El documento habla sobre el uso que los jóvenes deben darle a los dones que Dios les ha prestado como el tiempo, la fuerza y el intelecto. Indica que los jóvenes son ramas de las cuales Dios espera fruto y mayordomos cuyo capital debe producir dividendos. Concluye diciendo que todo joven y niño tiene una obra que hacer para la honra de Dios y el beneficio de la humanidad.