, malas palabras, pleitos y otros pecados con los que ofendemos a Dios, hacemos más pesada su Cruz. Pidamos perdón por ello. Todos: Señor Dios, sé que muchas veces empiezo cosas y luego me canso de ellas. O bien no las hago bien o intento olvidarme de ellas. A veces me tienen que regañar en la escuela porque no pongo atención en lo que estoy haciendo. Ayúdame, oh Dios, a ser como tu Hijo. Ayúdame a ser constante en las cosas bue- nas que he empezado y a llevarlas hasta el final lo mejor que pueda. Catequista: Ahora nos colocamos la venda o el curita en el brazo derecho, como un signo que queremos aliviar el dolor que sintió Jesús al caer por primera vez y eso solamente lo logra- remos a través de nuestro buen comportamiento. Cuarta estación: Jesús se encuentra con su Santísima Madre Catequista:Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. Todos: Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo. Elemento – símbolo: pañuelo. Catequista: Entre los gritos furiosos de la turba y los gemidos de las mujeres. Jesús pue- de sentir los suspiros de su Madre, la Virgen María, que es testigo de los tormentos de su Hijo. Niño (a): La Virgen María quería mucho a su Hijo, como todas las mamás del mundo aman a sus hijos. Por eso sigue a Jesús en la Pasión. Ella quiere cooperar en la salvación de todos los hombres. Me pone el ejemplo para tener buen corazón con las personas necesitadas: los pobres, los tristes y los enfermos. Catequista: En medio de los gritos y los insultos que te dirigen tantas personas, finalmente encuentras a alguien que te quiere bien y que siente dolor por ti. Es tu Madre. Ella no puede hacer
  • 30. 26 mucho para detener tu sufrimiento, pero te dirige una mirada que te muestra que está sufriendo contigo, y eso te ayuda en tu camino. Alguien te entiende. Todos:Señor Dios, Tú me diste a mis padres. Nadie más en todo el mundo es mi padre y mi madre. Gracias por este regalo que me has hecho. Por muy duras que sean las cosas en la vida, yo sé que ellos están ahí y que de veras me quieren. Ayúdame a mostrarles yo también mi amor. Catequista: La Virgen María tiene un lugar muy importante en la Iglesia. Ella es modelo, Madre, Maestra y Reina de la humanidad. Y como es el mejor camino que nos lleva a Jesús, cantamos y agitamos los pañuelos que tenemos en las manos como signo de que ella nos acompaña a lo largo de nuestra vida. https:/ /youtu.be/r3WjHpFpM34 María está pasando por aquí (2) Y cuando pasa todo se transforma, la alegría viene y la tristeza va (2) Quinta estación: Jesús es ayudado a cargar la cruz Catequista: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. Todos:Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo. Elemento – símbolo: Un corazón, seguritos o alfileres. Catequista: Los soldados tienen miedo de que no seas capaz de llagar hasta el monte, para la crucifixión. Estás cada vez más débil. Por eso llaman a un hombre en la multitud, un hombre llamado Simón de Cirene, el Cirineo, y le obligan a llevar tu cruz durante un rato. Él no quiere, pero le obligan. A él le gustaría más bien estar allí, mirando, viendo lo que pasa. Él no había venido para ayudarte: pero ahora está llevando tu Cruz Niño (a): Jesús es nuestro hermano porque Él es el Hijo de Dios y nosotros por el Bautismo también somos hijos de Dios. Cristo derramó su sangre por todos, para que juntos formemos una sola familia. Debemos amar a nuestros semejantes, porque son nuestros hermanos. Todos: Jesús, Simón te ayudó a llevar la cruz. Por eso hazme comprender el valor de mis trabajos para que me acerquen más a ti. Te alabo, Señor, con mis hermanos. Catequista: Dentro del corazón escribimos el nombre de aque- llas personas a quienes debería cuidar y ayudar, por ejemplo: a mis hermanitos pequeños; algún compañero de clase que ayudo en los estudios; a aquellos a los que presto algún servicio; a mi mamá cuando le ayudo a preparar los platos de la mesa. Y le decimos: Señor Jesús, ayúdame a hacer algo más que estar ahí y contemplar lo que pasa a mí alrededor. Ayúdame a ayudar a los demás. Sexta estación. La Verónica limpia el rostro de Jesús Catequista: Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos. Todos: Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo. Elemento – símbolo: Despensa (lo que cada uno haya podido llevar) Catequista: De repente se detiene la mar- cha hacia el Calvario. Una mujer se adelan- ta. Su nombre es Verónica. Toma un lienzo de tela y te seca la cara, para quitarte el sudor y la sangre. Te ofrece un poco de alivio. Y para premiar su bondad, Tú haces que en la tela quede impreso tu rostro. A pesar de que estás a punto de morir, sigues haciendo el bien a todos. Niño(a): Jesús le agradece a la Verónica su caridad. Cuántas
  • 31. 2 7 personas me ayudan, como mis papás, mis maestros y mis ami- gos; no seré ingrato y orgulloso con ellos, sino agradecido. Todos: Jesús, con cuánta generosidad recompensaste a esta mujer. Cuando yo lucho contra el pecado y ayudo a los más necesitados. Tú me recompensas viniendo a mi corazón. Jesús, enséñame a amar a los demás y que se cumpla lo que Tú has dicho: “Cualquier cosa que hagas con uno de esos pobres, conmi- go lo haces” (Mt 25,40) Catequista:Enséñanos a dar un poco de nosotros mismos, so- bre todo a aquellos que más lo necesitan. Enséñanos a salir de nuestro propio camino y a ayudarles aun cuando no me lo hayan pedido. Ya sé que hace falta mucha valentía para ser como la Verónica: ayudar a los que han caído en desgracia y son objeto de burlas de la gente. Ayúdanos a ser como ella, o sea, a ser un buen cristiano. Por ello queremos ofrecer esta despensa para ir en favor de aquellos que más lo necesitan en nuestra comunidad y con ello aminorar un poco su sufrimiento y su dolor. Séptima estación: Jesús cae por segunda vez Catequista: Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos. Todos: Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo. Elemento – símbolo: colocar a cada niño una vendita o curitas Catequista:Es la segunda vez que has caído en el camino de la Cruz. Esta vez te costará más levantarte. El peso de esa cruz se te hace cada vez más pesado. Pero te esfuerzas y pronto estás de nuevo en pie, para continuar tu marcha, la marcha que te llevará a tu muerte y a nuestra salvación. Niño (a): Una y otra vez puedo caer, por egoísmo, soberbia o de- bilidad, no soy fuerte. Pediré al Señor que me ayude para vencer las dificultades y no caer. Todos: Jesús, hago muchos propósitos y caigo, pero Tú me ayu- das a levantarme para seguirte. Ayúdame, Jesús, robustece mi voluntad para procurar siempre el bien y evitar el mal. Catequista: Hay tantas cosas que intentan hundirnos como seres humanos, por ejemplo la violencia que se vive en cada rincón de nuestra diócesis, provocando en cada uno de nosotros miedo e inestabilidad. Ayúdanos a continuar con nuestro camino, así como lo hizo tu Hijo Jesús. Por ello, nos colocamos en el brazo izquierdo una vendita o curita, porque queremos que pare toda esta violencia que se vive en el mundo y queremos curar las do- lencias y los sufrimientos de la humanidad. Octava estación: Jesús se encuentra con las mujeres Catequista: Te adoramos, oh, Cristo, y te ben- decimos. Todos: Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo. Elemento – símbolo: Por equipos se tiene pre- parada una soga o cuerda larga según el nú- mero de participantes. Catequista: A lo largo del camino que Tú sigues, hay un grupo de mujeres que te están contem- plando. Cuando pasas junto a ellas, te das cuenta de que están llorando. Te detienes un poco para dirigirles tu palabra. Quieres darles un poco de alivio para su dolor. Es muy propio de Ti: están llorando por Ti, por tu dolor y Tú te paras y quieres ayudarles para que no sufran ellas. Niño (a): Como Jesús, debo tener tristeza por los pecados de todo el mundo; yo mismo procuraré hacer sufrir menos a Jesús evitando el mal. Jesús no tenía pecados, murió por nosotros por amor, ante ello les dijo a las mujeres que no lloraran por Él, sino por la gente del mundo, que vivía apartada de Dios. Todos: Jesús, Tú enseñaste a estas mujeres a llorar más bien por los pecados que por el dolor físico. Aumenta la fe en mi salvación,
  • 32. 2 8 quiero ayudar a todos con alegría. Catequista: Señor, cuántas veces me encierro en mí mismo y me olvido de los demás. Cuántas veces no pienso en nadie más que en mí mismo. Ayúdame a darme cuenta de que también los de- más tienen problemas y que necesitan ayuda. Enséñame a darles toda la ayuda de que yo sea capaz. Por ello, nos colocamos una soga o cuerda entre todos y caminamos juntos como ese signo de querernos ayudar entre nosotros. Novena estación: Jesús cae por tercera vez Catequista: Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos. Todos: Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo. Elemento – símbolo: se quita la soga de la estación anterior y se unen las manos. Catequista: Te estás acercando al monte Cal- vario. Y una vez más caes bajo el peso de la cruz. La cumbre de esa colina significa el final de tu vida humana, pero es también el lugar en el que vas a salvar a la humanidad cumpliendo la voluntad de tu Padre. So- breponiéndote a la debilidad que ha llenado tu cuerpo, la vista de esa montaña te da las fuerzas que necesitas para levantarte una vez más y seguir tu camino. Te levantas. Tomas tu Cruz. Sigues. Niño (a): En nuestra penas y desalientos Cristo nos dice que se las encomendemos a Él y Él nos animará: “Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados y yo los aliviaré” (Mt 11,28). “Estén prevenidos y oren para no caer en tentación, porque el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil” (Mt 26,41). Todos:Jesús, yo te veo derribado hasta la tierra sufriendo por nosotros. Perdónanos, Jesús, por las muchas veces que te he ofendido. Levántanos por tu gran misericordia. Agradecemos, Se- ñor, todo lo que sigues haciendo por nosotros. Catequista: Señor Dios, estas tres caídas son toda una lección para nosotros. Nos estás diciendo que no importa cuántas veces podamos caer en desobediencia, en descuidos, en mentiras, en engaños: lo que necesitamos cada vez es sabernos levantar. Y si lo intentamos, Tú nos ayudarás. Y cuando trabajamos juntos, podemos ser el que Tú quieres que seamos. Por ello, nos desa- tamos de la soga y ya no nos volverá a unir el pecado, sino que uniremos nuestras manos como signo de la ayuda para levantar- nos y continuar con el camino que tú nos tienes trazado para vivir en amor, libertad, justicia y fraternidad, reconstruyendo con ello nuestro tejido que ha sido tan dañado por el pecado. Décima estación: Jesús es despojado de sus vestidos Catequista: Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos. Todos: Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo. Elemento – símbolo: toallitas húmedas para limpiarnos la cara. Catequista: Los soldados te arrebatan el manto que te habían puesto después de ha- berte azotado en casa de Pilato. Las heridas se te abren de nuevo y todo tu cuerpo está lleno de sangre y heridas. Algunos entre la gente se burlan de ti y te insultan. Te dicen que hagas un milagro y que entonces creerán en ti. Poco saben lo que estás a punto de hacer: el mayor de los milagros, la salvación de todo el mundo. Niño (a): No fue fácil para Jesús, como hombre, aceptar su Pa- sión y Muerte, también sintió angustia y dolor. En la Oración del Huerto, cuando sudó sangre le pidió al Padre celestial que, de ser posible, lo salvara de esos tormentos, sin embargo, se sometió totalmente a su voluntad. Todos:Jesús, te despojan de tus vestidos. Haz que nos despoje- mos de todo lo que es malo, para poder seguirte generosamente. Perdón, Señor, porque he pecado contra Ti.
  • 33. 2 9 Catequista:Ante Jesús que es despojado de sus vestidos, ayú- danos, Señor, a recordar siempre que mi cuerpo lo tengo que conservar puro y limpio. Ayúdanos a superar las tentaciones de este mundo y ser como tu Hijo. Ayúdanos a colaborar con Él, en la salvación del mundo, siendo valientes para conservar puros nuestros pensamientos, nuestras palabras y acciones. Usamos una toallita húmeda para limpiarnos la cara y con ello simbolizar que queremos conservarnos limpios de cuerpo y de alma, pues Cristo ya ha pagado el precio de nuestro rescate. Décima primera estación: Jesús es clavado en la cruz. Catequista: Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos. Todos:Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo. Elemento – símbolo: los tres clavos. Catequista: Estás ahora extendido sobre la cruz y los soldados han empezado a clavarte los gruesos clavos en tus manos y en tus pies, atándote al madero. Todos se burlan de ti. Los soldados se han jugado a los dados tus vestidos. Todos parecen haberse vuelto locos. Tú no les has dado más que amor y bondad, y todo lo que te ofrecen ahora son unos clavos que traspasan tus manos y tus pies. Niño (a): Yo no puedo hacer nada para defender a Jesús, pero sí puedo hacer mucho por mis hermanos, por mis compañeros y vecinos; en todos ellos cuando sufren vuelve a ser crucificado Jesús. Nunca tendré deseos de venganza, siempre amaré a los demás, pues así lo quiere Dios. Todos:Jesús, te clavan en la cruz, por mí ¿cómo podemos quejar- nos de tus mandatos que son para nosotros la salvación? Jesús, queremos estar contigo en la cruz. Gracias, Padre, por darnos a tan gran Redentor. Gracias Jesús por reconciliarnos con Dios. Catequista: Señor Dios, el hombre parece a veces más un animal que un ser humano. Nos hacemos daño unos a otros burlándonos del color de la piel, o de los defectos en el modo de hablar, o de los vestidos pobres; cosas que no tienen ninguna importancia. Es así, que llevaré entre nuestras manos tres clavos, pidiéndote que nunca seamos quien clave un clavo en el cuerpo de otros con nuestros desprecios o nuestras injusticias. Reconstrúyenos, Señor. Duodécima estación: Jesús muere en la cruz Catequista:Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos. Todos: Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo. Elemento – símbolo: cinta para tapar la boca. Catequista:Una vez clavado en la cruz, Je- sús es elevado, para agonizar penosamente y morir de asfixia e infarto a eso de las tres de la tarde. Sus últimas palabras: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”, hacen vibrar la tierra, mientras la gente se llena de miedo y las cortinas del templo se rasgan de arriba hacia abajo. ¡Ha muerto el Hijo de Dios! Niño (a): Jesús muere por nosotros porque es el Buen Pastor que da la vida por defender a sus ovejas del lobo: “Yo soy el buen pastor. El buen Pastor da su vida por las ovejas” (Jn 10,11). Jesús vence a la muerte resucitando glorioso, al tercer día, para nunca más morir. Todos: Jesús has muerto en la Cruz, y nos enseñas el amor y el perdón. Por tu Cruz y Resurrección nos has salvado, Señor. Catequista:Jesús muere. Así cumple la voluntad del Padre eter- no: darnos a todos la salvación y la vida eterna. La muerte de Jesús es el camino de la Resurrección y es el camino que yo debo recorrer: muerto al pecado para resucitar un día en el cie-
  • 34. 30 lo. Por eso guardaremos silencio y taparemos nuestra boca con una cinta, como signo de acompañar a Jesús en estos momentos en silencio. Décima tercera estación: La Virgen María recibe el Cuerpo de su Hijo Catequista: Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos. Todos: Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo. Elemento – símbolo: poner las manos abier- tas. Catequista: Con qué brutalidad te clavaron en la cruz, y con qué delicadeza te bajan ahora de la misma. Te colocan en los brazos de tu Madre y te limpian de toda tu sangre y suciedad. Te tratan con todo cariño. Parece que siempre nos sentimos más amables cuando vemos la muerte, y nos volvemos más favorables a una persona cuando ya ha muerto. Si aprendiéramos a decir esas cosas ama- bles cuando las personas están vivas, y ser buenos los unos para con los otros cuando vivimos: sería mucho más fácil vivir esa vida nueva que Tú nos has enseñado. Niño (a): Al ver a la Madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: “Mujer, aquí tienes a tu hijo”. Luego dijo al discípulo: “Aquí tienes a tu Madre”. Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa” (Jn 19, 26-27). Todos:Jesús, una espada de dolor atravesó el corazón de tu Santísima Madre cuando fuiste puesto sin vida en sus brazos. Ayúdame a ser hijo leal de María, mi Madre. Madre llena de dolores, haz Tú que cuando expiremos, nuestras almas entregue- mos por tus manos al Señor. Catequista:Señor Jesús, cada uno de nosotros quizá viviremos en esta tierra diez, veinte, sesenta o setenta años. Ayúdanos a hacer felices a todos los que vivan a nuestro lado. Ayúdanos a ser amables en nuestras palabras y en nuestras acciones para con ellos, mientras viven. Si les ayudamos a ser felices, también nosotros seremos felices. Ponemos nuestras manos abiertas, como signo de que queremos recibir la vida que Dios nos ofrece a través de la ofrenda de su Hijo. Décima cuarta estación: Jesús es sepultado Catequista: Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos. Todos: Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo. Elemento – símbolo: sacar la piedra de dentro del zapato. Catequista: Eres colocado en tu sepulcro. Echan a rodar la gran piedra en la entrada y allí quedas tú, en tu tumba. Pero yo sé que en tres días Tú vas a resucitar. Y vas a dar un nuevo sentido a la vida, y nos vas a enseñar un nuevo modo de vivirla. Resucitarás de entre los muertos y así la muerte habrá perdido su poder sobre la humanidad y nuestros miedos serán superados, porque Tú has demostrado que eres el Hijo de Dios. Niño (a): Participamos en la Muerte y Resurrección de Jesucris- to, apartándonos del pecado y viviendo en gracia para poder un día resucitar con Él. Para fomentar más mi fe de cristiano debo creer en la Resurrección y practicar la vida que Jesús nos puso como ejemplo en sus obras y palabras. Todos:Jesús, tus enemigos creen que han triunfado al sellar tu tumba. Pero tu triunfo eterno comenzó la mañana de Pascua. Ayúdame, Jesús, a confiar en la Resurrección de mi alma. Si morimos contigo, creemos que resucitaremos contigo. Tú eres
  • 35. 31 nuestra salvación y nuestra gloria para siempre. Catequista:Pienso en mi Bautismo, que es una muerte al pe- cado. He sido sepultado con Cristo, para resucitar a una nueva vida con Él. Las molestas piedras que hemos traído en el reco- rrido del Calvario ahora nos las vamos a sacar de adentro del zapato y las vamos a juntar en un solo lugar, como signo de que queremos sepultar nuestro pecado y resucitar junto con Cristo. Décimo quinta estación: Jesús resucita al tercer día entre los muertos Catequista: Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos. Todos: Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo. Catequista: Y cumpliendo su promesa, Je- sús resucitó de entre los muertos al tercer día ¡Qué alegría más grande! Está vivo, vive eternamente y su reino no tendrá fin. Hemos sido salvados por el amor más grande del mundo. ¡Es momento de celebrar su gloria y sentirnos sus hermanos, su familia, los hijos de Dios! Niño (a) ¡Qué alegría poder sentirlo muy cerca de nosotros, porque verdaderamente ha Resucitado! La Resurrección de Je- sús es el fundamento de nuestra esperanza en una vida eter- na. Porque Jesús resucitó de entre los muertos, sabemos que nosotros también resucitaremos. Jesús nos dio la certeza de que la muerte no tiene ningún poder sobre nosotros. En su Resurrección, él venció a la muerte. Y, porque él vive, nosotros también viviremos. Todos:Que la alegría de tu Resurrección nos acompañe siempre Señor. Que, a pesar de las dificultades, siempre llevemos en el corazón la certeza de un final lleno de la gloria de tu amor. Catequista:Como la oscuridad de la noche queda vencida por el resplandor de la aurora, así ha sucedido en ti el milagro de la Nueva Vida. Al acercarse el brillo del sol, otra Luz llena de ale- gría a todos: la tumba está vacía y el Dios-Hombre se ha alzado de la muerte y camina de nuevo en esta tierra. El sufrimiento, la dureza, las torturas de su vida han quedado sepultadas en la gloria de su resurrección. Cristo ha resucitado y el mundo entero, lleno de esperanza grita: ¡Aleluya! Oremos: Señor Dios, ojalá se me ocurriera más veces detener- me y mirar a mi propia vida. Yo, por el Bautismo, estoy unido a Cristo. Mi vida, según tus planes, es un reflejo de su vida. Tam- bién yo puedo superar todo eso porque esa es mi herencia como cristiano: levantarme, renovarme, ser cada vez más perfecto, y gritar con todos los que tienen esperanza mi gozoso ¡Aleluya, aleluya, aleluya! Canto: Jesús Resucito canto animación católica. 1.- Cita generadora Padre en tus manos encomiendo mi Espíritu 2.- Fruto: Celebrar, conmemorar y hacer actual el sacrificio de Cristo que ha dado paso a nuestra redención, fortaleciendo la esperanza. 3.- Pregunta generadora ¿La cruz es signo de amor, de esperanza y fuente de salvación? O ¿la cruz es símbolo de pecado, dolor y sufrimiento? Reflexión II. Tema: FORTALEZCO MI ESPERANZA CUANDO ABRAZO LA CRUZ, FUENTE DE MI SALVACIÓN
  • 36. 3 2 4.- Notas pedagógicas Recalcar en los niños que estamos invitados a celebrar, conmemo- rar y hacer actual aquel Sacrificio de Cristo, que ha dado paso a nuestra redención, a través de su Pasión y Muerte en la Cruz. Por ello la Cruz más allá de ser signo en el que Jesús asume los pecados, el dolor y sufrimiento de la humanidad, es también signo de amor y faro capaz de orientar nuestra vida desde Cristo Redentor. 5.- Materiales: • Altar • Biblia • Vela o cirio • Una Cruz grande de preferencia sin Cristo • Reproductor de música 6.- Bienvenida y ubicación: Sean todos bienvenidos a nuestro encuentro con Jesús, los invito a fortalecer su fe y su esperanza contemplando el misterio de la Cruz del Señor, abrazando la Cruz como fuente de nuestra salvación, para descubrir que en este tiempo complejo que vivimos como sociedad y tan valioso como son los cuatrocientos años de milagros a través de la intercesión de Nuestra Madre Santísima de San Juan, nuestra vocación esencial es vivir, testimoniar y anunciar que Jesús es la luz y esperanza del mundo. 7.- Entramos en oración Señor, como Tú, yo quiero ser fuego que purifica, luz que ilumina en medio de la oscuridad, palabra que consuela en medio del sufrimiento. Tú eres un Dios glorioso, lleno de vida y de esperanzas. Viniste al mundo para acompañarnos y realizar un sacrificio perfecto de Amor y romper así todas nuestras ataduras. Rey mío, Dios mío. Tú nos has salvado con tu sangre y preferiste la muerte en la Cruz antes que renunciar al amor. Bendito y alabado seas, por tu poder derramado sobre toda la humanidad. Amén 8.- Experiencia previa Nuestra vida siempre está marcada de búsquedas; di- versos son los caminos que emprendemos para alcanzar aquello que nos hace bien o nos hace sentir plenos de felicidad; pero muchos de estos caminos son difíciles, Jesús emprendió el más difícil de todos, entregar su vida por nuestra salvación, 9.- Conozco más: Catequista: Vamos a escuchar con mucho detenimiento lo que Dios nos quiere decir a través de su Palabra y al finalizar rea- lizamos la siguiente actividad. (Si gustan pueden ir leyendo por párrafos y a la vez ir con- testando cada una de las preguntas del crucigrama o como el catequista lo crea conveniente) Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas (23, 26-56) “Cuando llevaban (a Jesús) para crucificarlo, detu- vieron a un tal Simón de Cirene, que venía del campo, y le cargaron la cruz para que la llevara detrás de Jesús. Lo seguía una gran multitud del pueblo y de mujeres, que se golpeaban el pecho y se lamentaban por él. Jesús se dirigió a ellas y les dijo: Mujeres de Jerusalén, no lloren por mí; lloren más bien por ustedes y por sus hijos. Por- que vendrán días en que se dirá: Dichosas las estériles, los vientres que no engendraron y los pechos que no amaman- taron. Entonces de pondrán a decir a las montañas: «Cai-
  • 37. 3 3 gan sobre nosotras» y a las colinas: «¡Aplástennos!» porque si esto hacen con el leño verde, ¿qué harán con el seco? Llevaban también con él a otros dos malhecho- res para ejecutarlos. Cuando llegaron al lugar llamado La Calavera, crucificaron allí a Jesús y también a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús decía: Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen. Después sortearon su ropa y se la repartieron. El pueblo estaba allí mirando. Las autoridades, por su parte, se burlaban de Jesús y comentaban: A otros ha salvado, ¡que se salve a sí mismo, si es el Mesías de Dios, el elegido! También los soldados se burlaban. Se acercaban a él para darle vinagre y decían: Si tú eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo. Habían puesto sobre su cabeza una inscripción, que decía: «Ese es el rey de los judíos». Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo: ¿No eres tú el Mesías? Pues sálvate a ti mismo y a noso- tros. Pero el otro intervino para reprenderlo, diciendo: ¿Ni siquiera temes a Dios tú, que estás en el mismo suplicio? Lo nuestro es justo, pero estamos recibiendo lo que merecen nuestros actos, pero éste no ha hecho nada malo. Y añadió: Jesús, acuérdate de mí cuando vengas como rey. Jesús le dijo: Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso. Hacia el mediodía las tinieblas cubrieron toda la región hasta las tres de la tarde. El sol se oscureció, y el velo del templo se rasgó por la mitad. Entonces Jesús lanzó un grito y dijo: Padre, en tus manos en- comiendo mi espíritu. Y dicho esto, expiró. El oficial romano, viendo lo sucedido, alababa a Dios diciendo: Verda- deramente este hombre era justo. Y toda la gente que había acudido al espectáculo, después de ver lo sucedido, regre- saba golpeándose el pecho. Todos los que conocían a Jesús, y también las mujeres que lo había seguido desde Galilea, estaban allí presenciando todo esto desde lejos. Había un hombre llamado José, que era bueno y justo. Era miembro del Consejo de Ancianos, pero no había apro- bado la decisión y el proceder de los judíos. Era natural de Arimatea, ciudad de Judea, y esperaba el reino de Dios. Este José se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Después de bajarlo, lo envolvió en una sábana y lo puso en un sepulcro excavado en la roca, donde nadie había sido sepultado todavía. Era el día de la preparación de la pascua y estaba comenzando el sábado. Las mujeres que habían acompañado a Jesús desde Galilea lo iban observando todo de cerca y se fijaron en el sepulcro y en el modo en que habían colocado el cadáver. Luego regresaron y prepararon aromas y ungüentos. Y el sábado descansaron, según el precepto”.
  • 38. 34
  • 39. 35 10.- Comprendo más: De la carta a los hebreos (4,14-16; 5, 7-9) Hoy la cruz parece que está desapareciendo de nuestras casas y hasta del corazón de muchas personas a quienes les molesta contemplar a un hombre clavado en la cruz. Unos afirman que es un símbolo maldito; otros que no hubo tal cruz, sino que era un palo; para muchos el Cristo de la Cruz es un Cristo impotente, fracasado. La Cruz es símbolo de humillación, derrota y muerte para todos aquellos que ignoran el poder de Cristo para cambiar la humillación en exaltación, la derrota en victoria, la muerte en vida y la cruz en camino hacia la luz. Jesús, sabiendo el rechazo que iba a producir la predi- cación de la Cruz, “comenzó a manifestar a sus discípulos que Él debía ir a Jerusalén y sufrir mucho… ser matado y resucitar al tercer día. Pedro le tomó aparte y se puso a reprenderle: “¡Dios no lo quiera, Señor; no te ocurrirá eso!”. Pero Jesús, dirigiéndose a Pedro le dijo: ¡huye hacia atrás de mí, Satanás! Eres para mí un obstáculo, porque no piensas como Dios, sino como los hombres” (Mt 16, 22-23). Pedro ignoraba muchas cosas y por eso quiso apartar a Jesús del camino que lleva a la cruz, pero él les enseña que el que se opone a la cruz se pone del lado de Satanás. Dios por el contrario recompensa al que es humilde y obediente y así transformó la cruz en victoria, ensalzando y dándole a Jesús un “nombre que está sobre todo nombre” (Flp 2, 8-9) Algunas personas para confundirnos nos pueden llegar a decir ¿adorarías el cuchillo con que mataron a tu padre? ¡Por supuesto que no! Pero Dios tiene el poder de convertir un símbolo de derrota en trofeo de victoria. No fue la Cruz la que mató a Jesús sino nuestros pecados; la Cruz es signo de nuestra salvación y nos devuelve la paz. La historia de Jesús no termina en la muerte. Cuando recordamos la Cruz de Cristo, nuestra fe y esperanza se cen- tran en el resucitado. Por eso para San Pablo la cruz es motivo de gloria (Gá 6, 14) La cruz, con sus dos maderos, nos enseña quiénes somos y cuál es nuestra dignidad: el madero horizontal nos muestra el sentido de nuestro caminar, al que Jesucristo se ha unido haciéndose igual a nosotros en todo, excepto en el pecado. El madero que soportó los brazos abiertos del Señor nos enseña a amar a nuestros hermanos como a nosotros mismos. Y el madero vertical nos enseña cuál es nuestro destino eterno. No estamos destinados para este mundo, sino que caminamos hacia la vida eterna. La Cruz nos enseña cuál es nuestra real identidad. 11.- Celebro mi fe Se prepara en un lugar alto una cruz, simulando el Monte Calvario, pero en el momento que sea besada por los niños se baja y se pone al alcance de los niños. Cada viernes santo, miramos tu Cruz levantada en lo alto del monte. En silencio adoramos tu ofrenda al Padre. Tus brazos extendidos abrazando a todos (as). Tu cabeza inclinada, aban- donada en las manos del Padre. Tu rostro del Siervo sufriente ha quedado desfigurado. Tu costado abierto ha regado la tierra con sangre y agua. Lo has dado todo y te has quedado abierto, pobre y pequeño. Nos amas sin lógica, sin medida, sin pedir nada a cambio. Nos amas porque lo tuyo es amor fiel y sin límites. Al adorar la Cruz de Cristo también nos acercamos a los cruci- ficados de la humanidad. Se preparan unos carteles o imágenes donde se presenten las diferentes realidades y necesidades de la comunidad: Traemos ante ti, Jesús crucificado: 1) Los relatos de los pobres, que desde la cruz del sufrimiento cotidiano anhelan vivir en medio de grandes dificultades. 2) Las imágenes de las víctimas, hombres y mujeres asustados y desprotegidas. Infinidad de rostros de niños atrapados en las redes de la esclavitud y de la violencia.
  • 40. 36 3) Las noticias de los sin voz, multitud de gente huyendo de la guerra y la violencia. Las cifras de los condenados a muerte por el hambre, las drogas. Los campos de refugiados, las cárceles, los hospitales… y tantos lugares y situaciones de desamor, donde mila- grosamente brotan semillas de vida, de ayuda gratuita. Coloca al lado de Jesús alguna necesidad o realidad por la que quieras pedir y que forman parte de los crucificados de hoy.
  • 41. 3 7 En este día el Señor nos dice “vamos, y emprendamos juntos el camino”. Y nosotros queremos acompañarlo, aunque sabemos que el camino nos lleva a la cruz. Dispongamos el corazón para adorar la Cruz del Señor, a besarla como un gesto del amor de reconocimiento de su sacrificio por nosotros. Los invitamos a que cada vez que se acerquen a besar la Cruz puedan hacer una pequeña oración o acción de gracias mientras la toman entre sus manos. Oración de Jesús en la Cruz En este día, Cristo del Calvario, vine a rogarte por mi carne enferma; pero, al verte, mis ojos van y vienen de tu cuerpo a mi cuerpo con vergüenza. ¿Cómo quejarme de mis pies cansados, cuando veo los tuyos destrozados? ¿Cómo mostrarte mis manos vacías, cuando las tuyas están llenas de heridas? ¿Cómo explicarte a ti mi soledad, cuando en la cruz alzado y solo estás? ¿Cómo explicarte que no tengo amor, cuando tienes rasgado el corazón? Ahora ya no me acuerdo de nada, huyeron de mí todas mis dolencias. El impulso del ruego que traía se me ahoga en la boca que suplica sin descanso. Y solo pido no pedirte nada, estar aquí, junto a tu imagen muerta, ir aprendiendo que el dolor es solo la llave santa de tu santa puerta. Amén. (Diego Velázquez y Gabriel Mistral Adoración a la Cruz Disponer la Cruz para que los niños la besen o la toquen si prefieren. https:/ /youtu.be/Edo-aLuOL5o Atenas – Al contemplarte en la Cruz Siendo Dios, fuiste tan humilde Hombre Tú te hiciste, traicionado y rechazado. Siendo Dios, tomaste mi lugar cargaste en tus hombros mis heridas y pecados. Fue por mí, te entregaste Para darme vida nueva y rescatarme Al contemplarte en la Cruz, al contemplar tanto amor, no puedo más que adorarte, mi vida entregarte. Al contemplarte en la Cruz, al contemplar tanto amor, no puedo más que adorarte, mi vida entregarte Jesús… Jesús Siendo Dios, tomaste mi lugar, cargaste en tus hombros mis heridas y pecados Fue por mí, te entregaste, para darme vida nueva y rescatarme. Al contemplarte en la Cruz, al contemplar tanto amor no puedo más que adorarte mi vida entregarte. Al contemplarte en la Cruz al contemplar tanto amor no puedo más que adorarte mi vida entregarte Jesús.. Jesús Al contemplarte en la Cruz
  • 42. 38 al contemplar tanto amor no puedo más que adorarte mi vida entregarte. Al contemplarte en la Cruz al contemplar tanto amor no puedo más que adorarte mi vida entregarte Jesús… Jesús https:/ /youtu.be/xlOGfuTRWi4 Sinaí - Cristo y su Cruz CRISTO Y SU CRUZ, LA SALVACIÓN, TRIUNFAREE - MOS. Nuestra gloria es la Cruz del Señor de quien viene nuestra salvación. Él es Vida y es Resurrección. “El que quiera venir tras de mí que se niegue y renuncie a su “yo” Y me siga abrazado a su Cruz”. Como el grano en el surco murió y la espiga es el fruto al segar, fructifica tu muerte en la cruz. https:/ /youtu.be/uEM1TdbV1bw Hermana Martha Isabel En la cruz, tú te entregaste por mí en la cruz abriste tu corazón Oh Jesús y ahora vivo gracias a ti. En la cruz quisiera permanecer junto a ti entrar en tu corazón y ser fiel En los momentos de oscuridad, quiero estar contigo aunque todo sea gris quiero estar contigo firme y no desistir tomar la cruz y caminar contigo señor En la cruz es tan difícil poder comprender Pero tu amor me sostiene en pie Y aunque te falle tu siempre eres fiel Igual que tu hoy me dispongo a abrazar mi propia cruz Esa que bien tú conoces señor Y que me une a tu pasión Cuenta conmigo que aquí estoy señor Cuenta conmigo, con lo poco que soy Y si mis manos te sirven señor, tuyas son Tuyas son. Tuyas son. 12.- Transformo mi realidad La invitación es a seguir contemplando la grandeza del misterio de un amor que se entrega hasta las últimas consecuencias. Nos retiramos en silencio y, como María, permanecemos atentos y vigilantes a la espera de la Resurrección del Señor. 13.- Asimilo La Cruz en fuente de amor y de esperanza 14.- Frase Todo está cumplido 15.- Valor o actitud A mor, Esperanza, Adoración 16.- Acción concreta Hacer un acto de amor a una persona necesitada y que nuestra platica siempre sea un reflejo de la esperanza que tenemos.
  • 43. 39 Reflexión III. Tema: FORTALEZCO MI ESPERANZA CUANDO ESCUCHO LA VOZ DE MI SALVADOR (SIETE PA- LABRAS) 1.- Cita generadora: “- Todo está cumplido. E inclinando la cabeza, entregó el espíri- tu”. (Jn 19,30b) 2.- Fruto: Que las palabras de Jesús fortalezcan mi esperanza y las aplique en los momentos más importantes de mi vida 3.- Pregunta generadora: ¿Cuáles fueron las últimas palabras de Jesús? 4.- Notas pedagógicas: Hacer hincapié en la falta o pecado, pero sobre todo en la Reden- ción, en el perdón de nuestros pecados por medio de la Muerte en la Cruz. Las frases de Jesús son enseñanza que nos dejó para ponerlas en práctica. La entrega voluntaria de Jesús es un acto de amor y esperanza para nosotros 5.- Materiales: • Crucifijo • Reproductor de música 6.- Bienvenida y ubicación: Hola niños y adolescentes valoro mucho su presencia en este encuentro con Jesús, el día de hoy vamos a reflexionar so- bre las siete palabras (frases) de Jesús, las últimas que él pro- nunció antes de morir en la cruz, estas palabras deben ser sig- nificativas para nosotros, ya que Jesús fue condenado a muerte a pesar de su inocencia. Aquellas palabras, pronunciadas desde la cátedra de la Cruz, son su definitiva lección magistral, en ellas se decía a sí mismo, se explicaba a sí mismo, recogía lo más grande de su doctrina, lo más rico de su experiencia y lo más importante de su testamento y nos las dejó para que nosotros también las apliquemos en nuestra vida. 7.- Entramos en oración: Señor Jesús queremos agradecer en este día los méritos de tu muerte y la enseñanza que nos diste al pronunciar las 7 pala- bras Escuchar el canto https:/ /youtu.be/yCSpbz2E13U Saliendo del pretorio, Marcela de la Garza 8.- Experiencia previa Jesús había distribuido por los caminos de Galilea y en los atrios del Templo los dones que había recibido. El don de su palabra y el don de su Cuerpo y de su Sangre. Pero su tesoro era inagotable. Desde lo alto de la Cruz tenía aún que entre- gar a los hombres y mujeres de todos los tiempos y lugares siete dones como siete estrellas: el don del perdón gratuito y el del paraíso recobrado; el don de la madre para los hermanos dispersados por el miedo y el de la confianza en el Padre bien amado; el don de la sed de los comienzos y el de la esperanza ya cumplida, el don finalmente de su propia entrega, tan libre y voluntaria, tan sentida y generosa. 9.- Conozco más: Las siete palabras que nuestro Señor pronunció en la Cruz son palabras que hablan de sufrimiento: del sufrimiento de Dios y del hombre.
  • 44. 40 Si deseamos descubrir el significado del cristianismo, te- nemos que comprender el concepto del sufrimiento, el sufrimien- to tiene que ver tanto con el problema, como con la solución de las dificultades del mundo. El sufrimiento humano es evidencia del desorden que exis- te en el mundo, la consecuencia por la separación que el pecado ha producido entre el hombre y Dios. El sufrimiento de Cristo es el resultado de la desobediencia del hombre, pues el orden y las relaciones solo se restablecen cuando alguien está dispuesto a pagar el precio requerido. Para eso vino Cristo al mundo: para vivir, sufrir, morir y resucitar por toda la humanidad, a fin de salvarla. La salvación del hombre, entonces, se logra por medio del sufrimiento. La vida del cristiano, a su vez, es el sufrimiento a favor de otros. Sin el sufrimiento, el mal no puede ser afrontado ni conquistado. Las siete palabras nos proclaman no solo que por medio del sufrimiento puede haber comunión entre Dios y el hombre, sino también entre el hombre y el hombre. Las siete pa- labras de sufrimiento presentan el Evangelio cristiano con todas sus implicaciones. 10.- Comprendo más Hoy conoceremos y meditaremos las siete palabras que dijo Jesús en la Cruz antes de morir Jesús al decir estas palabras se encontraba clavado en la Cruz y para poder respirar y hablar tenía que hacer un esfuerzo muy grande debido a la postura en que se encontraba. ¿Sabes cuáles fueron esas siete palabras (frases) que pronun- ció Jesús antes de morir? PRIMERA PALABRA: “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen” Niños, Jesús nos dejó esta gran enseñanza con esas palabras porque Jesús pidió perdón por quienes lo habían acusado. Jesús dice que debemos perdonar a los que sintamos que son nuestros enemigos. Y no porque ellos se lo merezcan, sino porque nuestra alma merece estar en paz. SEGUNDA PALABRA: “Yo te aseguro que hoy estarás conmi- go en el paraíso” Dimas el buen ladrón, en la Cruz reconoció a Jesús como rey, y Jesús lo recompensó prometiéndole que ese mismo día estaría con él en el paraíso, por eso nosotros niños debemos reconocer a nuestro amigo Jesús como Rey, no solo con nuestras palabras, sino con las acciones de nuestra vida. TERCERA PALABRA: “Mujer: ahí tienes a tu hijo. Hijo ahí tie- nes a tu madre” Niños en este momento Jesús, nuestro amigo proclama a la Vir- gen María como madre de todos nosotros. María nuestra madre nos ama y siempre nos está cuidando. Aprendamos a orar más con la Virgen María y a tenerla más en cuenta en nuestra vida. CUARTA PALABRA: “Dios mío, Dios mío ¿Por qué me has aban- donado? Esta es una oración, un salmo donde el Hijo habla con el Padre, en estas palabras nos hace pensar en el pecado de los hombres. Por nuestra causa Jesús hasta se sintió lejos del amor de su pa- dre Dios. Todo eso fue por amor a nosotros…. Finalmente triunfó el amor, y Jesús al resucitar se da cuenta de que su Padre nunca lo abandonó. Nosotros debemos luchar con Jesús en nuestra vida diaria, y morir al pecado, para que también el Padre nos resucite para la vida eterna. QUINTA PALABRA: “Tengo sed” En esta palabra que pronunció Jesús se refería a que tenía sed de las almas de los hombres, porque él era el pastor de las ove- jas y ahora se quedaba sólo y sin sus ovejas. Pero él veía que muchos hombres despreciaban su amor y eso le dolía a Jesús en su corazón por lo cual tenía sed del amor de los hombres. Que nosotros siempre sepamos ser sus amigos.
  • 45. 41 SEXTA PALABRA: “Todo está consumado” Jesús dijo que ya había cumplido todo lo que su Padre le había encomendado, y por amor nos dio su vida por nosotros, obede- ciendo la voluntad de Él. Nosotros también como Jesús debemos cumplir lo que nuestro Padre Dios quiere de nosotros dejando la flojera, el orgullo, la envidia y cumpliendo su voluntad, SÉPTIMA PALABRA: “Padre en tus manos encomiendo mi espíritu” Jesús muere con serenidad y paz en las manos de su Padre Dios. Por lo cual estas palabras nos hacen pensar que debemos cuidar nuestra alma y no solo nuestro cuerpo. Niños y Jóvenes estas fueron las palabras que pronunció Jesús el día de su muerte cuando se entregó para la salvación de nuestras almas. 11.- Celebro mi fe Coro 1 Jesús, nuestro pecado causó tu sufrimiento, pero, tú perdonaste todos nuestros pecados. Perdónanos por el dolor que te hemos causado a ti y a los demás. Mediante tu cruz, muéstranos con- tinuamente la naturaleza de nuestro pecado y la profundidad de tu perdón. Coro 2 Perdónanos por no saber lo que hacemos, pero ayúdanos a hacer lo que tú haces, perdonando a otros por amor a Ti, quien con el Padre y el Espíritu Santo eres un solo Dios por los siglos de los siglos PRIMERA PALABRA: “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen” SEGUNDA PALABRA: “Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso” Coro 1 Jesús, te alabamos porque por tu cruz pusiste fin al sufrimiento. Y te damos gracias porque por tu sufrimiento has traído salva- ción a toda la humanidad. Por medio de tu obra renueva nuestra vida, Coro 2 y enséñanos a conocer algo de tu experiencia para obtener la victoria. Concédenos tu comunión, para al final compartir conti- go el paraíso por la eternidad, tú que con el Padre y el Espíritu Santo eres Dios por los siglos. TERCERA PALABRA: “Mujer ahí tienes a tu hijo. Hijo ahí tienes a tu madre” Coro 1 Jesús, tú no nos has dejado solos con nuestros sufrimientos, los has usado como el medio para establecer comunión con nosotros. Gracias por darnos a tu mamá como mamá nuestra, Coro 2 Fortalécenos para que podamos amarla como tú la amas y hon- rarla por estos cuatrocientos años de milagros en nuestra dió- cesis, y servirte a ti, que con el Padre y el Espíritu Santo eres Dios, por los siglos de los siglos.
  • 46. 42 CUARTA PALABRA: “Dios mío, Dios mío ¿Por qué me has abandonado? Coro 1 Jesucristo, te sentiste desamparado, en la cruz. Jesús, sea todo honor y gloria por el desamparo que padeciste por nosotros. Consérvanos en la seguridad de que jamás seremos desampara- dos o destruidos. Coro 2 Ayúdanos a seguir creyendo y confiando en ti. Haz que te in- voquemos en cualquier angustia de la vida, y líbranos para que siempre vivamos contigo, quien con el Padre y con el Espíritu Santo eres Dios por los siglos de los siglos. QUINTA PALABRA: “Tengo sed” Coro 1 Jesús, sabemos que tu sed es de amor de los hombres, queremos amarte como Tu nos amas y queremos llevar a otros niños a Ti. Coro 2 Enséñanos a amarte para que siempre te demos honra a ti, quien con el Padre y el Espíritu Santo eres Dios por los siglos de los siglos. SEXTA PALABRA: “Todo está consumado” Coro 1 Jesús, tú eres el autor y consumador de nuestra fe y de nuestra vida y te adoramos por tu cruz y carácter decisivo. Tú has des- truido el poder de lo malo y nos has librado de la muerte eterna. Coro 2 Concédenos que nuestra vida se ajuste a tu voluntad, mediante el poder de tu salvación, podamos vencer el pecado y por fin participar de la victoria final y vivir eternamente contigo, quien con el Padre y el Espíritu Santo eres Dios por los siglos de los siglos. SÉPTIMA PALABRA: “Padre en tus manos encomiendo mi espíritu” Coro 1 Jesús, al encomendarte al Padre y al Espíritu Santo, el dador de vida, has consagrado el último momento del creyente. Concede que siempre tengamos nuestra vida en las manos de ese mismo Padre y Espíritu para que, aunque perdamos todo, no nos perda- mos a nosotros mismos. Coro 2 Fortalécenos durante toda nuestra vida y en el momento de la muerte para que, mediante tu amor redentor, por fin seamos trasladados a la plenitud de la resurrección. Te lo pedimos, oh, Cristo, por tu infinito amor y tus propios méritos.
  • 47. 43 12.- Transformo mi realidad Después de conocer, meditar y orar las siete palabras de Jesús en la Cruz, podemos: a. Prestarles acogida en nuestro corazón. Recordarlas y meditar- las, en nuestra vida diaria. b. Hacer nuestros aquellos sentimientos que embargaban a Jesús en los últimos momentos de su vida mortal. Estamos llamados a imitar a Jesús. c. Luchar para que no se cometan más injusticias en el mundo en el que vivimos. No podemos permitir que los justos sean injusta- mente ajusticiados. Que las últimas palabras del Señor nos ayu- den a recordar aquel pasado y a acordar entre todos un futuro impregnado por aquellos sentimientos. 13.- Asimilo: Jesús alienta nuestra esperanza en la salvación 14.- Frase: Fortalezco mi esperanza cuando escucho la voz de mi salvador 15.- Valor o actitud: Esperanza, Salvación 16.- Acción concreta: meditar las palabras de Jesús y hacerlas vida. - Se pide a los niños que el viernes santo se integren a parti- cipar con toda la comunidad en el oficio propio del día (celebra- ción litúrgica de la Muerte del Señor, viacrucis, siete palabras, adoración de la Cruz). - Se pondrán de acuerdo para ver cómo se organizó la marcha del silencio y si pueden unirse iniciando desde sus centros de catecismo a la parroquia. Tarea: Cada niño hace dos banderas blancas con mensaje de Resurrec- ción una para su familia y la otra para regalar a un niño que no haya asistido a Pascuas. Por ejemplo “¡Aleluya, Cristo resucitó!” u otro. Lema, lugar fecha y hora de la celebración. Les pediremos que de preferencia vayan vestidos de blanco a la celebración y todos deberán llevar una vela para participar con toda la comunidad.
  • 48. 44