El documento discute los efectos negativos del consumo excesivo de pornografía a nivel cerebral, afectivo y social. A nivel cerebral, la pornografía puede afectar el cerebro, reducir las conexiones nerviosas y conducir a una visión distorsionada de la sexualidad. A nivel afectivo, puede causar aislamiento, dañar las relaciones y producir disfunción sexual. A nivel social, ha llevado a una hipersexualización de los medios y alimentado la trata de personas con fines de explotación sexual.