Viktor Frankl relata haber presenciado a un prisionero sufriendo una terrible pesadilla en un campo de concentración. Frankl decidió despertarlo pero se detuvo al comprender que ningún sueño podría ser peor que su dura realidad. Los mayas elaboraron calendarios pero no predijeron el fin del mundo. La Biblia indica que el fin llegará repentinamente pero nadie sabe la fecha exacta, solo Dios.