Este documento narra los últimos momentos de Jesús antes de su crucifixión a través de las 14 estaciones del Vía Crucis. Describe cada estación con detalles sobre los sufrimientos físicos y emocionales de Jesús, así como la presencia de María y otros que lo acompañaron. Resalta la obediencia de Jesús a Dios a pesar de su debilidad y cómo cada caída lo acercaba más a cumplir la voluntad de Dios para redimir a la humanidad.
Este documento resume la pasión y muerte de Jesús a través de varias meditaciones. Explica cómo Jesús sintió gran tristeza y angustia en el Huerto de los Olivos, y cómo sufrió en la cruz por los pecados de la humanidad. También destaca el papel de las mujeres que le acompañaron hasta el final, permaneciendo fieles a pesar del peligro.
El documento presenta un resumen del Vía Crucis, la devoción católica que conmemora los últimos momentos de Jesús antes de su crucifixión y muerte. Consta de 15 estaciones que representan los episodios de la Pasión de Cristo, como cuando es condenado a muerte, carga con la cruz, se encuentra con su madre María, y cae por segunda vez camino al Calvario. El Vía Crucis invita a los fieles a reflexionar sobre el sacrificio de Jesús y acompañarlo en su sufrimiento.
VIACRUCIS PARA VIERNES 1º DE CUARESMA. AGARRARSE A LA CRUZ DE LA VIDAFEDERICO ALMENARA CHECA
Este documento presenta un recorrido por las 14 estaciones del Vía Crucis, resumiendo brevemente el significado y mensaje de cada una. A lo largo del documento, se reflexiona sobre el sufrimiento de Cristo, se invita a cargar la propia cruz y acompañar a los que sufren, y se presenta la cruz como un símbolo de amor y esperanza a pesar de la crueldad.
Este documento describe el sufrimiento de los inmigrantes africanos que intentan llegar a Europa a través del desierto y el mar Mediterráneo, comparándolo con la Pasión de Cristo. Detalla los muchos obstáculos y dificultades que enfrentan, incluyendo la deshidratación, el hambre, la explotación, la violencia y la muerte, a menudo abandonados sin ayuda. Concluye llamando a los lectores a tener compasión por estos "inocentes" y a cambiar sus corazones para acogerlos con human
Este documento describe las catorce estaciones de la vía crucis, reflexionando sobre cómo Jesús sufrió injustamente y cómo su pasión se refleja en el sufrimiento de personas en situaciones de pobreza, hambre y falta de recursos en todo el mundo. También hace un llamado a reconocer a Jesús en los demás y a ayudar a quienes lo necesitan para aliviar su dolor y sufrimiento.
El documento describe las 14 estaciones del Vía Crucis, recorriendo las últimas horas de Jesús antes de su crucifixión y muerte. Cada estación describe un momento como Jesús siendo condenado a muerte, cargando la cruz, encontrando a su madre, siendo clavado en la cruz, y depositado en el sepulcro. El propósito del Vía Crucis es recordar el sacrificio de Jesús y pedir su gracia y fortaleza para llevar nuestras propias cruces.
Este documento contiene una colección de oraciones escritas por Luis Espinal, sj, un periodista y mártir jesuita de Bolivia en los años 1970. Las oraciones tratan sobre temas como el egoísmo, la soledad del espacio, la necesidad de seguir adelante en la fe, la castidad, la juventud sin Dios, la Iglesia del Concilio Vaticano II, la música moderna, mandatos divinos incomprensibles, el verano, el comunismo, y más. El objetivo general parece ser explorar la relación entre Dios
El documento describe las 14 estaciones del Vía Crucis, comenzando con la condena de Jesús a muerte y terminando con su muerte en la cruz. Cada estación describe un episodio de la Pasión de Cristo, como Jesús cargando la cruz, cayendo por primera vez, encontrándose con su madre María, siendo ayudado por Simón de Cirene, y Verónica limpiando su rostro. El Vía Crucis conmemora el sufrimiento de Jesús y su sacrificio para redimir a la humanidad.
Este documento resume la pasión y muerte de Jesús a través de varias meditaciones. Explica cómo Jesús sintió gran tristeza y angustia en el Huerto de los Olivos, y cómo sufrió en la cruz por los pecados de la humanidad. También destaca el papel de las mujeres que le acompañaron hasta el final, permaneciendo fieles a pesar del peligro.
El documento presenta un resumen del Vía Crucis, la devoción católica que conmemora los últimos momentos de Jesús antes de su crucifixión y muerte. Consta de 15 estaciones que representan los episodios de la Pasión de Cristo, como cuando es condenado a muerte, carga con la cruz, se encuentra con su madre María, y cae por segunda vez camino al Calvario. El Vía Crucis invita a los fieles a reflexionar sobre el sacrificio de Jesús y acompañarlo en su sufrimiento.
VIACRUCIS PARA VIERNES 1º DE CUARESMA. AGARRARSE A LA CRUZ DE LA VIDAFEDERICO ALMENARA CHECA
Este documento presenta un recorrido por las 14 estaciones del Vía Crucis, resumiendo brevemente el significado y mensaje de cada una. A lo largo del documento, se reflexiona sobre el sufrimiento de Cristo, se invita a cargar la propia cruz y acompañar a los que sufren, y se presenta la cruz como un símbolo de amor y esperanza a pesar de la crueldad.
Este documento describe el sufrimiento de los inmigrantes africanos que intentan llegar a Europa a través del desierto y el mar Mediterráneo, comparándolo con la Pasión de Cristo. Detalla los muchos obstáculos y dificultades que enfrentan, incluyendo la deshidratación, el hambre, la explotación, la violencia y la muerte, a menudo abandonados sin ayuda. Concluye llamando a los lectores a tener compasión por estos "inocentes" y a cambiar sus corazones para acogerlos con human
Este documento describe las catorce estaciones de la vía crucis, reflexionando sobre cómo Jesús sufrió injustamente y cómo su pasión se refleja en el sufrimiento de personas en situaciones de pobreza, hambre y falta de recursos en todo el mundo. También hace un llamado a reconocer a Jesús en los demás y a ayudar a quienes lo necesitan para aliviar su dolor y sufrimiento.
El documento describe las 14 estaciones del Vía Crucis, recorriendo las últimas horas de Jesús antes de su crucifixión y muerte. Cada estación describe un momento como Jesús siendo condenado a muerte, cargando la cruz, encontrando a su madre, siendo clavado en la cruz, y depositado en el sepulcro. El propósito del Vía Crucis es recordar el sacrificio de Jesús y pedir su gracia y fortaleza para llevar nuestras propias cruces.
Este documento contiene una colección de oraciones escritas por Luis Espinal, sj, un periodista y mártir jesuita de Bolivia en los años 1970. Las oraciones tratan sobre temas como el egoísmo, la soledad del espacio, la necesidad de seguir adelante en la fe, la castidad, la juventud sin Dios, la Iglesia del Concilio Vaticano II, la música moderna, mandatos divinos incomprensibles, el verano, el comunismo, y más. El objetivo general parece ser explorar la relación entre Dios
El documento describe las 14 estaciones del Vía Crucis, comenzando con la condena de Jesús a muerte y terminando con su muerte en la cruz. Cada estación describe un episodio de la Pasión de Cristo, como Jesús cargando la cruz, cayendo por primera vez, encontrándose con su madre María, siendo ayudado por Simón de Cirene, y Verónica limpiando su rostro. El Vía Crucis conmemora el sufrimiento de Jesús y su sacrificio para redimir a la humanidad.
Muy queridos amigos:
¡Qué lamentable es la situación de esclavitud que nos han acarreado estas nuestras cadenas de oro que tanto presumimos! Vivimos bajo las seducciones del mundo y nos hemos acostumbrado a nuestra prisión de diamantes. Este mundo en el que vivimos nos ha engañado arteramente y parece que tú y yo hemos convertido los grilletes en prolongación de nuestras extremidades. Hoy, tenemos que admitir, aunque nos avergüence, que hemos caído en su juego y que ladinamente nos ha entrampado. Sucede que todos nos hemos dejado embaucar y hemos dejado que nos mintiera con sus falacias y sofismas.
¡Creánme!, no se trata solamente de una visión negativa del mundo, ni se trata de alguien que carga irremediablemente sus fobias patológicas. Puedo asegurarles que no tengo delirios persecutorios.
El documento presenta una oración y reflexiones sobre las estaciones del Vía Crucis. En menos de 3 oraciones:
El documento guía a los lectores en una meditación sobre las 14 estaciones del Vía Crucis, comenzando con una oración pidiendo iluminación para comprender los sufrimientos de Cristo y terminando con reflexiones sobre Jesús consolando a las mujeres de Jerusalén en su camino al Calvario. Incluye oraciones y poemas para acompañar cada estación.
El documento presenta una reflexión crítica sobre la religión cristiana y su influencia en la vida y la muerte. El autor critica las nociones cristianas del juicio final y el infierno, y cómo estas ideas han sembrado el miedo y la sumisión. También valora positivamente las culturas griega y romana, que promovían una visión más humanista del ser humano. El autor concluye que la fe cristiana es contraria al progreso y al bienestar, y que aparta las oportunidades de comprender el mundo de manera natural y demost
Este documento presenta un Vía Crucis vocacional para reflexionar sobre el camino de Jesús hacia la cruz y cómo seguirlo. Contiene 14 estaciones con lecturas bíblicas, reflexiones y oraciones para meditar sobre cómo llevar la propia cruz y ayudar a otros a llevar las suyas, siguiendo el ejemplo de entrega y sacrificio de Jesús. El objetivo es experimentar el seguimiento de Jesús hasta el final y pedir vocaciones dispuestas a la misión evangelizadora.
El prólogo presenta al autor y su libro sobre ciudades secretas en los Andes y mensajes de seres de luz. Explica que algunos creerán que es ficción mientras que otros encontrarán verdades que ya conocían. La introducción resume el primer libro del autor sobre la Chinkana del Titicaca y los túneles secretos del lago, y cómo esa experiencia cambió su vida y lo motivó a escribir este segundo libro.
El documento resume la historia del autor sobre su crianza en una cultura que veneraba el sufrimiento. Fue educado por una madre y madrina que encontraban mérito en el dolor y la tristeza. Aunque el autor se rebeló contra esta visión, todavía se siente influenciado por su herencia cultural. Argumenta que el dolor es inevitable pero cómo lo enfrentamos es una elección, proponiendo un enfoque de fortaleza y sabiduría en lugar de resignación.
Este documento resume las 14 estaciones del Vía Crucis, reflexionando sobre el sufrimiento de Jesús y cómo podemos acompañar a los que sufren hoy. En cada estación se pide a Dios fuerzas para no desanimarnos ante las dificultades, para consolar a los que lloran y para seguir su ejemplo de amor y entrega hasta el final a pesar de las caídas. El documento concluye reconociendo que el sufrimiento continúa en el mundo y pidiendo a Dios esperanza para llevar consuelo a los demás y ale
Este documento presenta las 14 estaciones del Vía Crucis, en donde se describe cada paso de Jesús desde su condena hasta su entierro. Cada estación incluye una breve reflexión sobre lo que se puede aprender de ese momento y una oración. El objetivo es reflexionar sobre el sufrimiento de Jesús y cómo se puede aplicar a la vida diaria.
El documento describe un gran agrietamiento submarino que se extiende por los océanos del mundo como resultado de la actividad telúrica reciente. Este agrietamiento comienza en la Antártida y se ramifica hacia el este y el oeste, pasando cerca de varios continentes y islas. Se prevé que este sistema de grietas causará grandes cataclismos, especialmente en el océano Pacífico, debido a los terremotos y maremotos.
El documento describe las 15 estaciones del Vía Crucis, narrando los sufrimientos de Jesús desde su condena a muerte hasta su resurrección. Cada estación presenta una reflexión sobre lo que Jesús experimentó y lo que puede enseñarnos sobre el amor, la compasión y el perdón. El Vía Crucis concluye reconociendo que Jesús murió en la cruz para redimir a la humanidad y resucitó al tercer día, venciendo a la muerte.
El Jueves Santo conmemora el amor extremo de Jesús al instituir la Eucaristía como oblación perfecta para el perdón de los pecados. Jesús enseñó a amar al prójimo como hijo de Dios y servirlo con ternura. Los discípulos de Jesús se distinguieron por su amor mutuo y transformaron las relaciones sociales. En la Última Cena, Jesús les enseñó a servir humildemente y orar para no caer en tentación. El Viernes Santo, ante la contemplación de la Cruz,
Este documento presenta guiones para las 14 estaciones del Vía Crucis para niños. Cada estación describe una parte de la Pasión de Jesucristo, desde su condena hasta su muerte y entierro, utilizando diálogos y narraciones sencillas. El objetivo es ayudar a los niños a comprender y participar en la conmemoración de la Pasión de Cristo a través de representaciones teatralizadas de cada estación.
El documento presenta las meditaciones del Cardenal Zen para el Vía Crucis en el Coliseo de Roma presidido por el Papa Benedicto XVI. El Cardenal Zen aceptó con gusto preparar las meditaciones para que incluyeran a los fieles de China. El Vía Crucis no solo conmemora el sufrimiento de Cristo, sino también el de los mártires del presente. El Cardenal Zen ora por los cristianos perseguidos y por sus perseguidores.
Este documento resume la pintura "Cristo en el desierto" de Iván Kramskoy, que representa a un Jesús humano y débil durante las tentaciones en el desierto. El autor analiza cómo Kramskoy eligió mostrar a Cristo luchando internamente con su misión profética frente a un vida más tranquila, y cómo esto refleja las propias luchas del artista. También reflexiona sobre cómo la pintura muestra la tentación de perseguir el éxito y logros materiales en lugar de vivir de manera más profunda y comprometida.
El documento contiene varios artículos y anuncios sobre eventos religiosos y actividades de comunidades y órdenes religiosas. Se anuncia una obra de teatro realizada para recaudar fondos para una escuela en Camerún, una renovación de votos de jóvenes dominicos, y un artículo sobre el evangelio social de Raúl Vera.
Este documento describe las quince estaciones de la vía crucis, donde Jesús sufrió y murió en la cruz por la salvación de la humanidad. Cada estación describe un momento de su pasión, como cuando cayó bajo el peso de la cruz, se encontró con su madre, y finalmente fue crucificado y enterrado, antes de resucitar triunfante.
El documento describe lo que es el Vía Crucis y sus estaciones, recordando el sufrimiento de Jesús y su muerte en la cruz para salvarnos del pecado. Explica que el Vía Crucis es una de las devociones más antiguas del cristianismo, en la que los cristianos meditan en cada paso de Jesús antes de morir. Finalmente, enumera las 15 estaciones del Vía Crucis y ofrece oraciones para cada una.
1. La Semana Santa conmemora los misterios de la Pasión y Muerte de Jesús, así como su Resurrección, eventos fundamentales para la fe cristiana. 2. Los días de la Semana Santa recuerdan diferentes momentos como la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, la Última Cena, su crucifixión y muerte, y su resurrección al tercer día. 3. La Resurrección de Cristo es la base de la esperanza cristiana de vida eterna y la derrota del pecado y la muerte.
El documento presenta un resumen de las diez estaciones del Vía Crucis, describiendo las injusticias y sufrimientos que Jesús enfrentó en su camino hacia la crucifixión y cómo estos reflejan problemas sociales que aún persisten, como la opresión de los débiles, la violencia, y la falta de respeto por los derechos humanos.
Jesús sigue sufriendo injustamente y cargando con el dolor de la humanidad. En su Pasión, cae tres veces bajo el peso de la cruz y es ayudado por algunos pero ignorado por muchos. Finalmente es clavado en la cruz y muere, mientras que su madre María y otros lloran su muerte.
Muy queridos amigos:
¡Qué lamentable es la situación de esclavitud que nos han acarreado estas nuestras cadenas de oro que tanto presumimos! Vivimos bajo las seducciones del mundo y nos hemos acostumbrado a nuestra prisión de diamantes. Este mundo en el que vivimos nos ha engañado arteramente y parece que tú y yo hemos convertido los grilletes en prolongación de nuestras extremidades. Hoy, tenemos que admitir, aunque nos avergüence, que hemos caído en su juego y que ladinamente nos ha entrampado. Sucede que todos nos hemos dejado embaucar y hemos dejado que nos mintiera con sus falacias y sofismas.
¡Creánme!, no se trata solamente de una visión negativa del mundo, ni se trata de alguien que carga irremediablemente sus fobias patológicas. Puedo asegurarles que no tengo delirios persecutorios.
El documento presenta una oración y reflexiones sobre las estaciones del Vía Crucis. En menos de 3 oraciones:
El documento guía a los lectores en una meditación sobre las 14 estaciones del Vía Crucis, comenzando con una oración pidiendo iluminación para comprender los sufrimientos de Cristo y terminando con reflexiones sobre Jesús consolando a las mujeres de Jerusalén en su camino al Calvario. Incluye oraciones y poemas para acompañar cada estación.
El documento presenta una reflexión crítica sobre la religión cristiana y su influencia en la vida y la muerte. El autor critica las nociones cristianas del juicio final y el infierno, y cómo estas ideas han sembrado el miedo y la sumisión. También valora positivamente las culturas griega y romana, que promovían una visión más humanista del ser humano. El autor concluye que la fe cristiana es contraria al progreso y al bienestar, y que aparta las oportunidades de comprender el mundo de manera natural y demost
Este documento presenta un Vía Crucis vocacional para reflexionar sobre el camino de Jesús hacia la cruz y cómo seguirlo. Contiene 14 estaciones con lecturas bíblicas, reflexiones y oraciones para meditar sobre cómo llevar la propia cruz y ayudar a otros a llevar las suyas, siguiendo el ejemplo de entrega y sacrificio de Jesús. El objetivo es experimentar el seguimiento de Jesús hasta el final y pedir vocaciones dispuestas a la misión evangelizadora.
El prólogo presenta al autor y su libro sobre ciudades secretas en los Andes y mensajes de seres de luz. Explica que algunos creerán que es ficción mientras que otros encontrarán verdades que ya conocían. La introducción resume el primer libro del autor sobre la Chinkana del Titicaca y los túneles secretos del lago, y cómo esa experiencia cambió su vida y lo motivó a escribir este segundo libro.
El documento resume la historia del autor sobre su crianza en una cultura que veneraba el sufrimiento. Fue educado por una madre y madrina que encontraban mérito en el dolor y la tristeza. Aunque el autor se rebeló contra esta visión, todavía se siente influenciado por su herencia cultural. Argumenta que el dolor es inevitable pero cómo lo enfrentamos es una elección, proponiendo un enfoque de fortaleza y sabiduría en lugar de resignación.
Este documento resume las 14 estaciones del Vía Crucis, reflexionando sobre el sufrimiento de Jesús y cómo podemos acompañar a los que sufren hoy. En cada estación se pide a Dios fuerzas para no desanimarnos ante las dificultades, para consolar a los que lloran y para seguir su ejemplo de amor y entrega hasta el final a pesar de las caídas. El documento concluye reconociendo que el sufrimiento continúa en el mundo y pidiendo a Dios esperanza para llevar consuelo a los demás y ale
Este documento presenta las 14 estaciones del Vía Crucis, en donde se describe cada paso de Jesús desde su condena hasta su entierro. Cada estación incluye una breve reflexión sobre lo que se puede aprender de ese momento y una oración. El objetivo es reflexionar sobre el sufrimiento de Jesús y cómo se puede aplicar a la vida diaria.
El documento describe un gran agrietamiento submarino que se extiende por los océanos del mundo como resultado de la actividad telúrica reciente. Este agrietamiento comienza en la Antártida y se ramifica hacia el este y el oeste, pasando cerca de varios continentes y islas. Se prevé que este sistema de grietas causará grandes cataclismos, especialmente en el océano Pacífico, debido a los terremotos y maremotos.
El documento describe las 15 estaciones del Vía Crucis, narrando los sufrimientos de Jesús desde su condena a muerte hasta su resurrección. Cada estación presenta una reflexión sobre lo que Jesús experimentó y lo que puede enseñarnos sobre el amor, la compasión y el perdón. El Vía Crucis concluye reconociendo que Jesús murió en la cruz para redimir a la humanidad y resucitó al tercer día, venciendo a la muerte.
El Jueves Santo conmemora el amor extremo de Jesús al instituir la Eucaristía como oblación perfecta para el perdón de los pecados. Jesús enseñó a amar al prójimo como hijo de Dios y servirlo con ternura. Los discípulos de Jesús se distinguieron por su amor mutuo y transformaron las relaciones sociales. En la Última Cena, Jesús les enseñó a servir humildemente y orar para no caer en tentación. El Viernes Santo, ante la contemplación de la Cruz,
Este documento presenta guiones para las 14 estaciones del Vía Crucis para niños. Cada estación describe una parte de la Pasión de Jesucristo, desde su condena hasta su muerte y entierro, utilizando diálogos y narraciones sencillas. El objetivo es ayudar a los niños a comprender y participar en la conmemoración de la Pasión de Cristo a través de representaciones teatralizadas de cada estación.
El documento presenta las meditaciones del Cardenal Zen para el Vía Crucis en el Coliseo de Roma presidido por el Papa Benedicto XVI. El Cardenal Zen aceptó con gusto preparar las meditaciones para que incluyeran a los fieles de China. El Vía Crucis no solo conmemora el sufrimiento de Cristo, sino también el de los mártires del presente. El Cardenal Zen ora por los cristianos perseguidos y por sus perseguidores.
Este documento resume la pintura "Cristo en el desierto" de Iván Kramskoy, que representa a un Jesús humano y débil durante las tentaciones en el desierto. El autor analiza cómo Kramskoy eligió mostrar a Cristo luchando internamente con su misión profética frente a un vida más tranquila, y cómo esto refleja las propias luchas del artista. También reflexiona sobre cómo la pintura muestra la tentación de perseguir el éxito y logros materiales en lugar de vivir de manera más profunda y comprometida.
El documento contiene varios artículos y anuncios sobre eventos religiosos y actividades de comunidades y órdenes religiosas. Se anuncia una obra de teatro realizada para recaudar fondos para una escuela en Camerún, una renovación de votos de jóvenes dominicos, y un artículo sobre el evangelio social de Raúl Vera.
Este documento describe las quince estaciones de la vía crucis, donde Jesús sufrió y murió en la cruz por la salvación de la humanidad. Cada estación describe un momento de su pasión, como cuando cayó bajo el peso de la cruz, se encontró con su madre, y finalmente fue crucificado y enterrado, antes de resucitar triunfante.
El documento describe lo que es el Vía Crucis y sus estaciones, recordando el sufrimiento de Jesús y su muerte en la cruz para salvarnos del pecado. Explica que el Vía Crucis es una de las devociones más antiguas del cristianismo, en la que los cristianos meditan en cada paso de Jesús antes de morir. Finalmente, enumera las 15 estaciones del Vía Crucis y ofrece oraciones para cada una.
1. La Semana Santa conmemora los misterios de la Pasión y Muerte de Jesús, así como su Resurrección, eventos fundamentales para la fe cristiana. 2. Los días de la Semana Santa recuerdan diferentes momentos como la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, la Última Cena, su crucifixión y muerte, y su resurrección al tercer día. 3. La Resurrección de Cristo es la base de la esperanza cristiana de vida eterna y la derrota del pecado y la muerte.
El documento presenta un resumen de las diez estaciones del Vía Crucis, describiendo las injusticias y sufrimientos que Jesús enfrentó en su camino hacia la crucifixión y cómo estos reflejan problemas sociales que aún persisten, como la opresión de los débiles, la violencia, y la falta de respeto por los derechos humanos.
Jesús sigue sufriendo injustamente y cargando con el dolor de la humanidad. En su Pasión, cae tres veces bajo el peso de la cruz y es ayudado por algunos pero ignorado por muchos. Finalmente es clavado en la cruz y muere, mientras que su madre María y otros lloran su muerte.
Este documento presenta un resumen del Vía Crucis para niños, con 11 estaciones que describen los sufrimientos de Jesús en su camino hacia el Calvario. Cada estación incluye un mensaje para los niños, una reflexión y una oración. El objetivo es enseñar a los niños sobre el sacrificio de Jesús y cómo pueden seguir su ejemplo de bondad y compasión hacia los demás.
Este documento presenta la primera estación de la cruz de una familia parroquial. Comienza con una oración inicial pidiendo acompañar a Jesús en su camino a la cruz. Luego presenta la primera estación, donde Jesús es condenado a muerte injustamente ante Pilato y la multitud que pide su crucifixión. La meditación reflexiona sobre cómo a menudo se prefiere el interés propio sobre la justicia. Termina con una oración de arrepentimiento.
El documento describe las 14 estaciones del Vía Crucis. Cada estación presenta un evento de la Pasión de Jesús, un mensaje para el lector, un párrafo de reflexión y una oración. Los eventos incluyen la condena de Jesús, su caídas bajo la cruz, el encuentro con su madre y su crucifixión. El mensaje general es recordar el sacrificio de Jesús y tratar de seguir su ejemplo de amor, perdón y servicio a los demás.
Este documento habla sobre la meditación de la Pasión de Cristo y el dolor de la Virgen María. Alienta a los lectores a contemplar los sufrimientos de Cristo y María para comprender mejor el significado del dolor y poder acompañar a Cristo en su agonía diaria. Incluye varias citas de santos sobre cómo la meditación de la Pasión puede acercarnos más a Dios y ayudarnos a llevar a otros a la conversión.
El documento describe el Vía Crucis, una devoción centrada en los sufrimientos de Cristo camino al Calvario. Explica que consta de 14 estaciones que representan episodios de la Pasión, como Jesús cargando la cruz y sus caídas. También menciona que María acompañó a Jesús en su camino y sufrió viendo su dolor. Finalmente, invita a los fieles a meditar en los excesos de amor de Cristo y seguirle cargando sus propias cruces.
Este documento describe los cinco misterios dolorosos del rosario, enfocándose en la unión entre la Virgen María y Jesús en su pasión y muerte. Narra cómo María sufrió intensamente al presenciar cada uno de los tormentos de Jesús, desde la oración en Getsemaní hasta su crucifixión y fallecimiento. El documento guía a los lectores a meditar sobre estos misterios y a rezar el rosario, buscando consuelo y fortaleza en el ejemplo de dolor y fe de María.
Las tres oraciones resumen lo siguiente:
1) Jesús es juzgado y condenado injustamente al igual que muchos jóvenes son juzgados por los demás.
2) Al igual que Jesús cargó su cruz solo, muchos jóvenes sufren en silencio cargando sus cruces solos.
3) Al igual que Jesús cayó bajo el peso de la cruz, los jóvenes a menudo se dejan cambiar para encajar en la sociedad, alejándose de su verdadera esencia.
El documento resume las enseñanzas del Papa Francisco sobre la pasión y resurrección de Jesucristo. El Papa explica que Jesús aceptó la humillación y muerte en la cruz para vencer el mal, y su resurrección trae esperanza a la humanidad. También habla de la necesidad de volver a nuestro bautismo y primer encuentro con Jesús para renovar nuestra fe.
Este documento presenta las catorce estaciones del Vía Crucis, describiendo los sufrimientos de Jesús en su camino hacia el Calvario y su crucifixión. Cada estación describe un momento clave como Jesús siendo condenado a muerte, cargando la cruz, cayendo por primera vez, y finalmente muriendo en la cruz. El objetivo es ayudar a los creyentes a reflexionar sobre el gran sacrificio de Jesús y despertar sentimientos de arrepentimiento por los pecados cometidos.
El documento resume las lecturas del domingo que tratan sobre el conflicto, la persecución y la muerte que sufren los cristianos en muchos países. Explica que seguir a Jesús no es cómodo y traerá problemas, pero que el fuego al que se refiere Jesús es el fuego del Espíritu Santo que transforma los corazones con amor. También advierte sobre los peligros de una fe tibia o moderada, y anima a los cristianos a mantener la esperanza y no desfallecer a pesar de las dificultades, ya
Este documento describe la devoción a Jesucristo crucificado y cómo es la base de la fe cristiana. Explica que la crucifixión de Jesús cumplió todas las profecías mesiánicas del Antiguo Testamento de una manera que parecía imposible. También argumenta que el hecho de que Jesús, a pesar de ser crucificado, ahora reine sobre el mundo es el milagro más grande y una prueba poderosa de la credibilidad de la fe cristiana. Finalmente, dice que enfocarse en Jesús crucificado es la mejor manera de for
Jesús es injustamente condenado a muerte y lleva la cruz hasta el Calvario, donde es crucificado. A lo largo del camino, diferentes personas interactúan con Jesús, como María, Simón de Cirene que ayuda a llevar la cruz, y la Verónica que enjuga el rostro de Jesús. El documento también reflexiona sobre cómo los cristianos pueden llevar sus propias cruces y ayudar a los demás a llevar las suyas.
El documento habla sobre el significado y el simbolismo de la cruz para los cristianos. Explica que la cruz representa el sacrificio de Jesús y su entrega de amor, a pesar del dolor y el sufrimiento. También representa el camino que los cristianos deben seguir para ser como Jesús y ayudar a los demás que sufren.
Este documento analiza la muerte de Jesús y cómo su sacrificio aún continúa hoy en día a través del sufrimiento de los inocentes. Discute cómo Jesús aceptó el sufrimiento y la muerte por amor a la humanidad, y cómo muchas personas aún experimentan tortura física o mental. También reflexiona sobre cómo a veces somos culpables de causar dolor a otros a través de nuestras palabras y acciones criticas, y nos insta a ser más compasivos.
Este documento presenta un guión para una representación del Vía Crucis centrada en las familias. Cada estación incluye una breve meditación y oración que relaciona los sufrimientos de Jesús en el Calvario con los desafíos y cruces que enfrentan las familias modernas, como la condena social del matrimonio, la dificultad de la convivencia diaria, y el dolor que sienten las madres ante los problemas de sus hijos. El objetivo es ayudar a las familias a identificarse con los padecimientos de Cristo
Este documento presenta meditaciones para los días de la Semana Santa basadas en los evangelios. Para el Domingo de Ramos habla sobre el significado de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Para el Lunes Santo reflexiona sobre la dicha de servir a Jesús como lo hizo Santa Marta. Para el Miércoles Santo contempla la traición de Jesús por parte de Judas.
2. Vamos a seguir a Jesús –"contemplando"– en sus últimas horas hasta su muerte, en el Vía Crucis, el camino hasta su Cruz. Minutos intensos. Lecciones imborrables para el cristiano, para el hombre que quiere amar. Momentos también de vileza, de cobardía, de mentiras, de crueldad, de lo más bajo que podemos ser los hombres. Y queremos comenzar con un enorme ¡Gracias Dios nuestro! Por este camino de dolor y de amor, en el que estamos implicados. Porque la nuestra, como la suya, no es vida sino para amar, para crecer en el amor a la manera de Cristo.
3. I Estación Condenan a muerte a Jesús Judas ha consumado la traición. Lo que comenzó siendo falta de confianza y hasta de honradez en detalles, minúsculos en ocasiones pero reiterados, acabó siendo la disculpa para ponerle precio a Dios. "¿Qué me queréis dar a cambio de que os lo entregue? Ellos le ofrecieron treinta monedas de plata. Desde entonces buscaba la ocasión propicia para entregárselo". Se acaba terminando, en efecto, en lo tremendo tras un tiempo, –prolongado de ordinario– de infidelidades que parecen de poca monta. Algo nos cuesta, pero Dios lo quiere y decimos no: le decimos no quiero a Dios y nos hacemos los locos. ¿Qué precio le hemos puesto? Pero, también en cada uno la cosa venía de antiguo ... Luego, ante el Sanedrín y Pilatos, prosigue la infamia y se hace oficial, pública, más solemne. Y de una eficacia terrible, aunque para alguno pudiera ser inesperada por su inadvertencia culpable. El lamento es entonces tan estéril como doloroso. Y, mientras tanto, hemos escuchado ya los latigazos ..., interminables. Y, entre risas, le han coronado de espinas. María no se lo puede creer: si no hizo mal a nadie, si curó a muchos, si es el Señor del mundo ... Se ha quedado solo con todo el dolor y todo el abandono; pero, tú y yo, a veces, con nuestra incoherencia, nos sentimos victoriosos también: ¡hemos vencido!, como Caifás y sus amigos. Y, por si acaso ..., también nos lavabos las manos.
4. II Estación Jesús carga con la Cruz Para cada momento de nuestra vida hay otro de la vida de Cristo como ejemplo. Y la Vía Crucis no es una excepción en cada una de sus estaciones. Primero le traicionan, como alguna vez a nosotros..., como alguna vez nosotros...; ahora carga con la Cruz. Parece que el tormento le degrada, que pretende aniquilarlo en el cuerpo y el espíritu; sin embargo, asumida en obediencia a Dios y a los hombres; para quien sabe verla, la Cruz de Cristo será su trono triunfal. Por encima del dolor que le espera de esa Cruz, contempla Jesús en ella, ante todo, la salvación nuestra. El sufrimiento padecido será la garantía y expresión de su amor por todos los hombres. Ya va con la Cruz y parecería que todo se ha perdido; que, como otras veces, la injusticia triunfa y no hay nada que hacer. Se diría que no ha valido la pena tanta generosidad, tanto amor derrochado. Entre el dolor y el desprecio, con la incomprensión y el abandono, ¿quién no pensaría si lo correcto lo marca esa mayoría tranquila y en paz libre de problemas? ¡Hasta vociferan entusiasmados! ¿Es posible cargar con la Cuz esperanzados, con aire todavía de victoria, al menos en el corazón? ¡Qué pesado se hace amar incomprendido! Sólo la Madre –no podía ser de otro modo– está con el Hijo. Señor, que no queramos rendir nunca la esperanza, aunque estemos sólo ciertos de agradarte a Ti. La tendremos también a Ella.
5. La marcha de Cristo con la Cruz no es en este día un paseo triunfal entre la multitud. Más bien parece el fracaso de Jesús de Nazaret, imprevisto para muchos pero incontestable para todos. Un profundo desengaño oscurecía la mente de bastantes: tan evidente parece su impotencia cuando cae. Despreciable aparece la Cruz y despreciable, humillante y una colección de dolores el camino. Jesús cuenta de antemano con el límite y la claudicación de sus fuerzas humanas: quien tanto había podido ante el pueblo, aparece ahora sometido a humillante derrota. Tampoco para nosotros debe ser una sorpresa caer, aunque también reconozcamos éxitos en la vida: caer y vernos caídos, humillados para espectáculo. Humillados para esos planes nuestros, ilusiones de triunfo ..., que habrán sido tantas veces motor de actividad. Pero Cristo, mientras cae, está en lo de siempre: unido al Padre, siente una profunda compasión por los autores de aquel tormento y por los espectadores, que no se enteran ... y por nosotros. De ahí que apenas piensa en el dolor, en los golpes, en la sangre, en las impaciencias groseras ...; porque el problema no es Él, somos cada uno. María querría caer como Jesús por acompañarle, junto a Él y en su lugar: sólo Ella se ha enterado, porque sabe que el confort puede ser más deprimente que la caída, los tropiezos y los golpes. Que la humillación de su Hijo es y será la energía, la seguridad y la fortaleza para muchos. ¡Adelante, pues: arriba de nuevo como Jesús con la Cruz de cada día! III Estación Cae Jesús por primera vez
6. María estaba allí. No podía ser de otro modo. Ella que, por ser la Llena de Gracia, entiende todo lo que puede entender el hombre sobre la Pasión de su Hijo, contempla y adora el misterio del dolor amoroso de Jesús. Pero, ¡cuánto sufre entretanto! ¡Cómo consolaría a Cristo esa mirada! ¿Para qué las palabras? Sus corazones se entienden bien. Únicamente Ella se hace cargo de lo que sucede –en cuanto es posible en este mundo– y Jesús lo sabe. Pero es su madre y, aunque María no le pueda quitar el padecimiento ... –ahí están los pecadores: los de aquel día y los de todos los siglos–, resplandece en Ella también un amor desprendido de todo, dispuesto a todo por los hombres, que acompaña y consuela al de Jesús. María quiere seguirlo y sostenerlo aún, como cuando niño, maternalmente, y lo hace hasta la cumbre como le es posible hacerlo en esta hora. Su presencia fiel es una caricia animante para Jesús y casi lo único de este mundo que no le falta, que no echa de menos en su momento supremo. No nos imaginamos a María fuera de sí, desesperada por la tragedia de ver que matan al Hijo que ha dado sentido a su vida. Ella es capaz de notar en cada acontecimiento la mano providente –amorosa y justa– de Dios y que todo sucede para el gran bien de la humanidad. Entrega, obediencia con dolor, fe, perseverancia, olvido de sí, humildad: palabras grandes, ¡enormes!, que son el amor que debe configurar también nuestra vida. IV Estación Jesus encuentra a María, su Santísima Madre
7. ¡Qué no le habrán hecho ya a Jesús desde que lo apresaron en el Huerto! Es tal su estado y debilidad que se ven obligados a ayudarle con la Cruz, quizá por temor a que se les muera en el camino sin poder ejecutar la condena establecida. Y obligan a Simón, uno que pasaba ... ajeno aparentemente al problema de Cristo, y que acabó luego siendo conocido entre los primeros cristianos. Narra san Marcos que venía de una granja y era padre de Alejandro y de Rufo. Aquel hombre de Cirene ajeno a la comitiva de la ejecución ayudó a Cristo, aunque quizá de mal grado. De modo inesperado tal vez, también la vida de todos los días se nos complica y nos pide un plus de heroísmo: pobreza, fortaleza, valentía, generosidad, amor. Son de algún modo imposiciones: por nuestra condición, del superior, deberes profesionales, familiares, preceptos de la Iglesia, normas que la colectividad ... Es Cristo, Dios, la única razón, hasta ahora inadvertida, que reclama un planteamiento y ejecución diferente en la misma existencia. Y es también para la Redención del mundo. Una opción para ese cireneo que somos cada uno. La Madre hubiera querido poner sus hombros y todo su ser bajo aquella Cruz por descargar al Hijo. Pero imitar a Simón es cosa nuestra. A Ella le pedimos la decisión de no resistirnos. V Estación Simón ayuda a llevar la Cruz de Jesús
8. Es como si cundiera el ejemplo. Porque a Verónica no se lo piden. Algo imperioso dentro de sí la mueve, sin aún saber que Dios mismo agradecerá silenciosamente su gesto de limpiarle el rostro. Hay que estar dispuestos. Se necesita poner de lo propio, correr el riesgo y jugarse la vida, como Verónica entre la masa que vocifera y la crueldad de los soldados. ¡Es por Dios!: un paso más en el amor que no se satisface cumpliendo lo impuesto, lo acostumbrado, o lo que basta. Ya no hay sentido de la medida, no se sopesan posibles propias perdidas, que no es por justicia ese derroche. Puede parecer cosa de locos, y así lo piensan muchos buenos también, que podrían serlo más. Sin duda –sin duda alguna–, como ella, notamos también la recompensa y pronto. La tradición dice que se llevó en su paño el rostro de Cristo. Y en cada uno va quedando también, más y más, algo de Jesús cuando le amamos así en quienes nos rodean. Puede parecer, porque lo es, lo menos habitual, lo más llamativo y sorprendente en esta sociedad. Pero la finura del amor siempre ha reclamado actitudes desproporcionadas, desatinos o, más bien, conductas exageradas para los otros. Pero ¡es por Dios! Sin pensarlo dos veces; sin hacer cuentas de si vale la pena por una sola persona; si lo va a agradecer; si será muy difícil un cambio a estas alturas; si será lento el proceso y larga la dedicación que –María nos lo recuerda– es siempre por su Hijo y por el mundo. VI Estación Una piadosa mujer enjuga el rostro de Jesus
9. No le importa que sea muy patente la debilidad. Y se ve la verdad de quien asumió plenamente la forma de siervo –semejante en todo a los hombres– y no hizo uso para sí de su condición divina, como recuerda el Apóstol. Hace cuanto puede y, cuando ya no puede, cae. Pero se levanta de nuevo agotando las fuerzas cada vez más mermadas. Dispuesto a consumirse y fracasar a la vista de todos; aunque cada nueva caída parezca dar más y más la razón a muchos que lo contemplan triunfadores. Los que le seguían entusiasmados horas antes –¡tantos!–, dispuestos a todo, no están ahora, y yace en el suelo solo, con una soledad más amarga que todo el dolor físico padecido. ¿Levantarse por ellos? ¡Cuántos justos motivos para dejarlo! Pero no pierde la presencia de su Padre, que nunca abandona aunque mucho sea el dolor y aparente la soledad. También en nuestras derrotas tendremos siempre ocasión de confiar en Dios, nuestro Padre. No puede –con Él– ser demasiado duro, aunque cueste, aunque parezca insufrible el sufrimiento. Quiere Dios que seamos capaces con ayuda de su Gracia. Nosotros: humildes, dóciles, sinceros, y ... tranquilos. Persuadidos –bien persuadidos– de ser capaces de alcanzar la cumbre con nuestro Padre, como Cristo, a través de las caídas. Santificando cada tropiezo. Toda una vida tropezando. No hay palabras para expresar lo que pasa María. Pero soporta, también humildemente, la visión de su Hijo: ¡en qué ha quedado la gallardía de su Rey! VII Estación Cae Jesús por segunda vez
10. Aunque no acierten del todo con el verdadero mal, reconocen en Jesús bajo la Cruz tanta injusticia y sienten tanta compasión que lloran desconsoladas en su impotencia. Sobreabundan los motivos para las lágrmas, pero "no lloréis por mí", les advierte. Porque el problema es el pecado, los pecados de muchos, –de todos– que causaban sobre su cuerpo y su alma inocentes toda esa Cruz y ese dolor. El pecado es el mal, el único mal. Una obra sólo del hombre, del hombre solo, sin Dios. Perdido el sentido de la vida –¡qué tremenda desgracia!, y tal vez sólo entonces–, se consiente en la Cruz para Cristo. Y no la merece. Al contemplar, por eso, esa Cruz tremenda, que destroza ya profundamente su cuerpo, es natural llorar de compasión. Lo ven abandonado de todos, humillado ante el capricho de los sayones y los improperios de la gente al pasar. La injusticia es tan manifiesta en quien "todo lo hizo bien ...": ¡no hay derecho a tanto desatino! Y su cabeza y su corazón están con los hombres. Por cada uno ofrece todo, cumpliendo la voluntad del Padre, para que podamos ser eternamente felices por el perdón de los pecados. Aunque algunos pecando y sin aceptar el perdón lleguen a padecer un sufrimiento sin igual. María llora también. Llora por el Hijo y por los hombres. Su llanto de intercesión, mientras acompaña con su entrega la de su Hijo, ¡qué luces y qué fuerzas para rectificar no nos habrá conseguido! VIII Estación Jesús consuela a las hijas de Jerusalén
11. Otra caída más, que esta vez parece ya para no levantarse. Pero la energía humana casi no hace falta cuando el corazón quiere ser fiel y, sin saber cómo –es la Gracia del Cielo–, podrá coronar: se cumplirá el querer del Padre que es Omnipotente y es esa su voluntad. Quieren ellos que llegue al Calvario para la crucifixión, sólo por cumplir con la orden del Procurador. Y también Él lo desea por cumplir la voluntad del Padre. Obedece como puede, agotado, hasta el límite último de sus fuerzas y su dolor, aún sabiendo que lo peor –la crucifixión misma– está todavía por llegar. Y nosotros, ¿cuándo no podemos? ¿No será demasiado pronto? Parece que no nos valdrá la pena: los tropiezos van a sucederse siempre ...; y, además, la triste experiencia acumulada ...; y nos sentimos incapaces; y, tan débiles nos vemos, que hasta se nos hace atractivo el polvo sucio del camino. ¿Pero no es cierto acaso que está la Gracia de nuestra parte, que con humildad somos poderosos? ¿Lo quiere Dios?: yo también lo quiero; y ni un instante me detengo a considerar las dificultades, siempre irrelevantes ante Dios conmigo. Posiblemente es el momento de la docilidad, de dejar hacer –en este caso– a quien nos quiere. Como María que también deja hacer, persuadida de que Dios está sobre todo. Asiente a la divina voluntad, con una espada que le atraviesa cuerpo y alma, como le anunció Simeón. IX Estación Jesús cae por tercera vez
12. Tal vez por cumplir con la rutina de siempre, más que por compasión, le dan una bebida narcótica para el peor momento. Pero, probándola, no la acepta. Quiere toda la lucidez, aunque nada se amortigüe el dolor, y puede así ofrecer al Padre y a los hombres todo su amor obediente, y lograr con creces nuestra salvación: ¡así se ama! ¡Así nos quiere Dios! ¿Nos organizamos la vida a veces con criterios de lo más fácil ..., lo más cómodo ..., lo más sencillo ..., lo más llevadero ...? Porque, poca veces así se llega a lo mejor. El poco esfuerzo, la falta de heroísmo o la ausencia de malestar a toda costa nos podrían apartar de lo bueno. El verdadero bien, lo realmente valioso suele ser arduo. Sin ningún derecho ya ante los sayones, consiente que le quiten todo. Para lo más grande llevado a cabo en nuestro mundo nada es necesario: sólo el cuerpo para dar la vida y una voluntad para amar. Al que siempre pasó entregando, haciendo el bien a cualquiera que se encontró, le arrancan los vestidos y se los reparten y sortean. Ya no es digno de nada. Pero su corazón sigue a nuestro favor: "Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen": he aquí su dignidad. Y esa notoria pobreza, ese contemplar siempre a la vida buscando lo mejor para los otros, es otra parte del tesoro que nos deja. Ni un ápice pierde, sin embargo, de su señorío: a punto está de reinar triunfante desde la Cruz. Entretanto María, con su mirada de adoración, le tejía un suave y abrigado manto, de tanto amor como el que puso al tejer la túnica inconsútil que le arrancan ahora los soldados. X Estación Despojan a Jesús de sus vestiduras
13. Lo clavan a la Cruz y no hay palabras capaces de expresar el tormento. Sería, por esto, el momento culmen del triunfo largamente esperado de los que quisieron perderle. El Hijo de Dios crucificado. Humillado, torturado, clavado como un bicho. Parece imposible tanta crueldad. Y por cada uno está entregando la vida a Dios Padre con Amor. Con un Amor a la medida de su sufrimiento. Con un sufrimiento a la medida de sus deseos de salvarnos, de su amor por la humanidad: de nuestro bien. Y, a costa de más dolor, queda colgado de la Cruz, expuesto en alto a la vista de todos. Salvó a otros, y a sí mismo no puede salvarse. Y se burlan: "que el Cristo, el Rey de Israel, baje ahora de la cruz, para que veamos y creamos". Pero también se cumple así el divino plan de Redención. "Cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí", había profetizado. Esa imagen de Cristo crucificado será en adelante –por los siglos de los siglos– la más verdadera y elocuente expresión del amor; del permanente e indescriptible amor de Dios por los hombres. De un amor sincero y auténtico; que no se confunde con sucedáneos más o menos sentimentales, estando purificado y garantizado en el sufrimiento. María acepta el querer divino y sufre: es la hora del dolor, en la mayor sintonía que es posible con los sentimientos del corazón de Jesús en esos momentos: asintiendo, secundando. Y también perdonando. XI Estación Jesús es clavado en la Cruz
14. Y desde la Cruz Jesús sigue amando, sin parar, hasta el momento mismo de la muerte. No pierde ocasión: "Hoy estarás conmigo en del Paraíso", declara al ladrón sincero y convertido. ¡Qué fácil lograr el favor divino! Todo es desearlo de verdad y con confianza. Pero con María, su Madre, y con Juan, que somos cada uno, se adelanta: "Mujer, ahí tienes a tu hijo ... ahí tienes a tu Madre". Y quedamos así los hombres hechos hijos para siempre de la Madre de Dios, y María madre nuestra. En su interior, la tortura de su humanidad manifiesta y hecha oración: "Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" Que en verdad Dios no abandona jamás, aunque eso piensen muchos, que poco saben de su amor infinito y de su omnipotencia. Puede que sea Dios el único que no abandona, el que será siempre fiel y siempre misericordioso y compasivo. "Tengo sed", declara con franqueza. Y por fin: "Todo está cumplido", asegura; y se abandona confiado: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu". Y expira. Ya somos hijos de Dios. Cristo crucificado es el fondo, la razón, el sentido, la posibilidad de toda oración; de la oración de los hijos de Dios: rezar desde la Cruz. Ella querría haber muerto en su lugar y sufrido por Él todo el dolor, pero no debe ser así. Ahora tiene infinidad de hijos hasta el fin del tiempo, y es el modelo limpio de fe, de esperanza, de amor. XII Estación Muerte de Jesús en la Cruz
15. Amigos de verdad lo desclavan, cuando todo indica que no lo podrá agradecer, y lo entregan a su Madre. ¿Cómo sería su dolor con la mayor cercanía del cuerpo de Jesús, y aquella sangre, aquellas heridas, las espinas, la frialdad del desnudo cadáver...? A la medida de su amor. Podría parecer además que se le muestra con más innegable evidencia la conclusión fracasada de toda una vida. Que su entrega sin condiciones, de treinta y tres años atrás, sólo ha servido para un tremendo alboroto y, a última hora, el ridículo y el sufrimiento. Soledad, abandono y llanto de María, sí. Y la certeza inconmovible de tener consigo, junto a tanto dolor y aunque nadie lo crea, la prueba más palpable del mayor de los triunfos. Tiene en sus brazos, a pesar de lo que ha visto hacer con su Hijo, de lo que ahora contempla sin ninguna duda, una tal manifestación de amor que no cabe en mente humana. Es el momento –está convencida– del cumplimiento de la promesa Angélica: "... y su Reino no tendrá fin". El cuerpo de su Hijo, tantas veces cuidado, tan próximo siempre, el fruto de sus entrañas, es más que nunca ahora su Dios y Redentor, a quien rendidamente adora llena de esperanza. XIII Estación Desclavan a Jesús y lo entregan a su Madre
16. Es el más enojoso deber de los que le son fieles. Un ritual de definitiva despedida, llevado a cabo con prisas, por la hora, aunque pusieran en él todo su esmerado afecto. La vista del cuerpo que ahora depositan y abandonan, y ser más conscientes aún –hasta tocarlas con sus manos– de las huellas tremendas de la Pasión, los hace más solidarios, si es posible, con el ideal divino y humano de Cristo, pagado a tan gran precio. Momentos para el silencio y la verdad ...; porque no siendo ahora –ellos, nosotros– visibles para sus ojos cerrados, parece, sin embargo, que le está nuestra vida más patente que nunca. Es la hora de ser y sentirse responsables. Ha contado con cada uno. Pocas horas antes lo recordaba con fuerza: "Os he dado ejemplo para que, como yo he hecho con vosotros, también lo hagáis vosotros". Y la vista de lo que ha quedado de Jesús de Nazaret nos conmueve. ¿Será que hace falta tanto? Únicamente María mantiene también entonces una esperanza sin fisuras. Su amor inmenso a Dios y su humildad, su confiada entrega a todo plan divino, le hacen comprender que es mucho más grande y poderoso el divino amor por los hombres de lo que podemos imaginar; que superará siempre con creces nuestras más audaces expectativas; que sus promesas se cumplen por imposible que parezca a nuestras inteligencias. Y por mucho que haya que rectificar, y por enorme que parezca la exigencia y costosa la renuncia, con Dios a favor de su criatura –como veremos un día– todo es posible. XIV Estación Dan sepultura al cuerpo de Jesús