Los hermanos encontraron a una perra abandonada llamada Lola que estaba muy delgada y enferma y la llevaron al veterinario. Aunque querían quedársela, no pudieron debido a que Lola se peleaba con su otra perra, así que le pidieron a su tía si podía cuidarla, a lo que accedió, por lo que ahora Lola vive feliz en la casa de su tía con mucho espacio y compañía canina.