Este documento presenta la parábola del rey que perdonó una gran deuda a uno de sus siervos, pero ese siervo no perdonó una pequeña deuda a otro siervo. El rey se enojó con el primer siervo por no mostrar misericordia como se le había mostrado a él y lo entregó a los verdugos hasta que pagara su deuda. La moraleja es que si no perdonamos a los demás, Dios tampoco nos perdonará.