Pepito se siente nervioso por su primer día de colegio pero disfruta de un buen desayuno. Al llegar a la escuela, se asusta y echa de menos a su mamá, por lo que se aparta solo a jugar. Sin embargo, Susi le invita a jugar con la pelota y los dos se divierten, por lo que Pepito aprende que puede pasarlo bien en la escuela con sus nuevos amigos.