Este documento argumenta que la felicidad no se encuentra en las circunstancias externas como parejas, hijos u otras personas o cosas, sino que depende de ser la persona adecuada y vivir sabiamente. Sugieren que para ser feliz hay que establecer relaciones saludables, poner límites apropiados, aceptar lo bueno y rechazar lo dañino, usar las cosas y no abusar de las personas, y enfrentar los problemas con sabiduría e inteligencia en vez de buscar la felicidad fuera de uno mismo.