El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido se declaró en 1982 para conservar la región en su estado natural. Se formó debido al plegamiento y elevación de las montañas durante la era terciaria y cuaternaria, dando lugar a valles glaciares y circos. La mayor parte de la roca es caliza, lo que causó una erosión kárstica que formó cuevas, cañones y simas. El parque tiene una superficie de 15.608 hectáreas en la provincia de Huesca, Aragón, y su punto más alto es el pico