Juan Pablo II dedicó su papado de 27 años a adaptar la vocación cristiana y las prácticas de la Iglesia a un mundo globalizado, promoviendo la paz y la reconciliación a través del perdón. Ayudó a los pobres en la India, ganando el Premio Nobel de la Paz. San Francisco fue declarado santo por el pueblo antes que el Papa, y es considerado un santo incluso por los no católicos.