Este mito griego trata sobre dos amantes babilonios, Píramo y Tisbe, cuyas familias prohibían que se vieran. Acordaron encontrarse en una plaza por la noche para verse. Cuando Tisbe llegó primero, se encontró con una leona que manchó de sangre su velo. Cuando Píramo llegó y vio el velo ensangrentado, se suicidó. Al llegar Tisbe y encontrar a Píramo muerto, también se suicidó con su daga.