El programa de las Pequeñas Ligas Challenger en Puerto Rico fue establecido en 1958 para permitir que niños y jóvenes con discapacidades físicas o mentales participen en béisbol. La división tiene como objetivos desarrollar la autoestima, habilidades motoras y socialización de los participantes. En sus inicios contó con una liga en el 2000 y ha representado a Puerto Rico en eventos internacionales.