Los antiguos chinos creían que la Tierra era plana y estaba en el centro de un huevo cósmico redondo, mientras que el Sol se movía circularmente alrededor. Los mayas desarrollaron un preciso calendario solar y entendieron los eclipses. Los aztecas no sólo estudiaron la astronomía y crearon calendarios, sino también la meteorología para la agricultura. Consideraban que la astronomía estaba ligada a su religión debido a las luchas constantes entre los astros principales que explicaban el día y la noche.