La toma de tierra es un sistema de protección para usuarios que conectan aparatos a la red eléctrica. Consiste en una pieza metálica enterrada en el suelo con baja resistencia, conectada a la estructura de un edificio, que lleva cualquier corriente derivada a tierra para evitar que pase al usuario. Se distribuye por la instalación eléctrica a través de un cable verde y amarillo que acompaña a los cables de tensión y llega a los aparatos a través de sus bases de enchufe.