El poema expresa la gratitud del autor hacia Dios por darle más de lo que pedía. Al solicitar una flor, Dios le otorgó un jardín completo; al pedir un árbol, recibió un bosque; y aunque solo pidió un río, Dios le concedió un océano entero. La lección es que Dios siempre provee más allá de las expectativas.