La carta agradece a Héctor y María Teresa, y a todos los compañeros que ayudaron voluntariamente a reconstruir la vivienda de Roberto Carrasco Díaz después de un incendio en mayo. Roberto expresa su profundo agradecimiento por la generosidad de todos, tanto de los que lo conocen como de los que quizás no, y pide a Dios que recompense su generosidad.