Este poema de tres estrofas expresa la determinación y resistencia de Nelson Mandela durante sus años en prisión. A pesar de estar encarcelado y sufriendo castigos, Mandela se siente orgulloso de su alma inconquistable y mantiene su cabeza erguida bajo los golpes del destino. Aunque el futuro es incierto, Mandela se enfrenta a lo que venga sin miedo porque es dueño de su propio destino y capitán de su alma.