El patito feo era realmente un patito feo y no un cisne. Sufrió por no ser un cisne como los demás patitos. Un día, una patita fea se enamoró de él a pesar de su apariencia y le dijo que para ella era hermoso. El patito feo también se enamoró de la patita fea y se casaron, siendo muy felices juntos y teniendo patitos propios. La moraleja es que el amor lo vuelve todo hermoso.